Cornwall o los condados no metropolitanos de Inglaterra serían los últimos lugares más desapercibidos para los activos de la orden, los mortifagos la tendrían complicada en buscarles por esos lares, es más, casi no le daba importancia esa área, concentrados en Diagon, Malfoy Manor y Hogwarts con sus alrededores.

El refugio era acogedor, Bill con su esposa Fleur se ha encargado que esa sensación pase para cualquier refugiado que entre en el lugar. Pero lo más hermoso era el acantilado, con la brisa salina que acariciaba en ese momento su cuerpo, con el sonido de las olas rompiendo en las costas y el atardecer muriendo a la lejanía del gigante azul.

Se preguntaba si para el futuro, dado caso que pueda salir de esta, tendría una casa con una vista tan terapéutica como esta, pues le hacía olvidar por largos minutos los dolorosos escalones que ha tenido que avanzar para llegar a este punto.

-¿Te gusta el mar?-Aquella pregunta de la nada le asusto un poco, descubriendo a Harry a sus espaldas, mirándole fijamente con esos ojos verdes detrás de los lentes.

-En este momento...es el lugar donde más quiero estar-le contesto con sinceridad, porque era el único lugar donde sentía hallar una paz absoluta.

Harry sin decir nada se sentó a su lado, acurrándose contra su hombro, sobando su mejilla contra su saco para capturar algo de aroma en consuelo. Sin decir nada abrió su brazo cual ala, rodeándole por sus hombros y atraerle hacia él.

Harry pensaba estar en su peor momento, después de ver a Hermione pos tortura, a Dobby muerto y un rubio demacrado del que no sabía de su mente. Pensó con amargura si el mayor también lo hacía igual con Sirius. Pero ahora tal vez eso no importaba al ver también maravillado los colores de la muerte del astro a sus ojos, esperando estar vivo otro día más, junto a su dulce Remus.

El licántropo no tenía que pensar demasiado para saber que se ha aburrido con la partida de póker que se estaba desarrollando en el interior del refugio, con su oído sobrenatural escuchaba las victorias de Tonks, casi rio al imaginarse las expresiones de todos, sin saber que están siendo estafados por las trampas de la Auror. En estos momentos agradecía tener una amiga como Tonks, del cual se convirtió en otro pilar después que Bellatrix se llevó lo último que quedaba de los merodeadores, Peter no contaba.

-¿Qué harás después de la guerra?-le pregunto con curiosidad el menor a su profesor, mirándole con esos ojos de búho verdes.

Sonrió en gracia ante su interés, conmovido ante su optimismo que vivirán para ver un futuro -Supongo que podría mudarme...o construir una casa como esta para mí. Tal vez aquí en Cornwall o Godric's Hollow-a medias le mintió, no tenía decidido cual sería el lugar ya que no ha pensado mucho en eso, le daba casi igual donde fuera. -Con una mesa de té afuera, una biblioteca y un huerto para pasar mis días-encogió de hombros.

Era el único plan que por así decirlo tenía fijo después que acabara toda esta locura.

- ¿y no piensas tener columpios? -le pregunto desde un momento de silencio.

- ¿columpios? Estoy muy mayor para unos-alzo la ceja.

Harry negó con la cabeza divertido -En el caso que tengas hijos, podrías darles unos-

Solo se limitó a sonreírle con pena. -Creo que es algo tarde para mi tener un cachorro...-

Harry frunció el ceño por un momento en confusión. - ¿no querías tener tu propia familia? -

Le miro por un momento ante la extrañes del menor luego para sonreír y triste y hacer ademan en mano -Me hubiera gustado...me hubiera gustado-