
4.
" - ¿A donde me llevas?
- Paciencia mi querido francés, ya sabras.
Con sus manos entrelazadas de dejaba llevar por su pareja a donde sea que este quisiera llevarlo, sabia que era en el patio trasero de su casa, el que era mucho más grande que el principal. Antes de detenerse Milo apretó con un poco más de fuerza su mano, dando una clara señal de que se encontraba nervioso.
- Milo, ya dime que pasa.
- Solo siente.
Guió su mano a una superficie plana, la que identifico como una mesa, siguió tocando, encontrando ; dos velas, dos copas, platos y cubiertos. Era una cena preparada especialmente para él. No eran mucho de salir a cenar ya que los espacios con mucha gente le incomodaban, siguió buscando porque conociendo a Milo había algo más en esa mesa, en su lugar se encontraba una flor, una rosa por su olor.
- ¿Celebramos algo?
- El próximo año lo haremos, ahora es solo por verte sonreír.
- Eres muy cursi. Pero así te amo.
La velada fue tranquila y divertida para ambos, con las ocurrencias del rubio nadie podía aburrirse. De vez en cuando Milo le tomaba fotos a Camus sin que este se diera cuenta, adoraba hacerlo, tener un pequeño recuerdo de la felicidad de su amado Ángel de ojos rojos, suspiro, el momento había llegado no podía ocultarselo por más tiempo. Las manos le temblaban nunca antes había hecho algo como lo que tenia planeado.
- Camus.- a paso lento se le acerco y se arrodillo frente a él, de su bolsillo izquierdo saco una pequeña cajita de terciopelo negro. Tomando una de la manos de su adoración continuo- Llevamos ocho años de conocernos, y siete de relación, quiero seguir contigo lo que me reste de vida, verte sonreír, formar una familia contigo. Para eso quiero preguntarte algo...- Calló, los nervios le estaban ganando- Camus Bellrose, ¿Quieres...quieres casarte conmigo?
Quedo mudo, no sabiendo que responder su mente se quedo en blanco y lo hizo aún más cuando sintio que Milo ponía en sus manos una pequeña cajita suave al tacto, con sus dedos comenzó a recorrer la superficie de la caja, hasta encontrar en el centro de ella algo de metal, lo tomo, se trataba de un anillo de oro, con una pequeña piedra en él y en su interior, escrito en braile y de la forma tradicional decía: "Metaxas, Bellrose por siempre" lagrimas de felicidad cayeron por su rostro alertando a Milo que pensó que había dicho algo malo. Camus lo tomo de los hombros y lo atrajo a él, abrazandolo con evidente amor y cariño.
- ¡Si, un millon de veces si!"
Un pequeño malestar lo saco de sus recuerdos, llevaba más de un mes con constantes náuseas y mareos, no le había dicho nada de eso a Milo porque sabia que el griego se preocuparia de más y según creía se le pasaría pronto, grave error, esos malestares del demonio seguian presentes y aveces eran peores.
- Camus, ¿Estas bien? Te ves algo pálido.
Hyoga coloco su mano en su frente, típica reacción de madre preocupada por su hijo, porque para el ruso eso era Camus, su segundo hijo más que su cuñado.
- No te preocupes, fue solo un mareo.
- Mh?, no me convences, te llevare al medico, vamos.
- No es necesario.
- Se le he dicho cientos de veces a Dégel y te lo digo a ti, es mejor prevenir que lamentar. Así que vamos.
- Esta bien.
Espero por unos minutos a su cuñado, para llevarlo a que lo revisaran, tenia una pequeña sospecha de lo que pudiera ser, ya que él había pasado por algo similar cuando supo que tendría a Dégel.
~•~
Sospechosos:
Saga Antzas.
Kanon Antzas.
Aioria Lincer.
Surt Haraldsen.
Shura de la Cruz.
DeathMask Caruso.
Afrodita Varland.
Siete posibles sospechosos, siete nombres, cada uno de ellos eran conocidos muy cercanos de su primo, los unicos -aparte de él y Dégel- que conocían el secreto de Milo, la sorpresa que le tenia a Camus, y le costaba mucho creer que por culpa de alguno de ellos, todos los sueños que el rubio tenia se estuvieran perdiendo, que por culpa de alguno su vida corriera peligro, y que Camus estuviera perdiendo la posibilidad de ver de nuevo. No le caía en la cabeza como podía existir una persona tan avariciosa, capaz de destruir solo por conseguir una suma elevada de dinero. ¿Necesidad?, ¿Dinero fácil para pagar alguna deuda a la mafia?, ¿Rencor?, ¿O solo por gusto?
Debía comenzar a investigar pronto para poner al culpable de todo en su lugar, por meterse con su familia.
- Sera mejor que comience revisando las cámaras de seguridad, a esos imbéciles siempre se les pasa algo.
Hasta el más mínimo detalle podía decir quien era el culpable o dar aunque sea una pista, no podia perder más tiempo. Pero necesitaba otra declaración, Dégel y Camus le habían dicho todo lo que sabian pero estaba seguro que su primo algo más sabia.
- Maldita sea Milo, espero que despiertes pronto.
Kardia suspiro, debía comenzar ya con su trabajo.
~•~
Exámenes de sangre, como los odiaba, nunca le habían gustado. Al día siguiente debía ir a buscar los resultados y aprovechando que tendria la tarde libre de la sobreproteccion de su madre, le pidió a Hyoga que lo llevara a ver a Milo. Llevaba menos de 24 horas de no verlo, pero para él era una eternidad. Acariciaba con cuidado la piel de su mejilla, esperando alguna reacción de su Dios griego, aguantando las lagrimas al no recibirla.
- Milo, no sabes cuantas falta me haces... por favor, abre tus ojos.
Se fue de esa habitación con el corazón en la mano, el tiempo pasaba demasiado lento sin él.
Al otro día, volvió para saber los resultados de sus exámenes acompañado por su cuñado, este estaba más que hiperactivo por querer comprobar sus sospechas.
- Sus malestares son normales en su condición, no tienen de que preocuparse, si le recetare unas vitaminas que le serán necesarias.
- ¿Condición?, ¿De que habla?
- Felicidades, joven Camus. Tiene un mes y medio de embarazo.
🔹🔹🔹
Hola mis amores!
Tenemos un renacuajito en camino! Les dije que vendrian cosas buenas!
Que creen que sera? Una bichita o un cubito?
ScorpioNoMilo. 💕
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