Capítulo 27.
El nuevo año había llegado, trayendo consigo energía renovada y un sentido de estabilidad que se había asentado cómodamente en la pequeña familia que Taehyung y Jungkook habían formado junto a Jiyoung. Cada uno había retomado sus responsabilidades con entusiasmo: Jungkook equilibraba su trabajo, sus estudios y su rol como padre, aunque para Taehyung aún resultara algo extraño aquello, sintiendo la constante necesidad de aclararle que no debía de tomar esa responsabilidad pronto, no quería hacerlo sentir presionado. Mientras que Taehyung avanzaba en sus proyectos editoriales, feliz de sentir que aportaba algo valioso. Por su parte, Jiyoung crecía rápidamente, llenando la casa de risas y pequeños descubrimientos diarios.
Aquella mañana, Taehyung se había despedido de Jungkook y Jiyoung con una sonrisa. El pequeño iba bien abrigado en su carriola, y Jungkook lucía relajado, listo para llevar a su hijo a un paseo matutino por el parque.
—Nos vemos luego.—Dijo Taehyung mientras ajustaba el gorro de Jiyoung.—Y no olvides darle su merienda si tienen hambre.
—Lo tengo todo bajo control.—Respondió Jungkook con una sonrisa amplia, inclinándose para besar a Taehyung en la mejilla.
Jiyoung agitó sus pequeñas manos desde la carriola, balbuceando algo que sonó vagamente como "pa-pa". Taehyung rápidamente le envió un beso al aire, sintiendo ese calor familiar que siempre lo llenaba cuando los veía juntos.
Cuando cerró la puerta, la casa quedó envuelta en un silencio reconfortante. Taehyung se dirigió a su escritorio, encendió la lámpara y abrió el manuscrito que había estado revisando. El tic-tac del reloj marcaba el paso del tiempo mientras sus dedos se movían rápidamente sobre las teclas. Pero esa calma fue interrumpida abruptamente por un golpe en la puerta.
Al principio pensó que tal vez Jungkook había olvidado algo, pero al abrir, el aire pareció quedarse suspendido. Frente a él estaba ChaeWon, la madre biológica de Jiyoung y quien fue su mejor amiga hace un tiempo. El impacto fue inmediato, como un golpe en el estómago.
ChaeWon lucía diferente a su último encuentro, en lugar de tener aquella expresión desafiante e inclusive con aquella mirada intensa con la cual solía trazar sus límites, ahora parecía demacrada y cansada, perdiendo su propia chispa. Taehyung tragó en seco al ver el cambio en su persona, desorientado por la repentina aparición.
—Taehyung, ¿Puedo pasar?—Preguntó con voz tranquila, aunque su tono contenía un rastro de ansiedad.
Por un momento, Taehyung se quedó inmóvil. Los recuerdos de su último encuentro pasaron como un torbellino por su mente. No había un solo momento en que olvidara la desesperación del primer día en donde Jiyoung quedó a su cargo sin previo aviso, las múltiples llamadas que había dejado en el celular de su amiga y la angustia de perderle el rastro como si la tierra se la hubiera tragado.
Ahora, casi un año después, ella estaba aquí nuevamente. Taehyung sentía una mezcla de emociones que lo dejaba desorientado: enojo, confusión, y, aunque le costaba admitirlo, una pequeña chispa de alivio. Finalmente podría obtener respuestas. Pero también estaba el miedo latente a lo que ChaeWon pudiera querer ahora.
—¿Qué haces aquí?—Preguntó finalmente, su tono más frío de lo que había planeado.
—Necesitaba hablar contigo.—Respondió ella, sosteniendo su mirada.—He vuelto a la ciudad y tuve la intención de visitarte.
Taehyung cruzó los brazos, bloqueando parcialmente el acceso a la puerta.—Éste no es un buen momento.
—Por favor.—Insistió ella.—Sé que no tengo derecho a pedir nada, pero es importante, además de la disculpa que te debo desde hace tiempo.
El tono en su voz lo desarmó ligeramente. Suspiró, sintiendo cómo la tensión en su pecho se mezclaba con la curiosidad y el recelo. Finalmente, dio un paso atrás.—Tienes diez minutos antes de que tenga que volver a mi trabajo, pero debo de confesar que Jiyoung no se encuentra en estos momentos, y no creo que regrese hasta dentro de una hora.
ChaeWon asintió y entró a la casa, sus ojos recorriendo rápidamente el espacio que ahora respiraba calidez y vida familiar.
—Esto es bonito.—Comentó suavemente, como si estuviera reconociendo cuánto había cambiado todo en su ausencia.—Lo pudiste acoplar bien para el bebé.
—No estamos aquí para hablar de decoración.—Murmuró el pelinegro, su tono duro.—Te recomiendo que comiences a hablar, realmente no es un buen momento para charlar porque tengo trabajo por hacer.
ChaeWon tragó saliva, su postura tensa como si estuviera preparándose para un impacto.—Quiero explicarte lo que pasó. Por qué me fui. Pero, sobre todo, quiero... ver a mi hijo aunque sea una vez.
Las palabras cayeron como una bomba en la habitación. Taehyung sintió cómo la ira se encendía dentro de él.
—¿Ver a tu hijo?—Repitió, su voz apenas contenida.—¿Después de desaparecer por casi un año sin una sola palabra, ahora decides que quieres verlo? ¿Y cuándo lo veas, desaparecerás otro año más?
—Sé que lo que hice estuvo mal.—Admitió ChaeWon, su voz temblando ligeramente.—Pero había razones. Cosas que no podía explicar en ese momento. Necesitaba tiempo, ahora puedo explicarte todo, no espero que comprendas mis razones, pero por lo menos escucharlas.
—Tiempo.—Repitió Taehyung con amargura.—Mientras tanto, nosotros tuvimos que recoger los pedazos y seguir adelante. Jiyoung ni siquiera sabe quién eres, eso debería de mantenerte preocupada.
Taehyung recordó las primeras semanas después de que ChaeWon desapareciera. La confusión inicial había sido abrumadora, pero pronto fue reemplazada por un sentido de responsabilidad que lo había llevado a construir una vida para Jiyoung. Jungkook había llegado más tarde, llenando los vacíos que ChaeWoon había dejado, y juntos habían creado una familia. Había noches en las que Taehyung se quedaba despierto, preguntándose si había hecho lo suficiente, si Jiyoung sentiría su ausencia. Pero con el tiempo, había encontrado paz en su nueva realidad.
—¿Por qué ahora?—Preguntó finalmente, rompiendo el silencio.—¿Qué te hizo cambiar de opinión después de tanto tiempo? No creí volver a verte.
ChaeWon bajó la mirada.—Porque finalmente me sentí viva. Y porque creo que también me necesita. Fui muy inconsciente en ese tiempo, pero prometo aprender rápido.
—No tienes idea de lo que necesita.—Respondió el pelinegro, su voz baja pero firme.—Y francamente, después de todo lo que ha pasado, no estoy seguro de que tengas derecho a decidir eso, no cuando me dejaste la custodia total y soy el responsable de su bienestar
El silencio que siguió fue pesado, cargado de emociones no dichas. Finalmente, ChaeWon asintió, aceptando su respuesta sin protestar.
—Tienes razón. Tal vez no tengo derecho.—Dijo ella.—Pero necesitaba intentarlo, porque, aunque no me creas, también quiero lo mejor para él. Todo este tiempo solo me di cuenta del mal que hice, pero estaba completamente segura de que estuvo bien en tus manos.
Taehyung cerró los ojos por un momento, intentando calmar la tormenta que rugía dentro de él. —Esto no se decide en un solo día. Tendrás que esperar. Y dependerá de Jiyoung también. Probablemente no obtendrás una respuesta próxima, pero tampoco puedes venir y esperar que todo cambie y regrese tal como al día en que te fuiste.
ChaeWon asintió, sus ojos llenos de gratitud y tristeza.—Lo sé, Taehyung. Espero poder verte, seguiré en la ciudad por un tiempo, me gustaría que pudiéramos tener el tiempo suficiente para hablar y explicarte mis razones. Solo debo de confesar que jamás dudé en que Jiyoung estaría en buenas manos contigo, sabía que tu deseo de ser padre podría enmendar mi ausencia y harías todo lo posible para que estuviera bien desde el primer momento.
—¿Debo de agradecerte por poder cumplir mis deseos? Ni siquiera fue una consulta, tampoco fue el procedimiento adecuado y simplemente desapareciste. ¿Siquiera pensaste que realmente lo cuidaría y no cedería ante la idea de mandarlo a un albergue temporal? Cambiaste mi vida totalmente, porque por mucho tiempo me había acostumbrado a la idea de no tener una familia propia, pero tú llegaste... ChaeWon, siempre te ví como mi mejor amiga, te dejé pasar muchas cosas de las cuales me sorprende no haber caído ante ellas, pero traer de por medio la vida de un recién nacido como si fuera un objeto, eso sobrepasó todos mis límites. Me comunicaré contigo cuando me sienta preparado, pero no intentes persuadir nada de esto, solo te pido mantenerte al margen.
—Respetaré tu decisión, Taehyung. Estaré esperando tu llamada, espero que puedas escucharme.
Mientras ella se iba, Taehyung cerró la puerta y se dejó caer contra ésta, sintiendo cómo el peso de la conversación lo aplastaba. Sabía que el regreso de ChaeWon cambiaría todo, y no podía evitar preguntarse si su pequeña familia podría sobrevivir intacta a lo que se aproximaba. ¿ChaeWon representaba realmente una amenaza, o era su mayor temor hablando por él?
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