A la mañana siguiente los hermanos estaban en su entrenamiento diario, pero debido a que las heridas del de cinta roja eran graves él estaba sentado al lado de su padre viendo entrenar a sus hermanos, pero sentía miedo ante la mirada que le daba el menor, trataba de disimularlo para que su padre no se diera cuenta

-Yame- se levantó el adulto y se acercó a su tres hijos -Lo hicieron bien hijos míos, pero deben estar más concentrados en la batalla-

-Hai sensei- le hicieron una reverencia

-Pueden retirarse, es todo por hoy- poco a poco las tortugas dejaron el dojo, Raphael se levantaba de forma lenta mientras veía a su padre entrar en sus aposentos, estaba a nada de salir, pero una cadena le atrapó el tobillo derecho haciéndolo caer; como una película de terror fue jalado hasta la parte trasera del gran árbol en el dojo

-Cres que hoy te salvas de mí? Tal vez anoche te me escapaste, pero hoy no- ya no había duda de que la pequeña, tierna y animada tortuga que era antes Miguel Ángel se había esfumado de su ser

-M-Mikey ya no p-por favor, ya me cansé, me duele todo el c-cuerpo- de sus ojos le salían lágrimas de miedo, le aterraba que fuera a matarlo, eso se podía sentir a kilómetros, pero más le aterraba que si lo mataba fuera a por su familia

-Jajajaja me gusta que supliques, pero hoy no, hoy estoy dispuesto a matarte de ser necesario, ya no soporto tu presencia, vienes sobrando, esta familia no te necesita- con ayuda de la cadena lo mando volar al centro del dojo

Un quejido de dolor salió de su boca, sus heridas de la noche pasada volvían a sangrar, y su depredador se acercaba despacio, girando su kusarigama mientras caminaba

-El poderoso Raphael se convirtió en el tímido cachorrito asustado, te pregunto qué se siente ser el débil- una sonrisa macabra apareció en ese rostro que ahora era el protagonista de sus pesadillas, con sus manos se hacía para atrás como un reflejo para sobrevivir, aunque era probable que no saliera vivo de ese lugar

Miguel Ángel empezó a girar con velocidad su kusarigama por encima de su cabeza, estaba dispuesto a cortarle la garganta, pero un gritó lo hizo distraerse

-¡Mikey basta no lo hagas!- llegó el líder acompañado de su hermano genio

Al ver su descuido Raphael se levantó y trató de correr para salir de ese lugar

Ya lo habían visto, de que servía fingir -No no te iras- soltó su kusarigama y chorros de sangre de esparcieron por el tatami del dojo

-AAhh!- en su pierna ahora estaba incrustada su arma, empezaba a salir la sangre manchando el arma y el suelo

-Raphael!!- sus hermanos intentaron acercársele, pero el de banda naranja los detuvo

-Déjenlo así, merece sufrir- sonrió viendo a su mayor gritar y retorcerse de dolor -Es lo que merece por todo el daño que ha causado en esta familia-

-Mikey porque haces esto? Tu no eras así, tu serias el primero en defenderlo y consolarlo-

-Si?! Pues ese Mikey se fue, me canse del maltrato que él nos daba a todos, merece una dosis de su medicina, si se atreven a ayudarlo también los voy a lastimar a ustedes hermanos, quisiera que me eviten ese dolor, deseo que Raphael se pudra desangrado- se acercó al de rojo y le quito su arma de un fuerte tirón

-Aaahhh!!- sus ojos se inundaron de más lágrimas de dolor, el olor a hierro en la habitación empezó a inundar la habitación llamando la atención del roedor quien haceestaba durmiendo

El menor salió del dojo con una sonrisa mientras que Leo y Donne corrían hasta su hermano quien no sabía si sujetar su pierna o no ante el punzante dolor que sentía

Al mismo tiempo que el líder y el genio se arrodillaban al lado del de rojo la puerta que daba al cuarto de Splinter se abría viendo el gran desastre ante sus ojos

-Raphael, hijo mío- horrorizado se le acercó observando como el menor ya estaba siendo levantado con cuidado por sus hermanos

-P-Padre, lo siento- la pérdida de sangre ya le afectaba, estaba a nada de perder conciencia

-Debo atenderlo rápido o morirá- empezaba a caminar con dirección de su laboratorio

-¿Q-Quien le hizo eso a Raphael?- apresuró el camino para abrir las puertas y dejar pasar a las tortugas

-Fue Miguel Ángel sensei, él le hizo esto enfrente de nosotros, dejo de ser el pequeño niño inocente- acostó a Rapha en la camilla de metal quien ya había caído inconsciente

-P-pero cómo? Miguel Ángel?- tuvo que sentarse, no podía creer que uno de sus hijos le hiciera eso a su propio hermano

-Es demasiado profunda la herida, daño el músculo y varios ligamentos tardare horas en reparar el daño-

-Nos quedaremos aquí, no podemos dejar que Mikey vuelva a atacar a si a Rapha, la siguiente vez puede matarlo-

Pasaron dos días en los que Raphael les contó todo, pero les advirtió que tenía miedo, por primera vez desde que tenía uso de razón admitió que tenía miedo de lo que el más joven pudiera hacerles a ellos

-Tendremos que detenerlo, tal vez si lo golpeamos vuelva a la normalidad-

-Eso no funcionará, no sé porque dejó de ser quien era, pero un simple golpe no creo que sea la solución-

-Entonces que propones Leo?- pregunto el científico sin dejar de cambiar las vendas de su hermano temperamental

-Tenemos que mostrarle que todo lo que le ha hecho a Rapha está mal, tal vez cuando se dé cuenta de eso entre en razón y deje de lastimarlo-

-¿Tu qué opinas Rapha?- los tres mutantes en esa habitación voltearon a verlo, después de que les terminara de contar que fue lo que sufría en su habitación ya no había vuelto a hablar, solo tenía la mirada puesta en el piso, las únicas voces que se escuchaban por la alcantarilla eran las de Leonardo, Donatello y la de Splinter

-Rapha háblanos hermano no puedes seguir en silencio- se acercó el líder tocando su hombro con su mano, pero fue retirada de un manotazo seguido de un gruñido -Raphael deja de hacer eso, tienes que decirnos como podemos parar a Mikey-

-No hay forma normal de pararlo, lo mejor es dejar que me mate-

-Raphael no voy a permitir que hables a si!!- alzó la voz su maestro

-¡Es la verdad! Es lo único que quiere, hay que darle el gusto porque yo ya estoy cansado-

De lo que todos se dieron cuenta fue que su hermano de cinta naranja los estaba viendo en silencio por detrás de la gran puerta de metal que daba al laboratorio, todos estaban actuando, pero se dieron cuenta que algunas de las palabras que decía Raphael eran ciertas

-Por favor, donde esta ese Raphael que para todo es impulsivo y logra sacarnos a todos de un problema, aunque yo se lo replique después- trato de animarlo

-Ya no existe ese Rapha, se murió en el momento en que me volví la presa- suspiro bastante decaído y el silencio se apoderó en el laboratorio

Volver a la normalidad a sus dos hermanos iba a ser difícil, pero siempre encontraban una solución, no debían darse por vencidos tan pronto, no cuando lo peor estaba por acercarse

Continuará....