—Esto pasa a veces cuando recibe una emoción fuerte. Ha pasado pocas veces —Chaeryeong explica, calladamente.

—¿Cuándo fue la última vez que pasó? —Changbin quiso saber.

—Hace casi un año. Cuando tuvo a Hyunjin frente a él. Pero eso ya fue —se encogió de hombros al recordar—. También puede ser porque no tomó sus medicinas. Debería estar molesta con él, pero no lo estoy. Lo entiendo. Debe ser horrible depender de unas pastillas para estar bien.

—¿Una emoción fuerte? —pregunta Chan.

—Sí. ¿Sabes algo? —Chaeryeong le cuestiona al rizado y éste sólo baja la cabeza—. No importa si no quieres decir. Lo que debemos hacer ahora es apoyarlo, pero no molestarle mucho porque se estresa y puede ser peor. ¿Estamos?

Todos asienten.

—Tengo que irme al trabajo. Estaré viniendo estos días a verle.

Chaeryeong sale de la casa, acompañada de su hija y nieto.

Chan habló un poco con el padre de Jeongin sobre la situación. Acordaron que Chan iría todos los días después de clases, un rato para ver al castaño.

(...)

Tres días han pasado y Jeongin sólo se levanta para ir al baño, si es que su cuerpo le permite moverse.

—Hey —Chan habla tranquilo al entrar al cuarto, para no molestar a Jeongin. No sabe si está despierto o dormido, así que procura hablar bajo.

Se quita los zapatos y se acuesta a un lado de Jeongin.

Así han estado esos días. Chan viene y se acuesta a un lado. No le habla. Sólo se queda ahí. A veces se duerme y cuando despierta, Jeongin está viéndolo con lágrimas en los ojos, pero no llora. Entonces el castaño besa su cabeza y con un "Te quiero, bebé", se va de ahí. Dejando al castaño descansar.

Siente la cabeza del más bajo ponerse en su pecho y sonríe. Es un avance. Cepilla sus dedos contra el cabello largo y sucio de Jeongin. Lo siente suspirar profundamente y él también lo hace.

—Te extraño —es la primera vez que Jeongin habla desde el día que le gritó.

—Estoy aquí, amor. No me estoy yendo —Chan siente su camisa humedecerse y abraza más fuerte al mayor.

—Tengo hambre. Mucha.

—Te traeré algo. ¿quieres tomar una ducha? Puedo preparar el agua, ¿o es mucho eso?

Jeongin simplemente asiente y se despega de Chan para que pueda pararse a preparar el baño.

El menor llena la bañera con agua tibia y deja todos los utensilios al borde para que Jeongin pueda ducharse bien.

—Está todo listo. Traeré la comida. No tardo.

—No dejes a nadie entrar. No quiero —le pide antes de que salga de la habitación.

Simplemente le dice que está bien y se va.

En la cocina, Chan prepara un sándwich de pechuga de pollo que Seungmin cocino por la tarde. Con jugo de naranja. Saca de su mochila el bote de pastillas y lo piensa un poco.

No quiere molestar a Jeongin ahora. Pero las necesita. Así que llena un vaso con agua para que tome la pastilla, además debe a tener sed.

Regresa y la puerta del baño está abierta. El castaño permanece sentado en la tina sin hacer nada. El agua luce sucia de jabón y shampoo, hay incluso algunas burbujas ahí. Jeongin le da una mini sonrisa cuando le ve ahí parado con un vaso de agua en la mano. Entiende.

Le ofrece su mano a Chan para que le dé la pastilla.

—Ten —le pasa la pastilla y el vaso de agua.

Jeongin niega y la traga en seco.

Seca el cuerpo del mayor y a lo viste sólo con unos bóxeres y una camisa un poco grande. Tampoco es como si hubiese llevado mucha ropa a la casa de su padre.

Comió en silencio mientras Chan fumaba un cigarrillo. Terminó su jugo entero y el agua también.

—¿Podrías irte? Por favor. Quiero... necesito descansar.

—Claro. Lo que tú pidas —Chan besa los labios de Jeongin—. ¿Puedo venir mañana?

—Sí —contesta simple—. Pero no faltes.

—Nunca.

Chan se va de ahí.

Jeongin lavó sus dientes antes de volver a la cama a dormir.