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twenty six. astrid and ashtray against the world

CAPITULO VEINTISEIS
ASTRID Y ASHTRAY CONTRA EL MUNDO

Luego de que su madre lo haya abandonado, Ashtray solo había tenido a Fezco y a su abuela. No confiaba en nadie más que en ellos y odiaba tener a su lado a cualquiera que no fuera su hermano. Agradarle a los demás no le interesaba en lo absoluto, era un chico solitario y disfrutaba de eso.

Ashtray odiaba las cosas cursis, todo tipo de afecto hacía otra persona y las palabras babosas de amor. Nunca se había interesado en nadie ni se había imaginado junto a alguien.

Odiaba ver a parejas besándose en público, una mezcla de saliva asquerosa.

Odiaba tomarle la mano a alguien o siquiera tocar a alguien, era molesto, ni siquiera le gustaba que lo tocarán ni aunque sea un pequeño empujón por accidente.

Odiaba los estupidos apodos y las tontas palabras de amor, eran irritantes y se escuchaban tan patéticas.

Cuando se trataba de amor, Ashtray odiaba absolutamente todo y aún mas san Valentín, asquerosamente aburrido, solo chicos regalando flores, chocolates y algún estúpido oso, tan típico y patético al mismo tiempo.

El conclusión, el pelinegro odiaba todo y pensaba estar solo toda su vida pues estaba seguro de que nadie lograría llegar a su corazón por completo y eso no era algo que le molestará.

Hasta que ella llegó. La primera vez que Ash la vio eran apenas unos niños pero él había quedado completamente embobado de la rubia, apesar de que lo único que había hecho era llenar su camiseta de lágrimas y baba.

Pero desde entonces, él solo había tenido ojos para su dulce Astrid, era solo un niño cuando la vio pero estaba seguro de que ella era a quien quería a su lado toda la vida.

A pesar de haber tenido miles de oportunidades de acercarse a ella, nunca lo hizo pues eso le aterraba más que nada. Si, podía luchar con cualquiera por más grande que fuera y le daría un martillazo a quien lo hiciera enfurecer pero Astrid lo hacía sentir como un tonto niño enamorado sin poder acercarse a su gran crush.

Y cuando Rue la trajo a la tienda, Ashtray saltaba de felicidad por dentro aunque por fuera su cara de desagrado seguía siendo la misma.

Su parte favorita del día definitivamente era cuando Astrid aparecía en la tienda con la excusa de comprar unos dulces

Tan linda por fuera y por dentro, Ashtray estaba seguro de que no había nadie mas perfecto que Astrid y de ser asi, no quería saberlo. A sus ojos, Astrid era la persona más perfecta y maravillosa del planeta y no había nada que pudiera cambiar su opinión, se negaba a eso.

De una forma u otra, Astrid había logrado lo que él creía imposible; ganarse su corazón. No solo había invadido su vida, si no también su mente y corazón ¿cómo lo había hecho? No estaba seguro pero rogaba a que nunca acabará.

Era difícil quererlo a él ¿pero a Astrid? ¿quién el su sano juicio odiaría a Astrid Stein? Debería estar completamente loco.

Ella era divertida, amable y dulce, una chica con un corazón enorme y Ashtray adoraba cada pequeña cosa de ella. Desde su vista, Astrid era única. Podía pasar horas hablando de lo hermosa que era y estaba seguro de que arriesgaría su vida por ella las veces que sean necesarias.

Movía sus pies con nervios y miraba su teléfono cada cinco minutos, le había pedido a Astrid que viniera y ella aún no llegaba, aunque ni siquiera era todavía la hora acordada. El tiempo parecía ir tan lento que empezaba a fastidiarlo.

Luego de unos minutos que para él habían sido eternos, pudo ver una figura pequeña acercarse y sonrió al verla.

Lucía un hermoso vestido lila que llegaba hasta por encima de sus rodillas, su cabello ondulado caía delicadamente sobre sus hombros y sonreía levemente, tal y como lo hacía siempre. Simplemente perfecta.

En una mano llevaba una pequeña mochila que movía para los costados desde su correa, murmuró su nombre lo suficientemente alto para que ella lo escuchará y cuando sus miradas conectaron, la sonrisa de la rubia creció aún mas.

Ashtray amaba todo de Astrid, sobre todo su sonrisa, aún mas cuando eran provocadas por él.

La observó subir por la escalera y se acercó a ayudarla en cuanto estuvo cerca, una vez arriba, ambos se sentaron en la orilla mirando hacía el frente. Un hermoso atardecer naranja mezclado con un tono rosa tenía la atención de ambos o por lo de menos de la ojiazul.

El pelinegro podía sentir como su corazón latía rápidamente y paso sus manos por su pantalón al notar que empezaban a sudar. Astrid lo ponía nervioso pero esto era otra cosa.

-- ¿cómo estuvo tu día?.-- preguntó colocando sus manos en los bolsillos de su chaqueta.

La rubia lo observó y sonrió, maldijo en su mente, era tan linda.

-- Bastante bien, igual que siempre, excepto cuando casi me castigan por culpa de Miles, química no es lo suyo, casi explota toda la escuela y me quiso echar la culpa a mi también porque no quería estar solo en detención.

Miles definitivamente no era su persona favorita del mundo, por un tiempo dudo si realmente lo que sentía por Astrid era una simple amistad pero luego de tenerlo en la tienda junto a la rubia por varias días seguidos, Ashtray había confirmado que se había equivocado por completo.

Ellos eran amigos, mas que eso, eran como hermanos y le había quedado claro en más de una ocasión, en especial porque Miles comentaba su crush no solo en Maddy, si no en cada chica que aparecía, a lo cual no se salvaba de las burlas de Astrid por eso.

Miles era todo un caso pero seguía sin caerle del todo bien, no porque tuviera algo malo, si no porque era bastante molesto, entrometido y ruidoso, entendía porque él y la rubia se llevaban bien.

-- Ashtray.-- dijo la ojiazul alargando su nombre, él la observó y ella ladeó la cabeza.-- ¿estás bien?

-- Si, solo...estaba...pensando.-- murmuró suavemente.

-- ¿y en qué piensas tanto?

¿en qué pensaba tanto? la respuesta era obvia.

-- Ahora que lo pienso, dijiste que querías verme para algo ¿que querías decirme?

-- Ah si...eso.-- balbuceó.

Trago saliva y bajo la mirada apretando la pequeña cajita en su bolsillo, se había quedado sin palabras, había practicado toda la mañana para esto y ahora no sabía que decir, esto debía ser una broma.

Pero no, no era su culpa, si no de aquella rubia que lo hacía perderse en su mirada. Amaba los ojos de Astrid, tan lindos y profundos que parecían querer hipnotizarte al instante.

Pero ¿que no amaba de ella era la verdadera pregunta? Se cuestionaba seriamente que era lo que le había hecho para tenerlo así, se sentía patético al haberse burlado tantas veces de los demás por esto.

Busco las palabras exactas y levantó la mirada para observarla mientras ella lo veía curiosa. Se miraron por unos minutos, los rayos del sol escondiéndose resaltaban en el rostro de Astrid, haciéndola lucir aún mas hermosa y él no podía sentirse mas enamorado de lo que ya estaba.

Luego de un suspiro, habló.

-- Siempre me burle de las cosas cursis, odiaba ver a parejas abrazadas, dándose amor o escucharlos decir cosas ridículas, me daba asco.-- dijo con una mueca.-- No podía ni siquiera imaginarme de esa forma, estaba muy lejos de que eso me pasará y tampoco me importaba tener a alguien conmigo, era una pérdida de tiempo.

La rubia lo observaba atentamente en silencio, tal y como hacía siempre que él hablaba, Ashtray suspiró, sintiendo como su corazón latía con mucha mas fuerza y podía jurar que en cualquier momento saldría de su pecho.

-- Nada de eso me interesaba, estaba más concentrado en otras cosas y me gustaba que fuera así... hasta que apareciste.-- dijo con una pequeña sonrisa, contagiando a la rubia.-- Cuando te conocí, pusiste todo mi mundo de cabeza, te vi tantas veces y quise hablarte cada una de ellas pero no pude, solo una mirada tuya me ponía los nervios de punta y eso me asustaba, demasiado a decir verdad.

La rubia soltó una pequeña risa, una melodía para sus oídos.

-- Te quise desde el primer momento en que me llenaste de baba la camiseta y suena muy estúpido pero es asi, eres la persona más dulce, buena y especial que he conocido en toda mi puta vida, Astrid.-- dijo y pudo notar un brillo en esos hermosos ojos.-- Y se que quiero estar contigo siempre ¿y quién no querría? Cualquiera que quiera odiarte debería estar muy mal de la cabeza porque eres la persona más increíble de este mundo.

Suspiró y sacó la pequeña cajita con terciopelo azul, llevándose la atención de la rubia. La abrió y dentro un anillo con una mariposa de pequeños diamantes azules resaltaba en el centro. Lo observó mientras él ya se encontraba mirándola con una sonrisa.

-- Suena muy estúpido todo lo que digo y me siento muy estúpido pero es tu culpa que esté de esta forma.-- habló, provocando que una tierna sonrisa de su parte.-- Este tiempo a tu lado pude confirmar que no quiero que seas solo mi amiga. Estoy enamorado de ti, Astrid y lo he estado desde los cinco años.

Saco el anillo con cuidado y le dió una rápida mirada para luego observarla, sus ojos brillaban, más de lo normal y estaba completamente encantado con ello.

-- Astrid...¿puedo ser tu novio?.-- murmuró tímidamente.

Astrid lo observó en silencio por unos minutos. Su mirada brillaba pero se encontraba completamente sería y eso hizo que Ashtray empezará a maldecir ¿acaso se había adelantado demasiado? Se sentía como un idiota.

Los minutos parecían horas y eso empezaba a desesperarlo ¿qué tanto estaba pensando? ¿acaso buscaba la forma de decirle que no?

Iba a hablar pero en cuanto se decidió a hacerlo, las manos de Astrid fueron hacia ambos lados de su cara y a los segundos, pudo sentir sus labios sobre los suyos.

El beso fue corto pero tierno, juntaron sus frentes y cerraron sus ojos por unos segundos, todo era tan perfecto. Se separaron un poco, observandose fijamente con una sonrisa.

-- ¿eso es un si?

-- Seré tu novia hasta que Shawn Mendes o Timothee Chalamet vengan por mi.-- murmuró la rubia con un tono divertido.

-- Y yo tengo un martillo y se bien como usarlo.-- contestó provocándole una risa.

Colocó el anillo en uno de sus dedos, siendo observado por Astrid quien lo abrazo con fuerza, siendo correspondida inmediatamente.

No planeaban soltarse y por un momento el tiempo pareció detenerse por completo, solo eran ellos, Astrid y Ashtray contra el mundo.

HOLAAAA!!! acá está la que dice que actualiza en unos días y en realidad lo hace después de dos meses.

disculpenme pero mi cabeza simplemente no podía concentrarse para seguir escribiendo este fic, en realidad este capítulo iba a ser publicado el 14 de febrero pero bueno, pasaron cosas.

en fin ¿cómo están? ¿cómo los trata la vida? a mi no de la mejor manera pero ahí vamos :)

debo decir también que hace un tiempo perdí la inspiración para escribir y se me está complicando demasiado, aún mas porque ya no siento tanta emoción al escribir este fic pero quería terminarlo porque siento que merece un final y voy a tratar de hacerlo lo más corto posible sin tanto relleno (pd:este es cap de relleno jjaja)

en fin, actualizare en cuanto mi mente me de ideas porque últimamente anda fallandome bastante.

no se olviden de votar o comentar porfavor, eso me anima bastante <3

también quiero agradecerles por los 41k de leídas, es increíble y tan hermoso el apoyo que le dan y no tienen una idea de cuanto se los agradezco <3

tengan un lindo día, tarde o noche, cuídense bien, los quiero mucho <3 muak.

17/04/23

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