Después de la película, la cual por cierto no entendí el final por lo que ustedes ya saben, fuimos a comer a un restaurante de comida italiana, es nuestra favorita. Apenas hemos cruzado palabra, no tocamos el tema de lo que pasó y eso me alegra porque no tengo ni la más mínima idea de que decir. Lo que me resulta extraño es que ahora me siento bien, tranquilo, relajado, todo el mal humor que tenía se esfumó y no sé por qué, es una sensación extraña.

La hostess nos llevó a nuestra mesa y nos dedicamos a mirar la carta en total silencio, minutos después el mesero llegó y pedimos un delicioso fetuccini tres quesos en salsa de chipotle y vino blanco. La mesera se retiró, no sin antes mirar segundos de más a mi sobrino y eso no me gustó mucho, no, más bien, nada.

—¿Y qué te pareció la película?—. Le pregunté algo nervioso, no sé si sea una buena pregunta pero ya quería acabar con el incómodo silencio.

—Buenísima. Me gusto mucho... Y ¿a ti?

—También me gustó.

—¿Cuál fue tu parte favorita?

—Ah emm... el final. Sí el final, y ¿la tuya?

—Todo después de la pelea callejera—. Me dijo mirándome fijamente, sé perfecto a que se refiere.

—¿Y qué tal la escuela?—. Le pregunté para cambiar de tema, no quiero hablar de eso. En primera no sé que decirle y en segunda me siento bastante extraño, bien, pero extraño.

—Pues bien, ya hoy terminaron los exámenes y bueno, parece me fue bien.

—Me alegro de verdad—. Le sonreí y sentí un teléfono vibrar, lo saqué y era el de Tae. Pero como jode este idiota. Él me lo arrebató de las manos. Sonrió y contestó.

—¿Hola?... Es que estaba en el cine y bueno tú sabes—. Su sonrisa se hacía más grande y mi sangre comenzó a calentarse de puro coraje—. Gracias, tu mensaje fue de lo más lindo... ¿Hoy en la noche? Pero si es lunes—. Río por lo bajo, mierda—. Bueno, tienes razón, claro me encantaría... Te espero a las siete ¿Está bien?—.¿ Pero qué mierda?—. Claro, hasta en la noche, cuídate... Bye—. Colgó y ahora mi sangre está hirviendo, tanto que está a punto de consumirse. Maldita sea, toda la relajación y comodidad que sentía desapareció en segundos.

—No vas a ir a ningún lado esta noche y menos con ese pendejo—. Le dije entre dientes.

—Bueno, me parece que eso es algo que no está en tus manos.

—Yo no voy a permitir que salgas con él.

—Tú no eres nadie para permitirme o no nada.— Mi sobrino me miró fijo levantando una ceja

—Soy tu tío.

—Tú lo has dicho, mi tío, no mi papá—. Una leve sonrisa perversa se dibujó en mi rostro, recordé cuando gemía "tío" hace un rato.

—Pues yo voy a hablar con tu papá para que no te deje salir con ese tipo.

—¿Cuál es tu problema? A ti no tiene porque importarte si salgo con él o no, déjame en paz, eso no es asunto tuyo—. Me dijo exasperado, ahora resulta que él es el enojado. Ahora para mi buena suerte mi teléfono comenzó a vibrar, lo saqué, sonreí un poco al ver que era Wheein, es mi turno de hacerlo enojar. Contesté.

—Hola, preciosa—. Tae puso los ojos en blanco y reí en mi interior porque logré lo que me proponía.

—Bebé, he estado esperando tu llamada. ¿Aún no termina la película?

—Si ya terminó, de hecho ya vamos a comer, pero la verdad es que olvidé llamarte. Lo siento, linda.

—Bueno, no importa. Ya tengo todo listo para mañana, el vuelo sale a las dos de la tarde, llegamos allá en la noche, quería algo más temprano pero ya no encontré.

—A esa hora está bien. Te prometo unas vacaciones inolvidables—. Le dije con voz sensual. Tae se removió en su silla apretando la mandíbula, está molesto, que sienta lo que yo.

—Eso espero bebé... Ya muero por tenerte para mi solita.

—Mmmm, yo también.

—Bueno, te veo mañana. Te amo, adiós.

—Yo también linda. Adiós—. Colgué y guardé mi teléfono. El mesero llegó con nuestra orden y empezamos a comer en silencio. Yo estoy molesto y él está molesto ¿Y ahora qué? La verdad es que no me agrada nada la idea de saber que se va a ver con ese tipo esta noche y tengo que hacer algo para evitarlo pero ¿Qué?

—Así que te vas de vacaciones con tu barbie.

—No, me voy de vacaciones con mi novia.

—Es lo mismo, tu novia no es más que una plástica, flaca y oxigenada.

—No te permito que hables así de ella.

—¿Bueno pero que es el día de no permitirle nada a Taehyung? No me permites ver a Bogum esta noche y ahora no me permites hablar mal de tu noviecita. Pero déjame decirte que tú no me vas a decir que hacer y si quiero insultar a esa tipa lo voy a hacer.

—¿Sabes qué? Tienes razón, yo no soy nadie, así que haz lo que se te de la gana.

—Bien.

—Bien—. Volvimos a nuestra comida, la cual estaba deliciosa como siempre en ese lugar. Mierda, ¿será que cada que estemos juntos vamos a estar peleando? Yo no quiero eso, pero es que él me desespera, es un terco.

Llegamos a su casa y seguíamos sin dirigirnos la palabra, yo creí que este día la pasaríamos increíble pero no, fue todo lo contrario, bueno excepto por lo que paso en el cine... ¿pero qué mierda estoy diciendo? No, eso no pudo ser bueno porque estuvo mal. Carajo, esto se está saliendo de control, definitivamente el irme de viaje unos días con Wheein me serán de mucha ayuda para pensar en toda esta locura, solo así podré tomar una decisión, pero para eso debo estar lejos de él porque el tenerlo cerca me apendeja demasiado.

Entré con él a su casa, pues quería aprovechar para avisarles a mi hermano y cuñada de mi viaje y así despedirme de ellos.

—Que bueno que llegaron, estaba por llamarles.

—¿Qué pasa, cuñada? ¿Todo bien?

—Si, bueno, no.

—Jungkook—. Mi hermano entró a la sala con dos maletas en la mano—. Necesito pedirte un enorme favor.

—¿Y esas maletas?—. Preguntó Tae confundido.

—Tenemos un viaje a Seúl por mi empleo, ya sabes como es la empresa, quiere que su gerente lleve a su esposa, la familia es muy importante y todas esas cosas.

—¿Y yo? Soy tu hijo — Acotó Tae levantando una ceja.

—Ya sé, hijo, créeme. Pero apenas si pude conseguir estos boletos de urgencia, además tú tienes clases y próximos exámenes, no serán muchos días, si acaso dos o tres. Además estaba pensando en que te quedaras con tu tío.

—¿Qué?— preguntamos ambos sin vernos. 

—¿Ahora cuál es el problema? — Mi hyung levantó la ceja y nos miró a ambos. Jamás habíamos tenido inconveniente en que se quedara en mi casa, inclusive eso habíamos pedido muchas veces. Pero claro, todo eso fue antes de que por desgracia las cosas se complicaran.

— Yo tengo un viaje que hacer con Wheein, lo siento mucho.— Sentí como Tae se tensó.

—Llévalo contigo, Kookie, te pago su boleto, de verdad necesito este favor.

—Jung, Wheein ya compró los boletos de avión y no sé siquiera si encontremos otro, además, este viaje es... de pareja, mañana cumplimos un año de novios.

—Yo puedo quedarme solo, no necesito que mi tío me cuide, por si no lo recuerdan ya tengo dieciocho años.

—Yo no voy a estar tranquila si te quedas solo.— Mi cuñada tenía una mueca de preocupación en su cara, me sentí un poco mal por ello.

—Son pocos días, yo me quedo solo, no pasa nada. — Tae le sonrió a sus papás tranquilizadoramente.

—Jungkook, por favor hermano. Yo no quiero que se quede solo, te lo suplico—. Mierda, ¿ahora qué hago?

—De verdad no puedo, si no, sabes que lo haría con gusto. — Yo queriendo alejarme de mi sobrino y su hermoso trasero y mi hermano me lo da en charola de plata. Así no se puede.

—Papá, mi tío tiene que irse de viaje romántico con Wheein, no vas a arruinarle sus vacaciones ¿o si?—. Mi hermano y su esposa se miraron unos segundos, después él suspiró.

—Tienes razón, hijo. Tranquilo, Jungkook, tú no puedes cambiar tus planes por mi. Además Tae ya es grande y creo que es una buena oportunidad para que nos demuestre que sabe comportarse y ser responsable.

—Gracias, papá, te prometo que eso haré—.Jung le palmeó la espalda. Pero la cara de Tae para mí no pasó desapercibido. Sé que este escuincle planea algo.

—Lo único que te pido es que tengas siempre tu teléfono a la mano. Te estaré llamando para saber que estás bien, ¿entendido?

—Sí, mamá, no te preocupes, no soltaré mi celular por nada del mundo.

—Bien, debemos irnos. Cuando lleguemos allá te deposito dinero en tu cuenta y por favor, pórtate bien.

—Ok, vayan tranquilos—. Ambos abrazaron a su hijo y le dieron mil indicaciones, les deseé buen viaje y ellos de igual manera me desearon buen viaje a mi. Un taxi del aeropuerto ya los esperaba y se fueron.

Tae y yo entramos a la casa cuando perdimos de vista el auto. Fue a la sala y se tiró en el sillón, aquel pantalón se pegó aún más a su cuerpo y vi esas piernas que por alguna maldita razón me tienen tan idiotizado.

—No puedo creer que me quedaré solo en casa—. Dijo feliz.

—Espero de verdad te comportes, no quieras hacer una fiesta o algo.

—Dios, lo olvidaba... que bueno que dijiste fiesta, debo arreglarme. Bogum no tarda en pasar por mí—. ¿Qué? No, jamás, eso sí que no. Se levantó del sillón y caminó para salir de ahí, yo fui tras él.

—Tus papás no te dieron permiso de salir esta noche.

—Cierto. Pero da la casualidad que mis papás no están—. Dijo cínico. Es un tocabolas.

—Ellos no, pero yo sí.

—Pues que yo sepa no te dejaron a cargo.

—Me lo pidieron.

—Pero les dijiste que no podías por irte de viaje con tu barbie.

—Bueno pero me voy hasta mañana, esta noche sí puedo hacerme cargo de ti—. Se acercó hasta quedar frente a mí.

—De ninguna manera. Mejor vete a tu casa a arreglar todo para tus vacaciones—. Se acercó aún más hasta quedar a centímetros, con sus manos rodeó mi cuello, con su nariz acarició mi barbilla y finalmente con sus dientes tomó de mi labio inferior y tiró de el—. Buen viaje, Jungkook—. Dijo sensualmente y besó mis labios fugazmente sin darme tiempo a nada.

Se alejó y siguió su camino a las escaleras, entonces un deseo extranormal se apoderó de mí. Rápidamente lo alcancé, lo tomé de la cintura girándolo hacia mí, atrapé sus labios con los míos besándolo urgidamente, mis manos descendieron hasta sus nalgas apretándolo a mi erección. Él gimió al sentirlo aferrándose a mi cuello. Lo tomé de las piernas cargándolo y haciendo que rodeara mi cintura con ellas. Entre besos y nuestras respiraciones aceleradas lo llevé hasta su habitación, caímos en la cama, yo sobre él y mis besos abandonaron sus labios para seguir bajando hasta su pecho, lamí tortuosamente esos botones rosados, su cuerpo vibró ante mi lengua. Mi mano hizo el recorrido hasta su erección pero sin entrar en su pantalón, solamente estaba torturándolo por encima de la tela.

—Tío—. Gimió con la voz entrecortada, excitándome más aún.

—Me encantas.— gruñí aún lamiendo sus pezones.

—Me vuelves loco.— Tiró de mi cabello cuando mis dientes mordieron un botón rosado.

—Te voy a follar como nunca te han follado. — Mis manos viajaron a su pantalón. Esas palabras salieron del fondo de mis deseos, intenté recordar algunos videos de sexo gay y no es que fuera una ciencia difícil eso, obviamente sabía por donde tenía que hacerlo. Aunque sí, sé que sería extraño. De verdad quiero follarmelo.

—Bueno... en teoría—. Tomó mi rostro y buscó mis labios, su mirada ahora era tímida—. Eso es cierto, pues.... Nunca me han follado

—¿Qué?—. Me alejé de él, mirándolo confundido.

—Jungkook... Yo soy virgen—

¿Me estás jodiendo?