Finale 1/2.
Dos semanas después.
Jimin terminó de colocarse la chaqueta del traje y se dio una mirada en el espejo. Su ojo ya no estaba hinchado y los pequeños cortes que tenía en la cara los pudo cubrir fácilmente con maquillaje. Se quedo con la vista pegada en su rostro un momento, parecía que la tristeza se hubiese acumulado bajo sus ojos y hasta se notaba mas cansado de lo normal. Movió la cabeza de un lado a otro para sacar aquellos pensamientos de su mente, no era el momento para sentir pena por sí mismo.
Dio los últimos retoques y ya estaba listo, justo a tiempo para que Yoongi entrase a la habitación en su búsqueda.
− Vamos tarde−dice su mejor amigo mientras se le acerca−¿Ya terminaste?
Jimin asiente.
− Bien. Iseul nos espera abajo.
Yoongi le arregla el cuello de la camisa y luego sale de la habitación dejándolo nuevamente solo. Jimin suelta un suspiro pesado, ya era hora de irse y a decir verdad el solo quería meterse a la cama para dormir. Últimamente los ánimos no eran de ayuda así que ignorando las mil excusas que se le formaban en la cabeza para no asistir tomó su teléfono metiéndolo en el bolsillo y luego bajó las escaleras a paso rápido.
Como su mejor amigo había dicho Iseul los estaba esperando con el auto encendido. Abrió la puerta de este y subió al asiento trasero. Cuando ya estuvo con el cinturón puesto sintió como el vehículo se puso en marcha hacia su destino. Durante el trayecto iba con la mirada perdida en la ventana que se encontraba a su lado aunque de vez en cuando dirigía la vista hacia el retrovisor para ver el semblante serio de su hermana mientras conducía o como Yoongi se retocaba el maquillaje. Todo parecía tan normal que cualquiera hubiese olvidado lo que pasó hace dos semanas, el hecho que le había marcado por completo y no de buena forma.
A veces Jimin solo quería borrar todos esos recuerdos.
− ¿Todo bien allí atrás? −Pregunta Iseul.
Era una pregunta bastante amplia y Jimin no estaba seguro de querer responder pero de todas formas asintió. No se iba a permitir seguir preocupando a su hermana por cosas tan banales como lo que pasaba dentro de su mente.
− Todo bien −replicó con una sonrisa a medias.
− Ya vamos llegando −Agrega Yoongi.
Jimin sintió un hoyo en su estómago. Mientras más se acercaban al lugar la tristeza lo invadía. No quería estar ahí porque le faltaba una parte muy importante de sí mismo, definitivamente debió haberse quedado en casa durmiendo y olvidando que el mundo seguía moviéndose a su alrededor. A veces sentía que no estaba completamente listo para volver a su rutina de siempre.
− ¿Es muy tarde para arrepentirme? −Le pregunta a Yoongi con voz queda y él niega con la cabeza.
− Ya llegamos, así que sí.
El automóvil se detiene en la calle principal. Yoongi sale de inmediato y le abre la puerta a Jimin porque sabe que su mejor amigo podría estar el resto de la tarde sentado en el asiento trasero sin hacer otra cosa que mirarse los zapatos. El rubio hace una mueca y mira a su hermana antes de bajar.
− Te veo más tarde, Iseul −dice mientras deja un beso en la mejilla de su hermana.
− Cualquier cosa me llamas, ¿sí? Aunque estoy segura de que estarás bien.
− Eso espero...
Baja del automóvil mirando a Yoongi quien le daba los últimos retoques a su traje. Miró hacia atrás donde Iseul se despidió con la mano y luego se puso en marcha para perderse por la calle principal. Un último suspiro sale de sus labios antes de pararse al lado de su mejor amigo tratando de mantener una compostura decente.
− Les ha quedado linda la decoración, ¿no crees?
Jimin levanta la cabeza encontrándose a lo que Yoongi se refería. Había grandes arreglos de globos rojos y dorados repartidos en la acera frente al edificio. Los listones del mismo tono cubrían la entrada en forma de espiral dando la sensación de que giraban gracias al viento que chocaba contra ellos. En cada esquina habían arreglos de unas quince rosas cada uno, aportando el ambiente romántico. La gente entraba por montones entrelazando las manos con sus respectivas parejas, lo único que se veía entre ellos eran las enormes sonrisas que les iluminaban el rostro. Ya por último su atención fue dirigida al enorme cartel que se llevaba todo el esplendor, allí estaba escrito en letra cursiva "Bienvenidos al baile de primavera".
− No son mis colores favoritos −admite−, pero les ha quedado lindo.
− Un poco de rosado no le hubiese echo daño a nadie −se queja Yoongi−, mejor entremos. Al parecer ya empezó.
Caminaron por la acera hasta la entrada, allí estiraron sus entradas hasta el encargado y luego abrieron las puertas siendo iluminados por luces de neón. Jimin se rió porque el traje que Yoongi se había comprado en el centro comercial brillaba como una bola disco en medio de una pista de baile. Su mejor amigo estaba encantado, de seguro ahora se robaría la mirada de todos.
− Jamás puedes pasar desapercibido, ¿no?
− Ni muerta −responde Yoongi.
Caminaron hasta la mesa donde se servía el ponche. Ambos tomaron unos vasos aunque Jimin estaba demasiado distraído como para darse cuenta de los chistes malos que hacía Yoongi sobre el alcohol que habían dejado los del equipo de futbol en la fuente. No importaba que la música estuviese fuerte y fuera hora de bailar, el rubio parecía estar bien alejado en algún planeta extraño. Ni siquiera podía decir que no se arrepentía de estar allí si en ese momento quería salir corriendo.
− Jimin, ¿podrías intentarlo aunque sea? Sabes que el quería que estuvieses aquí.
El nombrado levanta la mirada con el corazón herido. Era muy fácil pedirle que lo intentará pero Yoongi no se daba cuenta que no deseaba estar allí, al menos no sin él.
− He venido porque me insististe durante toda una semana y estoy haciendo lo mejor que puedo. Quédate con eso.
Yoongi hace una mueca porque a pesar de que quería ver a Jimin divirtiéndose y siendo el mismo sabía que las condiciones de la situación aún no lo dejarían al 100%. Pero al menos aún le quedaba un as bajo la manga para que su mejor amigo disfrutará del baile de primavera que tanto le gustaba.
− ¡Jimin, Yoongi!
La conversación fue interrumpida ya que escuchan un grito detrás de ellos. Ambos giran sus cuellos y se encuentran a Hyesun con Hani caminando hacia su encuentro. Las chicas se veían de lo más felices con sus dedos entrelazados a la vista de todo el mundo y Jimin no podía sentir otra cosa que regocijo al notar que por fin habían dejado los secretos atrás decidiendo no esconder más su amor.
− ¡Pensé que no vendrían! −Dice la pelirosa emocionada cuando ya está a su lado.
− No no los perderíamos −contesta Yoongi−. Por cierto, adoro tu traje, rosadita.
Hyesun llevaba un esmoquin como el de los chicos y Hani a su lado llevaba un vestido blanco con vuelos. Ambas se veían perfectamente combinadas, como una verdadera pareja de novios a punto de casarse. Jimin sonríe pero dentro de sí mismo se asoma un pequeño deje de envidia. Había deseado durante muchas noches hacer lo mismo, pero con él.
− Gracias, Yoongi. Aunque no se compara al tuyo. Estoy segura de que usaron toda la brillantina del país para hacerlo.
− Antes muerta a que sencilla, querida.
Todos comenzaron a hablar en grupo mientras Jimin solo sonreía tímidamente. Le gustaba ver que sus amigos estuviesen ahí pero la sensación de vacío no le dejaba tranquilo. Le gustaría que las cosas hubiesen sido distintas, haber llegado del brazo con él, reírse de como todo parecía estar demasiado organizado como un castillo de cartas y bailar con canciones lentas al lado de quien le daba sentido a las letras de amor. Así el baile hubiese sido perfecto.
− Mira es Hoseok −habla Yoongi sacándolo de su trance.
Jimin mira al nuevo novio de su mejor amigo caminado hasta el grupo para tomar a este último por la cintura y dejarle un beso en los labios. No pudo evitar sentirse incómodo, se suponía que Yoongi le había dicho que pasarían juntos durante todo el baile y esa era una de las razones por las que había aceptado ir en primer lugar. Sinceramente no estaba dispuesto a ser mal tercio y se lo había dicho a su mejor amigo, al menos no por ahora que su corazón estaba sufriendo un torbellino de emociones.
− Hola a todos −saluda Jung Hoseok con una sonrisa grande.
Todos le saludan de vuelta y Jimin se siente algo mal. Era tonto que obligará a Yoongi a no disfrutar del baile por estar con el, su amigo había encontrado a alguien que le aguantaba sus chistes malos y lo diva que podía llegar a ser. No podía seguir poniéndose en medio solo porque no deseaba estar solo en aquel lugar. Lo mejor era que se fuera de allí para que todos pudiesen celebrar en el baile sin estar preocupados de él. No podía ser el aguafiestas ahora que todo se encontraba en una calma relativa.
Se bebió el ponche con rapidez mientras todos estaban distraídos bromeando, aquella era su oportunidad para salir de ahí sin ser notado. Haciendo el menor ruido posible se dio media vuelta y empezó a caminar hacia la salida. Esperaba que nadie lo siguiese pero pronto Yoongi corrió hacia el para tomarlo por el brazo.
− No te vayas, Jimin −le pide su mejor amigo.
− Disfruten del baile. Yo no tengo ánimos.
− Por favor quédate, estupida. Sé que adoras estas cosas y no quiero que te pierdas la que podría ser la mejor noche de tu vida.
− ¿La mejor? Eso no lo creo. Solo disfruta de tu novio, Yoongi. Iré a casa a ver una maratón de RuPaul's en tu nombre.
− Quédate, aún no ha comenzado la mejor parte.
− Estoy solo estorbando −susurra bastante triste−. No quiero estar aquí sin él, Yoongi.
Su mejor amigo le regala una sonrisa compasiva y Jimin piensa que lo había convencido para poder irse, aunque se trataba de algo muy distinto.
− No creo que ese sea un problema −dice Yoongi mirando por sobre su hombro.
Jimin alza una ceja y luego se da media vuelta para mirar hacia dónde lo hacía Yoongi. No entendía nada hasta que sus ojos se fijaron en un chico con un traje negro, cabello bien peinado y el brazo derecho recogido en una malla mientras que en el otro traía un ramo de flores que caminaba hacia ellos. La emoción viaja rápidamente por su cuerpo mientras se tapaba la cara para que no se notara como las lágrimas se le acumulaban de a poco en los ojos.
Jeon Jungkook había llegado al baile.
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Nota: Primera parte del Epílogo donde todos pueden respirar tranquilos LJFLSD. Subiré la segunda en unos minutos.
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