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039.

El día había llegado.

Cuatro días y tres noches sería su estadía en Jeju. Su vuelo sería temprano y aterrizarían antes de medio día, el primer día se instalarían en el hotel y pasearían por las zonas turísticas; el segundo día se quedarían en el hotel, ya que era resort y estaba a la orilla del mar, estarían ahí e asistirían a la fiesta en la playa que el hotel organizaba; su tercer día sería el más ocupado, temprano visitarían el laberinto gigante y por la noche se irían de fiesta a un club; y el cuarto día tenían planeado algo especial en las Cataratas Cheonjeyeon. Claro que Jinyoung no había sido la única del presupuesto, Jimin había puesto parte del dinero también.

Entraron al aeropuerto, arrastrando su maleta cada quién y el resto de su equipaje, igual no llevaban mucho. Hoseok y Yoongi se habían ofrecido a llevarlos.

— ¡Diviértanse!— Les gritó Hoseok antes de que ellos entraran por la puerta de seguridad.— ¡Me traen algo!

Ambos se giraron a verlo a él y a Yoongi, se despidieron con la mano, Suga les hizo un movimiento de cabeza mientras Hoseok casi se sacaba el brazo de tanto agitarlo. Entraron por la puerta que separaba las dos zonas y fueron directo a la sala de espera. Por las ventanas se veían los aviones aterrizando y despegando, Jimin les tomaba fotos mientras ella sólo tomaba su café helado y checaba los mensajes de Hoseok. Entonces fueron llamados. Subieron al avión, buscaron sus asientos y pusieron sus bolsos en el compartimiento de arriba, se sentaron y siguieron las indicaciones de la azafata.

— Ay, no...— Chilló ella, sonriendo por lo nerviosa que estaba.

El avión ya andaba por la pista.

— ¿Qué tienes?— Jimin la miró, preocupado pero divertido a la vez.

— No suelo ser miedosa, pero siempre que un avión va a despegar, siento un cosquilleo.

— No va a pasar nada, Jini.

Jimin apretó la mano de Jinyoung y se rió en el momento que el avión se elevó y ella se pegó asustada al asiento. Jinyoung tenía como costumbre reír cuando se sentía nerviosa o sentía dolor. Diez minutos después el avión volaba por los cielos sin ningún problema.

— Voy a dormir, descansaré todo el vuelo para no llegar agotada a Jeju.

— ¡Espera!— Jimin la frenó.— Hay que tomarnos una foto primero, ¿sí?

Jinyoung posó a su lado, recargándose en el brazo de Jimin y sonrió a la par de la sonrisa de él. Jimin estuvo el resto del vuelo viendo la película que pasaban por las pantallas o mirando por la ventana el cielo y las nubes. La Isla Jeju estaba a tan sólo 63 kilómetros de Seúl, era un vuelo muy corto. Aproximadamente una hora después, ellos estaban desbordando el avión y consiguiendo su equipaje.

— Woah, el calor se siente...— Jini miró a su alrededor.

Era un bonito día.

— Rápido, Jini.— Le gritó Jimin a lo lejos.— Tenemos que conseguir un taxi.

Desde que salieron del aeropuerto y transitaron por las calles de Jeju, se dieron cuenta que había mucha gente, lo cual era obvio debido a las vacaciones de verano. Desde jóvenes, niños, adultos y viejos. Cuando llegaron a la zona hotelera, fue un poco diferente, era una zona de más que todo veinteañeros. Se notaba la juventud en las aceras. El hotel precisamente tenía ese tema, summer young, lo habían adaptado para que por esa temporada fuera uno vacacional, sobretodo para los de temprana edad. Luego de pagarle al taxi, entraron al gigantesco hotel que tenía frente a ellos, emocionados pidieron la llave de su suit y subieron con la ayuda del botones.

La habitación era otro nivel. Con una pequeña cocineta, sala de estar con una hermosa vista al mar, y el cuarto doble junto con su baño. Decorado de una manera rústica pero a la vez moderna.

— ¡Jimin, no!— Gritó enojada.— ¡Bájate, vas a romper algo!

Pero Jimin le hizo caso omiso a Jinyoung y siguió brincando en una de las camas.

— ¡Están muy cómodas!— Exclamó justo después de acostarse.— ¡Jini tómame una foto!

Jini apareció otra vez en el cuarto, esta vez con cámara en mano.

— ¿Por qué insistes en fotografiar todo?

— Porque es un viaje especial, ¿okay? Son nuestras primeras vacaciones juntos, bien hechas y planeadas.

Jini le tomó varias fotos ahí tirado mientras hablaba. En todas sonreía. Él se paró de un salto y le quitó la cámara, ella se fue de ahí cuando Jimin empezó a tirarle capturas. Enojada se alejó de él y mejor se quedó admirando la hermosa vista a la playa, las personas, el mar. Jimin fotografió eso también.

— Ya pasa de medio día, ¿quieres ir a comer y dar la vuelta?— Se giró a verlo.

— Sí. Luego no nos alcanzará el tiempo.

Juntos volvieron a la habitación y se cambiaron de ropa, algo digno para la playa y el verano. Ella tomó su bolso largo y se lo cruzó sobre el pecho, Jimin aseguró su billetera y celular y sin tardar más, salieron de la habitación y posteriormente del hotel. Afuera los esperaba un extenso bulevar, tupido de tiendas y restaurantes, con la playa a un costado y gente por todas partes. Caminaron dos kilómetros, viendo todo a su alrededor, los vendedores y cantantes ambulantes, tomaban fotos y se paraban cada tanto para observar las vitrinas. Llegaron a un restaurante de mariscos, llamándoles la atención el hecho que la parte exterior de éste tenía la característica que la marea le llegaba hasta los pies.

— ¿Sabías que hay un restaurante así en Latino América?— Jini se refirió a la marea.

— ¿Ah sí?

— Ajá.— Musitó mientras leía el menú.— Sin embargo, hay una época del año donde se clausura.

— ¿Y eso por qué?— Jimin también leía su carta.

— Porque la marea es tan fuerte que trae consigo peces, plantas... Cocodrilos también.

Jimin abrió sus ojos en sorpresa. Eso era... Aterrador.

— Qué miedo. ¿Aquí no pasa nada como eso, verdad?

Ella negó con la cabeza riendo, llamó al mesero y cada quien pidió el platillo que deseaba. Siguieron hablando, les trajeron las bebidas, Jimin tomaba fotos, ella de vez en cuando también, incluso se pararon y se metieron al mar hasta que el agua les llega a las pantorrillas. Al fin y al cabo, ella llevaba shorts y él bermudas. Les sirvieron, comieron entre risas y tontadas.

Se habían propuesto olvidarse de todos los problemas esos cuatro días que estarían allí. Disfrutarían juntos sin ninguna preocupación.

— ¡Jimin, mira!— Estando de nuevo en las calles, Jini se encontró una tienda de recuerdos.— Hay que entrar, tenemos que comprarle algo a Hoseok.

Cruzaron la calle, entraron al establecimiento y se pusieron a buscar algún recuerdo. Jini había encontrado bonitos accesorios para autos, entre ellos, un amuleto de madera, que supuestamente daba buenas vibras y seguridad al conductor. Llevando eso y unos dulces, ya no se tenía que preocupar por Hoseok. Salieron de ahí y siguieron entrando y saliendo de tiendas o acercándose a la gente que miraba las atracciones callejeras. Entraron a una tienda de sombreros, con la excusa que tenían que comprar uno para el día siguiente, mientras se los probaban, bromeaban y se tomaban fotos. Volviendo por la misma calle, se toparon con un centro comercial al otro lado de la calle, fueron y pasearon por los tres niveles, compraron helados y golosinas. Volvieron a las calles, ahora Jini estaba en la espalda de Jimin y cada que él podía se subía a un malecón o bancas, haciendo que ella se lleve unos sustos y terminen riendo.

— Me sorprende el hecho de que aquí no hay tantos edificios o rascacielos como en Seúl o Busan.

— Lo atractivo de Jeju es que es muy ambiental, montañas y zonas verdes por todas partes.

Y así era, incluso en el bulevar que estaban, el cual tenía edificios y muy altos, tiendas y todo alumbrado, las palmeras haciendo hileras en cada acera, a lo lejos se podían ver las pequeñas montañas verdes y árboles frutales.

— Es hora de volver al hotel.— Dijo Jimin al ver el oscuro cielo. Era casi media noche.— Mañana tenemos que levantarnos temprano.

Se pusieron de pie de la banca en la que descansaban.

— Jimin...— Jini hizo un puchero al mismo tiempo que tomaba de su smoothie.— ¿Podrías llevarme en tu espalda otra vez?

Él asintió anonado. Intentaba procesar lo sucedido hace unos segundos. Jinyoung había actuado linda y tierna para él.

Tan sólo tenían que cruzar al otro lado de la calle, esperaron la indicación del semáforo y seguros llegaron al hotel. En el camino a su suit, se topaban con gente que salía de fiesta o a cenar. Eso no les tocaba hoy. Jini se tiró a la cama, exhausta. No sentía los pies. Pero luego de unos minutos, con toda su fuerza de voluntad se puso de pie, decidida a tomar una rápida ducha.

— ¡No hay toallas de baño!— Gritó desde adentró. Se topó con Jimin lavándose los dientes mientras paseaba por la sala y leía algo en su celular.— Iré al pasillo, afuera había un armario.

Jimin asintió y la observó salir por la puerta. Jinyoung estaba afuera, yendo rápido al armario y rebuscando en él. No había nada, sólo las toallas pequeñas para el rostro. Cuando iba a volver para llamar al servicio a la habitación, Jimin salió de la puerta y corrió por el pasillo con toallas en mano, agitándolas como banderas.

— ¡Sí había!— Le dijo feliz.— En el mueble del lavabo, abajo.

— Gracias.— Dijo ella tomándolas.— Un segundo.— Se asomó a la puerta ya cerrada.— ¿Trajiste la llave, no?

Los labios de Jimin se abrieron ligeramente y se cerraron después de golpe. Jini se golpeó la frente y negó. Lo lógico sería ir a la recepción y pedir la llave maestra, pero, Jini estaba en la bata de baño y Jimin tan sólo llevaba las bermudas, ambos descalzos.

— ¡Bravo!

— ¿Qué no se puede abrir y ya?

— ¡No, Jimin! Se cierra automáticamente. ¿Y ahora?

Jini lo miraba en busca de respuestas. Él no pudo aportar nada.

— No sé.

— Ven.— Le hizo un ademán con la cabeza y volvió al armario.— Creo que vi unas sanda... ¡Jimin!— Lo sorprendió grabándola con su teléfono.— ¡¿Trajiste tu teléfono pero no la llave?!

— Ups.— Soltó una risita nerviosa. Giró el celular y se aseguró que los grabara a ambos.— Por fuertes fuerzas del destino, nos quedamos afuera de la habitación y no estamos en condiciones de bajar...— "¡Fue tu culpa, idiota!" Gritó Jini en el fondo.— Y esa de atrás, es Jini histérica por lo que pasó.

— ¡Ya déjate de cosas!

Fue y lo jaló de las orejas, llevándolo directo al armario. Entre los estantes lograron encontrar sandalias, pero nada más. No les quedó más que bajar así. Jini obligó a Jimin que él fuera a la recepción –ella se quedaría en el elevador–, él se negó por el hecho de estar sin camiseta, pero Jini le pegó, diciéndole que estaban en la playa y que él estaba sin camiseta siempre. Mientras ella esperaba, tuvo la mala suerte de que dos chicos entraran, a lo cual reaccionó con darse la vuelta, dándoles la espalda. Según ella, el camuflaje perfecto.

— Ya está. Me dieron un repuesto.— Jimin llegó. Miró a los dos niños.— Oh, lo siento...— Se disculpó.— Mi pobre hermanita consiguió permiso de la clínica psiquiátrica y la traje de vacaciones.— Se acercó a ella y la abrazó.— No está acostumbrada a esto.

Los chicos sin decir nada y con miradas desconcertadas, se bajaron en el siguiente piso y se subieron al ascensor de enseguida.

— ¡Imbécil!— Jini lo empujó lejos, seguido empezó a reír divertida.— Eres tan malo inventando mentiras.

— ¿Y tú que hubieras dicho si la situación habría sido al revés?

— Hmm, no sé,— Apretó los labios y después sonrió.— algo como: está idiota, lo siento.

— Tu amor es desbordante, Jini.

Jinyoung le regaló una sonrisa y salió del elevador con el detrás, aún quejándose.

••••
hola, hola, hola ✨
boeh, he decidido hacer algo en estos cuatro capítulos de vacaciones¿? idk, me gustó la idea y bueno, la cosa es que, les haré una edit por capítulo/día, que sería así como un resumen, jé.

aquí se les dejo:

¿qué les parece? 🙄

Y OTRAAAA, resulta que sólo he dormido dos horas y es porque me entretuve haciendo esto:

los personajes principales:

y no pude dejar atrás a yoongi boss:

¿cómo están? 😂

btwww, es seguro que mañana o más tarde les actualice otra vez ✨

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