CAPITULO 31
Mis puños se cerraron y ejercían más y más fuerza conforme me iba a acercando. Mis ojos solo lo miraban a él, estaba de lo más tranquilo mientras decía no sé qué cosas a sus amigos y el chico que iba con él, todos rieron. Parece que es de los que les gusta hacerse el gracioso frente a todos, pues ahora que lo tenga de frente quiero que haga lo mismo el cabrón.
Mientras más cerca estaba, más me hervía la sangre. "¿De verdad creías que lo nuestro iba en serio? Te hiciste el difícil conmigo y después de un largo mes me diste lo que quería, y la verdad es que no estuvo tan bien como yo esperaba. Y también me dijo que lo hubiese logrado desde antes si no fuera por el metiche de mi tío." Cada palabra la tenía más que presente en ese momento, y junto con ellas el rostro triste de Taehyung y las lágrimas que derramaba por él, va a pagarlo y muy caro.
—Jungkook, espera—. Escuché que me llamaba, pero no le hice caso y continué mi camino, ahora nada ni nadie me va a impedir que enfrente a este idiota. Estaba a unos cinco metros de ellos cuando el me vio, puso los ojos en blanco y me sonrió cínicamente.
—¿Tu qué? —. Gritó con fastidio y en ese momento sentí sus largo y delicados dedos en mis brazos.
—Tío, por favor vámonos de aquí—. Me dijo Taehyung con voz agitada. Bogum al verlo sonrió cínico, sus amigos y el chico solo miraban confundidos.
— Así que ya le fuiste a chillar a tu tío—. Dijo en forma de burla, algo dijo en voz baja y sus amigos rieron. Maldito. Segundos después por fin llegué hasta a él y lo primero que hice fue tomarlo del cuello de su camisa y lo acerqué con fuerza a mí. Clavé mi mirada en la de él, como si fueran dos dagas que estaban dispuestas a matarlo en ese momento. Su risa estúpida se borró en un segundo y se puso pálido. Su rostro estaba a centímetros del mío y juro que olía el miedo en él.
—¿Por qué no me cuentas el chiste a mí también?, digo, para reírme con ustedes—. Le dije entre dientes y mi voz estaba envuelta de una enorme furia. El idiota pestañeo varias veces, parecía que no podía creer lo que le dije. Sus amigos solo veían la escena sorprendidos.
—Tío por favor, déjalo, estamos fuera de la escuela, no hagas esto más grande—. Me suplico Taehyung, sentí sus pequeñas manos acariciar mi espalda lentamente, tratando de calmarme.
—Tae, ¿qué pasa? — Escuché la voz de Jimin. Y como un milagro la razón pudo más con mi coraje. Hay mucha gente alrededor que solo está viendo que sucede y todos serian testigos de que fui yo quien inicio todo esto y no pretendo darle el gusto a este idiota de hacer algo en mi contra.
—Tío, por favor déjalo no vale la pena, te lo suplico—. Volvió a pedírmelo y ante sus palabras y su voz asustada no pude, solo me importa él, ya le partiré la cara a este idiota sin nadie alrededor, solos él y yo.
—Escúchame bien hijo de perra. No te quiero cerca de Taehyung, si me entero de que le tocaste, aunque sea un solo cabello te juro que no respondo. Pero que quede claro que la forma en que lo humillaste te la voy a hacer pagar—. Noté como tensó su mandíbula y lo solté dándole un fuerte empujón todo sin dejar de mirarlo. Se que está leyendo mi pensamiento, sé que sabe que lo dije muy enserio, y sabe perfecto que en algún momento le voy a hacer pagar todo lo que le ha hecho.
Miré a Tae que estaba a un lado de mí, lo tomé de la mano dispuesto a volver al auto y alejarnos de ahí antes de que cambie de opinión y decida si partirle la cara a ese cabrón. Dimos unos cuantos pasos y de pronto en una décima de segundo paso todo, sentí una mano tomarme del brazo con fuerza y girarme. Recibí un fuerte puñetazo en la mandíbula, un sabor salado y amargo invadió mi boca, era sangre.
—¡No!—. Gritó Taehyung, de inmediato lo empuje sin mucha fuerza para evitar que callera, solo quería mantenerlo alejado de lo que estaba por suceder. Escupí un poco de sangre y rápidamente le devolví el golpe a Bogum, justo en la nariz, la furia que sentía era aún más grande de la que nunca había sentido. En tan solo un segundo recordé cada una de las razones por las cuales quería estampar mi puño en su jodida cara. La vez que la dejó por otra, la vez que le agarró el trasero, su actitud en casa de Tae, la humillación que le hizo pasar, el solo haberla utilizado y finalmente y la que más me enferma y me lastima, el haber puesto sus asquerosas manos sobre él, el saber que estuvo entre sus brazos me enferma, me desquicia.
Cayó de espalda sobre el pavimento y un fuerte grito de dolor se escuchó desde el fondo de su garganta, la sangre le empezó a salir como una cascada de su nariz. Toda la razón y la cordura que tenia se esfumaron ahora todo era coraje y odio. Me acerque a él me coloque a horcajadas sobre su cuerpo y le di otro fuerte golpe, en el descargue por fin toda mi furia que tenía hacia él. Era el golpe más fuerte que yo había dado. Una imagen de el con Tae me torturaban más. En ese momento todo a mi alrededor desapareció, le di otro golpe más, quería sacar todo lo que llevo aquí guardado, lo necesito, lo deseo y quiero que todo el dolor que mi amado Tae llegó a sentir por su culpa lo sienta Bogum, pero triplicado.
—¡Basta! ¡Por favor, Tío, ¡ya! ¡Basta! —. Lo escuché, su voz me decía que estaba llorando y eso fue suficiente para que detuviera y evitara que en verdad le diera una brutal golpiza. Me levanté, lo miré aun con desprecio, estaba dolorido y lleno de sangre y pude notar en su mirada la incredulidad, él estaba seguro de que yo jamás reaccionaria como lo hice, tal vez el esperaba que en verdad lo medio matara. Giré y vi a Tae abrazado de Jimin que también estaba asustado, me acerqué a ellos para abrazar a mi sobrino con fuerza, estaba temblando.
—Tranquilo, ya paso—. Giré mi cabeza y vi que sus amigos ayudaban a Bogum a levantarse, nuestras miradas se cruzaron y sé que él no se va a quedar con los brazos cruzados, pero que haga lo que se dé le da gana—. Vámonos.
Lo tomé de la mano y comenzamos el camino al auto, todos nos miraban, sé que di un espectáculo, pero se lo tenía bien merecido y al fin todos fueron testigos que él fue quien dio el primer golpe, así que por ese lado estoy tranquilo.
Jimin venia detrás de nosotros. Les pedí a los dos que se subieran al auto y en cuanto lo prendí salimos de ahí. Los lleve a tomar un helado para que se calmaran un poco, y ahí mismo me dieron un poco de hielo para mis nudillos que comenzaron a dolerme después de un rato. Hablamos un poco de lo sucedido, por supuesto los dos me regañaron por haber caído en la provocación de Bogum, pero tampoco iba a dejar que me golpeara ¿o sí? Además, solo le di tres golpes. Pero que buenos golpes.
En fin, después de los sermones de Tae y de Jimin, lleve a este último a su casa y después pretendía hacer lo mismo con Tae, pero antes de desviarme hacia allá, me dijo...
—No quiero ir a mi casa... Quiero estar contigo el resto de la tarde.
—¿En serio?
—Si, claro si tú no puedes o algo yo...
—No. Me encantaría estar contigo el resto de la tarde—. Le dije con una enorme sonrisa y él me la respondió de la misma forma. Se acercó a mí y puso su cabeza sobre mi hombro, yo no dude en abrazarlo por los hombros con mi brazo, besé su cabeza con ternura y continué conduciendo hasta mi casa, no aguanto más las ganas de estar con él, besarlo y acariciar todo su cuerpo, ahora solo quiero hacerle el amor toda la tarde.
Salí de darme un baño y él estaba al pie de la cama acomodando mi ropa.
Caminé lentamente hacia él, lo abracé por la cintura, sentí como se estremecía y yo sentí exactamente lo mismo, solo Tae me pone la piel de gallina, solo él me hace sentir estas mariposas en el estómago, solo él, solo él y nadie más.
Comencé a besar su cuello, acariciaba su brazo y una de mis manos bajaba a su entrepierna por debajo de sus jeans, llegué a mi destino y noté que estaba mojado, lo acaricié con la palma de mi mano, estimulándolo. Mi otra mano se dirigió a su parte trasera, uno de mis dedos abrió sus nalgas y mi dedo medio se hundió en su agujero, comencé a prepararlo para mí. La mano que se encontraba estimulando su pene bajó a sus testículos los cuales acaricié y el tiró la cabeza hacia atrás gimiendo. Mordí su hombro por encima de su camisa y lentamente giró para quedar frente a mí. Acarició mi pecho desnudo lentamente sin dejar de mirarme a los ojos. Estaba listo así que, sin dudarlo, volví a meter un dedo en su ano, esta vez lo acompañe con otro, ahora eran dos dedos entrando y saliendo de él, cada vez aprendo mejor como prepararlo, es muy diferente a una mujer, definitivamente. Mi dedo medio toca su punto p y el gime sonoramente. Abre la boca y comenzó a besar mi pecho y mis hombros, con ellos enjuagaba las gotas que caían de mi cabello mojado. Terminé de jugar con Pucca y le quité la camisa tirándola a cualquier lugar sin importarme nada. Él tiró de la toalla que rodeaba mis caderas, la cual cayó al piso dejándome totalmente desnudo ante él. Me tomó del rostro y nuestros labios chocaron comenzando un ardiente beso, donde nuestras lenguas bailaban y peleaban por saquear la boca del otro, nuestros labios entrelazados y nuestros dientes mordiendo y tirando de ellos. Yo acariciaba uno de sus pezones con delicadeza, bajo mi palma sentía como su pezón endurecía, lo tomé entre mis dedos y tiraba de él, una y otra vez, lo abandoné y fui al otro para repetir la operación. Mi otra mano estaba en su nuca, lo apretaba más a mí, no quería que por ningún motivo se alejara y nuestras bocas perdieran contacto, besarlo se ha convertido en una obsesión para mí, sus labios son mi droga, mi dosis de heroína, una droga que no quiero dejar jamás, no importa si ello me lleve hasta el mismísimo infierno.
Desabroché su pantalón, lo bajé junto con sus boxers y cayeron hasta el piso. Sacó sus pies de ellos y acaricie su trasero, su curva se amoldaba perfecto entre mis manos, le di un apretón y con eso lo acerqué a mi haciendo que sintiera mi erección en su abdomen. Jadeantes dimos por terminado nuestro beso que ya nos había dejado sin aire. Posó un suave beso en mi barbilla y bajó por mi cuello, mi pecho, bajaba por mi abdomen hasta mi ombligo, se hinco frente a mí y con sus labios jaló suavemente de mi vello púbico haciéndome estremecer, un fuerte gemido se escapó de mi boca. El leve dolor que sentí por el jalón de vello se convirtió en un delicioso escozor que viajaba hasta la punta de mi pene, sentí en el un beso seguido de su lengua que lo lamió con una lentitud que me hacía sentir todo más delicioso aún. Abrió la boca engullendo todo mi pene, puse los ojos en blanco, mientras mi pene entraba y salía de su preciosa boca, dibujaba en el con su lengua. Lo tomé de la nuca y hundí mis dedos en su cabello y hacía que continuara sus embistes dentro y fuera de su boca. Eché mi cabeza hacia atrás y cerré los ojos disfrutando de ese momento al máximo. Mi mandíbula se tensó y el aire salía con fuerza de entre mis dientes. Sentí como con sus manos tocaba mis testículos y comenzaba a jugar con ellos, dejó mi pene y metió uno de ellos a su boca, chupándolo y succionándolo con fuerza. Lo hacia una y otra vez con cada uno hasta que volvió de nuevo a mi pene. Lo metió a su boca y cada que salía sus dientes lo rozaban y al final le dio un pequeño mordisco a la punta...
Carajo, esto es increíble, delicioso. Mis rodillas temblaron y gruñí con fuerza desde el fondo de mi pecho, supo lo mucho que me encantó que me mordiera, así que no dudo en repetir y hacerme estremecer de nuevo, pero ya no más...
—¡Para! No me quiero venir si no es dentro de ti—. Lo tomé de los hombros para levantarlo, mi respiración agitada me impedía hablar, así que lo besé para tratar de calmarme. Nuestro beso era pasión pura, era deseo y era salvaje. Lentamente lo acosté en la cama y yo caí con suavidad sobre él. Abrió sus piernas dándole paso a mi cuerpo, froté mi pene con el suyo haciéndonos gemir a ambos.
—Jungkook...
—Tío, soy tu tío.
—Tío... Te amo.
—Yo también te amo, cariño—. Entre en Tae de una fuerte envestida y un grito de placer se nos escapó a ambos. Comencé mi saqueo, dentro y fuera de su hermoso agujero, una y otra vez. Apretó sus piernas alrededor de mí, sentía su tibia piel debajo de mí y sus gemidos que me estimulaban y me llevaba más y más cerca de mi glorioso clímax.
—Me encantas Tae, me vuelves loco.
—Tío... Más, no pares.
—Tus deseos son órdenes para mí—. Aceleré mi ritmo, besé sus labios con desesperación. ¿Acaso algún día tendré suficiente de ellos? No lo creo, si eso llegara a pasar seria solamente si yo dejara de sentir, simplemente si yo dejara de vivir.
Dejé su boca y mordí su hombro, llegué a sus pezones y los chupé, los lamí, los mordí hasta que soltó un fuerte grito. Se arqueo y parecía convulsionar de placer. Con una enorme sonrisa continué penetrándolo una y otra vez en busca de mi orgasmo. Si hay algo en esta vida que me hace feliz, es verlo retorcerse debajo de mí, me encanta ser yo quien provoque esos gemidos y amo ser yo quien lo lleve al orgasmo.
—¡Taehyung!—. Grité su nombre al mismo tiempo que me liberaba, y el también, pude sentir su caliente y espeso semen salpicar entre nuestros cuerpos. Caí sobre él y de inmediato me acunó en su pecho, me abrazó con ternura mientras acariciaba mi cabello y mi espalda, llenándome de besos, llenándome de cariño. Y ahora con seguridad puedo decir que soy un esclavo de su amor.
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HOLI, LES COMUNICO QUE ESTAMOS A 20 CAPITULOS DEL FINAL APARTIR DE AQUI.
SE VIENE OTRO DRAMA Y EL ARCO FINAL.
ABRAZOS VIRTUALES
YAYIS💜💜💜💜
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