Jisung garabatea en su libreta, con sus diferentes lapiceros de colores, el nombre de Minho y él en corazones o entre frases de canciones románticas. Mientras que Chan, como siempre, se encargaba de hacer todo el trabajo. No le molestaba en realidad, porque sabía que así era mejor. Una vez, dejó que el pelinegro hiciera una parte de la tarea y uff... un completo desastre para el gusto de Chan.

—¿Sabes? —Jisung dejó de pintar sus tonterías para comenzar a hablar—. Ayer fui a casa de Minho, y me contó algo —alzó las cejas.

Por si no sabían, Jisung vivía del chisme.

Chan rodó los ojos. No se le hacía nada raro que Jisung se pasara las tardes en casa de su novio o viceversa.

—¿Qué es esta vez, Hanji? —preguntó con poco interés y al mismo momento subrayaba algunos párrafos con marca textos.

—Hmm, ¿te acuerdas de Jeongin? El de las carreras.

¿Qué si se acordaba? Claro que lo hacía. Chan sonrió un poco y contestó:

—Sí, algo... el chico de la fiesta.

Jisung asintió efusivamente, buscando algunas galletas que le habían sobrado de hace un rato.

—Ese mismo.

—¿Qué hay de él? —ahora Chan si estaba interesado en el tema.

—Minho dijo que lo está viendo raro desde hace algunos días, semanas quizá. Dijo que estaba como más alegre y tranquilo. Que hasta había fumado menos de lo usual —se encogió de hombros—. El caso es que, decidió preguntarle. Y Jeongin dijo que se estaba viendo con alguien. Según Minho, estaba sonriendo, ¡sonriendo! Como... una sonrisa de felicidad, no de sarcasmo.

El rizado inconscientemente, siente su corazón latir al mil por hora.

—No especificó mucho. Sólo dijo alguien. ¿Sabes? Me alegro por él —metió una galleta a su boca, masticó un poco y siguió hablando—. La última relación que tuvo no fue muy buena, no sé mucho del tema. Minho no me contó porque dice que soy muy chismoso, ¿tú crees eso? Bueno, como sea. Sólo sé que fue mala, bastante.

Chan no le había contado nada a Jisung por Jeongin. No sabía si eso era algo tipo formal o pasajero -él deseaba que sea lo primero-. No quería forzar al castaño a algo que tal vez no quería. Jisung esa su mejor amigo en todo el mundo, y se sentía bastante mal por mentirle así. Pero creía que era lo mejor.

—Entonces... ¿Minho y Jeongin son como amigos... mejores amigos o...? —preguntó para aclarar dudas.

Jisung rodó los ojos.

—Ellos son muy mierdas, lo sabes. Minho es un idiota y el otro igual. Nunca aceptaran que se quieren mucho y son muy mejores amigos. Dicen que esas son mariconadas. Pero Minho olvida las mariconadas cuando tiene su pe...

—¡No! —lo cortó—. Ya entendí.

El pelinegro rio, guiñándole un ojo.

(...)

Chan se recostó en su cama. Se sentía bastante cansado. Su madre tampoco había podido ir por él este día, así que tuvo que caminar. Porque la verdad prefería eso a gastar un poco de dinero. Si, demasiado tacaño.

Tomó su celular y sin pensarlo dos veces, marcó al ojiazul, quien no tardó tanto en contestar.

—Más te vale que sea importante, hijo de puta. Son la una de la tarde, ¿eres enfermo o qué? —contestó Jeongin, con la voz ronca.

—Hola, Jeongin. Un gusto saber de ti y recibir tan bonito saludo —rio Chan, y casi sintió el humo salir por las orejas del de ojos celestes.

—Perdón. Ayer me quedé tarde en el café, el puto gerente hizo que limpie el lugar dos veces, ¿crees que me esté tratando así porque no lo dejé joder mi culo? —el rizado escuchó el susurro de las sábanas y una puerta abrirse.

—Ha de ser... espera, ¿estás orinando mientras hablamos?

—Hmm, ¿quieres una foto? —bromeó Jeongin.

—No, gracias.

Chan esperó a que terminará sus necesidades, escuchó como se lavó las manos y los dientes. También cuando tiró la cadena del inodoro.

—Volví.

—Así que... ¿estás viendo a alguien?

—Oh, joder. Jodido Jisung, vieja chismosa. No sé quién es peor, Minho o Jisung. Tal para cual. Con razón están juntos. Qué asco —Jeongin dijo, sonando un poco fastidiado e imitando arcadas.

—Entonces...

—Mierda, Chan. Sabes que sí —soltó una pequeña risita y el rizado detectó nervios en ella—. Y hablando de eso... el cumpleaños de Jay se acerca, y quería saber si quieres venir.

—Claro. Después me dices bien cuándo es.

La línea quedó en silencio. Con sus respiraciones totalmente tranquilas.

—Chan.

—¿Sí, Jeongin?

—Sobre lo que te contó Jisung. Significa que me gustas, así como de mucho.

Chan sonrió abiertamente. Estaba a punto de contestar, pero la llamada había sido cortada, sólo escuchaba los pitidos de la línea muerta.

Él nunca se había considerado gay, en verdad, nunca había pensado sobre eso. Siempre había vivido sin preocuparse del tema, teniendo algunas novias o besándose con unos cuantos chicos en sus noches de fiesta.

Pero... viendo a Jeongin. Admirando sus pestañas, y su cara finísima, con sus pómulos sobresalientes. Los labios gruesos que le gustaba besar, y su barba castaña. Viéndolo a él, podía pensar que era 100% gay. Aun así, no tenía problema.

Jeongin le gustaba, estaba más que claro. ¿A quién no le gustaría semejante obra de arte? Aunque a Chan no le llamaba la atención sólo el físico. Sentía que cuando estaba con él, el castaño era diferente. Lo trataba bien y a veces hasta era cariñoso.

Así que, tomando nuevamente su celular marcó por segunda ocasión al teléfono del mayor.

—¿Sí?

—Tú también me gustas. Y más que mucho —Chan declaró.

Y ahora fue él quien colgó, pero con una sonrisa marcada en los labios.