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Capítulo 22.

Jungkook se despidió de Mingyu en la salida de la universidad, asegurándose de mantenerse en contacto para un nuevo trabajo en equipo. Los días parecían pasar demasiado rápido para su gusto, y las primeras calificaciones de las materias se lo demostraban, ¿Cómo es que ya había obtenido la primera evaluación? Se sentía desconcertado por el paso del tiempo, pero también nervioso por sus notas. Se había negado a mirarlas mientras estuviera en clase, a pesar de las insistencias de Mingyu, las había mantenido resguardadas en su mochila y ahora ansiaba por verlas. 

Pensó si sería buena idea visitar a Taehyung, ya que no tenía que ir a la guardería ese día y tenía el resto de la tarde libre, decidió sacar su celular para contactar al pelinegro y verificar que tuviera también la tarde libre, hasta que sintió que alguien tocó su hombro. 

—Hey, Jungkookie.—La reconocida voz lo sobresaltó, girándose rápidamente. 

Taehyung se encontraba justo enfrente suyo, sonriéndole con diversión mientras sostenía dos bolsas que parecían contener comida y alcohol. Sorprendido por su aparición, le devolvió la sonrisa. 

—Hey, Taehyungie.—Saludó, queriendo ayudarle con las bolsas, logrando cargar con una.—¿Qué haces aquí? Justo pensaba en llamarte. 

—Tuve una reunión con uno de mis escritores, y recordé que tu universidad solo estaba a dos cuadras de distancia, por lo que decidí venir a ver si te alcanzaba antes de que salieras.—Explicó, para luego levantar la bolsa de comida que aún traía consigo.—Pensé que podría invitarte a comer al departamento, es comida del restaurante. 

—¿En dónde está Jiyoung?—Cuestionó tan pronto como se percató de su falta de presencia. 

—Jimin me hizo el favor de cuidarlo mientras iba a mi reunión, ahora pasaré por él y luego regresaré al departamento. 

—Entonces te acompaño, me alegra haberte visto.—Confesando, se dispuso a caminar a su costado.—De hecho, tengo un motivo detrás para haber pensado en visitarte hoy. 

—¿De qué se trata? Por cierto, ¿Cómo te fue hoy en tus clases?—Giró su mirada en la dirección del azabache, curioso por su respuesta. 

—Bien, tengo más trabajo por hacer. Pero me llegaron mis notas de la primera evaluación, quería verlas contigo. 

—Oh, ¿Entonces aún no las haz visto?—Recibiendo una negación, soltó una pequeña risa.—¿Te encuentras nervioso por verlas? 

—Demasiado, no siento que me haya ido mal, pero tampoco quiero confiarme. Prefiero verlas mientras estás a mi lado, creo que me sentiré menos nervioso mientras las asimilo. 

—Está bien, es un honor para mí poder presenciar ese momento.—Sonriendo, besó su mejilla antes de seguir con su recorrido del día. 

Sorprendido por la acción, Jungkook no pudo evitar la sonrisa que lo acompañó todo el camino,  manteniendo una conversación agradable con el pelinegro. Taehyung le explicó como funcionó la reunión y cómo había logrado firmar un nuevo contrato con el escritor, aunque tuviera mayor trabajo a largo plazo, se sentía contento por ayudarlo con nuevos lanzamientos de sus obras, planificando los próximos proyectos. Jungkook, a su vez, hablaba sobre sus clases y cómo se sentía más seguro con cada lección.

Al llegar a la casa de Jimin, fueron recibidos con una calurosa bienvenida. Jimin, con una sonrisa traviesa al verlos juntos, les entregó a Jiyoung, quien reía y agitaba sus pequeñas manos al ver a sus padres.—Se portó muy bien, como siempre.—Murmuró Jimin, despidiéndose con un abrazo después de la rápida visita. 

Con Jiyoung en brazos y la bolsa de comida en la otra mano, Taehyung y Jungkook continuaron su camino hacia el departamento. La conversación fluyó fácilmente, y ambos se sentían rejuvenecidos al pasar tiempo juntos después de sus ocupadas rutinas.

Al llegar al departamento, el pelinegro se dirigió a la cocina para preparar la cena mientras Jungkook jugaba con Jiyoung en la sala. El aroma de la comida llenó el espacio, creando una atmósfera acogedora y cálida. Una vez que todo estuvo listo, se sentaron a la mesa, disfrutando de una comida deliciosa y conversando sobre sus planes para las siguientes semanas y sobre qué tan saturados de trabajo estarían en los próximos días. 

Después de la cena, Jungkook sacó su cuaderno de evaluaciones y lo colocó frente a Taehyung.—Entonces aquí estamos, que no siga corriendo el tiempo.—Dijo con una mezcla de orgullo y nerviosismo.

Taehyung fue quien abrió el cuaderno y sus ojos se iluminaron al ver las notas casi perfectas. —Jungkook, esto es increíble. ¡Casi obtuviste la calificación perfecta!.—Exclamó, felicitándolo con entusiasmo.—Esto es sorprendente, solo en una materia fue un punto por debajo del resto, pero es la calificación perfecta. En verdad que eres talentoso e inteligente, lo has estado haciendo genial en tus clases. 

Jungkook sonrió, sintiéndose aliviado y feliz por la reacción de Taehyung.—Gracias. Había estado nervioso por cómo podría salir, pero también sabía que no me había ido tan mal, ahora me siento mucho mejor. 

—Créeme, esto es simplemente espectacular. No saliste tan mal, sino que lo hiciste maravilloso.—Inclinándose a su costado, besó su mejilla sin detenerse, demasiado emocionado por el azabache. 

La noche avanzaba, y después de acostar a Jiyoung, Taehyung y Jungkook se sentaron en el sofá, disfrutando de una taza de té y la compañía mutua. La tranquilidad de la noche los envolvía, y ambos se sentían renovados y agradecidos por el tiempo juntos.

—¿Sabes?—Dijo Jungkook, rompiendo el cómodo silencio.—Estaba un poco nervioso por el inicio de mis estudios, pero días como hoy me hacen sentir que todo valdrá la pena, aunque hay días en los que quiero salir corriendo y se me puede hacer complicado seguir, recuerdo que a largo plazo todo se verá reflejado. 

El pelinegro sonrió, apretando suavemente la mano de Jungkook.—Lo estás haciendo increíble, y sé que seguirás destacando. Siempre estaré aquí para apoyarte. Es válido tener días malos, pero eso nos hace atesorar los días buenos, solo es un balance que necesitamos en nuestras vidas. 

La conversación se desvió hacia los planes para el fin de semana, cuando Taehyung sugirió hacer una pequeña escapada al parque cercano para disfrutar de un picnic para celebrar las notas del azabache. Jungkook estuvo de acuerdo, encantado con la idea de pasar tiempo de calidad juntos. 

De repente, el suave llanto de Jiyoung rompió el silencio. Taehyung se levantó para ir a la habitación del bebé, pero Jungkook lo detuvo con una mano en el brazo.—Déjame a mí. He estado extrañando estos momentos con él. 

Taehyung asintió, dejándolo retirarse de la sala por el pasillo, donde Jungkook entró a la habitación, encontrando a Jiyoung inquieto en su cuna. Lo levantó con cuidado, acunándolo en sus brazos y tarareando una suave melodía. Poco a poco, el llanto cesó y Jiyoung volvió a dormirse. Jungkook sonrió, sintiendo una profunda tranquilidad al verlo dormir contra su pecho, y volvió al salón donde Taehyung lo esperaba.

—Es tan tranquilo contigo.—Comentó el pelinegro, observando a Jungkook con admiración.—Tienes un don natural para esto.

Jungkook se sentó de nuevo, sosteniendo a Jiyoung, ahora profundamente dormido.—Eso me hace pensar que escogí bien mi carrera. 

Soltando una suave carcajada por el comentario, la noche avanzó en una serenidad compartida. Decidieron ver una película, una comedia ligera que les hizo reír y olvidar las preocupaciones del día. Mientras la película avanzaba, Jungkook notó que Taehyung comenzaba a quedarse dormido en su hombro, haciéndolo sonreír. 

—Vamos a dormir, es tarde.—Susurró el azabache, apagando el televisor y levantándose con cuidado para no despertar a Jiyoung. Taehyung asintió somnoliento y lo siguió hasta el dormitorio.

Ya en la cama, se acurrucaron bajo las mantas, disfrutando del calor y la cercanía. Taehyung se quedó dormido casi al instante, agotado pero feliz. Jungkook lo observó por unos momentos, sintiendo una profunda gratitud por tener a Taehyung y a Jiyoung en su vida.

Cerró los ojos, dejando que el sueño lo envolviera, sabiendo que, sin importar los desafíos del mañana, enfrentarían todo juntos. La promesa de amor y apoyo mutuo era la base sobre la cual construían su vida, y eso era lo más importante de todo.

A la mañana siguiente, la luz del sol se filtró por las cortinas, despertándolos suavemente. El pelinegro fue el primero en abrir los ojos, observando a Jungkook y a Jiyoung aún dormidos a su lado. Sentía una paz indescriptible, resguardando la imagen en su memoria antes de que comenzaran a despertarse, admirándolos con una sonrisa sobre su rostro. 

Jungkook se despertó poco después, estirándose con una sonrisa.—Buenos días.—Murmuró, besando a Taehyung en la frente.—¿Listo para otro día?

El contrario asintió, sintiéndose renovado y listo para lo que viniera.—Sí, me siento bien. 

Se levantaron, listos para enfrentar el nuevo día con energía y determinación. Mientras preparaban el desayuno y se organizaban para sus actividades, sabían que el día parecía depararles a su favor. No solo habían obtenido una mañana tranquila, sino que esperaban que el resto del día fuera igual de bueno. 

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