Los siguientes días fueron difíciles de llevar, observar a la tortuga menor y pensar en cuanto daño ya le había hecho al temperamental sacudía la química de sus cerebros

Se hizo la rutina de no dejar solo a Raphael, siempre había alguien en el mismo cuarto que solo estaba para cuidarlo de algún posible ataque de Miguel Ángel

Durante las noches Splinter se encerraba en su habitación con Raphael para que lo acompañara a meditar en lo que Leonardo y Donatello hacían patrullaje, pues regresaban al lugar donde atacaron a los Kraang para buscar alguna pista y saber qué fue lo que le pasó a su hermano menor

Lejos de sentirse protegido y seguro, Raphael sentía todo el peso de su familia en sus hombros, no dejaba de pensar en escenarios malos, cada escenario era peor al anterior, solo pensaba que había llevado a su familia a la desgracia, que todo lo que pasaba fue porque no fue lo suficientemente fuerte para aguantar más y que sus hermanos y padre no se enteraran de nada

La rata abrió los ojos interrumpiendo su meditación, pues podía sentir que el aura ruda y fuerte que antes tenía su segundo hijo ahora se había reemplazado por tristeza, angustia y dolor, observó las marcas que tenían el cuerpo de su segundo hijo, eran profundas, Donatello había tenido que suturar dos de las que tenia en sus brazos, y aun era incapaz de caminar por su cuenta, la navaja que Miguel Ángel había clavado en su pierna perforo el musculo y tardaría mucho para sanar

Regreso a su meditación, esperaba poder encontrar algo que ayudara a sus hijos a detener a su hijo de pecas y hallar quizá la raíz de su cambio

Diez minutos después Raphael despertó, necesitaba ir al baño, pero no quería pedir ayuda como un niño pequeño, se levanto y fue caminando mientras se apoyaba en las paredes, haciendo el menor ruido posible para que Splinter no se desconcentrara

Le tomo mucho esfuerzo, pero logro su objetivo, tardo 5 minutos pues solo tener de apoyo una pierna le era difícil, pero sin mayor problema hizo sus necesidades, volvió a salir sujetándose de las paredes, estaba por entrar al dojo cuando le taparon la boca y fue arrastrado a las habitaciones, lo aventaron bruscamente al suelo, y de inmediato grito con dolor al lastimar su pierna herida

-Nuestro trato se rompió, voy a hacer que te arrepientas de haber nacido Raphael- murmuro con una voz profunda nunca antes escuchada en su persona

-Mikey ya basta porque me haces esto?!-

-¿Que porque?- lo tomo por el cuello y lo apretó poniéndolo contra la pared cortándole el aire -Tu nos has maltratado toda nuestra vida, no te hace daño recibir un poco de lo mismo, pero a diferencia de ti, yo si te voy a matar, y cuando acabe voy a seguir con Leo y Donne por haberse metido donde no los llaman- con cada palabra su agarre se fue haciendo más fuerte haciendo que el de banda roja perdiera la sensibilidad de sus extremidades, pusiera los ojos en blanco, pues juraba que había visto esa luz al final del túnel

Afortunadamente Splinter aplico puntos de presión en el de banda naranja, dejándolo paralizado y logrando que soltara a la tortuga herida quien tomo una fuerte bocanada de aire y se sujetó el cuello tosiendo repetidamente buscando llenar sus pulmones de ese aire que tanto necesito en esos segundos

La rata se acerco a su hijo y se arrodillo para poder ayudarlo a controlar su respiración, el menor se negó a abrir los ojos, sabía que en cuanto lo hiciera las lagrimas iban a salir sin control alguno y no quería, odiaba verse tan vulnerable frente a su familia, él tenía que ser fuerte, pero con las palabras dichas por su agresor, estas calaron en su alma fuertemente

-Raphael...- era la quinta vez que lo llamaba, pero parecía que la tortuga estaba muy perdida en sus propios pensamientos, de no ser porque respiraba Splinter podría decir que había quedado como muerto, pues estaba apoyado contra un mueble

Tomo su mano y lo ayudo a ponerse de pie, y hay fue cuando observo que la venda que cubría su herida en la pierna estaba sucia de sangre, parecía que con el poco jaloneo que tuvo con el menor de los Hamato pudo abrirse la herida

Despacio lo llevó al laboratorio para poder curarlo, salió del cuarto y le puso llave, la técnica que uso en miguel Ángel pasaría en unos minutos y había tomado la decisión de tenerlo encerrado a él hasta que llegaran Leonardo y Donatello

El silencio que había entre ellos era sofocante, pocas veces podían hablar ellos dos juntos, pero en esa ocasión Splinter sentía como su hijo pedía ayuda, y a la vez no quería pedirla, de sobra conocía su actitud reacia al apoyo, pero no podía seguir viendo a uno de sus hijos sufrir de esa manera

Terminó de poner una nueva curación en la pierna del de ojos toxico, guardo las cosas en su respectivo lugar y cuando giro decidido a hablar con su contrario algo lo detuvo

El chico estaba con las manos hechas puño, los estaba apretando demasiado, tanto que sus nudillos se pudieron blancos, su cuerpo temblaba levemente, pero tenia la mirada puesta en el suelo, cuando el adulto se arrodillo pudo ver el mar de lagrimas que estaba hecho su hijo, no hacia ruido solo había dejado correr las lagrimas

Lo abrazo sin dudarlo más tiempo, sintió como el llanto estalló cuando puso la cabeza del menor sobre su pecho, durante muchos minutos se dedico a acariciar su cabeza a modo de consuelo, sobo su caparazón en círculos y lo meció de lado a lado suavemente para calmar su llanto y dejarlo desahogarse

Cuando el llanto fue menor lo separo un poco y le limpio los rastros de lagrimas con una manga de su ropa, justo cuando iba a hablar la voz contraria lo detuvo

-Debiste abandonarme- susurro Raphael paralizando con sus palabras a su padre

-Porque dices eso, nunca digas eso Raphael- lo tomo por los hombros y busco su mirada, pero este le huía a verlo a los ojos

-Pero debiste hacerlo, a si no estarían pasando por esto por mi culpa, lo siento- nuevas lagrimas salieron de sus ojos

-No se porque piensas eso, esto no es tu culpa, algo le pasó a tu hermano y vamos a averiguar que fue, nunca quiero que pienses en que debí dejarte, no me hubiera perdonado el dejar a alguno de ustedes, son mis hijos, y no importa como sean los quiero por igual- Raphael se abalanzo en un fuerte y apretado abrazo, lo que había pasado lo había terminado de romper, y eso lo comprendía el mayor

No sería fácil hacer que el menor recapacitara sobre aquellos nuevos pensamientos que atormentaban su mente, pero tenia que lograrlo, o cuando Mikey recuperara control podría arrepentirse

Pero aun quedaba esa incógnita con mayúsculas en sus cabezas

¿Porque había cambiado, que paso?

Continuará....