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047.

— ¿No ha dado señales de vida?— Preguntó Yoongi, quien bajaba de su auto y miraba con cansancio a Jinyoung y Hoseok. Realmente no quería que se volviera a repetir lo de hace semanas.

— Pues...— Jini se paró de la banca del parque donde estaban.— Hace una hora estaba en el gym creyéndose Muhammad Ali.

Hace un rato, Jinyoung había estado pensando en algún lugar donde pudiera estar Jimin y pensó en el gimnasio de box en el que entrenaba. Hyunseok, el encargado, le había dicho que ahí había estado y que incluso había tenido un par de combates.

Bueno, estaba satisfecha con eso. Jimin estaba enojado y por los menos fue a desquitarse con el boxeo. Además, él no se estaba escondiendo.

Aunque, sabía que después del gimnasio se iría al primer bar que se topara y eso sí le preocupaba.

— Explícate.— Pidió Yoongi.— No sé quién ese ese tipo egipcio.

— No es egipcio, ¿okay? Es uno de los mejores boxeadores de la historia. Y me refería a que, Jimin fue a boxear.

— Dilo simple y ya.

— Como sea.— Hoseok recién colgaba una llamada.— Bebé, ya anocheció y Jiwoo me necesita en casa, ¿te llevo ya?

Jini suspiró y asintió, caminando a su lado.

— ¿O sea que acabo de perder segundos de mi vida en esto? No debí haber venido.

— Mamón, estabas de pasada y tú fuiste el que dijo "no se muevan, voy para allá".— Hoseok imitó lo último con "la voz de Yoongi", el peligris puso los ojos en blanco.

— Da igual.

Luego de una mini discusión de Hoseok y Yoongi, los tres salieron del parque y Yoongi fue directo a su auto mientras Hoseok y Jini se montaron en el Mustang de éste. Yoongi pasó a su lado con la música al máximo y como despedida, les hizo un movimiento de cabeza. Hoseok llevó a Jini a su edificio estudiantil, dejándola frente a la puerta del lugar y despidiéndose de ella, diciendo que todo estaría bien. Ella saludó a la encargada en turno y subió directo al dormitorio.

Se sentía tan solo.

Dio un fuerte suspiro y se lanzó al sofá boca abajo. Pensó en muchas cosas, tantas que ni se dio cuenta cuando terminó dormida. Al despertar, se quedó sentada ahí mismo un buen rato, mirando a la nada, sólo ganando preocuparse más y más. Sabía que la cosa no sería tan grave como la vez pasada, sin embargo, por su horrendo sueño, sentía una fuerte punzada en el pecho. Pasaban de las diez de la noche y ella se levantó, empezó a limpiar el departamento ya que estaba un poco sucio; estaba yendo al baño para ver qué tan sucio estaba, pero en ese momento el timbre de su celular llenó en ecos todas las habitaciones.

Jimin.

Corrió en busca del aparato, no lo encontraba. Pero éste estaba sonando solo en el sofá, entre medio de los cojines, seguro se había hundido ahí con ella acostada sobre él. Escarbó hasta dar con él y contestó de prisa, ni siquiera miró quien le llamaba.

— ¡¿Jimin?!

Te  juro que no estoy exagerando, cuando te digo que sin ti soy nada...

— ¿Uh? ¿Estás cantando?

Sí, eso hacía y Jini notaba que estaba ebrio. Justo como lo dedujo. Jimin siguió cantando, pero esta vez era otra canción.

Y dile que me amas, aunque sea mentira. Te juro los celos me están matando

— ¿Qué mierda cantas? ¿Dónde estás?

Y díselo en su cara, que por mí suspiras...

— ¡Jimin-ah!

— Hola, Jini.— Dijo acompañado de una risita.— ¿Cómo has estado?

— Preocupada por ti, de hecho. Dime dónde estás, iré por ti.

— Te lo diré con una condición...

— ¿Cuál?

— Que vengas sola.

— ¿A qué te refieres?

— A que no quiero que vengas con el imbécil de Hoseok.

— Jimin, no, tú...

— Sé que no quieres iniciar una relación conmigo por su jodida culpa, Jinyoung.

— Llegaste un muy mal momento, ¿okay? Te explicaré todo más tarde.

— No.

— Ya dime dónde estás.

Se escuchó un resoplido de Jimin y seguido cómo le preguntaba a un chico el nombre del lugar. Bar la Quinta Avenida en Wook-do. Eso de logró escuchar Jini y ya estaba yendo a la puerta.

— Bar la Quinta Avestruz
en Do-wook.

— Sí, ya voy.

Wook-do estaba a dos distritos del que vivían ellos. Cruzó a la universidad y en la calle transitada de ésta, tomó un taxi el cual la llevó al bar. Las once en punto marcaba el reloj del taxi, Jinyoung le dio el dinero al taxista y salió del auto, pronto visualizó el Camaro y caminó con pasos rápidos hasta la entrada del bar. Mucho ruido y mucha gente. Se paró de puntitas para ver sobre todas las cabezas y dio con la castaña y esponjosa de Jimin, él estaba en la barra y conforme se fue acercando, se dio cuenta que él le estaba contando sus penas al chico de la barra.

— Y sabes amigo, yo la adoro, quiero intentar todo con ella, pero ella no me quiere al parecer y, ¿sabes lo mucho que sufro con eso?

El chico asentía, escuchaba con comprensión todo lo que Jimin le soltaba mientras limpiaba y pulía las copas de cristal.

Jini apretó sus labios al escucharlo, sintiéndose culpable. Se acercó a él y recorrió su mano de un punto de su espalda hasta su hombro y ahí lo apretó, sintiendo los detalles de la

— Estoy aquí, Jimin.

Él sonrió causando que sus ojos se cerraran en el acto. Jinyoung le sonrió en agradecimiento al barman y le pagó los tragos de Jimin, pasó el brazo de Jimin sobre sus hombros y lo ayudó a bajar de la silla, rodeó su cintura y lo apretó. Quería sacarlo de ahí en ese momento. Aunque Jimin no estaba siendo de mucha ayuda, él iba caminando también, pero sus pasos eran pesados y a pesar que Jini trataba de caminar rápido y firme, Jimin susurrando cosas a su oído no eran de muy buena ayuda.

— ¿Y las llaves?

— En alguno de los bolsillos del jean.— Indicó, Jinyoung empezó a buscarlas y él reía divertido.— Golosa.

— Cierra la boca.

Las risas seguían y de alguna manera, contagiaron a Jini y así lo subió por el lado del copiloto, ella rodeó el carro y entró al asiento piloto. Encendió el motor, conectó su música al estéreo de Jimin y sin más, dio reversa y se echó andar por las calles. Jimin iba durmiendo, cantando o riendo. Jinyoung conducía tranquila con Middle de fondo, de vez en cuando la cantaba.

— Jini, ¿qué día es hoy?

Ella rió apenada y negó.— No lo sé. Estamos en de vacaciones, no me pongo a ver el calendario.

— Sabes que muy pronto volveremos, ¿cierto?

— Ajá.

— Te tengo una sorpresa. Te la daré antes de que entremos.

— Bien.

— Párate ahí.

Jimin señalaba la orilla de la autopista. Así lo hizo Jini y dejó el auto en neutral, Jimin bajó del auto y pronto Jini pudo sentir el movimiento del auto desde el exterior, desde el espejo retrovisor miró a Jimin sentado en la cola del auto, éste miraba la ciudad. Jini apagó el auto y fue acompañarlo. Estaban en una zona alta de la ciudad y justo ahora podían ver las luces y altos edificios de aquella área del hermoso Seúl.

— ¿Estás muy, muy, muy ebrio?

— No. De hecho casi no bebí. Lo que me tiene así de mal es mi corazón lastimado.

— Jimin...— Ella hizo un movimiento con el que terminó más cerca de él, Jimin la abrazó.— Si tan sólo hubieras escuchado todo lo que hablé con Hoseok.

— ¿El por qué no quieres salir conmigo?

— No. La verdad fue que yo me sinceré y dejé todos mis sentimientos claros.

— ¿Y cuál fue la conclusión?

Jinyoung llenó sus pulmones de aire y después lo soltó. Cerró sus ojos, mojó sus labios. Al final, mantuvo la mirada en la de Jimin.

— Que tú me gustas, Jimin.

— Me gustas también, aunque eso es obvio.

Se sonrieron mutuamente.

— ¿Qué fue lo que escuchaste en casa?

— Algo como que no querías empezar una relación conmigo.

— Eso fue tan sólo la mitad de lo que tenía planeado decir.

— ¿Cómo era originalmente?

— "Yo no quiero empezar una relación con Jimin y que ésta arruine nuestra grandiosa amistad", así era.

— ¿En serio?

— Claro que sí.— Hizo un puchero y seguido lo empujó.— Jamás querría que algo como eso se arruinara.— Confesó.— Ha sido la mejor amistad que me pude conseguir.

Jinyoung le explicó a Jimin todo lo que había hablado con Hoseok, cada detalle. Se sintió aliviada al ver que Jimin la comprendía, incluso él le confesó que nunca había pensado en eso y ahora lo hacía. El mismo temor creció en Jimin.

Jimin se inclinó a Jini y le dio un corto beso.

— Es loco, pero mi corazón no había sufrido tanto ni siquiera cuando estuve con Hyemin.

— ¿Debería sentirme una perra mala 2.0 ahora?

— No, deberías sentirte bien. Eso significa que realmente eres importante para mí.

— ¿En serio?

— Jini, cada día que pasa confirmo que si llegara a perderte, yo en serio me hundiría.

Volvieron a casa, el camino no había sido tan largo. Jimin durmió tranquilo el resto pero tuvo que levantarse para subir al dormitorio. Ya arriba, sanos y salvos, Jini lo llevó al baño y lo hizo lavarse la cara para que reaccionara, después de eso, le dijo que tomara una ducha. Jimin como era de esperarse, se tardó siglos bajo el chorro de agua. Jini se desmaquilló y se vistió en una cómoda camiseta de los Orioles de su hermano. Aprovechó que Jimin salía en ese momento y ella se lavó la cara.

Apenas eran media noche.

Se había acostumbrado a dormir tarde últimamente, seguro hoy miraba un par de películas o continuaba con The Royals, la serie que miraba. Pero las cosas cambiaron.

Cuando salió del baño, lista para ir directo a la tv, quedó atrapada con Jimin en el pasillo, siendo incapaces de salir de ahí por sus torpes movimientos, rieron y terminaron en un beso. Jimin tomaba delicadamente la cintura de ella y Jini enroscó sus brazos en el cuello de él.

— Anda, ve a dormir que necesitas descansar.— Jini susurró sobre sus labios.— Estaré viendo mi serie por si necesitas.

— Bueno, te necesito ahora.

— Ay, no jodas.— Rió y se separó de él, caminando lejos.— Duerme.

— Sí, mamá.

Jini le sonrió por última vez, pero antes notó algo extraño en Jimin.

— ¿Qué haces en camiseta? Se supone que vas a dormir y tú duermes sin camiseta.

— Estaba esperando que alguien me la quite.

Ella rió por el intento fallido de movimiento pícaro de cejas que hizo él, le dijo lo patético que fue y estaba yéndose otra vez, pero había algo en la mirada de Jimin que no le permitía salir del pasillo de una vez por todas. Soltó un suspiro y miró al piso, analizando mentalmente lo que estaba por hacer. Y aunque parecía ser una mala y muy atrevida idea, lo hizo. Corrió a Jimin y éste la recibió en sus brazos, enroscó sus piernas en la cintura de él, Jimin ahora la sostenía de sus muslos y una vez más, ella lo besaba.

Jimin caminó hasta su habitación con ella en brazos mientras la besaba, abrió la puerta con habilidad y en menos de segundos, ya se encontraban sentados en la cama de él.

Jini dejó de besarlo en los labios y delineó la quijada de Jimin con besitos, después bajó al cuello... Jimin casi entraba en coma al captar lo que Jini hacía. Y le estaba encantado. Jamás creyó que llegaría a pasar eso, pensó que siempre se quedaría en aquellos sueños que solía tener. Después de todo no se iba a quedar con las ganas, ahora él repartía húmedos besos en el cuello de Jini, aspirando su dulce perfume por la nariz. Los besos se centraron en los labios de nuevo, ahora Jini recorría el abdomen de Jimin hasta dar con la bastilla de la blanca camiseta y fue quitándosela de poco en poco hasta deshacerse de ella.

— Listo. Ya puedes dormir tranquilo.

Ella empezó a bajarse, pero Jimin la detuvo y la miró con una sonrisa de derrota.

— No puedes hacerme esto, Jini.

— ¿Qué?— Preguntó haciéndose la loca.— Ya puedes dormir, ¿no?

— No puedes dejarme así, mejor dicho.

Jini se carcajeó al escuchar a Jimin y su voz, él sonreía, pero sabía que se había quedado con ganas de más y su voz con enojo y desesperación a la vez lo dejaba más que claro. Ella se acercó a besarlo por última vez.

— No quiero llegar más lejos. No hoy. Digo, te acabo de sacar de un bar, estabas pasado de copas y recién te enojaste conmigo.

— ¡No estaba pasado de copas! Pero da igual, te entiendo.

Ella le sonrió agradecida, Jimin le sonrió también.

— Ya me voy, la verdad me quedé en un capítulo muy interesante así que... ¡¿Qué es eso?!

Sus ojos se abrieron en sorpresa al ver aquella marca nunca antes vista en una de las costillas de Jimin. Caligrafía japonesa la decoraba ahora y vaya que se veía hermosa ahí. Jini, quién se había bajado de él, estaba sobre él de nuevo, admirando su tatuaje nuevo.

— Oh eso... Fue un arranque.

— Vaya arranque.— Jini estaba anonada.— Luce asombroso.

— ¿Te gusta?

Ella asintió, sin dejar de verlo.

— ¿Qué dice?

— The Most Beautiful Moment in Life.

— ¿Tiene algún significado especial?— Jini lo miraba a los ojos.

— Sí. Pero te los diré después.

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kIONDAAAAAAAA QUÉ ANDAN HACIENDOoOO

dato; mientras escribía la parte jiminxjini, me reí por dos horas bc justo se puso wolf de exo y o sea, dice algo como "te como, como el queso" y fue re whAT PEDO JAJAJAJAJAJA

bueno bais

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