capítulo quince
❝ adición ❜❜

Astrid suspiró al ver la cantidad de mensajes que tenía de su madre. Estaba llegando tarde al ensayo por estar en detención y eso a Scarlett no le hacía ninguna gracia.

── Eh, disculpe.── habló la rubia, llamando la atención del profesor a cargo.── ¿podemos irnos ya? Tengo un ensayo y estoy llegando tarde.

── Lo hubiera pensado antes.

La ojiazul bufo y apoyó la espalda en el asiento mientras se cruzaba de brazos. Dirigió la mirada hacia su amigo, quien había hecho una torre con sus lápices.

── ¿qué te parece?.── le preguntó el de rulos.

Astrid lo miró con una ceja alzada y le dio una patada a la mesa, provocando que la torre de lápices se derrumbara.

── Gracias Astrid.

── De nada.

Miles rodó los ojos y se agachó a juntar los lápices que habían caído al suelo. La rubia lo miró y se levantó de su asiento para ayudarlo. Estaba molesta con él pero también era justo, no podía dejar que su amigo se llevará todo el cargo solo. Después de todo, era ella quien había hablado primero.

── Lo siento.── murmuró y él la miró.

── No importa.

── Pero por mi culpa estamos aquí.

── Pero yo pude haberte ignorado y no lo hice, además solo estamos en detención, no es la gran cosa.

Ella asintió y siguió juntando las cosas. Él la miró, aveces Astrid era tan buena que le irritaba. Pensaría seriamente en darle clases de maldad.

Miles se preguntaba como era posible que alguien como Ashtray podía ser capaz de fijarse en alguien como Astrid. No lo pensaba de mala manera, solo que ellos eran tan diferentes y no por sus vidas, si no por como eran personalmente.

Ashtray era tan rudo y ella tan dulce. Como una espina en una flor y eso eran ellos, Ashtray las espinas y Astrid la flor.

Las espinas siempre estarían para proteger a la flor de quien quisiera hacerle daño. Y Ashtray siempre estaría para proteger a Astrid de quien quisiera dañarla, incluso aunque ella no pudiera verlo.

Ashtray observó a Astrid llegar desde el techo de la tienda. La rubia lo miró y sonrió mientras se acercaba al lugar. Una pequeña sonrisa apareció en los labios del pelinegro, se veía tan hermosa como siempre.

── ¿puedo subir?.── preguntó y él asintió.

Se acercó a las escaleras que estaban apoyadas en la pared y subió con cuidado. Una vez que estuvo cerca, Ash agarró su mano y la ayudó a subir.

Se acomodó a su lado y miró hacía el frente, la vista era hermosa. Dirigió la mirada hacia Ashtray, quien ya se encontraba mirándola.

── Hola ogro.

── Hola rarita.

La rubia sonrió y volvió a mirar hacía el frente. Él la observó ¿cómo era posible que fuera tan hermosa? Astrid parecía un ángel.

Suspiró y dirigió la mirada hacia el frente. Ambos estaban en silencio pero no era incómodo, al contrario, ambos estaban disfrutando de la compañía del otro. Tenían tantas cosas que decir pero a la vez no tenían nada. Aunque no era necesario decirlo, ellos ya lo sabían.

Sus corazones latian con fuerza y los nervios recorrían por sus cuerpos. Ashtray rozó su mano con la de ella, provocando un leve cosquilleo en sus manos.

Astrid sentía que su corazón saldría de su pecho en cualquier momento. Si esto era un sueño, ella no quería despertar jamás.

Sus manos se unieron y ninguno dijo una palabra. Ashtray acarició lentamente la mano de la rubia con su pulgar. Astrid lo miró y él a ella.

Sus miradas conectaron al instante, como si hubieran tratado de buscarse hace tiempo. Por primera vez, en mucho tiempo, Ashtray se sentía completo. Algo en él brincaba de la emoción.

── ¿puedo decirte un secreto?

Ella asintió y él miró sus manos para luego volver a mirarla.

── No me caes tan mal.

Astrid sonrió y él hizo lo mismo, la sonrisa de Ash era preciosa.

Tragó saliva y se acercó a Astrid sin quitar su mirada. La rubia lo miró con atención y él acercó su rostro hacía el de ella. Podía sentir su respiración y sus manos empezaron a temblar por los nervios.

── ¿puedo?.── murmuró cerca de sus labios y ella asintió lentamente.

Sus labios tocaron lentamente los de ella, casi como una tortura. Sus respiraciones se mezclaron y la adrenalina recorrió por sus cuerpos.

Ash tomó uno de los labios de ella entre los suyos y colocó su mano libre en la mejilla de la rubia.

Sus labios se movían sincronizadamente, era un beso suave y a la vez dulce en donde demostraban todos sus sentimientos. El aliento a fresas de Astrid se mezcló con el sabor a menta de Ashtray, convirtiéndolo en una mezcla exquisita y la nueva adicción de ambos.

esta escena con dark red de fondo >>>>

ame escribir esto, mi corazón latio demasiaso rapido mientras lo escribía.

Ash y Astrid los amo tanto <<3

quiero agradecerles por el 13k de votos! Agradezco mucho el apoyo que le estan dando a este fic, no tienen idea de lo feliz que me hacen <<3

no tengo nada más que decir, nos leemos en el próximo capítulo, l@s amo <<3 muak.

-valu :)