12
— Estamos todos reunidos en el parque que está a una cuadra de la tienda — hizo una pequeña pausa — Cheol nadie pudo encontrarlo — Mingyu mantenía el alta voz encendido para que los demás también pudieran escuchar.
— Lo sentimos Cheol — Dijeron los chicos suspirando detrás del telefono
— Espera, ¿dijiste en un parque? — El mayor alejó un poco el teléfono, los gritos de sus amigos no lo dejaban pensar con claridad.
— Sí ¿por qué?
— Porque creo que ya se dónde está, debo de colgar
— No, ¡¡cheol!! ¿dónde está? — Sus pregunta se quedó en el aire, el mayor colgó el teléfono sin decirles nada más
— Me colgó — Dijo Mingyu, volviéndose para mirar a sus amigos.
— ¡¡Noo!! ¿En serio? —Dijeron los chicos sarcásticamente.
💜
El mayor manejó hasta aquél parque en donde conoció por primera vez a Jihoon, teniendo mucha fe de encontrarlo ahí y descartar la posibilidad de que Seokmin lo haya encontrado. Al llegar aparco el carro y se bajó rápidamente mirando hacía todas partes tratando de encontrar al bajito.
Caminó hasta que visualizó al bajito sentado en la misma banca y en la misma posición que aquélla noche, hasta ese momento pudo esbozar una leve sonrisa, sintiendo su corazón aliviado. Se acercó poco a poco siendo silencioso, se paro detrás de él escuchando los sollozos del bajito.
— ¿Sabes cuánto hiciste que me preocupara? — Jihoon abrió los ojos como plato al escuchar la voz del mayor — ¿No vas a responderme? ¿Sabes que es de mala educación verdad? — Jihoon siguió sin responder — Sabes, acabo de recordar el día en que te conocí, fue aquí mismo — Sonrió con calidez — Y acabo de recordar lo grosero fuiste.
— ¿Qué haces aquí SeungCheol?
— La pregunta es tonta ¿no creés?
— Vete por favor — Jihoon se paró de la banca dando unos pasos hacía adelante y volteando a ver al mayor, reforzando el agarre en su pequeño que dormía en sus brazos — Hansol tiene razón SeungCheol
— Pensar que todo es culpa tuya es muy tonto ¿No lo crees?
— SeungCheol vete, él me lo dijo, tal vez no pronunció ni una sola palabra pero su mirada me dijo todo — El llanto de Jihoon era como una apuñalada directo al corazón del mayor — El no me dejará en paz hasta que consiga lo que quiere yo — Su voz tembló — No quiero que te haga daño.
SeungCheol no respondió, camino hasta poder rodear a Jihoon y a Chan en un cálido abrazo recargando su mentón en la cabeza del bajito, aspirando el aroma de su shampoo, ignorándolo por completo.
— Desde que te conocí he querido protegerte y no he cambiado de opinión al respecto, Jihoon no tienes la culpa de nada de lo que pasó.
— SeungCheol — Musitó, sintiendo que sus piernas temblaban al sentir los brazos del mayor rodeando su pequeño cuerpo.
Era solo un roce, pero había logrado que Jihoon se estremeciera.
— Jihoon, no me dejes, ya no quiero estar sin ustedes, no quiero perder a las dos personas que llegaron a cambiar mi vida, por favor déjame protegerte — Musitó con palabras tan suaves que provocó que el corazón de Jihoon diera un vuelco.
El blanquecino no sabía que responder, no entendía lo que significaban esas palabras, pero, tan solo esas palabras lograban que su corazón se calmara y en un solo instante esas lagrimas llenas de frustración se transformaron en lágrimas de felicidad.
— Yo no quiero seguir siendo una carga para ti.
— No lo eres, ustedes son la mejor compañía que tengo — El mayor deshizo el abrazó y acarició la frente del pequeño Chan, mirándolo tiernamente — Además no puedes llevarte a mi mejor amigo — Con toques suaves en las mejillas del pequeño, comenzó a despertar al pequeño, en brazos con amabilidad, cuidando no lastimarlo.
— Chanie te extrañó mucho, no dejaba de llorar y por más que le daba su biberón o su peluche no se calmaba — dijo el bajito, mirando al mayor que molestaba al pequeño para que despertara.
El pequeño se frotaba con sus pequeñas manitas sus lindos ojitos, abriéndolos lentamente.
— Por favor quédate Jihoon
— El bajito miró al mayor directo a los ojos y su corazón se estremeció al ver aquellos ojos llenos de brillo, suplicantes.
— Solo si prometes que dejaras que yo también te proteja — Dijo Jihoon.
— Es una promesa entonces — El mayor mostró su meñique para sellar aquella promesa.
En ese momento SeungCheol pensó en las palabras de Vernon, ahora sabía que su amigo tenía razón y Jihoon le interesaba mas que un amigo.
Los tres se subieron al auto y tal como aquélla vez SeungCheol encendió la calefacción; antes de arrancar revisó su celular encontrándose con muchas llamadas perdidas de los chicos.
— ¿Qué dijeron? — Preguntó el bajito al ver que SeungCheol colgaba el teléfono.
— Se alegraron cuando les dije que ya estás conmigo y que vamos a casa, querían ir para allá pero como escuchaste les dije que lo mejor era que te dejarán descansar
El bajito asintió y se recostó en el asiento, el pequeño Chan se encontraba en su sillita de coche y como buen niño se había quedado de nuevo dormido abrazado a su peluche.
Llegaron a la casa y SeungCheol bajó al pequeño del auto con mucho cuidado para no despertarlo y lo subió hasta la habitación. Jihoon se encontraba a bajó sentado en el mueble esperando a que el mayor en cualquier momento le hiciera una pregunta
— Deberías subir y descansar Jihoon, el día fue algo agotador
— Quería agradecerte por lo que hiciste por mi esta tarde y por todo lo que has hecho desde que me conociste.
— ¿Cuántas veces tengo que decirte que no tienes que agradecer Lee Jihoon?
Ambos se miraron por unos segundos sin decir nada. Era un silencio para nada incómodo.
— SeungCheol en serio ¿nunca has tenido curiosidad de saber sobre mi? — El blanquecino fue el primero en romper el silencio, sintiéndose algo angustiado.
— No te mentiré, quisiera que me contarás para poder entender lo que paso esta tarde, pero, no quiero que te sientas obligado a contarme sobre ti, puedo esperar hasta que tú estés listo.
— Creó que ha llegado el momento SeungCheol.
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