4. todavía estoy contigo
( ¿Cuándo llegará ese día? Cuando nos encontremos nuevamente, te miraré a los ojos y te diré que te extrañé. ) -Jeon Jungkook, Still With You
ERA EL 2022 CUANDO por fin varias personas avanzaron en su vida, entre ellas Beatrice Jones. May miró a la castaña con orgullo cuando llegó con la invitación de la ceremonia de graduación.
─¿Tan rápido?─preguntó ella tomando la invitación.
─Lo dices como si tres años de estudios universitarios fuera nada.─rodó los divertida Beatrice mientras se servía un poco de jugo de naranja.─¿Natasha llamó?
May asintió.─Preguntó si estabas libre el viernes. Creo que quieres que vaya en una misión.─eso hizo que Bea se atragantara con el jugo.─¿Qué pasó? ¿Todo bien?
─Sí.─confirmó ella.─es que no esperaba volver a la acción de una vez.─confesó ella.─Sé que no son misiones grandes como las de antes del chasquido pero, aun logro ponerme nerviosa con ellas.
─Creo que Steve irá.─dijo May mientras tomaba de su taza con ojos divertidos.─Y ya eres mayor de edad.
Beatrice abrió los ojos nerviosa. Era obvio que May hablaría del tema una vez la castaña tuviera la edad perfecta. Desde hace un año más o menos que ambos han tenido, química se puede decir, pero el capitán se mantuvo al margen pues sabía que la castaña era menor de edad, hasta hace unas semanas cuando fue su cumpleaños.
─Si bueno, no creo que nada interesante pase, ¿sabes? Solo somos buenos amigos.─dijo Beatrice mientras tomaba las llaves del carro.─Iré donde Natasha a ver aquello, ¿quieres venir? Estará Happy.─comentó divertida ella.
May tomó su cartera y saco antes de ir a la puerta.─Voy porque no quiero dejarte sola, no por Happy.
─Como diga usted jefa.
Juntas se montaron en el auto de la castaña y condujeron hasta la sede. En el camino Bea puso música de Harry Styles y comenzó a hablar un poco con May sobre cómo fue la universidad y el acabarla ya.
─Solo digo que, estoy muy orgullosa de ti cariño.─comentó ella.─Hemos pasado por tanto y tú siempre has seguido adelante con tu vida. No me hubiese gustado ver como te quedabas estancada en el pasado sin vivir tu futuro, ¿sabes?
Beatrice la miró de reojo.─Eso creo. Digo, no fue fácil pero aprendes a vivir con ello. Además, te tengo May, y se que siempre estarás aquí para mí.
─También tienes a Tony, a Natasha.─dijo May.─ ... A Steve.─comentó divertida.
Bea rodó los ojos.─¿En serio? Natasha insiste con lo mismo pero no creo que él me vea de esa forma. Por favor, si ese hombre puede estar con quien él quiera. Es tan amable, inteligente, bondadoso pero a la vez tiene ese aire de, no sé, como papichulo indomable. Es como un combo completo.
May se echó a reír cuando escucho el papichulo.─Hace tiempo que no lo ves, ¿verdad?
Beatrice hizo un sonido de sí. Steve duró un mes en una misión en Alemania en busca de Barton sin dar con él, otra vez. Ya era la quinta vez en los primeros dos meses del año que lo buscaban y no daban con él. La última pista que tenían fue en los países de Alemania, Francia y España.
─Barton se ha hecho muy difícil. Natasha no pudo dar con él en enero y ahora Steve tampoco.─dijo Bea.─Pero creo que esta misión será diferente. Tal vez algo relacionado con Rocket y el espacio.
─¿Irás al espacio?─preguntó May. Beatrices negó.─Si es así tráeme algo de allá.
Cuando llegaron a la sede Beatrice entró con la invitación en manos y fue directo a donde la pelirroja. Esta se encontraba hablando con el holograma de Carol Danvers, la cual estaba en una misión espacial nuevamente.
─Hola Carol.─dijo Bea sonriente antes de abrazar a su amiga y dejar un beso en su mejilla.─Esto es para ti roja.─dijo ella y luego miró a la rubia.─¿Qué tal el espacio? ¿Todo bien?
─Pronto lo podrás ver tu misma.─comentó ella sonriente.─Nos vemos en unas horas, Beatrice.─y luego de eso cerró la llamada.
─¿Ya te gradúas?─preguntó la rusa. Beatrice asintió.─Oh Dios, Beatrice, eso es bueno.─y abrazó a la castaña de su misma estatura.─Felicidades. Estoy tan orgullosa. Por fin tendremos una graduada en el equipo.
─¿Y yo soy qué, un árbol?─preguntó Tony entrando al lugar con Morgan en brazos.
─No, más bien un arbusto. No eres tan grande que digamos.─comentó Beatrice divertida. Tony rodó los ojos y dejó un beso en la frente la castaña.
─Felicidades querida.─dijo el sonriente. Morgan alzó los brazos en busca de la castaña la cual la agarró con una sonrisa.─Claro, deja a tu padre. Creo que es hora de vender tus juguetes.─Miró a Natasha en busca de una respuesta.─¿Happy?
─En la cocina con May.─dijo la pelirroja.
─Nos vemos mujeres.─dijo el empresario antes de irse a la cocina en busca de Happy.
Beatrice miró a la pelirroja y juntas fueron a la sala de misiones.─Sé que May te dijo que te llamé y, como dijo Carol si, tienen una misión en el espacio junto con ella. Es corta, de cinco días.
Bea la miró confundida.─¿Tienen?
Natasha abrió la puerta del lugar y se encontró con alguien parado viendo la tabla de misiones. Tenía una camisa manga larga blanca que se ajustaba al cuerpo así como un cabello largo para atrás. Beatrice se sonrojó levemente al ver quien era y sonrió cuando Steve se volteó hacia donde estaban ellas.
─Hey.─dijo ella tímida.─Volviste.
─Hace dos días.─confesó él. Beatrice se sorprendió al ver que no le había dicho de su regreso pero prefirió no hablar sobre eso.
─Así que, ¿de qué va la misión?─dijo Beatrice tomando asiento frente a Steve. Natasha lo hizo a un lado de él y proyectó lo que era un planeta.
La misión era sencilla. Buscar un pedazo de metal que se encontraba en un exoplaneta por donde estaba Carol. Esto sería de ayuda para hacer naves terrestres que puedan ir al espacio, así como la de Rocket. El problema estaba en que los habitantes de dicho lugar no eran los más amigables del mundo que digamos, y solo podían ir la rubia, Steve y Bea.
─Suena bien para mí.─confesó ella.─¿Cuándo partimos?
─Mañana en la madrugada.─respondió Natasha.─Te dejaré uno de mis trajes en tu habitación junto con algunas armas, solo en caso de emergencia.
─Iré a mi habitación entonces si no hay nada más que decir.─dije. Natasha asintió en forma de que la castaña podía retirarse y ella, antes de irse, hizo una reverencia hacia los dos como forma de despido.
Caminó por la sede en busca de May para despedirse de ella y de que se quedaría por la noche para la misión del otro día. Happy dijo que la acompañaría hasta su casa ya que se quedaría por esos lados junto con Tony. Beatrice se despidió y fue a la cocina en busca de una botella de agua que siempre llena y la pone a congelar para que esté fría.
Cuando fue a su habitación vio al rubio ahora castaño debido a lo largo que estaba su cabello, al fondo del pasillo, como la primera vez que lo conoció luego del chasquido. Su barba estaba presente y daba un aire de papichulo que le encantaba a la castaña. Por dentro Beatrice agradeció ser ya mayor de edad.
Iba a pasar de largo de él hasta que sintió como el capitán la tomó del brazo y la entró en su habitación.
Beatrice notó las paredes azul marinas del capitán y le gustó mucho la decoración. Había cambiado con el tiempo pero aun tenía el toque de Steve.
Ella volteó a ver a Steve el cual estaba en la puerta pero terminó contra la pared. El capitán la tenía acorralada entre el cemento y sus brazos. Ella lo miró a sus ojos azules, confusa. Con fuerza, apartó a su amigo lejos de ella.
─¿Qué te pasa?─preguntó ella molesta.
─¿Qué te pasa a ti será?─preguntó él confundido.─Nos vimos hace un mes y ni me saludas.
Beatrice abrió los ojos sorprendida.─Lo siento, ¿quién fue que llegó hace dos días y recién me entero? Yo pensé que éramos amigos Steve.
Steve bufó molesto.─Por desgracia.─susurró él pero Beatrice no lo escuchó.─Perdón en serio. Tuve una razón ...
─Interesante.─dijo ella.─Yo tengo una razón para, no sé, tal vez ignorarte por dos días.
─¿No estás siendo ...
─¿Dramática?─preguntó ella curiosa.─Porque déjame decirte que duré un mes Steve, un mes Steve Rogers sin saber de ti y creeme que he pasado cada minuto preguntándome cómo estabas. Entonces que vengas y digas llegué hace dos días. Vaya tú. Al menos un mensaje de estoy bien o llegué a salvo, hubiese bastado.─Beatrice lo miró con ojos llorosos.─Lo siento Rogers pero he perdido a tanta gente en los últimos años que sentía miedo.
Steve la miró destrozado. No había pensado en eso. Si hubo una razón por la cual no le marcó, bueno dos. Por un lado estaban sus sentimientos sobre la recién mayor de edad, pero tenía mucho miedo de lo que pudiese pasar entre ellos dos y es que la diferencia de edad le mataba. Igual estaba el regalo de la castaña que aun no estaba listo y quería que fuese especial para ella.
Pero los últimos días había pensado mucho en la castaña y como estaba con ella. Llevaba tiempo que no se sentía así con alguien.
─No lo pensé así, Bea.─confesó él.─Los últimos días han sido duros para mí por la misión. Creeme que lo más que quería hacer era ir a tu casa y abrazarte porque te extrañé bastante.
Steve se acercó a ella y le tomó de la mano.
─Solía contar los días para poder volver a verte.─Espero a ver si ella se alejaba pero, al ver que no, la abrazó con cariño y le dejó un beso en su cabello. Ella lo abrazó por igual de la misma forma. Para qué mentir si ella sabía que sentía algo por Steve, y él por ella pero ninguno decía algo al respecto.
─Te extrañé mucho, Steve.─dijo ella en medio del abrazo y juraba poder escuchar los latidos acelerados del capitán; tan solo esperaba ella que él no escuchase los de ella.
Steve la miró a los ojos.─Y yo a ti, princesa.─confesó él.
Beatrice sintió como su corazón se aceleró ante ese apodo y lo miró mientras se alejaba.─Nos veremos mañana, Steve.─Cuando Bea llegó a su habitación cerró su puerta y se recostó en ella.─Si esto que siento es verdad, estoy muy jodida.
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