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016.

La primera semana de exámenes había sido muy pesada y difícil para Jimin y Jinyoung. A comparación de la secundaria, la universidad era otro mundo, cada maestro tenía sus reglas y sus exámenes, si el examen valía el cien por ciento, eso era, y si te sacabas el cien pero te ponía un cero porque así quería, así se quedaba; por suerte no era el caso de los roomies.

Ni ella ni él habían visto a Jungkook o a Hyemin, no como ellos querían, además que esos dos también estaban ocupados con sus materias. Jinyoung le había dicho a Jungkook que se encargaría de ayudar a Jimin a estudiar y con los proyectos finales. Mientras Jimin, le había dicho a Hyemin que se concentraría en los exámenes y que no tendría mucho tiempo.

Afortunadamente era viernes y la semana de exámenes había acabado.

— Si me permites, Jini— Jimin arrastraba sus pies por el pasillo.—. Dormiré dos años. Estoy agotado.

Jinyoung no le dijo nada, sólo se rió y lo dejó ir sin más. Entró a su habitación y se cambió con el primer camisón que encontró y volvió a la sala, sacó unos snacks que se había comprado y se puso a ver una película en Netflix. Sólo vio la mitad, el resto se quedó dormida ahí mismo, pero se despertó porque su celular sonaba. Era Hoseok.

El timbre sonó.

— ¿Entonces sí?— Dijo él, refiriéndose a lo que le había dicho por teléfono.

— Deja voy a cambiarme.

— Así te ves bien.— Sonrió pícaro.

— No iré.— Amenazó.

Hoseok se retractó rápido. Jinyoung se puso unos jeans y converse, se llevó puesta la camiseta de su hermano. Se lavó la cara rápido y tomó lo necesario. Hoseok la esperaba impaciente.

— ¿Seguro no es un engaño y planeas raptarme?

— ¡Jinyoung! No estoy tan mal de la cabeza.— La miró ofendido, pero su expresión cambió a una neutra.— No, de hecho sí lo estoy. Pero no me atrevería a hacerte algo.

Terminaron yéndose de ahí sin mucha guerra. Hoseok le había pedido que lo acompañara al centro comercial, debido a que el cumpleaños de su hermano se acercaba y no tenía idea de qué regalarle. Así que su salvación fue Jini. Durante el camino, era obvio que Hoseok empezó a bromear e insinuársele, pero también tuvieron la oportunidad de hacerse más cercanos y hablar de gustos en común.

— ¿Jimin no te ha hablado de mí?— Hoseok comió de su helado recién comprado.

— No.— Jinyoung sonrió divertida.— ¿Por qué debería de hacerlo?

— Porque tienes que conocer a tu novio.— Dijo obvio.— Pero ya hablando en serio, ni siquiera sé por qué me deja pisar su casa.— Hizo una mueca.— Es muy sobre protector contigo.

— ¿Y eso que tiene?

— Que sabiendo cómo somos y en qué andamos, me parece extraño.

— ¿Venden drogas?— Preguntó de lo más normal del mundo. No le iba a sorprender, sinceramente.

— Te dejaré con la duda. Le preguntas a él.

Jinyoung era una persona curiosa y sin duda iba a hacerlo. Sobretodo quería saber si Jimin estaba en eso también.

Después de comerse sus helados, recorrieron algunas tiendas y con la ayuda de Jinyoung, Hoseok ya le llevaba varios obsequios a su hermana. En ese lapso, él le había contado sobre ella, su nombre era Jiwoo; Jinyoung se quedó con ganas de conocerla. Se escuchaba ser una chica genial. Tenía amigas en la universidad, que más bien eran compañeras, sin embargo, aún no encontraba a esa amiga, la amiga. Terminaron más rápido de lo esperado y Hoseok llevó a Jinyoung a su casa.

Eran apenas las seis de la tarde y Jinyoung ya tenía un plan.

Asomó su cabeza por la puerta de Jimin, él se encontraba acostado en la cama, cubierto de pies a cabeza. A Jini le dio gracia que estuviera roncando. Él nunca roncaba a menos que estuviera muy cansando o estresado. Entró y se lanzó sobre él. Jimin gruñó.

— Ya pasaron dos años. Arriba.

— ¿En serio?

— No. Tan sólo fueron cuatro horas.

— Entonces déjame dormir.

— Levántate.— Ordenó.— Saldremos. Ponte ropa deportiva.— Se bajó y caminó a la puerta. Antes de salir dijo:— Si no te levantas, entonces llamaré a Jungkook y me iré con él.

Jimin abrió los ojos de golpe.— ¡No juegues sucio, Jini!

— Solo así se puede jugar contigo.

— ¿Quieres probarlo...— Palmeó la cama.— aquí?

— ¡Jimin-ah, ya te pareces a Hoseok!

— ¡Tú empezaste!

— ¡Cómo sea, apúrate!

Salió de ahí y fue a cambiarse ella también: leggins y top deportivo, junto con sus tenis de entrenamiento y una chaqueta de licra, todo negro y Nike. Jimin salió de su habitación ya cambiado, shorts de entrenamiento, tenis y una camiseta manga larga de licra. Seguía dormido, su cabello estaba desordenado y tenía la cara hinchada.

— ¿Qué planeas?— Jimin salió de casa junto con ella. Llevaba puestos unos lentes de sol para que no le vean.— Quiero dormir.

— Ha sido una semana con mucho estrés, por lo que iremos a sacarlo todo.

Subieron al auto de Jimin; Jinyoung conducía. Él aprovechó y se desparramó en el asiento, quedándose dormido al instante. Después de largos minutos de camino, Jinyoung aparcó frente a un edificio que ambos conocían muy bien, lo sacudió para que se despertara y bajó del auto. Jimin en verdad no estaba en sus cincos sentidos, hasta que Jini lo empujó dentro del ring y lo hizo caer.

— ¡Yah! ¿Qué hacemos aquí?— Preguntó cuando por fin había captado.

— Vamos a entrenar.

Jinyoung se quitó la chaqueta, Jimin tragó duro cuando la vio sólo en su top deportivo. Empezaron con el calentamiento y estiramiento. Jini conectó su música a las bocinas y se colocaron frente al espejo; harían una hora de kick-boxing. Mientras más aumentaban el ritmo, sus sonrisas crecían. El sudor goteaba de sus frentes y los brazos y espalda estaban húmedos por lo mismo. Jinyoung amaba esa sensación de sus brazos quemándose al exigir más y sus piernas temblar al aumentar la fuerza. Jimin disfrutaba lo mismo, aquel reto que se ponía de no parar.

— ¡Nivel tres!— Gritó él.

Aumentaron la velocidad y ritmo de los golpes, ya no sentían sus brazos. Fue cuando la canción acabó y ellos se desplomaron en el suelo. Sonrisas en sus rostros por haberlo logrado.

— Amo esto.— Dijo Jinyoung con la respiración pesada.— Realmente.

— Sacos, ahora.— Ordenó él.

Se quitó la camiseta debido al calor que sentía, además, empezaba a picarle. Tomaron un par de guantes cada quien y empezaron a golpear los sacos. Tan sólo quince minutos. Después de eso, se encontraban sentados en el ring, tomando agua. Jinyoung tomó su cabello en un moño y se puso de pie, se tomó de las cuerdas del cuadrilátero y en la esquila, escaló hasta la tercera.

— Jimin, párate en el centro.— Pidió como niña chiquita.— Siempre he querido hacer esto.

— ¿Te gusta la lucha libre?

— Sí, algo. ¡Me atrapas!

Jimin sonrió y estiró sus brazos, listo para atraparla. Jinyoung se equilibró y se paró, saltando rápido antes de que se cayera. Voló por el aire y Jimin la atrapó sin algún problema en sus brazos, pero ellos cayeron. Ella sobre él.

— Serías una buena luchadora.— Dijo divertido mientras la miraba.

— ¿Tú crees?

Él asintió, Jinyoung negó con la cabeza divertida y rió, se paró y le tendió su mano para ayudarlo a ponerse de pie. Él la tomó y después de recoger sus cosas, ellos se fueron del gimnasio. Esta vez Jimin conducía. El cielo estaba oscuro, eran más de las ocho de la noche.

— Jini, ahora estoy más que despierto.

Jinyoung dejó de cambiarle a las estaciones de radio y lo miró con una sonrisa.

— Qué bueno, porque quiero que nos vayamos de fiesta.

— ¿Sólo tú y yo?

— Sólo tú y yo.

Jimin sonrió emocionado. Le gustaba, no, le encantaba la idea. Subió a la sexta marcha y aceleró. Llegaron antes de lo previsto a casa y se metió a bañar el primero, ya que era el que se tardaba más. Luego fue Jinyoung y casi dos horas después, ellos se encontraban de nuevo montados en el auto, dirigiéndose al centro de Seúl, donde se encontraban los mejores clubs nocturnos. Jimin estacionó el Camaro en un estacionamiento público, ellos siguieron su noche caminando. Entraron al tercer club que se encontraron y no había sido una mala elección; mucha gente, buena música, una extensa barra, tenía varios niveles y todos se divertían.

— ¡Dos caballitos!— Le pidió Jimin al chico de la barra.

El chico no tardó en traerlos, Jimin los tomó y le entregó uno a Jinyoung. Empezarían la noche con algo fuerte y el tequila era la mejor opción. A Jimin le gustaba ver aquella expresión traviesa de Jini estando en este ambiente. Haría todo para disfrutarla y eso era porque... Porque ya no estaré tanto con ella.

— Por esta noche.— Dijo él sobre la música.

— Por los recuerdos de esta noche.— Agregó ella.

Se echaron el trago a la garganta, sintiendo como se las quemaba. Jini sacudió su cabeza debido a la sensación, Jimin la tomó de la muñeca y la jaló, llevándosela con él. Empezaron bailando en el primer nivel, después el segundo, seguido arriba de una mesa y así hasta estar por todo el lugar, divirtiéndose, bailando, cantando y tomando. Todo era increíble, deseaban que esto fuera para siempre.

— Jimin,— Le habló cerca del oído para que la escuchara.— ¿puedes traerme agua?

— ¿Agua o un trago?

— Agua, por favor.

— Okay, ya vuelvo.

Jimin desapareció entre la gente y Jini aprovechó que el Dj le bajó a la música y descansó un poco. El Dj empezó a hablar por el micrófono.

— Bueno gente, aquí en Paradise seguimos festejando el 14 de Febrero, ¡así que tomen su pareja! ¡Hora de ponernos románticos!

Jini miraba burlona la cabina del Dj e intentaba no reír por su patético anuncio. Casi se le sale el corazón cuando Jimin llegó a su lado.

— Ahora que lo pienso, nosotros no festejamos el día del amor y la amistad.

Thinking Out Loud de Ed Sheeran empezó. Jimin le ofreció su mano a Jinyoung, ella lo miró con una pequeña sonrisa y la tomó, pegándose a él. Las luces del club se apagaron y todas las parejas empezaron a bailar, había un reflector que apuntaba a algunas y estas aparecían en las pantallas. Jinyoung pasó sus brazos sobre los hombros de Jimin, entrelazándolos, Jimin la tomaba delicadamente de la cintura y la movía suavemente con el ritmo de la canción. Ella no pudo seguir haciendo contacto visual, por lo que recargó su cabeza en el pecho de Jimin. Él sonrió por eso.

Sintieron la luz.

— Dime que no es a nosotros.— Jinyoung rió por lo bajo.

— Saluda a la cámara, Jini.

La canción acabó poco después, ellos se fueron después de aquello. Pero la noche para ellos no acababa aún. Salieron fuera de la ciudad, rumbo a la carretera Seúl-Incheon. Y como Jimin lo esperaba, no había nadie más que ellos. Bajó las ventanas, permitiendo que el aire fresco entrara. Los cabellos de Jinyoung empezaron a volar y ambos sonrieron.

— Pisa el acelerador, Jimin.— Animo ella.

— ¿Segura?

— No me hagas cambiarte de lugar.

Jimin asintió y sonrió ladino, se atrevió a buscar con su mano la de Jini y la tomó, ella se sorprendió pero no la quitó, de hecho, apretó el agarré de Jimin. En ese momento Midnight City de M83 empezó en la radio, Jinyoung subió todo el volumen.

— ¡Woo-hoo!

La brisa chocaba con ellos, sus emociones estaban a flote, la ciudad a lo lejos pasaba por sus ojos y la canción de fondo era la indicada. Todo estaba siendo perfecto. Jimin subió más la velocidad y miró a Jinyoung, ella le correspondió la mirada y le sonrió. Le sonrió como nunca antes.

— Ojos en el camino antes de que nos mates.

Jimin rió y en ese momento se dió cuenta de algo; sí, era celoso con ella y no le gustaba que estuviera con Jungkook. Mo le gustaba que los chicos la miraran. Se le hacía la chica más hermosa de todas. Le encantaba estar con ella. Sentía que sus días sin ella no estaban completos. Pero nunca antes había sentido aquel cosquilleo en su estómago, aquella sensación que le daba un vuelco a todo.

Y esa fue la primera vez que lo sintió.

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¡Escuchen la canción! Lañalsklsñskal es geniallllll

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