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La música acompañaba a los cocineros que se encontraban sentados, mientras los paseantes lavaban los platos, el ambiente tenso y el olor a mariscos iba desapareciendo poco a poco al igual que los comensales que aún quedaban en el restaurante.
Faltaba poco tiempo para que el restaurante cerrará, y como el jefe se había ido a casa temprano, decidieron descansar un momento antes de terminar sus labores.
—Kim Sunbaenim — los ojos perezosos de Dahyun se elevaron hasta notar a aquel pasante que tan sólo había llegado unas semanas atrás, hablarle con una enorme sonrisa— Su novia la esta buscando
—Sí, claro y tú no vas a trabajar horas extra mañana — Dahyun cerró los ojos de nuevo, sin importarle su había sonado demasiado grosera. Sabía que Mono estaba demasiado ocupada como para irla a ver al trabajo.
—Dahyunie~ — Los ojos de la coreana se abrieron de inmediato al escuchar el apodo.
—¡Momo! — sus mejillas tomaron un color rosa junto con su sonrisa.
Se levantó casi de inmediato para ir hacia su pareja, ganando un pequeño "Uhhh" Por parte de sus compañeros.
Tomó la mano de Momo y la saco de la cocina para llevarla al callejón que estaba afuera del edificio, un poco lejos de la cocina. Casi siempre era usado para fumar o tomar un poco de aire fresco.
—Amor, ¿me extrañaste? — Momo rodeó la cintura de Dahyun con sus manos, acercandola un poco más hacía ella y los brazos de la coreana rodearon su cuello.
—Demasiado — Momo junto sus labios en un tierno beso.
Habían un par de semanas desde la última vez que se habían visto. Hirai Momo era de pocas palabras, siempre demostrando su afecto con detalles y amaba escuchar a Dahyun, hasta el mínimo detalle.
—¿Quieres algo de comer? Puedo conseguir algo en la cocina o preparar algo rápido — Momo apartó con delicadeza un mechón de cabello de la frente de su novia antes de plantarle un corto beso.
—Estoy bien, esperaré a que tu turno finalice y cocinare algo delicioso para ambas en casa, ¿qué dices?
—Es perfecto, espérame aqui, no tardó ¿de acuerdo?
Dahyun corrió hacía la cocina para apresurarse en lo que debía hacer, dejando sola a Momo en el callejón.
La japonesa se dejó recostar en la pared, dejando escapar un pequeño suspiro de cansancio. Quería ir a casa; eso fue lo primero que pensó al salir de practicar pero al pasar por una florería decidio ir a ver a su chica, ni siquiera tenían conversaciones decentes cuando Twice estaba en promociones, esos pequeños días "libres" eran lo único que tenía para pasarla con Dahyun.
No importaba que tan cansada se sintiera, eso podía esperar.
Tomadas de la mano, debajo del cielo nocturno y acompañada por las luces de las calles, ambas caminaban a casa, las risas salían en medio de la conversación junto con algunos pequeños golpes al hombro. ¿La felicidad era duradera? Quería conservar ese momento y vivirlo para siempre.
Quería que los recuerdos y las fotos se mantuvieran para siempre. Que las caminatas nocturnas no acabarán.
—Kim — los ojos curiosos de Dahyun la observaron cuando detuvo sus pasos— Cuando me haga famosa, prometo construirte una pastelería, una muy grande en el centro de Seúl.
La sonrisa que se formó en el rostro de Dahyun hizo que sus ojos se volvieran pequeños. Sus manos tomaron con cuidado el rostro de Momo y plantó un beso, dejando un poco de su labial en los labios de la japonesa.
—Promesa sellada, Momoring~
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