2. ladrona
( YO TE AMARÉ LADRONA AUNQUE TE METAS EN MIS SUEÑOS PARA ROBARME CADA BESO QUE JAMÁS TE DI DESPIERTO Y COMO NO ESTÁS, VOY A INTENTAR SEGUIR DURMIENDO )
OCHO MESES DESPUÉS DE CHASQUIDO
TANTO LA PELIRROJA COMO LA CASTAÑA estaban sentadas analizando unas situaciones que Carol Danvers había reportado.
Sin duda, si alguien le hubiese comentado a Beatrice que estaría junto a Natasha Romanoff en aquellos momentos, se hubiese reído de aquella persona más ahora, luego del chasquido y de su buena ayuda buscando a Tony Stark y ubicando las Gemas del Infinito con algunos conocimientos que había adquirido por su novio -o posiblemente ex novio- Peter Parker, era una gran ayuda para los Vengadores.
Desde hace unas semanas se había mudado a la sede para ser más práctica, aunque solo se quedaba los fines de semana debido a sus clases en Midtown que estaban casi a medio terminar.
─Quiero tacos.─dijo la rusa mientras cerraba su laptop. Beatrice asintió de igual forma.
─Pero no de Taco Bell, quiero unos verdaderos, como los del puesto de la Quinta Avenida.
Natasha la miró confundida.─¿Cuáles son esos?
Beatrice miró a la pelirroja extrañada.─¿No has ido nunca? Steve me llevó la semana pasada, estaban muy ricos.
Natasha hubiese escupido algo si lo tuviera en su boca más no dijo nada. Sabía que Beatrice y Steve estaban muy juntos pero podía ver como la castaña aún no superaba la ida de su pareja Peter, pero le encantaba la forma en la que ambos congeniaron juntos. Literalmente parecieran que fueron hechos el uno para él otro, y ella desde hace tiempo -más bien desde el chasquido- nunca había visto a Steve tan feliz que cuando estaba junto a ella.
Recordó la primera interacción de ambos días después de que ella llegar a la Sede en busca de su novio. Aquella primera noche ella se quedó junto a ellos ayudando en la localización de los demás. Fue de gran ayuda dió a reconocer la rusa aquella noche y le pidió que regresara los demás para ver si podía seguir ayudando. Ella, encantada, aceptó si aquello le daba la posibilidad de traer a su novio otra vez.
Estaban juntos ambos cuando Beatrice dió con la localización exacta de Tony. Fue mediante F.R.I.D.A.Y. que pudo ella encontrarlo, y mandaron a Carol en su búsqueda. Steve estuvo tan feliz que la abrazó y ella, entendiendo su situación, lo abrazó también. Y, desde aquel momento, Natasha pudo ver un cambio en su amigo.
─No sabía que ustedes eran tan unidos.─dijo haciendo énfasis ella en el tan.
Beatrice se sonrojó.─Somos buenos amigos, o eso espero.
Natasha la miró.─Bueno pues déjame invitarlo. Hace tiempo que no viene por acá.
Una hora más tarde Steve Rogers entró en la Sede y saludó a sus amigas, las cuales estaban listas para salir ya. Cuando Steve vió a la castaña mientras hablaba con la pelirroja tuvo que observar a otro lado porque sabía que no era legal aquello que estaba sintiendo por la menor.
Minutos después los tres se encaminaron al restaurante. Beatrice miró por el camino mientras sus amigos hablaban entre ellos mientras escuchaba el nuevo álbum de Taylor Swift por sus audífonos.
Miró a Steve mientras escuchaba una de sus favoritas y sonrió levemente cambiando un poco la letra. Pareciera ser más Mister American and The Heartbreak Princess. Él era Capitán América, ella una chica con el corazón roto, pero esos pensamientos se fueron de su mente al pensar en la edad de ambos y al recordar a Peter justo cuando Lover sonaba en el peor momento, tal vez porque ella sentía esa canción cuando estaba con él.
Cuando llegaron al lugar tomó asiento al lado del rubio y tomó el menú a ver que quería, aunque ya lo sabía. Cuando vino con Steve le comentó el plato que comería si volvía nuevamente. Y justo cuando iba a decir que quería ordenar, el lo dijo por ella.
─No creí que lo recordarías.─dijo Bea sorprendida.
Steve se puso un poco nervioso.─Bueno, tengo buena memoria.─comentó.
Natasha por otro lado solo sonrió divertida mientras miraba a sus amigos. Luego de eso los tres comenzaron a hablar entre ellos.
─Quiero saber algo.─confesó Beatrice.─pero no te enojes Rogers.
Natasha tomó de su cerveza.─Esto se pone bueno.
Beatrice negó divertida mientras bebía de su limonada.─No es nada serio ni por el estilo pero, ¿acaso has besado luego de despertar del coma?
─¿Qué te hace pensar que lo hizo antes de estar congelado?─comentó divertida Natasha. Steve miró a la pelirroja divertida antes de darle un trago a su margarita.
─Claro que sí, Beatrice.─confesó el rubio.─De hecho uno fue con Nat.─dijo él mientras miraba a la rusa.
─Que conste que─comenzó a decir ella.─fue para que no nos mataran.
Beatrice miró a Steve divertido.─Ya sabía de ese beso. Me refiero a otro.
─¿Otro?─preguntó él.
─Claro, no me digas tú que Steve Rogers con un gran corazón, hermosa personalidad y para nada feo no ha besado a alguna mujer -u hombre- en estos años.
─Si lo hice.─confesó él.─pero fue pasajero.─miró su bebida y tomó un trago.─No creo que llegaré a encontrar el amor de vida.
Beatrice miró a su amigo y le sonrió. Cuando la comida llegó dejaron la charla para poder comer aunque no evitaban poder comentar algo entre bocado. Al final Steve terminó pagando y Nat se fue a la Sede Vengadores porque Rhodey tenía noticias sobre Clint aunque era posible que solo fuera una pista fantasma.
─¿Te gustaría, no sé, dar un paseo?─preguntó Beatrice al rubio.
─¿Conmigo?─preguntó el curioso.
─No tonto, no hablaba contigo.─comentó ella con sarcasmo.─Claro, quiero pasar tiempo contigo.─dijo ella mientras le tomaba del brazo.
Y, así con su brazo en enganchado al de Steve, tomaron una caminata por Nueva York. La tarde estaba hermosa aquel día y a lo lejos se podía ver un hermoso atardecer que inspira a cualquiera.
─¿Qué pasó con tus dibujos?─preguntó ella.
Steve la miró confundido.─¿Cómo sabes que dibujaba?─ella solo sonrió─Sabes muchas cosas de mi que deberia de preocuparme.─Beatrice soltó una carcajada ante eso que dijo Steve.─Bueno, no sé. Creo que de un tiempo para acá tuve otras cosas importante que dejé eso de lado.
─Escuché que eras muy bueno.─comentó ella mientras se paraban frente a una tienda.
─Me gustaría pensar aquello.─confesó él.─Cuando no era nadie, era bueno en algo al menos.
Beatrice lo miró a los ojos algo enfadada.─No creas que porque no tenías el suero del supersoldado no era alguien, Rogers. Tu eres Steve no por una droga, sino por quien realmente eres dentro de ti. El suero fue solo algo secundario. Sé que lo necesitas para ser quien realmente eres.
─¿Y quién realmente soy?─preguntó él más ella no respondió sino que dejó a su amigo parado y entró al lugar para luego salir de ahí cinco minutos después con una bolsa en la mano.─¿Puedo preguntar?
─No, no puedes.─dijo ella sonriendo. Juntos llegaron a la Sede en donde estaban Nat junto a Rhodey, Tony y Nebula. Ambos los saludaron y se fueron por caminos distintos.
Cuando Steve se estaba colocando un suéter azul marino sintió como alguien entró a su recamara. Notó que era Beatrice y se bajó la prenda con rapidez.
─Puedes tocar.─comentó él ruborizado.
─Tampoco me molestó la vista.─dijo ella divertida. Miró a su amigo y le entregó la bolsa de aquella tarde.─Es para ti, a ver si te recuerdas de quien realmente eras antes del suero.─y se fue de ahí dejando el regalo en manos del rubio.
Steve abrió la funda y sonrió al ver una carpeta de dibujo, colores, lápices, carboncillo, goma de borrar y un sacapuntas. Junto a eso había una nota con la letra de la castaña.
''Para la verdadera razón por la cual Capitán América es el héroe en el cual confío plenamente.''
Steve sonrió ante el gesto y no perdió ni un segundo en utilizar su regalo. Al principio no sabía qué dibujar. Pensó en el atardecer de aquel tarde pero no era lo suficiente, hasta que se le vino a la cabeza un momento y sonrió.
Una hora más tarde sonrió mirando su obra de arte y dejó una nota tras la hoja donde había dibujado.
''A la ladrona de mis sueños.''
-CRÉDITOS A QUIEN HIZO EL DIBUJO-
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