CAPÍTULO 1
El jardín de mi casa lucía bastante bien, todo estaba listo para la fiesta de Taehyung, Tae le digo de cariño. Hay bocinas y amplificadores por todos lados. Él ama el color púrpura, por lo que también mandé a poner luces púrpuras y blancas para que en la noche se luzcan. Hay lujosos sillones de piel color blanco y púrpura, la alberca está llena de globos del mismo color. Una enorme mesa con bocadillos y frituras, incluso contraté a un barman que se encargara de la coctelería para que los invitados disfruten de unos deliciosos tragos. Este día es muy especial para mi sobrino y yo me encargué de que todo quedara perfecto, digno de él.
—Hola, bebé—. Me saludó mi novia Wheein, quien iba llegando. Una mujer bonita, rubia, delgada y muy sexy. Tiene unos hermosos y pequeños ojos color café claro, en unos días cumplimos ya un año de novios, y he de decir que es con la chica que más he durado. Tenemos una excelente relación, nos llevamos de maravilla, aunque la quiero y mucho aún no estoy dispuesto a dar el gran paso. Eso sí, ella se la ha pasado aventándome indirectas sobre que ya le entregue el anillo, pero no, yo aún no estoy listo para eso.
—Hola linda, que bueno que llegaste—. La abracé por la cintura y la besé. Ya todos los invitados estaban en el jardín, solo esperando a que Tae baje. Como ya se habrán dado cuenta, su fiesta será algo muy juvenil, la mayoría de los invitados son sus amigos del colegio y uno que otro amigo de mi hermano y mi cuñada, yo solo invité a Wheein.
—¿Y el festejado?
—En la habitación, arreglándose supongo-. La verdad es que Tae es un joven apuesto, es la herencia Jeon, aunque él ha decido llevar el apellido de su madre, Kim. Es blanco, cabello castaño claro, ojos un poco claros. Y como ya lo dije, apuesto como mi hermano y yo.
—¡Tae!—. Escuché a Jung hyun decir mientras caminaba hacia la casa con los brazos abiertos para recibir en un abrazo a su hijo. Giré y lo vi salir de la casa ¡vaya! Se ve simplemente... apuesto. Lleva unos pantalones ajustados en color negro, camisa blanca, y un saco en color púrpura que va a juego perfecto con toda la decoración. Jamás lo había visto así, y no puedo evitar sonreír
—Papá—. Sonrió y abrazó a su padre, feliz. Mi hermano le dio un fuerte abrazo, Tae sonreía muy feliz y mi cuñada Kim Sun-Hee daba pequeños saltitos de emoción alrededor de ellos.
—Que guapo, hijo, eres todo un Jeon—. Suh-hee lo miró con advertencia —bien, también tienes algo de Kim.
—Gracias, papá, mamá—. Dijo mientras abrazaba a su mamá, igual de feliz.
—Feliz cumpleaños, mi príncipe guapísimo.— Sun-Hee le apretaba las mejillas, mientras Tae se dejaba querer.
—¡Tío!- Se acercó dándome un gran abrazo, noté como Wheein ponía los ojos en blanco. No se soportan y sinceramente no entiendo porqué—. Gracias por dejarme hacer mi fiesta aquí en tu casa.
—No tienes nada que agradecer, sabes que soy capaz de todo con tal de verte sonreír, Tae.
—Feliz cumpleaños, querido—. Dijo Wheein interrumpiendo nuestro abrazo.
—Gracias... querida—. Le dijo con una sonrisa forzada, imitando su tono al decir "querida". Espero de verdad un día alguno de los dos me explique porqué no se agradan.
—Ahora ve y disfruta tu fiesta, tus amigos están esperando.
—Gracias, los quiero. Los veo mas tarde.
—Diviértete.
Tae se alejó y se encontró con todos sus amigos, quienes lo abrazaron y llenaron de regalos.
Yo la pasé con mi novia, hablando, bailando y bebiendo. Mi hermano y Sun estuvieron con sus amigos, así que toda la fiesta ha salido de maravilla, mi pequeño está feliz y eso me hace más feliz a mi.
—Bebé, estoy muerta, ¿Puedes llevarme a casa ya?
—Linda, apenas son las 9.
—Lo sé, pero.— Mordió su labio coquetamente—. Quiero llegar temprano para que tú y yo hagamos cositas malas.
—Mmm, ¿cositas, he?
—¿Vamos?
—Ahora mismo.
Salimos de ahí, encendí el auto directo a su casa. Al llegar fuimos a su habitación, la pasamos mejor que bien, ustedes ya saben ¿no? El sexo entre nosotros está bastante bien, sabe como complacer a un hombre y yo pues me dejo querer.
—Quédate toda la noche conmigo.
—Lo siento, pero debo volver a la fiesta que se está celebrando en mi casa—. Le dije mientras me abrochaba la camisa.
—Ahí está tu hermano y su esposa, ellos son los papás de tu sobrino y pueden hacerse cargo—. Me abrazó por detrás, besando mi cuello sensualmente, me encantan sus besos, pero no debo dejar que continúe o no llegaré a casa nunca.
—No, linda, yo no podría hacer eso. Pero te prometo que mañana hacemos todo lo que tú quieras.
—Todo sería diferente si tú y yo ya estuviéramos viviendo juntos.
—Wheein... Por favor no volvamos con lo mismo, ¿si?
—Ush ya, está bien. Pero te recomiendo que descanses porque mañana no pienso soltarte en todo el día.— Volvió a acostarse en la cama cubriendo su cuerpo con la sábana.
—Seguiré al pie de la letra tu recomendación. Hasta mañana, descansa—. Me acerqué a ella para besarla, un casto beso en los labios.
—Te amo.
—Y yo a ti.— aunque tal vez no era así, no tenía el corazón para no responder, o decir algo como "gracias" a veces soy un idiota, pero no tanto.
A veces.
Salí de ahí, en el camino iba pensando en eso que me dijo Wheein, la verdad es que yo aún no me siento preparado para compartir mi vida con alguien. Siempre he creído que el día que uno dé el gran paso es porque hay amor incondicional y de verdad quieres dejar todo para estar y convivir con esa persona especial. Yo sí quiero a Wheein y mucho pero no es un amor así tan grande como se supone debe de ser. Esto de las relaciones es algo complicado, así que mejor dejo de pensar en eso, ya llegará el momento.
Tal vez.
Al regresar noté que los invitados empezaban a irse, miré mi reloj y ya eran las once de la noche, si que se va el tiempo rápido cuando la pasas tan bien con tu novia. Jung hyun y Sun-Hee hablaban con Tae, fui por un trago, el barman ya estaba por irse también, solo dejó ahí unas bebidas ya preparadas. Tomé una margarita y me quedé ahí mirando y disfrutando de mi trago. Después de unos minutos se acercaron a mí.
—Gracias por todo, Jungkook, de verdad.
—No tienes nada que agradecer hermano. ¿Ves lo bien que la está pasando?
—Sí y te juro que no puedo creerlo.
—Pasa tan rápido el tiempo—. Mi cuñada miraba a su hijo, enternecida.
—JK, nosotros estamos muy cansados así que nos vamos. Mañana temprano estaremos aquí para ayudarte a limpiar.
—¿No prefieren quedarse?
—No, mejor nos vamos a casa. No te importa que se quede Tae, ¿cierto?
—No, vayan tranquilos. Ya sus amigos empiezan a irse, así que supongo que pronto termina todo.
—Ok. Entonces hasta mañana.
—Gracias de nuevo, Kookie.
—De nada, hasta mañana—. Mi hermano y mi cuñada se fueron, así que me senté en uno de los sillones a disfrutar de mi margarita para matar el tiempo. Tae bailaba con sus amigas y amigos, nunca la había visto bailar y sin duda lo hace muy bien. No me di cuenta cuanto tiempo estuve mirándolo hasta que se acercó a mi tambaleándose un poco.
—Hola, tío—. Se sentó a mi lado, tenía una divertida sonrisa, creo que las copas de más ya le hicieron efecto.
—Hola, TaeTae. ¿Cómo la estás pasando?—. Tomé su mano y acaricié suavemente sus nudillos con mi pulgar.
—Increíble, es la mejor fiesta. Gracias.
—De que, me alegra verte tan contento.
—¿Quién crees que vino?—. Me dijo en voz baja con un tono de complicidad.
—¿Quién?
—Bogum
—¿Qué?—. Elevé la voz. No puede ser, ese cabrón no.
—Me pidió perdón. Me quiere.— Hace un par de años mi sobrino nos confesó que era gay. Aunque para algunos de nuestros familiares y "amigos" aquello aún era un tema delicado y tabú, las personas que realmente amamos a Tae lo apoyamos.
Jamás podría ser de otro modo.
—Taetae, te la pasaste llorando por ese tipo como por dos semanas.
—Ya lo sé, pero se arrepintió de haberme dejado.
—¿Quién es Bogum?—. Pregunté mientras miraba al pequeño grupo de chicos que aún estaban en la fiesta, quería ver la cara del pendejo que hizo sufrir a mi sobrino.
—Ya se fue hace un rato.
—Entonces...
—Me pidió que le diera otra oportunidad.
—No pensaras dársela, ¿o si?
—Tal vez si, tal vez no... no lo sé. ¿Tú que me recomiendas? Necesitaba hablar contigo antes, sabes que además de mi tío eres mi mejor amigo.
—Lo sé, y no, tú no puedes volver con ese idiota que te dejó por irse tras otro. No quiero que te haga sufrir de nuevo, te lo digo como tu tío y como tu amigo.
—Pero yo lo quiero, además está arrepentido y...
—Tae, ya nos vamos—. Interrumpió, Jimin, el mejor amigo de Tae, con el cual también me llevo de maravilla. Jimin es un agradable chico —. Hyung, estuvo increíble la fiesta.
—Gracias, me alegro que la hayan pasado bien.
—Voy a despedirlos, ya vuelvo—. Tae se levantó y me dio un beso tronado en la mejilla, definitivamente ya está pasado de copas, sonreí al pensarlo porque nunca lo había visto así. Salió de ahí y acompañó a todos sus amigos a la puerta, yo mientras apagué la música, y después volví a sentarme en el sillón. Minutos después Tae volvió.
—Estoy muerto—. Se sentó a mi lado y se quitó los zapatos.
—Yo también, lo mejor será irnos a dormir.
—Sí, tienes razón. ¿Me llevas, tío? Como cuando era más pequeño —.Estiró sus manos, quería que lo llevara cargando a su habitación.
—Aún estás pequeño—. Dije divertido.
—Tío, ya cumplí 18. Ya no soy un niño.
—Para mí siempre lo serás, Taetae—. Reí por lo bajo hasta que sentí un suave golpe en la cara, me pegó con un cojín. Yo tomé otro y así sentados empezamos un guerra de cojines, nuestras risas y gritos de diversión se escuchaban por todo el jardín. De pronto sentí como se lanzó sobre mí y empezamos a forcejear con las manos, con una mano empecé a hacerle cosquillas y empezó a retorcerse riendo.
—¡Basta, tío!—.Dijo divertido, me encanta escucharlo reír.
—No sabes con quien te metiste—. Seguí torturándolo hasta que se rindió y cayó acostado en el sillón, quise levantarme para poder seguir con mi dosis de cosquillas pero pisé un plato que al parecer aún tenía pastel y resbalé. Caí sobre él, su aliento dulzón por los cócteles me pegaba en la cara, era delicioso, y así estuvimos mirándonos fijamente a los ojos hasta que sin saber cómo, nuestros labios se unieron en un beso, salvaje y lleno de pasión
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro