[Universo 282, 1993]

Un grupo de aurores del mandato de Spooner se encontraba en Hogsmeade acechando a los pocos ciudadanos qué vivían en el pueblo para robar su dinero y sus recursos, los hombres intimidaban a todos con sus varitas pues los pueblerinos habían sido despojados de aquel único objeto con el que podrían defenderse.

—Les advertí qué si me hacían venir en vano lo iban a lamentar… ¡Todos de rodillas ahora! — exclamó quien parecía el líder de aquel grupo.

Todos los pueblerinos se pusieron de rodillas, algunos lloraban de impotencia otros de preocupación, el líder de aquellos aurores se acercó con su varita en mano.

—¿Quién será el qué pague las consecuencias el día de hoy? Podrías ser tú, el mes pasado fue alguien viejo, hoy podríamos nivelar la balanza con alguien más joven. — dijo el sujeto a una chica de unos diecisiete años con cabello gris.

—Por favor, no le haga nada a ella, tómame a mí. — dijo un hombre quien parecía ser el padre de aquella joven.

—Es muy valiente, señor…pero creo que yo ya decidí lo que sucederá. — dijo el sujeto.

Se giró para lanzar un encantamiento a la joven muchacha pero uno de los pueblerinos se había puesto de pie para golpear al auror.

—¡Hijo de perra! — exclamó el hombre después de recibir aquel golpe, apuntó a su agresor y le lanzó un encantamiento, la luz verde que salió de su varita dejó al muchacho sin vida en el suelo.

—¡No, Steve! — exclamó una mujer en aquel círculo.

—¡Cállense todos! Pagarán lo que su estúpido compañero hizo… Philips, encárgate, mátalos a todos. — ordenó el hombre a uno de sus aurores, luego dio media vuelta para marcharse.

El tipo caminó algunos metros mientras escuchaba el sonido de los encantamientos que lanzaban sus hombres, sin embargo se dio media vuelta cuando los hechizos cesaron y escuchó a los pueblerinos susurrando entre ellos.

—¿Qué carajos pasó? — se preguntó el hombre al ver el escenario.

Sus aurores estaban en el suelo totalmente inconscientes y desarmados además de tener una qué otra fractura en piernas o brazos.

—¿¡Quién lo hizo!? — preguntó entre gritos el sujeto a los pueblerinos.

Todos se quedaron en silencio, miraron al hombre con algo de miedo, sin embargo luego de unos segundos los pueblerinos observaron como aquel auror era sometido por una figura con traje negro y una especie de máscara en su cara.

—Tus hombres se encargarán de enviar un mensaje a Spooner y a Waters pero tu… serás quien pague las consecuencias de lo que han hecho. — dijo aquella figura mientras sostenía al auror de su brazo a punto de fracturarlo.

—¿Qué clase de mensaje? — preguntó el hombre con dolor.

—“La Resistencia” volverá pronto.

—Y tú… ¿quién carajo eres? — preguntó el hombre con más dolor.

—Yo soy Nómada. — contestó aquella figura enmascarada para después fracturar el brazo del hombre en dos partes, luego tomó al auror del cuello y sin pensarlo dos veces lo rompió causando su muerte instantánea.

La figura con máscara salió huyendo del lugar de forma inmediata dejando a los pueblerinos encargarse de los aurores inconscientes, llegó hasta una especie de refugio, se aseguró que nadie lo siguiera y luego sacó aquella máscara de su cara, la tiró hacia un escritorio cercano qué había en el lugar y cayó cerca de un diario con las iniciales “A.P” en mayúscula.

—Señorita Prewett… hoy volvió más temprano.

—Cada vez hay menos, nuestro plan está saliendo a la perfección y pronto “La Resistencia” se alzará contra el Ministerio. — dijo Annika mientras soltaba su cabello y sonreía al mismo tiempo.