Capítulo 26.
El domingo por la mañana llegó demasiado pronto, trayendo consigo la inevitable despedida de aquel pequeño paraíso junto al mar. Taehyung se levantó temprano para empacar, revisando con cuidado cada rincón de la habitación para asegurarse de no olvidar nada. Mientras tanto, Jungkook se encargaba de Jiyoung, quien parecía más alegre que de costumbre después de haber descubierto un mundo nuevo durante el fin de semana.
Tras dejar las habitaciones del hotel, se reunieron en el vestíbulo con los demás miembros de la editorial. Todos compartían un aire de satisfacción y melancolía, comentando entre risas y fotografías finales los mejores momentos del viaje. Algunos colegas se acercaron a saludar a Jiyoung, quien, a pesar de su corta edad, parecía haberse convertido en una pequeña estrella del grupo.
El traslado al aeropuerto fue breve y animado. Una vez ahí, Jungkook se aseguró de que todo estuviera listo para el vuelo, mientras Taehyung atendía las necesidades de Jiyoung. Subieron al avión entre bromas y despedidas a la playa desde la ventanilla, dejando atrás un fin de semana lleno de recuerdos especiales.
Durante el vuelo, Jiyoung se comportó como un ángel, alternando entre jugar con los juguetes que le habían comprado y dormitar en los brazos de Jungkook. Algunos colegas hicieron comentarios juguetones sobre lo bien que Jungkook manejaba al bebé.—Parece que naciste para ser papá.—Comentó una de las editoras con una sonrisa. Taehyung, aunque ligeramente sonrojado, no pudo evitar sentirse orgulloso de la conexión entre Jungkook y su hijo.
Al aterrizar, el grupo se despidió en la terminal del aeropuerto. Había abrazos y promesas de repetir la experiencia en el futuro, pero para Jungkook, Taehyung y Jiyoung, el regreso a casa marcaba un nuevo comienzo.
Esa noche, mientras acomodaban las maletas y preparaban todo para volver a la rutina, Taehyung no pudo evitar expresar sus pensamientos.—Creo que este viaje fue justo lo que necesitábamos.—Comentó, sosteniendo en sus manos un llavero con forma de concha que había comprado como recuerdo.
Jungkook asintió, dejando las fotos impresas sobre la mesa del salón.—Definitivamente. Pero más que nada, me hizo darme cuenta de cuánto amo estos momentos contigo y con Jiyoung. No quiero que sea la última vez.
Antes de acostar a Jiyoung en su cuna, ambos miraron una vez más las fotografías que habían tomado. Cada imagen reflejaba la felicidad y la conexión que habían compartido como familia.—Tal vez deberíamos hacer esto una tradición.—Propuso el pelinegro con una sonrisa.—Una escapada al mar, cada año.
—Me parece perfecto.—Respondió Jungkook, acercándose para besar suavemente la frente de Taehyung.—Mientras estemos juntos, todo será perfecto.
Esa noche, con la casa finalmente en calma, se acostaron más unidos que nunca. Aunque la rutina los esperaba al día siguiente, algo había cambiado. Aquellas vacaciones no solo les regalaron momentos inolvidables, sino que también reforzaron la conexión especial que compartían como familia.
Y así, al apagarse las luces, la promesa de un futuro lleno de más aventuras quedó sellada en sus corazones.
El regreso a casa marcó el inicio de una nueva etapa en sus vidas. Las semanas que siguieron al viaje estuvieron llenas de rutina y responsabilidades, pero también de pequeños momentos que fortalecían su vínculo como familia.
Jungkook retomó su exigente rutina entre el trabajo en la guardería y sus estudios universitarios en puericultura. Cada día era un reto, pero se esforzaba al máximo, encontrando en las sonrisas de Taehyung y Jiyoung la motivación que necesitaba para seguir adelante. Por las noches, después de largas jornadas, se dedicaba a leer libros relacionados con su carrera, mientras Jiyoung dormía profundamente en su cuna. A menudo, Taehyung se le unía en el sofá, ofreciéndole un café caliente y palabras de aliento.
—Estoy orgulloso de ti, Jungkook.—Le decía en más de una ocasión.—No sé cómo lo haces, pero siempre encuentras tiempo para todo.
Por su parte, Taehyung también vio un cambio significativo en su vida profesional. Su dedicación y talento no habían pasado desapercibidos, y la editorial le ofreció mayores responsabilidades. Ahora supervisaba proyectos más grandes y trabajaba directamente con autores destacados. Aunque los días se sentían más largos y el trabajo demandante, Taehyung estaba agradecido. Ser parte de algo tan importante lo llenaba de satisfacción, y siempre encontraba la forma de equilibrarlo con su papel como padre. Contrario a sentirse excluido o con menos trabajo por estar trabajando desde su hogar, pudo demostrar poder desempeñarse en su trabajo tanto presente en la oficina como a la distancia.
Jiyoung, mientras tanto, crecía cada día más rápido. Sus primeras palabras comenzaron a surgir, llenando la casa de risas y celebraciones. Cada pequeño logro del bebé, desde un balbuceo hasta dar sus primeros pasos con ayuda, era motivo de alegría para ambos. Con su primer cumpleaños acercándose, Taehyung y Jungkook ya comenzaban a planear algo especial para celebrarlo.
—¿Qué te parece un picnic en el parque? Algo íntimo, solo con la familia cercana y unos amigos.—Sugirió Taehyung una noche mientras acariciaba el cabello de Jiyoung, quien jugaba con uno de sus peluches.
—Me encanta la idea.—Respondió el azabache, sonriendo mientras organizaba unas fotografías recientes en un álbum.—Pero, ¿Qué tal si añadimos un pastel temático? Jiyoung merece algo memorable, tratándose de su primer cumpleaños es aún más significativo.
El final del año llegó con rapidez, acompañado de celebraciones navideñas en las que el pequeño Jiyoung se convirtió en el centro de atención. La familia y los amigos se reunieron en casa para compartir risas, regalos y buenos deseos. Era evidente que el hogar de Taehyung y Jungkook había adquirido un nuevo brillo, uno lleno de amor y esperanza para el futuro.
La víspera de Año Nuevo fue tranquila pero significativa. Después de que Jiyoung se quedó dormido, Taehyung y Jungkook se sentaron juntos en la sala, con las luces tenues y una copa de vino en las manos. Contemplaron las fotografías del año que acababa de terminar, recordando los momentos que los habían llevado hasta allí.
—Fue un año lleno de cambios.—Comentó Taehyung, apoyando su cabeza en el hombro de Jungkook.
—Y todos para bien.—Añadió Jungkook, entrelazando sus dedos con los de Taehyung.—Este nuevo año será aún mejor, lo sé. Con Jiyoung creciendo y nosotros enfrentando todo juntos, no puedo pedir más. Presiento que será un buen año, mejor del que ya pasamos juntos.
El reloj marcó la medianoche, y con el eco de los fuegos artificiales iluminando el cielo, Jungkook se inclinó hacia Taehyung, sellando el inicio del nuevo año con un beso cálido y lleno de promesas.
El comienzo del nuevo año trajo consigo nuevos retos y metas, pero también una certeza inquebrantable: juntos, como familia, podían enfrentar cualquier cosa.
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