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Capítulo 24. Mudanza y mucho estrés.

Capítulo 24

MELODY

El dolor de mis piernas era notorio cuando ya había termino la clase. La hora de mi salida llegó al reloj y me senté en el suelo, suspiré fuertemente mientras bajaba la cabeza. Desde que nos habían dado las fechas de las próximas competencias, la entrenadora White nos había hecho entrenar el doble de lo que usualmente entrenábamos.

Cuando mi respiración había vuelto a la velocidad normal, me levanté y me dirigí hacia los vestuarios.

- Melody, ¿podes hablar? - mi entrenadora me preguntó una vez que salí del vestuario. Asentí y me guió hasta la recepción del estudio - no se si te has enterado que la profesora que daba clases de ballet a las principiantes ha renunciado hoy.

Levanté las cejas y negué con la cabeza - no, no sabía. ¿Pasó algo?

Negó - no, sólo obtuvo una beca en Nueva York. Pero, te hablo y te comento esto porque te quería ofrecer el puesto.

Me sorprendí - ¿enserio?

La señora White asintió - creo que eres la persona perfecta.

- Ah... ¡genial! Me encantaría poder ser profesora de las principiantes.

(...)

Sentía algo de nervios cuando escuchaba a las nenas entrar al estudio. Era su primera clase conmigo y, obviamente, todavía no me conocían. Las mismas preguntas corrían por mi cabeza una y otra vez; ¿les caeré bien? ¿seré buena profesora? Recordaba la vez que le di "clases" a Jace y a sus compañeros. Pero ellos ya eran adultos y me importaba muy poco si les caía bien o no.

- Hola chicas, - la señora White habló una vez que ambas estábamos enfrente de los alumnos y alumnas - Ella es Melody Parker, y va a ser su nueva profesora de ballet el resto de sus clases. Así que las dejo, y - se volteó hacia mi - si necesitas algo estaré donde siempre. - me sonrió y se dirigió hacia la puerta de salida.

- bueno, como dijo la señora White, mi nombre es Melody y me pueden llamar Mel si quieren.

- la entrenadora anterior nos hacía llamarla por su apellido - una niña de no más de 10 años dijo con dulzura.

- bueno, pero yo preferiría que me llame Melody, porque mi apellido sería muy formal. Y quiero que nuestra relación sea informal, quiero que sepan que cuentan conmigo como entrenadora y como amiga. - sonreí y la mayoría asintió sonriendo, así que los nervios se fueron bajando lentamente.

(...)

- eres mejor que nuestra entrenadora anterior - dos niñas se me acercaron inocentemente.

- ¿por qué? - sonreí y se me les acerqué.

- era mucho más estricta y así como que nos sacaba las ganas de aprender y seguir.- una niña dijo y la otra asintió.

- Nos hacia odiar venir a clase.

- bueno, cada profesora tiene su manera de enseñar. Ella tenía la suya y yo la mía.

- claro... - asintió  lentamente - bueno, me gusta más la tuya, Melody. - ambas sonrieron y se dirigieron hasta donde estaban sus madres.

¡Unas ganas de abrazarlas!

(...)

Sentía que mis ojos se cerraban solos y mi cuerpo a veces no respondía a lo que quería hacer. Con los entrenamientos antes del trabajo, venir al trabajo, dar clase y entrenar más sentía que mi cuerpo no podía más. Mis músculos me dolían y mis ojos querían cerrarse y dormir por una semana entera.

Me froté la cara y cerré mis ojos con fuerza, me levanté para servirme un café y mientras me lo hacia, más de mil cosas se me cayeron al suelo.

- ¿alguien está torpe hoy? - Jace dijo a mis espaldas y yo rodeé los ojos.

- solo con sueño.

- no te ves muy bien hoy.

- algo que no sepa, por favor - volví a rodear los ojos.

- ¿cuánto dormiste?

- menos de cinco horas.

- ¡mujer! ¿desde cuándo?

- toda la semana - le di un sorbo a mi café.

- ¿por qué?

- tuve que agregar entrenamientos antes de trabajar, estoy dando clases ahora.

- Melody, tienes que descansar más...

- ¡algo que no sepa! - Jace hizo una mueca - perdón, cuando tengo sueño me pongo de mal humor.

- con más razón... ¿quieres que te ayude con algo?

- ¿con qué me puedes ayudar? - fruncí el ceño y me dirigí hacia mi escritorio.

- no lo sé... si quieres te puedo ayudar con algo de acá. Porque, como sabrás, ballet no es lo mío. - reí al recordar la clase - ¡Ey! Te saqué una sonrisa, aguantarme tu mal humor valió la pena.

¿Acaba de decir que valió la pena porque me vio sonreír?

(...)

- ¿y dónde va esto? - Félix preguntó agarrando una de las cajas que sacó del camión.

- déjala por ahí - Eli le contestó- después las vamos a subir todas.

- enserio, gracias por ayudarnos. Significa mucho. - dije con una sonrisa cuando dejé una de las cajas en el suelo.

- no hay por qué- Zane contestó y sonrió.

- si que es lindo el edificio - Jace miró al rededor y yo asentí.

- espera a ver el departamento, es aún más lindo - Eli aplaudió emocionada y yo reí.

Después de pasar más de dos horas de sacar, subir cajas, decidimos tomarnos un descanso y ya que teníamos un pequeño puesto de helados compramos unos.

- Eli, vuelvo a las 10 para ayudarte. - dije cuando me senté - termino a las 9 pero seguro llego.

- ¡estás loca! Tienes que dormir, ya te cambiaste el horario para poder venir hoy. Lo termino yo, tienes que descansar.

- ¿por qué estás entrenando tanto? - Zane preguntó dándole una lamida a su helado.

- estoy dando clases ahora, así que entreno antes de entrar al trabajo porque se acerca una competencia. Tengo qué.- me encogí de hombros.

- ¿y terminas a las 9? - Félix me preguntó y yo asentí.- tienes que dejar algunas cosas, Mel.

- ya lo sé, ¿pero qué?

- tal vez es hora de renunciar a la empresa, Mel. - Eli sonrió a medias y yo negué.

- no creo que pueda, o tal vez no hasta que esté más segura con todo el tema de ser profesora. Sería muy raro dejarlo...

- y también no verte todos los días - Jace asintió.

(...)

Me volví a levantar por quinta vez para servirme un café, mis piernas me dolían por cada movimiento que hacia. Pero al ser bailarina, ese dolor ya lo tenía incorporado en mi cuerpo. Lo que me molestaba era mi dolor de cabeza constante éstos últimos días, sentía que un pájaro me estaba picando la cabeza cada segundo del día.

Apreté el botón para que se haga el café y me agarre la cabeza, el ruido de la cafetera me dio una fuerte puntada y sentía que mi piernas se volvían más flojas...

Abrí mis ojos y una luz fuerte llegó a mi vista. Sentí el dolor de cabeza pero ahora era más leve. Miré a mi alrededor y enseguida vi a Kelly quien hablaba con mi padre, y a Jace quien tenía su cara mirando hacia el suelo.

- ¿qué pasó? - hablé e intenté lentamente pero Jace me detuvo.

- creo que eso no es buena idea.

- ¿qué pasó? - volví a preguntar.

- te desmayaste - mi padre se me acercó junto a Kelly con cara de preocupación - ¿cómo te sientes?

- Mejor que antes.- hice una mueca.

- el médico dijo que era por cansancio.- Kelly comentó y me tomó de la mano. - menos mal que Jace fue rápido y atento, porque si no te hubieses golpeado la cabeza contra el suelo.

Miré a Jace y le sonreí - gracias.- me sonrió de vuelta.

- cariño, creo que es hora de que dejes algo. Sólo vas así una semana con éste nuevo trabajo, imagínate un mes.- Kelly volvió a hablar.

- Kelly tiene razón, sé que estás grande, pero como tú padre te dijo que tienes que hacer algo al respecto.

Cerré mis ojos con fuerza y me acosté más profundo en la cama.

Diablos.

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"a veces es tu cuerpo el que te dice que es tiempo de dejar"
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