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Capítulo 12: Daño Y Engaño.

—Entonces ya está, sigamos todo tal cual el plan. 

—Annika y yo deberíamos ir, por si algo se complica… 

—Niñas, están mejor aquí. Ya lo dijo Isaac, si algo sucede ustedes serán nuestro respaldo. 

Izzy, Arya, Annika e Isaac hablaban alrededor de una mesa donde había un pergamino con varias marcas de tinta. 

—¿Cómo entrarás tan fácil? — preguntó Annika a la pelinegra. 

—Mi placa como parte del Ministerio francés me permite el acceso fácil y rápido… ¿Tienes algo que decir? — soltó Izzy mirando a la castaña. 

La chica apartó su mirada seria de la mujer frente a ella y luego miró de nuevo el pergamino. 

—Menos palabras y más acción, vámonos. — dijo Isaac mientras guardaba su varita en la manga de su camiseta. —Cuiden este lugar como si fuera su hogar y si no lo hacen… haré qué extrañen sus hogares. — agregó de forma amenazante. 

El hombre de barba salió de aquel refugio junto a Izzy, rápidamente tomó su mano y desaparecieron del lugar. 

—¿Lo viste? — preguntó un hombre a las afueras de aquel lugar al ver a aquellos dos magos desaparecer. 

—Los encontramos, hay que comunicar al jefe y a Spooner. — contestó otro sujeto. 

—Vamos a ganarnos ese ascenso, viejo. 

El par se alejó del lugar rumbo al Ministerio. 

[Edimburgo, Escocia, 22:00 PM] 

Había un gran evento a escondidas de los muggles en la gran ciudad de Edimburgo, muchos magos y brujas estaban reunidos para el evento de la Confederación Internacional de Magos. 

—Señorita Drysdale, es un placer verla aquí… 

—No puedo perderme una ocasión tan especial, pocas veces he asistido a eventos de tal magnitud. — contestó la pelinegra a aquel hombre mayor mientras sonreía. 

El señor extendió su brazo del cual la mujer se agarró para ser guiada hasta la gran fiesta que había en el lugar. 

A las afueras estaba Isaac, escondido tras algunos arbustos esperando la señal de la chica. 

Amanda Waters y Jeremy Spooner también estaban presentes, el par se encontraba de lleno en aquella celebración frente a una mesa con invitados de lujo. 

Varios gobernantes mágicos estaban en ella incluyendo al Jefe Supremo de la organización. 

—Es un placer qué estén aquí, este evento fue planeado con detalle ante la presencia de todos ustedes y por supuesto la de los candidatos para el puesto de Jefe Supremo qué estoy por dejar… — habló el hombre mientras levantaba una copa de vino. 

Los demás en la mesa también levantaron sus copas y luego bebieron de ella todos al mismo tiempo. 

—Estoy segura que el placer es nuestro de estar aquí, señor Harrison. — dijo Amanda Waters luego de aquel sorbo a su copa. 

Algunos de los presentes se levantaron de sus sillas para disfrutar del evento dejando en la mesa a Spooner junto a Waters y Harrison. 

—Ya está todo listo para el gran día, Spooner… he movido mis influencias para que el cargo sea suyo pero quiero asegurarme de que en un futuro, si necesito un favor… 

—Cuente con ello, señor, todos los favores qué necesite. — contestó el hombre con una sonrisa. 

Isaac había logrado infiltrarse en el evento, evitaba a toda costa a los aurores presentes pues eran demasiados. 

—¿Qué estás esperando, maldita sea? — preguntó el hombre acercándose con disimulo a Izzy. 

—Debo ubicar a Spooner primero, dependiendo de donde sea que esté puedo decirte como llegar. — contestó entre susurros la pelinegra. 

—Déjate de tonterías, desde acá estoy viéndolo. — agregó él. 

Izzy dio media vuelta para comprobar lo que el hombre junto a ella decía. 

—Hay muchos aurores, de todos los países… será difícil acercarse hasta allá, Isaac. — dijo la chica. 

—¿Y qué? Pase lo que pase alguien saldrá herido así que hagamoslo. 

—¡Espera! — soltó la chica. —Yo los distraeré, te abriré paso. — agregó. 

Izzy se adelantó hacia aquel lugar, intentó cruzar la puerta que llevaba hasta aquella mesa pero los tipos la frenaron. 

—Lo siento, este lugar es solo para gobernantes del mundo mágico. 

—Disculpe, soy la secretaria del señor Belmont, Ministro Francés… debo darle un comunicado. — dijo la pelinegra. 

—No es no, señorita. — contestó el auror de forma autoritaria. 

—¿Te está molestando estos muchachos? — preguntó Isaac acercándose a la escena. 

Izzy hizo una mueca y luego se giró hacia él. 

—No es su asunto, señor. — dijo para intentar alejar al hombre del lugar y no ser descubierto. —Necesito entrar ahora a hablar con el señor Belmont, su familia puede estar en peligro. — dijo Izzy hablándole al auror que cuidaba la puerta. 

—¡Ustedes dos, aléjense de ahí o tendré que sacarlos del lugar! — exclamó el jefe de aurores de la comunidad inglesa al ver a aquellas personas molestando. 

El grito llamó la atención de todos en el lugar incluidos Spooner y Waters, el hombre en la mesa observó hacia el centro del alboroto y luego sonrió. 

—Creo que la presa vino a nosotros… — dijo en voz alta. 

—¿De qué estás hablando? — preguntó Harrison. 

—Estabas preocupado porque no teníamos alguna controversia desde hace dos meses, bueno… te presento a Isaac Thargot, él será nuestro nuevo conflicto. 

Amanda frunció el ceño al ver al hombre en el lugar. 

—¡Tienen que dejarme ver a Belmont, es urgente! — exclamaba Izzy intentando pasar. 

Isaac levantó su mirada y se percató de que Spooner lo miraba con una sonrisa. 

—¡No será tan fácil, señor Thargot! — exclamó desde allá. 

—Se acabó esta mierda. — contestó el hombre. 

Una rabia se apoderó de Isaac, comenzó a golpear a los aurores de la puerta y luego dejó inconsciente al jefe de los británicos, rápidamente corrió hasta donde estaban Spooner y Waters pero fue detenido por tres aurores más. 

—¡Pelea solo, maldito cobarde! — exclamó el hombre a Jeremy. 

Todos los guardias y aurores se acercaron a aquel lugar, rodearon a Isaac en un circulo listos para atacarlo, el hombre observó todo lo que se le iba a venir encima pero no se inmutó, rápidamente sacó su varita y comenzó a atacar y protegerse de los encantamientos. 

—¡Deberíamos buscar un lugar más seguro! — exclamó Harrison mientras intentaba levantarse de aquella silla. 

—¿Bromeas? Veremos el deceso de Thargot en vivo y en directo… — contestó Amanda. 

La pelea parecía ser fácil para aquellos magos pero el hombre en el medio era resistente, tras repeler un par de encantamientos se abalanzó sobre algunos aurores dejándolos inconscientes con sus puños, en cuestión de minutos acabó con más de la mitad de los hombres que lo amenazaban. 

—Mierda, realmente es sorprendente… — susurró Spooner quien se puso de pie al ver la forma de pelear qué tenía aquel hombre. 

—El día de tu deceso iba a llegar tarde o temprano, Spooner… es hora de que empieces a pedirle a Merlín por tu vida, porque te juro por mi tía que voy a matarte. — soltó el hombre muy furioso. 

—¿Qué hay de tu tía, cómo está ella? — preguntó Jeremy de forma sarcástica con una sonrisa. 

El hombre frente a él lanzó un grito de coraje, apuntó con su varita a Spooner e intentó lanzar un encantamiento pero antes de lograrlo recibió un fuerte golpe en su cabeza que lo dejó plasmado en el suelo, después de unos segundos perdió total conocimiento. 

Arya y Annika seguían en aquel refugio, la pelirroja se distraía haciendo formas con su varita en el aire mientras la castaña daba vueltas por todo el lugar. 

—¿Te sientes bien, chica? — preguntó Arya al ver la inquietud de la muchacha. 

—¿Qué? Si, yo… estoy bien, creo. — contestó. 

—¿Por qué siento que hay algo que no me has contado? — preguntó la pelirroja mientras se sentaba sobre aquel sofá. 

—Carajo, eres igual que la Arya de mi mundo, siempre sabe cuando me pasa algo… — contestó Annika mientras se acercaba a la otra muchacha. 

—Sé qué estás desesperada por todo este asunto pero Isaac Thargot fue un Patenger, él sabe lo que hace y pronto tendremos noticias. 

—No me preocupo por Thargot, sé que sabe cuidarse. Pero esa mujer que está con él… no me genera la misma confianza. 

—Bueno… ¿Hay alguna forma de saber si esa mujer es la misma de tu mundo? — preguntó Arya. 

Annika se quedó pensativa por algunos segundos, luego dirigió su mirada hacia la pelirroja. 

—¡Sus cosas personales! — exclamaron ambas al mismo tiempo. 

—¡Merlín, amo el chisme, corre! — agregó Arya después mientras se levantaba del sofá y se dirigía a las cosas personales qué la pelinegra había dejado en el lugar. 

Annika sacó su varita y apuntó a aquel pequeño cofre le lanzó un par de encantamientos, luego levantó la tapa y comenzó a abrirlo lentamente. 

—¿Qué ves? — preguntó Arya. 

La castaña metió su mano en aquel cofre y comenzó a rebuscar. 

—Cartas viejas, plumas dañadas, fotos… — contestó Annika mientras sacaba cosas de a poco. 

—Aquí hay un collar. — dijo la pelirroja metiendo su mano y sacando aquel objeto colgante. 

“Teniente Keiran Hank, líder del Ejército Universal Mágico.” 

—¡Carajo! Es el nombre del “Sicario de Verde”... 

—¿Qué diablos es el Ejército Universal Mágico? — preguntó Arya con cara confusa. 

—Una organización qué se encarga de mantener el orden en el multiverso… Fue creada en otro lugar diferente a mi mundo y al tuyo. 

—¿Hay más universos paralelos? 

—¡Arya, céntrate! Esta mujer es la auténtica ayudante de Hank, ambos deben estar en este mundo y quizá… 

—... Isaac cayó en una trampa. — interrumpió la pelirroja. —Trae las escobas, nos iremos a Escocia. — agregó para después dar media vuelta y alejarse del lugar. 

Isaac estaba despertando, se encontraba sentado en una silla, sintió como sus manos y pies estaban atados a la misma, sus ojos lentamente se abrieron por completo dándose cuenta que ya no se encontraba en el lugar de aquel evento. 

—Por fin despertó nuestro hombre. — dijo una voz conocida. 

Spooner estaba frente a Thargot mientras sonreía. 

—Hijo de perra… suéltame y enfrentame. — soltó el hombre algo enojado. 

—¿Y ensuciarme las manos? No, no vales la pena, señor Thargot. Además, sabes que no es mi estilo, prefiero lo dramático en lugar de lo fácil y rápido. 

—¿Vas a torturarme como lo hace un sicario? Conozco a la gente como tú y he lidiado con peores, si crees que lograrás sacarme información… 

—¿Información sobre qué? ¿Tienes algo qué me interese? — preguntó Spooner con sarcasmo. —Sé todo sobre ti y tus pasos, siempre lo he sabido. — agregó. 

—¿De qué estás hablando? — preguntó Isaac algo asustado. 

—La zona está despejada, no hay nada de que preocuparse. — dijo Izzy Drysdale acercándose al lugar. 

—Izzy… ¿Qué estás haciendo? — preguntó Isaac al ver a su amiga en aquel lugar. 

Spooner comenzó a reír mientras miraba a Thargot. 

—¿Ves cómo es fácil quebrarte? Te diré algo, señor Thargot… el hombre que asesinó a tu tía, a tu elfo, el que te quitó la felicidad también trabaja para mí. Sé que lo sabias o al menos lo sospechabas, pero lo que no sospechabas ni siquiera por un instante, ni siquiera lo dudaste, es que ella… — frenó su discurso para señalar a la pelinegra a su lado. —... ¿Duele, no? 

—¡Cállate! Izzy, sé que estás fingiendo, sé que lo haces para protegerme pero tienes que irte porque esto se pondrá feo. — soltó el hombre. 

Izzy soltó una risa sarcástica, luego se acercó hasta el hombre atado y le brindó un fuerte golpe en su estómago. 

—¡Vamos, muestrale! — exclamó Spooner mientras miraba a Izzy. 

Isaac aguantaba el dolor de aquel golpe, seguía mirando a la pelinegra frente a él. 

—Eres débil, Thargot y cuando eres débil también eres vulnerable… no sospechaste ni un segundo de mí. — soltó la chica. 

Izzy sacó un aparato algo alargado de su bolsillo, apretó un botón y su apariencia cambió, pasó de ser aquella mujer pelinegra a aquel hombre pelirrojo qué había enfrentado a Thargot hace unos años. 

—No, no es cierto… — susurró el hombre. 

Spooner soltó una risa burlona al ver la cara del hombre, Isaac estaba totalmente en shock por la reciente revelación. 

—Eres una de las amenazas más fáciles qué he enfrentado, señor Thargot. Ahora yo debo marcharme pero créeme que recordaré siempre esté día y sobre todo tu cara… — dijo Spooner mientras miraba al hombre en la silla. —Hank, encárgate de él, avísame cuando ya esté el trabajo listo. 

—Sí señor. — contestó el hombre. 

Isaac seguía mirando a Keiran con una mirada confusa, susurraba algunas palabras que solo él podía escuchar y en su mente escuchaba las risas psicópatas qué el hombre soltó el día que asesinó a su familia. 

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