Siento como la sangre me hierve, incluso empiezo a temblar de coraje. No soporto si quiera saber que Tae habla con ese imbécil, no soporto que piense en darle otra oportunidad, lo detesto porque le rompió el corazón, no soporto que haya salido con él esta noche, no soporto que lo haya besado. Pero lo que menos soporto es que le haya tocado el trasero. No quiero a este cabrón cerca de mi Tae, y no lo voy a permitir.

—¿Tú quien carajo eres? —. Me dijo muy arrogante. ¿Quién se cree?

—¿Tío, que haces aquí?

—¿Tío? ¿Este tipo es tu tío?

—Sí, yo soy su tío—. Le dije asesinándolo con la mirada. Tomé a Taehyung del brazo juntándolo a mí.

—¡Ay! me lastimas. — Mi sobrino se quejó por mi agarre.

—Tú y yo nos vamos a casa, ya.

—Suéltame—. Chilló tratando de zafarse de mi agarre—. Me lastimas.

—¿Qué no escuchas? Que lo sueltes, idiota—. Maldito, que no tiente a la suerte porque justo ahora me siento con unas enormes ganas de embarrarle mi puño en su maldita cara.

—Cierra la boca, idiota. — Estuve a punto de tumbarle todos los dientes.

—¡Basta! — Taehyung gritó y se soltó de mi mano—. ¿Quién te crees tú para venir aquí y darme órdenes?

—Tu tío, eso me creo. Nos vamos ya. — Dije más firme ahora.

—Yo no voy contigo a ningún lado. Yo vine y me voy con Bogum.

—Tú te vas conmigo y punto, y tú—. Me dirigí al idiota ese y lo señalé con el dedo índice—. No te quiero cerca de Taehyung—. El idiota empezó a reír, no puedo creer que ahora se esté riendo de mí, estoy por perder la poca cordura que me queda.

—Ya te dije que no me voy contigo, y Bogum puede estar cerca de mi cuando quiera—. Listo, me cansé. Me agache y lo tomé de las piernas cargándolo sobre mi hombro, chilló cuando lo levanté, di media vuelta y empecé a caminar de vuelta a mi auto.

—¡Bájame!

—¡¿Hey, que te pasa?! Bájalo ahora mismo, idiota—. Me grito ese cabrón, solo gire para mirarlo con odio. Perfecto, logré intimidarlo, más le vale que se largue de ahí ahora mismo. Seguí mi camino. Taehyung comenzó a pegarme en el trasero, pero esta tan ebrio que ni fuerza tiene así que ignoré eso.

—¡Que me bajes, te dije! — Empezó a patalear así que con una mano lo tomé de ambos tobillos para evitar que me pegue en mi parte más noble, mientras con la otra mano lo tomé del trasero, pues con el movimiento su pantalón ceñido se comenzaba a bajar y no voy a permitir que algún idiota que ande por aquí le esté viendo lo que no debe. Su hermoso y redondito trasero, me encanta y el solo recordar que ese cabrón se lo tocó me da mucho coraje, gracias a dios llegue a tiempo que, si no, no quiero ni pensar en lo que le estaría tocando ahora. Maldito oportunista, se aprovecha de que está borracho, seguro es lo único que quiere, llevárselo a la cama, pero eso no lo voy a permitir nunca. Nadie le pondrá un dedo encima, jamás.

Llegamos al auto y vi que Jimin y sus amigos seguían afuera del Karaoke. Al vernos todos giraron y nos observaban, genial, ahora somos el centro de atención, lo siento por Tae, mañana será la comidilla de todos. El seguía chillando y peleando por que lo bajara y así lo hice. Lo bajé lentamente.

—Eres un idiota.

—Y tú un borracho.

—¿Cómo te atreves a cargarme como si fuera un costal o no sé qué?—. Abrí la puerta del auto.

—Súbete.

—No voy contigo a ningún lado.

—Perfecto, tú lo quisiste—. Lo cargué en mis brazos y gritó, lo metí al auto y con un poco de trabajo logré abrocharle el cinturón de seguridad, pues el seguía luchando conmigo. Loco, eso es lo que esta, completamente loco. Cerré la puerta y rodeé el auto y subí. Metí la llave y lo prendí arrancando de inmediato.

El camino todo fue silencio, Tae seguía molesto, tenía los brazos cruzados y hasta así sentado se tambaleaba en el asiento. Está más que ebrio, no puedo creerlo, ¿Cómo pudo ser tan... irresponsable? De verdad que el solo pensar en lo que estuvo a punto de hacer, la sangre me hierve aún más. Y ese infeliz, agh, pero mañana Taehyung me va a escuchar, porque esto no se va a quedar así.

Llegamos y aparqué el coche, apagué el motor y lo miré, seguía con el ceño fruncido y los brazos cruzados, sigue enfurruñado.

—Llegamos.

—¿Enserio? No me digas—. Dijo irónico.

—Ahora resulta que tú eres el enojado, eres un sin vergüenza.

—¿Sin vergüenza, yo?

—Sí. Aquí el único enojado debo ser yo. No solo saliste sin avisarle a tus padres, sino que también te pusiste más que borracho y lo peor de todo es que estabas a punto de irte a la cama con un pendejo que ya te hizo sufrir una vez y que seguramente es lo único que busca contigo.

—No hables así de Bogum—. Que la... Me froté el rostro exasperado.

—Baja del auto, a dormir que mañana por si no lo recuerdas, tienes clases.

—Claro que lo recuerdo. Y aunque me hayas arruinado mis planes, eso no quiere decir que los pienso dejar de lado—. Quiso abrir la puerta, pero lo detuve.

—¿A qué te refieres?

—A eso, a que igual me voy a acostar con Bogum.

—Estás completamente loco, ese tipo solo te quiere para eso.

—¿Tú qué sabes?

—Solo lo sé y ya—. Mierda, no pienso permitirlo. Dios este niño me saca de quicio—. Te juro que si me entero de que ese tipo te tocó voy y le daré una golpiza de la cual no recordara ni su nombre.

—¿Por qué te afecta tanto que yo haga el amor o no con él?

—Me afecta porque eres mi sobrino, porque no voy a permitir que ese tipo se burle de ti.

—Y porque te gusto ¿No?

—¿Qué? ¡No!

—Claro que sí... ¿Por qué diablos no lo aceptas? —. Giró en el asiento quedando de frente a mí.

—Tú no me gustas, por favor deja ese asunto por la paz.

—Perfecto, entonces déjame hacer lo que se me dé la gana con mi vida—. De nuevo quiso abrir la puerta, pero lo tomé del brazo, lo acerqué a mí con coraje.

—Tu no vas a cometer una tontería así ¿entendiste?

—Sí, quiero cometerla... Pero contigo—. Me tomó del rostro y me besó. Sus labios estaban fríos y eso fue suficiente para que yo me perdiera en ellos. Metió la lengua en mi boca buscando la mía, su sabor era dulzón, parece que estuvo bebiendo cócteles y lo agradezco ahora porque esto es más que delicioso. Ágilmente pasó por encima de la palanca de velocidades y se subió a horcajadas sobre mí, de inmediato hundió sus dedos en mi cabello y yo acariciaba lentamente sus piernas. Comenzó a moverse frotando su sexo con mi amigo, el cual como es su costumbre empezó su gran despertar, él se alejó unos centímetros de mí mirándome a los ojos sin dejar de moverse, frotó su nariz con la mía y de ahí fue directo a mi oreja y metió la lengua acariciándome de una forma sensual y seductora, solo sentí un escalofrió recorrer mi cuerpo.

Subí mis manos hasta su entrepierna acaricié su pene por encima de sus pantalones, también tenía una erección. Un gemido salió de su boca mientras con su lengua seguía jugando con mi oreja. Bajé el zipper de sus jeans luego su ropa interior y tome su sexo con la mano derecha comenzando a subir y bajar alrededor de él.

—¡Ah! —. Gimió excitado y con sus manos se aferró al asiento. Continúe con mis movimientos. Arriba, abajo, arriba, abajo. Un ritmo lento pero intenso. Él levantó sus caderas y se movía arriba y abajo hasta que los dos logramos marcar un ritmo—. ¡Jungkook!

—Tío... Soy tu tío.

—¡Sí! ¡Tío! — Saqué mi mano, escupí un poco en ella y volví a mi anterior tarea. Empecé a acelerar el ritmo y él subía y bajaba también cada vez más rápido.

Soltó el asiento y con sus manos quitó su chaqueta y levantó su playera hasta tocar sus propios pezones, subió sus manos despacio y empezó a acariciarse y a pellizcarlos de forma exquisita y sin dejar de moverse para que mi mano lo masturbara. Mis ojos solo veían sus auto caricias, mordí mi labio inferior para ahogar un grito y entonces se detuvo. ¡No!

—Quiero que me acaricies tú, con la lengua—.Dijo con un hilo de voz y con la respiración agitada, tomó mi rostro entre sus manos y lo acerco a uno de sus pezones, de inmediato abrí la boca y con la lengua empecé a dibujar su aureola y solo sentí su pezón ya endurecido. Lo metí por completo a mi boca y la chupé succionando una y otra vez. Un fuerte gemido se me escapó por fin. Solté su pectoral y fui al otro para hacer lo mismo, aumenté el ritmo de mi mano y exploto sobre de mí. Temblando y dejándose caer sobre mí, continúe subiendo y bajando, pero más lento, hasta que quité por completo mi mano.

—Es tu turno tío... Quiero que te vengas para mi—. Dijo agitado. Sentí como desabrochaba mi pantalón y de inmediato liberó mi miembro, el cual agradeció salir de ese apretado encierro. Lo envolvió en su mano y empezó a subir y bajar primero lentamente y poco a poco aumentó el ritmo mientras con su otra mano jalaba mi cabello. Su boca se unió de nuevo a la mía con un beso lleno de pasión, tiró de mi labio haciéndome gemir, mordió mi mandíbula entre besos hasta llegar a mi oreja y de nuevo metió la lengua.

—¡Tae! —. Susurré y eché la cabeza hacia atrás, apoyándola en el asiento, abrí la boca y grité lleno de placer, de un placer que solo con él siento.

—Vamos, tío... vente—. Me dijo a mi oído haciendo que llegara al placentero orgasmo, solo sentí como mi caliente jugo caía sobre su mano que seguía acariciándome cada vez más lento. No entiendo porque el placer con él es diferente y mucho mejor, pero la verdad es que ahora estoy demasiado relajado como para pensar en ello.