LA PÉRDIDA DEL SER PT. II
"Pobre de aquel que no esté preparado para enfrentar la verdad escabrosa de la vida, que siendo impulsada por la muerte destruye y transforma, la muerte no es más que el alumbramiento de la vida"
La vida se sostiene de un hilo del que depende el alma
Formada espíritu dentro del cuerpo,
Es una triada, una entidad indisoluble
Que da acción y movimiento al ser mismo
Como la condensación de polvo de estrellas,
Del origen mismo del universo
Hecha cuerpo y materia tangible y degradable,
E inexistente ante el encuentro con la muerte,
Que representa la disolución del encuentro con la vida,
Ante la ausencia de un reencuentro ulterior,
Por lo que, no hay más vida en el ser
Que en el momento donde se puede ser en este instante,
En donde coexiste la armonía entre lo que se vive
Y el desencadenante final de lo absoluto.
Desorientada vaga el alma
Ante las respuestas encontradas
Que irrefutables gritan veracidad y decisión
Hacia las preguntas que detonaron la travesía al exterior,
No es dulce ni empalagosa
Lo que la verdad representa,
Porque la exploración orientó el peregrinaje,
Y se retornó con el espíritu desintegrado,
Porque las respuestas no fueron más que un engaño,
Un descubrimiento de una mente afligida
Y una cara desconocida que enfrentaba al mundo,
Era una trampa oculta en las tinieblas
Que asechaba la pureza e ignorancia del ser,
Al condenarlo por su embelesamiento luminiscente,
Pretendiendo ser parte de un todo
Fraccionado e inmundo,
¡Oh tan perdido y absorto se encuentra el ser, que su mismo desconocimiento creo su propia trampa!
La mente tan profunda y enigmática
Como las profundidades inexploradas del fondo del océano,
Oscuras y pavorosas,
Ajena a lo que allí reposa,
La tribulación que enfrento el espíritu
En un trayecto escabroso y ruin,
¡Flagelante opresor que despedaza el alma!
Desconcertada y errada permanece,
Interrogante en la omisión
De la culpa que se filtra sobre su cuerpo,
Por la pérdida del sentido de una pasión
Diluida y ensombrecida,
Que era bálsamo para la vida
Y adormecía las heridas punzantes y sangrantes
Como el vacío de los pedazos arrancados de cuajo de un ser aspirante.
El cuerpo viviente y su alma intangible
Emprendieron un juego tortuoso,
El ser que, afanado buscada respuestas,
Para comprender más allá de los limites dictados,
Entrego su espíritu a cambio,
Un trueque macabro e infame
Que permeo la extensión del cuerpo
Y sumió al alma en una perpetua penumbra,
¡Agonizante el alma que gime e implora clemencia por los azotes de las olas que sumergen hasta las profundidades la cordura que le queda!
Al amparo de la suave marea
Que llega con su murmullo
Para calmar la tormenta
Y los sollozos desesperados de un ser quebrantado y arruinado
Que busca descanso,
El reposo y adormecimiento de su cuerpo masacrado,
De su alma corrompida
Y de su espíritu condenado,
Sus fuerzas se han consumido
No buscan ser renovadas,
Ya no más, la rendición es el placebo más tentador
Y estimulante a un descanso que cumple con ser eterno,
¡El ser a caído!
En el fondo del abismo se halla en una cuna de plata
Siendo resguardo y protegido
De los naufragios y desastres,
Que el mundo presenta cual villano orgulloso
De extinguir la flama de la vida,
¡El ser a renunciado!
A la mortificación del mañana
Y la ausencia de alma,
Que reposa en la oscuridad tras un manto sedante
Luego de la catástrofe de la condena propia,
¡El ser se ha dormido y resguardado, disfruta de la quimera construida por la ilusión!
Acaso ¿Será posible llamarle descanso a la primera muerte ante la que el ser se ha entregado, cayendo en el abrazo funesto del engaño?
.
.
.
Tan solo recuerden, el ser ha sido endulzado por cantos malévolos que hipnotizaron y crearon resguardo en sus entrañas, anidaron, eclosionaron y expropiaron lo que encontraron a su paso, una renuncia no voluntaria a su alma, es la condena que paga en un sueño idílico que no es más que la mazmorra perversa de la destrucción autoproclamada.
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