iv
Aburrido.
La pantalla de la televisión seguía prendía desde el mediodía, pensó que encontraría algo interesante o algo divertido entre miles de canales: fue un fraude, vio un poco las noticias hasta que comenzaron a ser repetitivos y molestos, algunos casos de delincuencia o vandalismo no resueltos, ¿importaba ahora? Soonyoung solo tuvo la molestia de mirarlos en silencio; hizo un intento con las caricaturas animadas, eran tan infantiles que terminaron por perturbar el ambiente.
Los doramas alternaban la realidad y unas cuantas escenas pasaban de ser ridículas.
Apago el televisor, al tomar un cigarro de la cajetilla se dio cuenta que solo sobraban dos más. Recién comenzaba a disfrutar su adicción a la nicotina.
Abrió un poco las cortinas de su departamento, el cielo se oscureció en un parpadeo. Seokmin se encargó de enviarle comida así que no faltaba nada más que dormir.
Admiro el cielo, estaba oscuro, nunca se veía las estrellas en una ciudad pero Soonyoung suele aferrarse a la idea de que vera una al menos en su vida.
Dos suaves golpes lo hicieron volver a la realidad. Al abrir la puerta ve al chico delgado.
"¿Aun sigues despierto a estas horas?" le pregunta.
"Es sábado. Día de dormir tarde." le responde. Lo deja pasar, Soonyoung no se molesta en ofrecerle comodidad, porque todas las noches de los días solo buscan ese algo que les hace falta.
Las acciones hablan por sí solas, no existen muchas palabras para que ninguno se abrume y evite estar en conexión cuando no lo están. Ambos saben qué hacer.
Cuando las luces se pagan, los pocos destellos de la ciudad los iluminan, se entregan buscando y buscando algo que jamás llegara. Es por eso que comparten penas para llenar ese hueco vacío sin tocarlo. Pero todos saben que ese vacío siempre estará ahí, no importa cuando intenten rellenar, ese hueco nunca desaparecerá.
Soonyoung no quiere preguntar nada, Mìnghào no quiere responder a menos de que sea algo urgente.
Al tocar la piel del chico es frío, el invierno ha llegado y lo hace preguntarse ¿Cómo puede sufrir frió aun llevando sacos grandes y resistentes? Pese a su curiosidad prefiere mantenerse callado, consintiendolo en caricias y leves espasmos.
Mìnghào se queda dormido, la tenue luz lo hace rendirse ante el sueño. Es tibio sin llegar a ser caliente, aún sigue sintiendo frío pero se da el gusto de que está satisfecho.
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