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CAPITULO 11



Abrí los ojos lentamente, lo único que escuchaba era el cantar de unos pájaros. El sol entraba por la enorme ventana, me siento bien, creo que esta noche dormí muy bien. Terminé de despertar y mi mirada se concentró en unas fotos que estaban en un pizarrón de corcho. En una de ellas estaba mi príncipe y yo en Disneyland hace tres años, ese día lo llevé a festejar su cumpleaños número quince a aquel parque, la pasamos increíble, sin duda de los mejores días de mi vida. En otra solo estoy yo durmiendo, en otra estamos los dos con mi hermano y Sun-Hee. Otra de él y Jimin. También había notas y dibujos... esperen. Esta no es mi habitación, carajo dormí en la habitación de Tae, estoy vestido y por encima de las cobijas... ya recuerdo; después de lo que paso en el auto, entramos y lo subí a aquí para que durmiera, él me pidió me quedara y yo por no discutir le dije que sí, se supone que solo esperaría a que se quedara dormido y me iría, pero parece me quedé dormido también. Y a todo esto ¿en dónde está?

—¿Tae? — Le llamé, quizá esté en el baño, pero nada. Me levanté y toqué a la puerta, pero no se encontraba. ¿Qué hora será? Saqué mi teléfono de la bolsa de mi pantalón, mierda, son las once de la mañana, es tardísimo... mi viaje a Hawái, cierto y aún no arreglo mis cosas, lo mejor es que me vaya ya mismo. Una canción acerca de que un chico quisiera ser una chica porque así tendría la esperanza de que el interés amoroso se fije en él, creo la canta un tal no sé qué Gray. Me acerqué a su buró y tomé el teléfono. Un mensaje de Bogum, no puede ser, este cabrón ya está jodiendo tan temprano, bueno ni tan temprano, pero ¿qué diablos quiere? Estaba a punto de abrirlo y leerlo, pero me detuve, no estaría bien, sería invadir su privacidad, pero ¿y si es sobre algo de la locura que estuvo a punto de cometer anoche? El solo recordarlo me pone de nervios, es por su bien ¿cierto? Si lo veo tal vez yo evite que cometa el error más grande de su vida. A la mierda la privacidad.

Abrí el mensaje.

"Perfecto, entonces no olvides avisarme. En cuanto tu tío se vaya, salgo para tu casa y ahora si no habrá nadie que nos interrumpa. Muero por besar tus labios y cada centímetro de tu cuerpo. Te amo"

¡Pero que... carajo! La sangre comenzó a hervirme una vez más. Este infeliz no lo va a tocar, eso lo aseguro, yo no lo voy a permitir. Abrí toda su bandeja de entrada y vi otros dos mensajes de ese cabrón. El primero se lo envió a las diez de la mañana, le daba los buenos días y le decía que ya odiaba a su tío, o sea yo, por haber interrumpido su noche.

¡Maldito!

El segundo decía que al parecer nadie fue a clases, obvio con la nochecita y si terminaron como Taehyung, peor. Fui a sus mensajes enviados y en uno él le contestaba sus saludos y según él lamentaba y se disculpaba por lo que pasó conmigo, niño del demonio. ¿Qué mierda se tiene que disculpar con ese idiota? En el otro le decía algo sobre sus compañeros que no fueron a clases y le decía que yo me iba a de viaje a Hawái con mi novia y estaría solo hasta el jueves.

Así que piensa verlo cuando me vaya ¿No? Pues no, no y mil veces no. Ellos no van a estar juntos y mucho menos Tae se le va a entregar a ese cabrón, claro que no, como que me llamo Jeon Jungkook.

Piensa en algo, Jungkook, piensa... Cancelar mi viaje... no, yo no podría hacerle eso a Wheein y menos hoy que cumplimos un año juntos. Entonces ¿Qué hago, que hago?... Yo no puedo permitir que el cometa semejante tontería, Tae no puede hacer eso y menos con ese idiota, bueno, con nadie, nadie nunca lo va a tocar, ¿pero qué estoy diciendo? No puedo tampoco decir que nunca, ni que fuera a dedicarse a los hábitos... Aunque esa idea me gusta y mucho. Oh, por favor, concéntrate... Ummm... Listo, ya está, ya sé que voy a hacer, pero antes debo hacer dos llamadas.

Bajé en busca de mi sobrino, y al llegar abajo, un delicioso aroma me invadió. Fui directo a la cocina y lo vi preparando el desayuno. Dios, incluso cocinando está más que sensual, usaba solo una ligera y ajustada playera de tirantes color blanco y un pequeño cachetero rojo, oh por Dios, su trasero, su redondito y firme trasero, su pequeña cintura. Justo en ese momento se agachó para sacar no sé qué de un cajón y eso me dio una mejor vista. Me pregunto cómo será tenerlo así a cuatro patas en la cama y.... mierda, Jeon, basta, que nuestro amigo ya está algo alterado.

—Hola—. Dije con la voz ronca y es de pura excitación. Se giró a verme sonriendo dulcemente.

—Buenos días, justo a tiempo, ya está el desayuno. ¿Dormiste bien?

—Si, gracias, ¿qué preparas?

—Hice un omelette de huevo con tomate, cebolla y chile, piqué un poco de fruta y jugo de naranja, aunque ya casi me acabe la mitad—. río por lo bajo, me encanta su risa—. Creí que querrías desayunar antes de irte, así no te da hambre hasta que llegues a Hawái.

—Sí, gracias, la verdad es que muero de hambre. ¿Qué tal la resaca?

—Pues ya está pasando, me tomé una pastilla y el jugo—. Sirvió jugo en un vaso y me lo dio—. Juro que no lo vuelvo a hacer.

—Eso dicen todos—. Sirvió el desayuno.

—Espero te guste. ¿A qué hora sale tu vuelo?

—A las dos.

—Bien, aún hay tiempo para que no se te haga tarde.

—Tenemos tiempo. Así que come también para que no te de hambre hasta que lleguemos.

—¿Cómo? —. Frunció el ceño confundido.

—Tu vendrás conmigo y Wheein a Hawái.

—¿Qué? — Levantó una ceja, visiblemente molesto. Parece que no le gustó la idea, claro, como arruine sus planes de coger con el pendejo ese. Carajo, solo pensarlo hace que me suba la bilis hasta la garganta.

—Eso, tu vendrás a Hawái también. Genial, ¿no? — Dije despreocupado mientras me sentaba en la isla de la cocina en donde Taehyung ya tenía todo preparado.

—No, eso no tiene nada de genial. Yo no quiero ir a Hawái y menos con esa barbie—. Dijo molesto, pero no me importa.

—La pasaremos genial, lo prometo, es más, será tan divertido que seguro tú y Wheein terminarán siendo amigos—. Reí por dentro, incluso es imposible imaginarlos a los dos como amigos. Se paró frente a mí cruzando los brazos, molesto, no me importa, igual me gusta que haga pucheros y pataletas, intenta ser intimidante y solo consigue ser tierno.

Yo no voy a ir contigo y con esa a ningún lado y mucho menos a Hawái. Yo tengo clases y no voy a faltar no sé cuantos días.

—Ya faltaste hoy, ya terminaron los exámenes, no pasa nada, además estás a casi nada de salir de vacaciones—. Tomé el tenedor y comencé a comer fruta, estaba logrando parecer desinteresado ante su molestia, y me alegro porque él no debe saber el verdadero motivo de porque va conmigo, aunque muero de ganas de decirle que jamás voy a permitir que se meta con ese.

—Por lo mismo es mi último año de preparatoria, no puedo darme el lujo de faltar los días que sean, por muy pocos que dure su estúpido viaje. Además, mis papás llegan el jueves y deben encontrarme aquí en donde me dejaron.

—Por tus papás no te preocupes, que ya hablé con ellos y están encantados de que vayas conmigo, dijo que estarán mucho más tranquilos de saber que estarás conmigo—. Guiñé el ojo y eso lo enfureció más.

—Tú le dijiste que no podías llevarme porque tu viaje era algo... romántico, yo no quiero hacer mal tercio ahí, además, sabes perfecto que no soporto a la tarada de tu novia.

—Sé lo que dije, príncipe, pero la verdad es que yo tampoco iba a estar tranquilo sabiendo que ibas a estar solo. Ese es el motivo, quiero cuidarte. Y sobre lo otro, lo sé, ella tampoco te soporta, el sentimiento es mutuo—. Sonreí cínicamente y solo vi cómo se ponía rojo de coraje. Te mereces el Oscar, Jeon, mira que no gritarle que en realidad va contigo para evitar que se acueste con ese, es de reconocerse.

—Pues no voy a ningún lado. Ahora mismo llamo a mi papá para decirle que me quedo—. Dijo más que furioso y quiso ir por el teléfono pero lo detuve del brazo acercándolo a mí y tomándolo por la cintura.

—No tiene caso, ya sabe que compré el boleto y que tengo todo listo para el viaje, además sabes que él quería que yo te cuidara durante su viaje. Sabes que tu padre prefiere que estés conmigo a que estés aquí solo, no serviría de nada—. Sonreí triunfante y me clavo aún más su mirada, juro que si fueran pistolas ya me habrían disparado dejándome en el piso, muerto.

—Eres... Ush.

—Ahora desayuna que la comida de avión es horrible y además te quedó delicioso, no sabía que cocinabas—. Lo solté y continué comiendo.

—No quiero comer, ya se me quitó el hambre. No voy a comer y menos contigo—. salió de ahí a paso firme.

—Como quieras... tú te lo pierdes—. Le dije y cuando cruzó el umbral agregué con voz elevada

— Haz tus maletas ya, que salimos de inmediato—. Reí por lo bajo. Todo salió perfecto, tal y como lo planeé. Jeon Jungkook, eres un puto genio. Ahora disfruta de este delicioso desayuno que tu precioso sobrino hizo el favor de prepararte.

Llegamos a la casa de Wheein, y Taehyung seguía molesto, no me ha dirigido la palabra desde que salimos de su casa. Cuando subí a su habitación después de desayunar, seguía sin hacer nada, se aferró a que no iría conmigo a ningún lado, solo estaba tirado en su cama con su teléfono en la mano, ignorándome, así que no me quedo de otra que preparar su maleta. Cuando termine lo saqué casi a rastras de la casa, luego fuimos a la mía, preparé mis cosas rápidamente.

Sigue sin soltar su maldito teléfono, seguro ya está diciéndole al imbécil de Bogum que eché a perder sus planes. Una enorme sonrisa de triunfo se asomó en mi rostro.

—Voy por Wheein, no tardo—. Le dije antes de bajar del auto.

—Necesito un favor, tío—. Dijo con voz cínica y divertida, al mismo tiempo que me daba su teléfono—. Puedes tomar un vídeo de la cara de la Barbie cuando sepa que yo voy con ustedes, por favor, será algo para recordar—. Mierda. La sonrisa que tenía desapareció, abrí los ojos de más y sentí que la sangre abandonaba mi rostro. No había pensado en eso. ¿Cómo mierda pude olvidarlo? Dios mío, se va a poner...

—Ya vengo—. Fue lo único que pude decir. Salí del auto y solo escuché como reía divertido. Dios mío, sigo sin poder creer que haya olvidado lo más importante, ¿Cómo le digo? Dios, apiádate de mí, que no se desate la tercera guerra mundial, por favor.

Toqué el timbre y giré al auto, Tae miraba divertido. Es un canijo, está disfrutando de mi sufrimiento. La puerta se abrió y solo sentí como Wheein me abrazaba con fuerza y emoción. El pánico se apodero de mí.

—Qué bueno que llegas, bebé. No sabes lo emocionada que estoy... ¿nos vamos?

—Uh... si... sabes... yo... Antes de irnos... Hay algo que debo decirte—. Aquí voy. Que dios me ampare.

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