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CAPITULO 17



Ante sus palabras, tan inocentes y excitantes al mismo tiempo, un ronco y fuerte gruñido se escuchó desde el fondo de mi pecho. Lo tomé de las caderas e hice que se inclinara hacia adelante, tal como estaba cuando se secaba el cabello.

—Agárrate del tocador—. Le ordené y él de inmediato lo hizo. Levanté su camisón y bajé su ropa interior, la cual cayó hasta el piso, de inmediato sacó sus pies de la prenda. Con mi rodilla hice que abriera más sus piernas. Y ahí estaba tal como quería, inclinado con todo su trasero a mi disposición. Aunque aún faltaba algo. Retorcí la fina tela de su camisón y la saqué por encima de su cabeza. Ahora sí, estaba como quería.

Completamente desnudo para mí.

—¡Jungkook! — Dijo mientras se retorcía y sé perfecto lo que quiere, porque yo quiero lo mismo, quiero hundirme en él.

—Ah no... Ya sabes cómo me gusta.

—¡Tío! Cógeme.... Cógeme ya—. Dijo con la cabeza gacha y con un tono de desesperación.

—Levanta la cabeza, quiero verte—. Y así lo hizo, nuestras miradas se encontraron de nuevo a través del espejo. Tomé su cabello y lo enredé en mi mano para que no me tapara la vista de su pecho por el espejo. Y de una fuerte embestida entre en él, arqueó la espalda mientras abría la boca y un grito de placer salía de su boca. Le di una nalgada fuerte con mi mano libre y lo tomé con fuerza de la cintura y comencé a entrar y salir de Taehyung a un ritmo rápido e intenso.

Apreté mi dentadura para ahogar mis gritos y el aire salía con fuerza entre ellos. Mi sobrino gemía y gemía una y otra vez y eso era un estímulo para mí. Verlo por el espejo, gritar, gemir, abrir la boca fruncir el ceño excitado y lo que nunca pensé que me excitaría, seria poder observar cómo su miembro se balanceaba junto con mis embestidas. Bendito espejo, recuérdenme poner uno enorme en mi habitación.

Jalaba de su cabello levantando su cabeza y seguíamos mirándonos mientras cogíamos de pie, con mi mano libre deje de manosear su trasero y fui a su pene y comencé a estimularlo. Lo comencé a masturbar, el líquido pre-seminal que emanaba de él lo utilicé como lubricante para recorrer más rápido y fácil su erección. Lanzó un grito haciendo que mi liberación estuviera cerca. Me incliné hacia él y con la lengua recorrí toda su columna, su piel suave y sudorosa, era delicioso.

—Tío... mírame... mira cómo me vengo para ti—. ¡Oh, por Dios, que hombre!... que hombre. Esas palabras fueron como música para mis oídos así que me incorporé para mirarlo. Aceleré mis movimientos aún más. Pude ver como sus ojos se ponían blancos, unas embestidas más y ambos nos dejamos ir. Él en mi mano y yo dentro suyo.

Caímos de rodillas en el piso, el orgasmo que nos invadió fue algo increíble que nos dejó sin fuerzas. Cuando me di cuenta lo tenía abrazado de la cintura por su espalda y estábamos acostados como cucharita en la alfombra mientras nuestras respiraciones se tranquilizaban. Me encantan estos momentos post-coito, es increíble la relajación que me embarga.

—¿Cómo está, Garu? — Preguntó divertido y con una voz suave, parece que también está relajado.

—Muy bien, más que bien. Aunque—. Bajé mi mano y acaricié su pene ya flácido. Este también necesita un nombre.

—Mmmm... Esa idea me gusta. ¿Qué se te ocurre?

—No lo sé aun, pero ya se me ocurrirá algo—. Sonreí y besé su mejilla... ¿Eh? ¿Por qué bese su mejilla? Esto es... sexo, salvaje, muuy salvaje, sexo para satisfacer nuestras necesidades físicas, no tengo porque besarlo así con dulzura. Oh, esto... diablos. Miré el reloj de la pared, las 2:50 am, mierda es tardísimo. Me levanté de golpe, carajo, espero que Wheein no se despierte.

—¿Qué pasa? — Me preguntó confundido mientras se incorporaba para sentarse.

—Ya casi son las 3:00 am, debo volver a mi habitación.

—Tranquilo, tu barbie debe estar perdida de dormida.

—Aún así, no quiero que por algún motivo se despierte y no me encuentre ahí.

—No pasa nada. — Se encogió de hombros restándole importancia.

—No correré el riesgo, ¿qué le podría decir si no me ve en la madrugada en la cama dormido?

—Fácil. Que estabas cogiendo de lo más rico con tu sobrino.

—¿Qué? —. Se echó a reír con ganas. Condenado, le encanta hacerme este tipo de bromas y lo peor, siempre me alarmo.

—Hubieras visto tu cara.

—Que gracioso—. Dije irónico.

—Mejor ayúdame a levantarme—. Estiro sus manos aún riendo. Las tomé para ayudarle a levantarse. Terminé de cambiarme y él se puso de nuevo su camisón.

—Me voy... descansa.

—Tú también, tío—. Se acercó a mí y me dio un beso tronado a mi mejilla—. Descansa, Garu—. Bajó su mano para acariciarlo con su dedo índice y se metió al baño. Mierda, hasta con un leve roce se altera, pero tengo que ser fuerte, porque si voy y le deseo las buenas noches a Pucca no salgo de aquí nunca.

Salí de la habitación y antes de entrar a la mía respiré hondo. Abrí con mucho cuidado, tratando de hacer el menor ruido posible, todo estaba a oscuras, genial Wheein sigue durmiendo, eso me da tiempo de entrar al baño y si se despierta pues solo me levanté al baño y ya. Caminé despacio y antes de entrar al baño las luces se prendieron.

Mierda, mierda, mierda.

—¿Dónde estabas? —. Escuché la voz seria de mi novia a mis espaldas. Carajo, ¿qué le digo? Piensa, Jeon, piensa, piensa.

—Pensé que estabas dormida—. Soy un idiota, ¿no tienes algo mejor? Giré lentamente sobre mis talones y la vi sentada en una silla a un lado de la cama, estaba demasiado seria, creo que nunca la había visto taaan seria. Diablos. No solo esta seria, está molesta, puedo verlo en su mirada.

—Eso no responde mi pregunta... ¿En dónde estabas? —. Repitió sin dejar de mirarme, tragué saliva nervioso, carajo, su voz es de que está hecha una furia pero no sé de dónde saca fuerza y control para tenerlo bajo resguardo.

—Yo... fui a... al bar.

—¿Al bar? ¿A las 3:00 am?

—Sí. Es que, no podía dormir y creí que igual con unos tragos... ya sabes.

—¿Y así? —. Me señaló con su mano y me miré. Estoy en pijama, carajo.

—Em... si. Bueno a estas horas dudo que la gente del hotel se ponga a ver cómo estamos vestidos ¿no?

—¿Por qué no me despertaste? Pude haberte hecho compañía—. Mierda, para ya con el interrogatorio, me estoy poniendo más nervioso... Ya sé, Jeon, has lo que mejor sabes hacer.

—No, linda, te vi tan dormida, tan serena que la verdad no quería interrumpir tu sueño—. Le dije mientras me acercaba a ella. Me agaché en cuclillas frente a ella y puse mis manos en sus piernas y comencé a acariciarlas lentamente. Su mirada comenzó a calmarse, lo noté de inmediato, pero ella quería demostrarme que aún estaba molesta. Vamos, Jungkook, un poco más.

—¿Y qué tomaste? — Se acercó a mí y note de inmediato su intención de olerme. Mierda, huelo a jabón y puro sexo salvaje con mi sobrino, pero nada de alcohol. Piensa rápido.

—Primero me tomé una cerveza, pero la verdad es que no me cayó muy bien y entonces opté por una coca cola—. Bueno tampoco tengo el sabor de coca cola en la boca, pero su sabor es más fácil de disimular. Subí mis manos a su rostro y puse un mechón de su cabello detrás de su oreja y me acerqué y la besé fugazmente en los labios y entonces se relajó un poco más. Genial

—. ¿Por qué te despertaste? —. Le pregunté para que terminara el interrogatorio y obvio salir del tema.

—No lo sé, medio me desperté y cuando quise abrazarte no te sentí y bueno, me preocupé, bebé. — Me dijo con voz chipil, agh, pero bueno, ya por lo menos pasó lo más peligroso.

—Aquí estoy, linda. Ven, vamos a dormir—. Me levanté y la tomé de la mano para dirigirla a la cama.

—Y si mejor...—Se detuvo y del brazo hizo que girara para quedar frente a ella. Me abrazó por el cuello— Hacemos otras cosas... Ya sabes, hay que disfrutar la última noche aquí.

Madre mía. ¿Otra vez? Está bien que sea un Dios en la cama, pero estos dos me van a acabar. Ya cogí dos veces en menos de tres horas y ahora mi novia quiere que me aviente el tercer asalto. Dios ,Jeon, te desean ¿qué puedes hacer? Además, Garu es de hierro y sobre todo recuerda que tu novia no sabe que vienes de coger, y si le dices que no, pues se puede sentir, así que vamos campeón.

Le sonreí sensualmente, la besé despacio y poco a poco nos deshicimos de nuestra ropa y cogí por tercera vez en una noche, me merezco un reconocimiento de mínimo, ¿no? Fue algo rápido, y sin mucho que platicar la verdad, con ella no es tan intenso y excitante como con... Carajo ya estoy de nuevo pensando en Tae ¿Qué mierda?

Unas ganas de hacer del baño interrumpieron nuestras caricias post-coito así que me senté en la cama para salir de ella hasta que sentí los brazos de Wheein agarrarme por los brazos a mi espalda.

—¿Qué es esto? — Preguntó firme y con voz elevada. ¿De qué habla?

—¿Qué cosa? — Pregunté confundido y giré mi rostro para verla.

—Estas marcas y rasguños que tienes en la espalda.

ME LLEVA EL DEMONIO.

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