acto uno

❝ mariposas ❜❜

Ashtray no soportaba a Astrid y, entre comillas, tenía razónes para hacerlo o más bien, Astrid tenía todo lo que a él no le gustaba.

Astrid hablaba sin parar de cualquier cosa y a Ash le fastidiaba su voz chillona de "niña malcriada". Odiaba que fuera a la tienda porque él sabía que no iba solo para comprar sus preciadas paletas azules, si no que eso era una excusa para molestarlo.

Él pensaba seriamente en pedir que no trajieran más esas jodidas paletas azules con las cuales la rubia estaba obsesionada. Aunque, eso no serviría de nada porque de alguna u otra forma, encontraría la manera de seguir viniendo sólo para fastidiarlo.

A su hermano le caía bien, él no entendía porque, Astrid era fastidiosa.

Ash solía culparme por haberla traído a la tienda, decía que si eso no hubiera pasado, él estaría tranquilo y tendría un problema menos.

Claramente eso era mentira.

Su problema no eran las jodidas paletas ni que Astrid fuera cada maldito día a la tienda, ni siquiera conmigo era la cosa , al contrario, su problema era que no podía evitar sentir esas jodidas mariposas en su estómago cada vez que veía a Astrid.

Era la primera vez en su vida que Ash se enamoraba de alguien y siendo sinceros, eso lo asustaba más que cualquier cosa en el mundo. Él quería ahogar a esas mariposas pero no podía, había caído ante la dulce Astrid y la odiaba por eso.