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018.

Jimin estaba en su habitación pensando en nada pero a la vez en tantas cosas. Mañana volvería a la escuela y recordó su primer día, de hecho no, recordó su primera vez pisando ese dormitorio. Cuando conoció a Jini. También se acordó cuando ella casi lo golpea en el campus y cuando le quitó aquellos mil won. Mañana sería como un primer día otra vez; todo empezaba desde cero.

Se sentía un cobarde, no tenía el valor de hablar a Jini ¡y ella estaba justo enfrente! Pero se sentía incomodo, no, tímido y no listo. Tenía tiempo sin hablar con ella... Bien; como debía de ser.Sus conversaciones era sólo saludos, despedidas o las preguntas básicas. La extrañaba, demasiado. Extrañaba a su mejor amiga.

Jimin, eres el hombre de la casa. Mueve el culo. Saltó de la cama y salió de su habitación, pero se frenó justo frente a la puerta de ella... Iba a dar la vuelta, pero entonces ella gritó. Gritó por él.

— ¡Jimin me estoy muriendo!— Se escuchó el desgarrador grito.— ¡Pu.ta.Ma.dre!

Abrió la puerta de golpe y se asustó al verla retorciéndose en la cama mientras se tomaba el estómago. Jinyoung lo miró y él notó sus ojos llorosos.

— ¡Jini!— Corrió a su lado.— ¿Q-qué tienes?

— ¡Cólicos!— Gritó furiosa ahora. Jimin se calmó un poco.

— Joder, pensé que era más grave...

— ¡Es grave, muy grave!— Lo fulminó con la mirada.— Tráeme un té de manzanilla y unas pastillas del frasco azul de la primera puerta de la alacena. Ya sabes cual. 

Jimin asintió y salió casi corriendo de ahí, empezó a calentar el agua mientras buscaba las pastillas. Eran unas cápsulas azules. Sirvió agua en un vaso y se lo llevó a Jini. Volvió a la cocina y esperó a que el agua estuviera lo suficientemente caliente. Recapituló todas aquellas veces que a sus primas les dieron cólicos y qué hacían.

— ¡Ya sé! Harina... Harina...— Buscaba en los estantes hasta que dio con ella.

Tomó un trapo y echó una cantidad de harina de ahí, después la metió al microondas unos minutos. Volvió a la habitación de Jini, ella se encontraba desparramada por toda la cama, lo miró esperanzada. La ayudó a acostarse, recargó su espalda en el respaldo y se tomó el té con calma. Jimin esperó a que se lo terminara.

— ¿Te sigue doliendo?

— Como un infierno.— Chilló.— Quiero llorar.

— Acuéstate bien.— Pidió. Jinyoung lo hizo con cuidado, respiró profundo. Jimin tomó su blusa y la levantó hasta la mitad, ella lo miró confundida.— No te alteres.— Sacó el trapo y lo puso en la parte que le dolía.— Esto le funcionaba a mis primas.

Jinyoung cerró sus ojos y poco a poco sintió como el dolor se calmaba hasta casi volverse insignificante. Se quedó dormida. Cuando despertó, Jimin seguía ahí, viéndola con preocupación. No le gustaba para nada verla sufrir.

— ¿Cuánto tiempo pasó?

— Diez minutos.— Jimin se burló.

— Perdón por las molestias, Jimin.— Lo miró apenada.— Puedes volver a tu habitación.

— No me iré a ningún lado, Jini.

— No es para tanto.

— Para mí lo es, así que shh.

Jinyoung sonrió con derrota y asintió. Jimin era necio, no lo sacaría de ahí. Jimin se acomodó con cuidado y se acostó junto a ella, volteándose a su lado.

— Preferiría mil veces que me duela la cintura a esto. Odio los cólicos. Bueno, todas las mujeres.

— ¿Dolor de cintura?

— Cuando una mujer está en sus días, les duele la espalda, tetas o les da cólicos.— Explicó.

— ¿Y te pasa seguido?

— Ninguna de las tres. Pero ayer comí mucho picante y supongo que la vida me las está cobrando.

Jimin se quedó mirándola un rato más, ella estaba perdida en el techo. Se movió para tener más comodidad, atrayendo la atención de Jinyoung.

— ¿Qué pasa?— Preguntó tranquila.

— Me estaba aplastando el brazo.— Explicó.— Como sea, antes de que gritaras por ayuda...— Presionó sus labios.— Yo iba a venir a decirte algo...

— ¿Decirme qué?

— Que te extraño. 

Jini lo miró con más atención y pudo notar un brillo en sus ojos que nunca antes había visto. Jimin lucía tan tierno en ese momento, aquellos ojitos felices y esa leve sonrisa. Jinyoung sonrió y de repente, sintió como si no lo hubiera visto en años.

— ¿Mucho?

— Demasiado.

Ambos estaban consientes de que ya nada era igual.

— Yo también te extraño, Jimin.— Confesó.— Mucho. Extraño regañarte y toda esa mierda.— Siguió, su voz empezaba a apagarse.— Y perdón si...

— Jini— Jimin soltó una risita.— ¿Estás llorando?

— ¡Déjame, idiota!— Le pegó en el pecho.— Estoy en mis días y estoy sentimental, por lo tanto, deja que me hunda en mi mar de lágrimas, gracias.

Jimin rió mas fuerte, se reincorporó y arrastró hasta pegarse a ella, abrazándola, depositó un beso un frente. Ambos sonrieron.

— A partir de mañana todo será como antes, ¿de acuerdo?— Habló como bebé.— Tal vez no estemos juntos en el día, pero al llegar a casa nos contaremos todo.— Jinyoung asintió.— Comeremos juntos y todo lo demás, ¿de acuerdo? 

— Estoy de acuerdo.

— Entonces, hora de dormir.

*

Como los viejos tiempos, Jini se levantó histérica despertando a Jimin, incluso la rutina de encontrarse en el pasillo, despeinarla y meterse al baño había sido la misma. Ambos sonrieron al darse cuenta de aquello. Desayunaron juntos y Jimin la acompañó a la puerta principal del campus; él iba a saltearse las primeras horas porque tenía unos pendientes que arreglar.

Y esos primeras horas eran las únicas que compartían en todo el día.

Jinyoung se hizo a la idea que no lo vería hasta llegar a casa o en la noche. El día pasó y no entró a la primera hora porque Jungkook fue por ella para no entrar. En ese lapso, Jimin ya estaba en la escuela, pero no había entrado a sus clases de todas maneras.


Jimin miró como todos los de la clase de Hyemin salían de aquel edificio; fue entonces cuando ella salió acompañada de sus amigas; sonrió al verla más hermosa que nunca.

De hecho, el día anterior le había dicho que se fuera muy bonita porque le tenía una sorpresa. Ella creyó que la llevaría a un restaurante.

Una de sus amigas, Seolin para ser precisos, se quedó sorprendida al ver a Jimin, lo señaló y Hyemin junto con sus otras dos amigas lo miraron después de aquello.

Hyemin sonrió sin poder creerlo.

Jimin estaba ahí parado, viéndola con amor, lo cuál no era de sorprenderse, lo que resaltaba de todo aquello, era el hermoso y enorme ramo de rosas rojas, cada una con un diamante fantasía en el centro.

Sus amigas la alentaron para que se acercara a él, Hyemin les entregó sus cosas y fue a donde Jimin, el chico ya la esperaba. Hyemin sonrió sólo como ella sabía y como últimamente sólo le sonreía a Jimin. Él dio un paso, acercándose tanto que logró darle un corto beso. Hyemin lo abrazó por los hombros y lo miró expectante.

— ¿Y esto a qué se debe, señor Park Jimin?— Soltó una tierna risita.

Cada vez me sorprendo más... Jimin sonrió de lado, dedicándole esa sonrisa que la mataba.

— ¿Qué no puedo traerte rosas un día cualquiera?

Hyemin sonrió.

— No sabía que eras tan lindo, Jiminnie. Me sorprendes.

— Aún me falta sorprenderte más.— Dijo.— Pero volviendo a las rosas, de hecho si las traje por algo especial.

La chica ahogó aquel grito emocionado que guardaba y empezó a temblar. Sabía a lo que Jimin se refería.

— Ya te estabas tardando.— Depositó un beso en sus labios.— Creo saber por qué, ¿podrías confirmarlo?

Jimin se alejó un poco y le entregó formalmente el ramo de flores, pero no tardó en acercarse para darle un beso, un beso bien, un beso juguetón y amoroso. Gente los veía, incluso se había hecho ya una pequeña multitud de espectadores. Jimin se separó de ella y pegó sus frentes.

— Hyemin, ¿quieres ser mi novia?


— ¡Taehyung, para!— Pidió entre risas Jinyoung.

El chico no dejaba de cantar en voz alta, pero lo hacía en forma de broma y eso causaba la atención de todos ahí. Estaban en la cafetería al aire libre, sentados cómodamente, excepto Taehyung, él se encontraba acostado en la mesa.

— Canto hermoso.

— Lo haces, pero si sigues lastimarás tu voz.— Advirtió ella.— Oye, ¿adónde fue Jungkook?

— Creo que fue a conseguir algo de valor.— Se burló. Se reincorporó y se quedó viendo a la nada.— Allí viene.

Jinyoung miró en la dirección que apuntaba Taehyung, sonrió en automático al ver al chico de sus sueños acercarse.

— Youngie, ¿tienes un minuto?

— Puedo irme si quieres.— Ofreció Taehyung.

— No, nosotros nos iremos.— Dijo Jinyoung y se puso de pie.— Tú sigue descansando.

Jungkook tomó su mano y la entrelazó con la suya, jaló de ella y la llevó a aquel gigantesco árbol que se encontraba a unos metros. Era una árbol bonito y próximamente sería especial. El chico miró a Taehyung rápido y éste se encontraba levantando sus pulgares y sonriéndole.

— Y bien...

— Lo que pasa es que— Presionó sus labios y sonrió nervioso.— uhm...

— Jungkook, sólo dilo.

El chico apretó sus ojos y agitó su cabeza. Jinyoung se rió por eso.

— Bueno pero antes...

Se inclinó para besarla, tal vez después de aquello todo cambiaba y no podría hacerlo de nuevo. Jinyoung sonrió a la mitad del beso porque a lo lejos se escuchó un "oh man" de Taehyung, Jungkook sonrió también. Bueno, ya tenía el valor suficiente, tomó la otra mano de Jinyoung y las apretó.

— Ya dime.

— Tengo algunas canciones que dedicarte.— Dijo al fin.

Jinyoung sonrió.

— ¿Cuáles?

— Empezaré con No Make Up de Zion.T, porque sin maquillaje luces como un bello ángel.— Acarició una de sus mejillas, Jinyoung hizo un mohín y soltó una risita.— También está Hold Me Tight de Loco, porque además de querer ser tu amigo o pareja, quiero ser la persona en la que más confíes y te apoyes.— Jinyoung no pudo explicar lo que sintió en ese momento.— Can't Feel My Face de The Weeknd, porque sacas lo mejor de mí, pero a la vez lo peor, eres peligrosa y maldición, amo eso.— Jungkook se aguantó las ganas de besarla de nuevo.— Five More Hours de Chris Brown, porque contigo todo es más divertido, salir de fiesta, a cenar, incluso estar aquí en la escuela.— Le guiñó un ojo y ella casi se desmaya.— Pillowtalk de Zayn, porque joder, eres... wow, no voy a negarlo, simplemente... Esa canción lo explica bien.— Jinyoung se sonrojó y asintió. Había entendido bien.— Like I'm Gonna Lose You de Meghan Trainor, porque cada segundo que pasa yo te amo más.— Los ojos de Jinyoung se pusieron llorosos y sonrió sin poder creerlo aún. Y por último, algo que nunca se esperó. Él cantó.— Y ya para terminar... I need you boo... I gotta see you boo...

With You de Chris Brown, porque ella actualmente era su todo, lo único que necesitaba y porque sólo quería estar con ella.

— Jungkook...

— Youngie, ¿quieres ser mi novia?

*

Eran alrededor de las siete de la tarde cuando Jini llegó emocionada a su casa.

— ¡Jimin! ¡Jimin, ¿estás aquí?!

Gritaba por él y no hubo señal de vida hasta que después de unos segundos, él entró por la puerta como ella lo había hecho. Hicieron contacto visual.

— ¡Tengo algo que decirte!— Hablaron al mismo tiempo.— ¡Tú primero!

— ¡Hyemin es mi novia!

— ¡Jungkook es mi novio!

••••

mY BABY MY ROYALTYYYYYY ✨✨✨✨ ay, bueh, seguiré con mi homework... ¿les gustó? 🌝

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