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Cerro su baúl de viaje una vez que no hubo más espacio para meter nada más, quito el poco polvo que se había acumulado encima del mueblecillo por el poco uso y rechino los dientes de frustración cuando se dio cuenta de que el guante blanco que cubría sus delgadas manos se había manchado de un color ligeramente café y de polvo, lo sacudió para limpiarlo sin lograrlo, finalmente se dejó caer en la cama, sentándose a lado de su baúl. Desde su habitación podía ver el gran jardín del patio frontal que adornaba su hogar. Siendo hijo de una familia de nobles, su casa era demasiado grande incluso para cincuenta personas, así que el campo frente a él era extenso y basto, el pasto color verde poco a poco se iba poniendo amarillo porque estaba entrando el otoño, las pequeñas vinagrillos amarillas y purpuras se iban marchitando sin descanso, las hojas de los arboles empezaban a caerse y las aves se alistaban para mudar. Y como si fuera un huracán en los días finales del verano, su hermano menor paso montando un semental color negro dejándolo sorprendido.Cerro su baúl de viaje una vez que no hubo más espacio para meter nada más, quito el poco polvo que se había acumulado encima del mueblecillo por el poco uso y rechino los dientes de frustración cuando se dio cuenta de que el guante blanco que cubría sus delgadas manos se había manchado de un color ligeramente café y de polvo, lo sacudió para limpiarlo sin lograrlo, finalmente se dejó caer en la cama, sentándose a lado de su baúl. Desde su habitación podía ver el gran jardín del patio frontal que adornaba su hogar. Siendo hijo de una familia de nobles, su casa era demasiado grande incluso para cincuenta personas, así que el campo frente a él era extenso y basto, el pasto color verde poco a poco se iba poniendo amarillo porque estaba entrando el otoño, las pequeñas vinagrillos amarillas y purpuras se iban marchitando sin descanso, las hojas de los arboles empezaban a caerse y las aves se alistaban para mudar. Y como si fuera un huracán en los días finales del verano, su hermano menor paso montando un semental color negro dejándolo sorprendido.
Hoseok se levantó de la cama y corrió hasta su ventana, sacando ligeramente la cabeza para mirar al más joven.
—¡No te vayas a caer Jimin! —gritó asustado al ver la velocidad en la que corría el caballo; sin embargo, fue un aviso inútil porque el semental negro y el cabello rubio de su hermano ya habían desaparecido de su vista, salió a toda prisa hasta la sala de la casa y se detuvo cuando miro a su madre bordando una servilleta—. Madre, Jimin anda a montando a caballo otra vez, a pesar de que se lo has prohibido y si se llega a caer y por su culpa no puedo viajar para conocer a mi prometido no se lo voy a perdonar nunca.
La mujer exasperada de su hijo menor, dejo la tela que bordaba aun lado, se levantó de la silla mecedora donde descansaba y mientras le quitaba las arrugas a su vestido, salió hacia el gran jardín para reñir a su hijo. Hoseok le siguió de cerca.
—Ojalá Jimin fuera más como tú, es un rebelde sin causa, algún día va a matarme de un infarto.
Hoseokdejo mostrado una sonrisa en su rostro al escuchar a su madre y como intuía quenada bueno podría pasar después de acusar a su hermano menor, prefirió regresara la sala y se sentó en la silla para seguir con el bordado que su madre habíadejado al pendiente. Jimin y él eran tan diferentes, al menor de los Jung no legustaba seguir ordenes, todo cuestionaba, iba de un lado a otro pregonando serun alma libre, por las tardes incluso no tenía vergüenza de sentarse a la mesaa comer con la ropa llena de lodo o tierra, y muchas veces lo encontrórevolcándose en el pasto del jardín o desnudándose en medio del bosque parameterse a bañar al rio. Simplemente haciendo las típicas cosas que un noble como él, nodebería hacer
A los pocos minutos la señora Jung entró a la casa, llevaba al pequeño Jimin de la oreja hasta su habitación en una escena muy graciosa digna se presentarse en el gran teatro de la ciudad. La mujer iba regañándolo mientras que Jimin sólo decía: "Sí, ya sé mamá, ya sé, no me regañes por favor"
Hoseok negó para sí mismo y se balanceo en la silla mecedora hasta que se hizo de noche.
—No quiero ir, va a ser terriblemente aburrido —Jimin se quejaba una y otra vez mientras que los plebeyos que estaban a su servicio subían los baúles de viaje al carruaje. El sol ya se había metido y desde hace varios días su madre le había advertido que viajarían a la capital para presentarse con el rey. Ahora que Hoseok había cumplido la mayoría de edad, podrían fijar fecha para el matrimonio con el príncipe heredero en la fiesta de compromiso.
—No te estoy preguntando Jimin, un chico como tú definitivamente no se puede quedar solo y sin supervisión, además será el gran día de tu hermano y debes estar ahí.
Jimin miro a Hoseok e hizo un puchero. Era sólo un año menor, pero su nivel de madurez estaban a años luz, por supuesto, Hoseok como prometido no oficial del príncipe había sido entrenado para comportarse correctamente y con clase desde que tiene memoria, para no avergonzar su apellido, ni a la corona real, Jimin por el contrario fue criado con profesores menos estrictos.
—Sabes que te odio —dijo a Hoseok, el hijo mayor sonrió sabiendo que no había verdad en las palabras de su hermano menor y lo hizo subir a la carroza empujando su espalda desde atrás, después de que su madre se acomodó en el banquillo, Hoseok subió e indico al chofer que empezara a andar. Las tres personas dentro del vehículo se prepararon mentalmente para un viaje de tres días y cuatro noches rumbo a Seúl.
Cuando finalmente llegaron, el palacio les pareció mucho más grande de lo que les habían contado, el muro era tan alto como la altura de diez hombres, era casi diez veces el tamaño de su casa, los jardines no estaban sufriendo por el otoño y seguía de un color verde brillante, se podían ver varios jardines florales que Hoseok ya se imaginaba recorriendo en compañía de su prometido, varias estatuas de mármol adornaban los pasillos hacia la entrada, junto con fuentes de agua, incluso sin entrar sabían que estaban ante una construcción que podría valer un país completo. Detrás del majestuoso palacio había un bosque de pinos y más allá, cosas inimaginables.
Como el viaje se realizó sin problemas, no se sentían tan cansados y al momento de llegar a las puertas del palacio fueron recibidos por la gran corte, todo esto como invitados especiales del monarca. Lo primero y como los modales así ordenaban, hicieron reverencia al rey una vez que el hombre estuvo frente a ellos, con su palma toco sus hombros uno por uno y los hizo levantarse, primero con la madre y finalmente con el rebelde Jimin a quien se le olvido besar su mano, o tal vez no lo hizo por simple capricho.
El rey Kim era un hombre imponente, alto, robusto, su cabello tenia algunas canas, pero todavía se veía lo suficientemente fuerte para ir a la guerra. Después de saludar al rey, Hoseok echó un vistazo a su prometido, el príncipe Namjoon también era alto, tenía una espalda ancha, las piernas alargadas, el cuerpo delgado acompañado de un porte elegante. Hoseok se sintió avergonzado de haberlo mirado mucho tiempo, su rostro se calentó y no fue consciente cuando su hermano lo llamó, por lo que Jimin tuvo que darle un pequeño pellizco para llamar su atención.
—El príncipe es muy guapo —Jimin acertó a decir y Hoseok asintió—, aunque no soy partidario de los matrimonios y aunque me gustaría que mi aburrido hermano me acompañe en casa mientras lee cosas igual de aburridas que él por muchos años más, he de decir que no me queda otra opción más que aceptar este matrimonio —Jimin declaro con seguridad, Hoseok sonrió a su lado y le dio un pequeño beso en la frente.
—Gracias Jimin, este matrimonio es lo que siempre he estado esperando.
Jimin sonrió a su lado, ninguno de los hermanos fue consciente de que la mirada de cierto príncipe estaba enfocada en ellos, específicamente en el pequeño de cabello dorado como el sol y ojos coquetos.
Jimin sonrió a su lado, ninguno de los hermanos fue consciente de que la mirada de cierto príncipe estaba enfocada en ellos, per más específicamente en el pequeño de cabello dorado como el sol y ojos coquetos.
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