CAPITULO 27
Cuando por fin nuestros cuerpos volvieron a la normalidad, Tae se bajó del escritorio y me miró unos segundos.
—Tu no tenías por qué haberte venido, se supone que ese era tu castigo—. Me dijo con voz tranquila. Se encogió de hombros, tomó al señor Pinky y su estuche, se acercó más a mí y me quitó la cinta de la boca de un jalón. ¡Mierda! Esto duele demasiado, carajo.
—Carajo, ¿no pudiste quitarlo despacio?
—Así el dolor dura menos—. Dijo desinteresado, caminó detrás de mí y aflojó el nudo—. Listo puedes soltarte.
—Gracias—. Mis muñecas parecían suspirar, esa cuerda ya las estaba lastimando y aun mas con mi intento por sacarlas de ahí. Cuando por fin logre desatarme me levanté de la silla y giré pero mi sobrino ya no estaba ahí, y no había rastro de alguno. Parecía de repente como si todo hubiese sido un sueño, pero mi Garu de fuera, mi pantalón blanco y empapado y la música que seguía sonando eran la prueba de que si fue real. Apagué la música y me di un baño.
Wow aun no asimilo lo que acaba de pasar, fue algo extraño, pero bastante excitante. Fue horrible no poder tocarlo, ese momento fue de una enorme impotencia para mí, pero verlo masturbándose fue increíble, ya lo había visto una vez cuando estábamos en Hawai, pero ahora lo hizo con un juguete, con un vibrador. Taehyung mencionó que no tenía mucha experiencia en cuanto al sexo se refiere, pero hace cosas que me sorprenden, es como si fuera todo lo contrario, dice que las películas porno y las novelas le han ayudado, me pregunto qué otras cosas querrá experimentar. Pero otra cosa ha llamado más mi atención, me vine sin que me tocara. Yo no sabía que era posible tener un orgasmo sin tener contacto físico, definitivamente solo él es capaz de lograr eso en mí, eso y muchas cosas más.
Salí de bañarme y me puse mi pijama pues ya está anocheciendo y no creo salir. Traté de continuar con el trabajo, pero la verdad es que me es imposible concentrarme, sus palabras llegaron de nuevo a mi mente...
"Ayer fue mi primera vez con Bogum."
Mierda, juro que aún no puedo creer que se haya acostado con ese cabrón. Siento una opresión muy fuerte en mi pecho, eso me duele porque él es mío y nadie puede tocarlo, pero me siento aún peor conmigo mismo porque yo tuve la culpa de todo, si tan solo me hubiese dado cuenta desde antes, si tan solo hubiese sido más insistente con Tae para que me perdonara, tal vez nunca se habría entregado a ese idiota.
Bueno yo acepto mi parte de culpa, pero aun así juro por lo que quieran que voy a ir a partirle la cara a ese cabrón por haberle puesto sus asquerosas y hediondas manos encima. De que me la paga me la paga.
Al día siguiente preparamos una deliciosa parrillada en el jardín de mis padres mientras disfrutábamos de música y de la alberca. Hace tanto no estábamos toda la familia reunida, y ahora me doy cuenta de cuanto extrañaba este tipo de momentos. La última vez que estuvimos todos juntos fue en año nuevo y supongo que desde ahora no nos volveremos a reunir hasta agosto que es el cumpleaños de nuestros padres, porque casualmente los 2 cumplen años el mismo día, vaya casualidad del destino.
Ya estaba casi todo listo para comer cuando noté que Tae refunfuñaba con el teléfono en la mano, marcaba esperaba que contestaran pero al parecer no le contestaban pues ponía los ojos en blanco y bufaba, después tecleaba algo y se agarraba la cabeza con desesperación, así que sin importarme que me mandara al diablo me acerque a él dispuesto a averiguar que le sucedía.
—¿Todo bien, príncipe? — Le pregunté al tiempo que me sentaba a un lado de él metiendo los pies en la alberca. Tae me miró unos segundos, su mirada me decía que estaba luchando con justamente mandarme a la mierda o responderme, hasta que por fin dijo...
—No, bueno no sé—. Volvió su vista a la alberca.
—¿Por qué no sabes?
—Sabes, creo que este tema no sería muy de tu agrado—. Me dijo mientras miraba sus pies que se movían debajo del agua. Yo comprendí de inmediato que se trataba del imbécil de su noviecito, pero ahora no es momento de ponerme hecho una furia porque de verdad lo veo preocupado y me necesita, como su amigo.
—Estoy seguro qué sabré manejarlo... Anda dime, ¿Qué sucede? —. Me volvió a mirar como analizando mis palabras y tratando de relacionarlas con la expresión de mi rostro, hasta que segundos después volvió a mirar sus pies.
—Es que he estado tratando de comunicarme con Bogum, pero no me responde. Ya le marqué mil veces, ya le envié mil mensajes y nada, incluso... —
Detuvo sus palabras y vi que su expresión cambio, en él había tristeza con un toque de amargura y yo solo sentí una punzada en mi corazón. Me duele verlo así y más por ese idiota, pero luego me lo imaginé aún peor, por mi culpa. Así que traté de olvidarme de eso, y seguir con la conversación.
—Incluso ¿Qué? — Lo animé a continuar y soltó un gran suspiro.
—Incluso... parece que ya apagó su teléfono—. Dijo apenas en un susurro. Maldito Bogum, hijo de puta, ¿Por qué mierda no le contesta el teléfono? Y todavía se da el lujo de apagar el teléfono. Infeliz, una razón más para partirle el hocico. Pero ahora mi prioridad es él, y debo hacer algo para que se sienta mejor.
—Bueno, quizá salió y olvido su teléfono y se le acabó la batería... suele suceder—. No bueno, ni yo me la creí. Jeon Jungkook, tratando de justificar al infeliz ese, ja.
—Es que, aunque fuera así, él no me ha enviado algún mensaje, un correo... nada. Hoy cumplimos un mes de novios y parece que se le olvido.
—Escucha príncipe. Muchas veces los hombres somos unos tarados para eso, se nos llegan a olvidar ese tipo de cosas, sé que está mal no quiero justificarnos, pero la mayoría somos muy brutos para recordar fechas y esas cosas—. O sea, ya sé que él también es un hombre, pero él es diferente respecto a eso, porque si recuerda los cumpleaños y cosas importantes. Pero, cuando uno te ama de verdad no se le olvida nada de eso, porque te ama, porque eres lo más importante para él y esas fechas son tan especiales para el como lo son para ti... mierda. Quiero decirle todo eso y más, como también por ejemplo que ya deje al idiota ese.
—Entonces, ¿crees que no hay nada raro?
—Para nada, Taetae. A mí una vez me sucedieron ambas cosas y bueno Wheein se puso fúrica porque pensó que no quería contestarle y casi me ahorcaba cuando no recordé que habíamos cumplido 3 meses—. Bueno lo del teléfono es mentira, solo lo dije para que se sienta mejor, pero, eso de que olvide el día que cumplimos 3 meses es verdad y en serio casi me mata.
—Tienes razón no tengo porque ponerme así, alguna razón debe de haber ¿no?
—Así es, ahora mejor disfruta este momento en familia, con tus abuelos y mañana que lo veas en el colegio hablas con él, seguro que todo habrá sido solo un mal entendido.
—Si, gracias, tío, gracias de verdad—. Me dió un beso en la mejilla, se puso de pie y fue hacia la mesa donde ya todos se estaban sentados. Su beso me hizo sentir muy bien, como si me hicieran cosquillas y ahora creo que a esto se refieren cuando hablan de las famosas mariposas en la panza.
La comida fue un momento genial como siempre lo es cuando estamos todos reunidos. Mi padre es muy bromista y siempre nos hace reír con sus malos chistes y comentarios, pero lo mejor fue que Tae ya esta más tranquilo, parece que le ayudo lo que le dije y eso me hace sentir bien, aunque, debo admitirlo, no lo hice de todo corazón. Bueno, el hacerlo sentir mejor si lo hice de verdad porque lo amo y me duele verlo mal, además, no quiero que nadie más note que se siente mal por culpa del novio, pero lo hice hipócritamente por ese idiota, aun no puedo creer que yo tuve que excusarlo, pero bueno todo vuelve al inicio, solo es por Tae.
—Sun-hee...—. Dijo mi mama y todos guardamos silencio. Mi padre tomó su mano por encima de la mesa y se miraron, mi padre asintió con la cabeza dándole ánimos a mi mama. ¿Ahora que pasa? ¿Qué le tienen que decir a mi cuñada?
—¿Qué pasa? —. Preguntó ella también confundida, intercambio miradas con Hyun, el cual se encogió de hombros pues tampoco sabía que querían decirle nuestros padres.
—Sun-hee, sabes que nosotros te queremos y mucho... Incluso como si fueras nuestra hija y además cada que los vemos, puedo notar que tú y mi hijo son felices, que se aman cada día más y eso es lo mejor que una madre puede ver, Hyun es muy feliz a tu lado.
—Yo también lo soy, adoro a Hyun—. Ella y m i hermano compartieron un fugaz beso, pero yo sigo sin entender. ¿A qué viene todo esto?
—Lo sé, y de verdad nos hace muy felices verlos así. Pero... sé que tu felicidad no es del todo completa.
—No entiendo a qué te refieres. Yo soy muy muy feliz de verdad. Tengo a un esposo maravilloso, un hijo increíble, unos suegros inmejorables, un cuñado muy divertido, un trabajo que me encanta y que hago con mucho gusto, tengo salud, no me hace falta nada.
—Todo se ve muy bien, parece que de verdad estas feliz, pero...— Mi madre suspiró y mi padre apretó su mano—. ¿Y tus padres, Sun-hee?
Oh... oh, ya veo por donde venia todo esto. La sonrisa de mi cuñada se esfumó y su expresión ahora era amarga, bajó la mirada y pude notar que efectivamente, eso es un impedimento para que su felicidad sea del todo completa. Ella no ha visto a sus padres desde hace poco más de 18 años, desde que se enteraron de que estaba embarazada. La corrieron de su casa y le dijeron que no querían saber nada mas de ella, algo que obviamente le dolió y mucho. Incluso cuando Taehyung nació, trato de buscarlos y de que ellos conocieran a su nieto, pero ellos simplemente le dijeron que se hiciera a la idea de que ya no tenía padres y aún recuerdo el dolor de Sun-hee, estaba feliz por tener a su bebito en su brazos, pero la frialdad e insensibilidad de sus padres la destrozaron.
Mire a Taehyung, que también ahora tenía una expresión triste en su hermoso rostro. Él no conoce a sus abuelos maternos más que por fotos, y siempre ha cargado con un poco de culpa, pues una vez me dijo que es la culpable de que su mamá no vea a sus padres. Lo cual es injusto, pero es su sentir.
—Lo sé, pero bueno. Ellos no quieren saber nada de mí y yo lo respeto—. Dijo tranquila, pero note la tristeza en su voz.
—Mamá, este no es un buen momento para hablar de eso, ¿no te parece? Estamos comiendo, disfrutando, es un momento muy agradable como para hablar de cosas tristes—. Mi hermano al fin habló, mientras abrazaba a su esposa con amor y ternura. Yo asentí con la cabeza, porque mi hermano tiene razón, creo que no es un buen momento.
—Entendemos, hijo pero por favor permite que tu madre termine de decirles esto, es importante—. Dijo mi padre tranquilamente. Mi Hyung lo miró unos segundos y después asintió lentamente.
—Sun-hee, tu madre nos llamó por teléfono, preguntó por ti y quiere hablar contigo.
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