Capítulo 04.
Taehyung mecía a Jiyoung entre sus brazos, caminando hasta el interior de la guardería mientras se preparaba para dejarlo en manos de Jungkook. Habían iniciado una conversación un tanto tensa, pero una vez que el pelinegro se desenvolvió hablando del pequeño, decidió que lo mejor era dejar esos momentos incómodos a un lado y enfocarse en la ayuda que le estaba ofreciendo.
Estaba a mitad del pasillo cuando reconoció la silueta del azabache a la distancia, entrando a un pequeño cuarto antes de perderlo. Apresuró su paso con la intención de encontrárselo, pero se detuvo abruptamente cuando, al girar por la puerta donde lo había visto entrar, se encontró cara a cara con Jungkook.
—Oh, señor Kim.—Sonrió en su dirección.
—Buenos días, Jungkook.—Saludó de igual manera con una sonrisa.
—Estaba terminando de preparar el espacio para Jiyoung, así que me encontraba esperándolos.—Señaló la habitación detrás suyo.
—Perfecto, la secretaria me dijo que podía entrar hasta acá, ya terminé todo el papeleo que quedaba pendiente.—Murmuró, observando al pequeño entre sus brazos.—Tengo que irme a trabajar, pero volveré por la tarde.
Jungkook no estaba seguro si se refería a él o al bebé, así que asintió y le dió su espacio mientras se terminaba de despedir. Acostumbrado a ese tipo de escenas, estaba de lejos que se molestara al ver todo aquello, en cambio, era comprensivo y alentaba a los padres a que podrían irse tranquilos, se comprometía de corazón que sus hijos estarían bien mientras estuvieran bajo su cuidado, jamás fallaba con su promesa.
—Puede que recién nos hayamos conocido, pero puede confiar en mi palabra sobre que estará bien durante su estadía aquí. Me comprometo a cuidar de su bienestar hasta que usted vuelva, no tiene de qué preocuparse, puede ir al trabajo tranquilo.
Taehyung depositó un beso sobre la frente de Jiyoung antes de apartarse de él, siendo recibido entre los brazos del azabache sin rechistar. Observó la manera en que lo envolvía con delicadeza y acomodaba la manta alrededor del bebé, cuidando que no estuviera descubierto por ningún lado antes de apegarlo contra su pecho, meciéndolo suavemente.
—Está bien, entonces me retiro, pero volveré a las seis para poder recogerlo, si puedo me saldré en cuanto termine mi trabajo.—Murmuró, con un tono que parecía estar convenciéndose más así mismo que a Jungkook.
—No hay problema, puede mandarme mensaje cuando esté llegando o esté en recepción para poder salir con Jiyoung, así no tendrá ningún contratiempo cuando salga.
—Lo tomaré en cuenta, gracias.—Retrocedió un paso, aferrándose a la idea de que Jiyoung estaría bien cuidado.—Nos vemos en la tarde.
—Que tenga un buen día en su trabajo, señor Kim. Jiyoung estará sano aquí, cualquier cosa yo se lo notifico.
Con una última mirada, Taehyung asintió antes de alejarse por el pasillo, hasta que recordó cierto detalle.—¿Jungkook?
—¿Si?
—Por favor, no es necesario que tengas que tutearme. Sé que soy mayor, pero es más cómodo si dejamos la formalidad a un lado.—Comentó con una pequeña sonrisa, haciendo titubear al contrario.
—Oh, claro. Lo siento si llegué a incomodarlo, no era mi intención...—Cuando notó el detalle de seguir hablándole de dicha manera, sonrió y bajó la mirada.—Lo tengo, prometo mejorar en ello.
—Gracias, nos vemos por la tarde.—Con un leve gesto de despedida con su mano, se alejó por el pasillo hasta perderse de su vista.
El azabache observó con atención al pequeño entre sus brazos, sonriendo enternecido al verlo dormir de manera tranquila.—Bien, hombrecito, es momento de dejarte descansar adecuadamente.
Dirigiéndose al interior de la habitación, lo acomodó sobre una pequeña cuna, asegurándose que estuviera bien abrigado. La emoción lo envolvió a la característica sensación de poder cuidar a un niño, no queriendo apartar su mirada y estar atento al más mínimo gesto que percibiera.
Sí, comprobaba una y otra vez lo tanto que le gustaba su trabajo, aunque anhelaba que en un futuro pudiera sentir esa misma emoción por su propia familia.
(...)
Taehyung estuvo vuelto loco durante toda su jornada laboral, desde el regaño que recibió de su superior ante los días que se había ausentado, hasta todo el trabajo acumulado que tenía sobre su escritorio. Seojoon, su compañero de cubículo, le había estado ayudando en sus pendientes, pero el pelinegro sentía que jamás terminaría cuando veía que más papeles iban siendo dejados sobre los montones que ya tenía.
—Es imposible que pueda terminar esto a tiempo.—Se quejó en voz alta, dejando la carpeta a lado suyo.
—¿Por qué no te quedas horas extras? Así puedes seguir adelantando.
—No puedo, Jiyoung está en la guardería y si incremento las horas de su cuidado parecerá muy irresponsable de mi parte.
—Taehyung, ese bebé no es tu hijo como tal, ¿Por qué te preocupas tanto por él?—Su pregunta no iba con el afán de molestarlo, pero esa pregunta se había repetido tantas veces en un solo día que se estaba hartando que todos parecían interesados por su decisión.
—No pretendo que lo entiendas, Seojoon. Es una decisión que tomé, y no lo hubiera hecho si no me sintiera capaz de poder cuidarlo por mi cuenta.—Cuando miró la hora, se sintió agradecido que su turno estaba a punto de acabarse.—¿Terminaste con eso? Prefiero ir recogiendo y salir puntual de la editorial.
—Por supuesto, aquí tienes.—Más allá de sentirse agredido por las sinceras palabras, trató de comprender todo lo que estaba enfrentando.—¿Necesitas que te lleve?
—Estoy bien, pero gracias por la ayuda. Recuérdame de invitarte la próxima vez la comida, así podré agradecerte por lo de hoy.—Guardó sus pertenencias sobre la bolsa que portaba, levantando su mirada en su dirección.
—No te preocupes, cuando tengas tiempo ya podrás pagármelo.—Sonrió antes de levantarse de su lugar, estirando sus brazos sobre su cabeza.—Mañana tenemos la junta con Park, ¿Recuerdas?
—¿Es mañana?—Cuestionó sin aire, sorprendido.
Asintió.—No estoy seguro de cuánto tarde, pero es mejor que nos preparemos para cualquiera de sus jugarretas, no queremos que haga alguna de sus trampas.
Con un bufido, no le quedó de otra que estar de acuerdo.—Estaré mentalizándome para ello, gracias por recordármelo.
—Para servirte, si no te importa me adelantaré en irme, pero nos veremos mañana en la sala de juntas a primera hora, ¿Entendido?
—Entendido, que tengas una buena noche, Joon.—Con un beso en la mejilla, se despidieron y lo vió alejarse antes de seguir acomodando sus cosas.
Su primer día integrándose nuevamente al trabajo no había sido tan malo como esperó, omitiendo la parte donde su superior le gritó y luego vió toda la montaña de pendientes, pero cuando tenía pequeños ataques de desesperación y mandaba mensaje a la guardería, Jungkook le aseguró en cada oportunidad que tenía que todo estaba bien.
Y cuando llegó y se aseguró de avisarle tal y como le había dicho, ver a Jiyoung entre los brazos del azabache solo le provocó darse cuenta del suspiro que había estado reteniendo en todo el día. Ese pequeño ya se había convertido en su todo, y solo había sido cuestión de días para que aquello sucediera.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro