Capítulo 28.
—¡Está loca! Prometo que si la veo, yo...—La voz de Jimin era un eco frecuente en el departamento de Taehyung, mismo que observaba como su mejor amigo caminaba por toda la sala y hacia gesto que representaban su evidente molestia.
Jungkook se encontraba sentado a su costado, pasando una mano sobre su espalda mientras presenciaba la conversación en silencio. Taehyung había optado esperar que el azabache volviera de su salida con Jiyoung y así hablar con Jimin y él para contarles lo ocurrido.
—No creo que ChaeWon se atreva a algo como quitarme a Jiyoung, probablemente solo quiere conocerlo después de la forma en que se fue de su vida.—Razonó el pelinegro, mordiendo su pulgar.
—Tampoco creías que te pudiera dejar a cargo de su bebé y mira cómo terminó esto.—El comentario de Jimin hizo tensar a Taehyung, apretando los labios en una fina línea.
—Creo que podríamos tomar un descanso y seguir conversando sobre esto en otro momento, hay muchas cosas qué pensar y no es prudente hablar mientras la molestia nos invade.—Fue el momento en que Jungkook habló para interferir, poniéndose de pie.—Podríamos verlo mañana, no tarda en despertar el bebé de su siesta y es mejor que no sienta que estamos molestos por algo.
Taehyung intercambió una mirada con su mejor amigo, y con un asentimiento, le aseguró que estaría bien.—Tienes que volver a trabajar, Jimin. Te avisaré de cualquier cosa que suceda, no quiero que te regañe tu jefe.
Con una mueca en desconcierto, abrazó al pelinegro con fuerza, estrechándolo entre sus brazos.—Por favor, en cuanto algo pase, o si te sientes mal, mándame mensaje o llámame, estaré al pendiente del celular.
Asintió a sus palabras, sonriendo. Sabía que Jimin jamás había tenido en un buen criterio a ChaeWon, menos con lo ocurrido al dejarlo con Jiyoung por medio de una nota, y ahora su regreso tampoco estaba siendo bien recibido. Sin embargo, se trataba de su mejor amigo y no sabía qué hacer ante la petición de hacer ese reencuentro de madre e hijo, el pánico lo envolvió a tal punto de sofocarlo por lo que quería sentir todo el apoyo necesario para tomar una decisión con ello.
Despidiéndolo en la puerta del departamento, soltó un suspiro cuando quedaron solos y el silencio gobernó el lugar. Su respiración se volvió pesada conforme los segundos transcurrían y no se percató de la forma en que estaba cayendo por la puerta hasta que sintió un brazo envolverlo a la altura de su cintura y lo arrastró hacia arriba, sacudiendo sus hombros al tiempo que el primer sollozo salía de sus labios.
—¿Qué pasa, Taehyung? Hey, no tienes de qué preocuparte.—La voz del azabache solo provocó que sus sollozos incrementaran, alertándolo.
Jungkook lo llevó de regreso a la sala, sentándolo sobre su regazo cuando tomó lugar en el sillón. El pelinegro aferró sus manos sobre su camisa mientras escondía el rostro entre el espacio de su cuello y hombro, las lágrimas fluyendo sobre sus mejillas mientras el miedo comenzaba a instalarse sobre su cuerpo.
—No hay nada de qué temer, Taehyungie. Sé que todo esto sucedió de manera inesperada, pero también podías intuir de que podía suceder en cualquier momento, sin embargo te puedo asegurar que, sin importar si sucedía tarde o temprano, tendrías la certeza de que no hay nada de qué temer por el simple hecho de que te has encargado tan bien de Jiyoung que puedo asegurar que es realmente tu hijo, sea como hayan sucedido las cosas, ese pequeño es tu hijo y nadie puede negarlo.
—No quiero pensar mal de ella, pero ¿Y si viene a reclamarlo como su hijo?—Sorbiendo, se apartó lo suficiente para observar al azabache.
—No lo puede lograr porque, aunque suene horrible, decidió abandonar a su hijo tan pronto como tuvo la oportunidad y te hizo responsable de su cuidado. En todo caso, dudo que pueda siquiera alegar o tener alguna preferencia debido a su ausencia, además de que tienes a muchas personas que podemos asegurar que has sido un buen padre para Jiyoung.
Con un puchero sobre sus labios, Jungkook se inclinó lo suficiente para depositar un casto beso sobre la comisura de estos, tratando de apaciguar el malestar. La situación también le estaba provocando cierta molestia que comenzaba a resentir en la boca del estómago, pero no planeaba darse el lujo de verse en al estado mientras pudiera consolar a Taehyung.
El comienzo de un llanto surgió a través del pasillo, alertándolos rápidamente. Taehyung fue el primero en levantarse, tratando de borrar el rastro de su llanto mientras Jungkook se precipitaba por el pasillo para verificar qué ocurría con el bebé. El pelinegro sentía que apenas podía funcionar de manera automática, siguiéndolo con pasos dudosos en tanto su cabeza era una maraña de pensamientos sin inicio y sin fin alguno.
¿Sería prudente permitirle ver a Jiyoung después de tanto tiempo? Una parte suya decía que no, porque ChaeWon no merecía absolutamente ser parte de la vida de su bebé por el hecho de abandonarlo sin siquiera considerarlo. Pero existía otra parte, en la que insistía en que un encuentro no podría venir mal, solo un encuentro sencillo que no debería de durar más allá de lo necesario que un simple conocimiento y terminaría.
Por ello, cuando la noche cayó y estaban listos para irse a dormir, Taehyung sintió la necesidad de expresar sus inquietudes en voz alta, además que no le permitirían dormir hasta no tener una posible respuesta.
—¿Crees que sea imprudente si permito que Chae vea a Jiyoung por un rato?—Cuestionó el pelinegro tan pronto como Jungkook tomó lugar a lado suyo, rodeando un brazo sobre su cintura.
—No creo que sea una buena idea que influya en tus decisiones, porque siento que esto es exclusivamente un asunto interno entre ustedes dos.—Comenzó a hablar, observándolo a través de la oscuridad de la habitación.—Sin embargo, también he logrado conocerte y sé que, con cualquier decisión que tomes, te preguntarás por un largo tiempo si fue la correcta, así que seré sincero en decir que, aunque no piense que merece siquiera un minuto de reencuentro con Jiyoung, tampoco eres la clase de persona que le prohiba tal cosa a pesar del daño hecho. Eres una buena persona, Taehyung, y eso no es nada malo, sin embargo te hace dudar de las decisiones y cuestionarte si es lo correcto. Ese niño es tu hijo, y está totalmente permitido que seas egoísta con él porque lo criaste por tu propia cuenta y aún lo sigues haciendo de manera excelente, si quieres darle una última oportunidad de conocerlo, adelante; pero tampoco te reprimas si decides no hacerlo, porque eres su tutor y siempre vas a decidir lo que sea mejor para él.
—¿Me apoyarás sin importar cuál sea mi decisión?—Otra de las preguntas que lo estaban carcomiendo, ¿Y si decidía algo incorrecto y no recibía el apoyo que necesitaba? No estaba listo para afrontarlo solo.
—Estaré firme a tu lado, no deberías de dudar en eso jamás.—Acercando más su cuerpo, apretó el agarre sobre el cuerpo del pelinegro, pasando sus labios sobre la mejilla contraria.—Sé que tomarás la decisión correcta, siempre priorizas el bienestar de Jiyoung y esta vez no será la excepción. Sea cual sea que tomes, estaré a tu lado para apoyarte.
Sintiendo sus ojos humedecer nuevamente, soltó un suspiro antes de enterrar su rostro en el pecho ajeno, sintiendo cierto confort al sentir la calidez invadirlo. Sabía que no tenía porqué pasar nada de ello solo, pero escucharlo directamente le daba mayor fuerza en saber que hacía lo correcto.
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