029.
Todos tiemblan, estaban de cara al peligro y parecía no existir algún tipo de escapatoria. Lo primero que Jungkook hizo fue ponerse por delante de Jimin y Yoongi en un vago intento de protegerlos mientras rogaba al cielo por un poco más de tiempo.
− Llegaron invitados, bebé −dice Youngsoo dirigiéndose a Jimin−. No me dijiste que tendríamos compañía.
− Maldito enfermo −suelta Yoongi enojado y con los ojos inyectados con el más puro odio.
− Hola, Yoongi. Qué raro no verte en la escuela, ¿no? Estaba seguro de que tu ausencia me ayudaría a encontrar a Jimin.
El chico siente que el alma se le cae al piso. Entonces entendió que su descuido fue el que trajo a aquel loco hasta a Jimin, casi había actuado como un maldito mapa sin querer. Su cabeza se empezó a llenar de pensamientos sobre que todo era su culpa. Jungkook se dio cuenta de esto y le mira seriamente mientras pronuncia sin hablar un "No eres el culpable". Definitivamente no podían dejarse llevar por los intentos de aquel maníaco para distraerlos.
− Debería darte las gracias, Yoongi −seguía hablando Youngsoo−. Nada de esto sería posible sin ti.
− ¡Cállate!
Jungkook no había aguantado las ganas de gritar. El y Youngsoo se quedan mirando mientras Jimin sentía una punzada en el estomago. Lo menos que deseaba en este mundo era que su ex profesor le hiciese algo a Jungkook, jamás se lo perdonaría.
− ¿Y tu quién eres, mocoso? −le pregunta Youngsoo dirigiéndose al castaño− ¿Un noviecito de Jimin?
− Eso no te interesa a ti, imbécil.
Youngsoo se ríe de lo más divertido.
− Si crees que eres especial en la vida de Jimin estas muy equivocado. El me pertenece y me lo llevaré.
Siente que la sangre le hierve. Escuchar a ese enfermo hablar lograba que la adrenalina aumentara en su interior. Si aquel maldito daba por sentado de que se llevaría a Jimin estaba muy equivocado. Jungkook lo iba a impedir a toda costa.
− Basta, Youngsoo −le pide esta vez Jimin−. Se acabó, déjame ir.
− ¿Se acabó? Pero si esto apenas empieza, bebé.
Youngsoo da dos pasos hacia el frente y Jungkook estira más sus brazos para que los otros dos chicos no se movieran. Al primero la escena le parecía bastante patética, un chiquillo no podría hacer nada contra él. Con tan solo jalar del gatillo se podría deshacer de todos los obstáculos que tenía en frente, pero las ganas enfermas de jugar un poco ganaron en su interior.
− ¿Acaso Jimin te dijo que eras el único para él? − Le pregunta Jungkook pero este no responde− Eso le decía a muchos antes que yo y quizá a cuantos se los dijo desde que llegó aquí.
El castaño aprieta los puños y Jimin siente demasiada impotencia. Aún seguía amarrado a la silla por lo que no podía abrazar al chico para tranquilizarlo. Desesperado comenzó a hacerle señas a Yoongi esperando que Youngsoo no lo notara y cuando su mejor amigo se dio cuenta le enseño las ataduras para que le ayudara a soltarse.
− Eres un enfermo −le responde Jungkook con el ceño fruncido.
− Solo te digo la verdad, es como una advertencia de buena fe. Jimin es una zorra, siempre lo ha sido.
Jungkook iba a lanzarse hacia él pero es detenido por una de las manos de Yoongi. Mentalmente se lo agradeció, sabía que tenía que controlar sus emociones, pero ya había pasado por tanto esa noche que no estaba seguro de cuanto más aguantaría teniendo a aquel idiota frente a él sin hacer nada.
− Parece que no eres tan feroz como te haces ver −Youngsoo hace crujir su cuello sin dejar de apuntar en ningún momento−... Así que te ofrezco un trato. Si nos dejas tranquilos y te llevas a Yoongi de aquí no les haré nada.
El castaño niega con la cabeza de inmediato.
− No me iré de aquí sin Jimin.
− Esaes la respuesta incorrecta, mocoso. Conste que te di la oportunidad pero si quieres insistir en impedir que me vaya con Jimin pues tendré que deshacerme de ti.
El ambiente se congela y parece que todo va en cámara lenta.
Youngsoo pone su dedo índice para apretar el gatillo. Jungkook busca el brazo de Jimin y lo aprieta para asegurarse de que el impacto le llegase a el y a nadie más. Se escucha un disparo ensordecedor que hace sentir que las cosas habían llegado a su fin, a todos se les cortó la respiración y Jungkook cerró los ojos esperando un dolor que jamás llegó...
Porque la bala no da con ellos gracias que Yoongi, quien había podido desatar los pies de Jimin unos segundos antes, se lanzó contra Youngsoo logrando desestabilizarlo y que este disparara contra el techo.
− ¡Mierda! −grita Youngsoo quien se recupera bastante rápido y toma a Yoongi lanzadolo contra la pared. Este último se golpea en la cabeza y cae al piso perdiendo el conocimiento.
− ¡Yoongi! −solloza Jimin quien ahora puede levantarse de la silla y trata de correr hacia su mejor amigo pero es detenido por la voz de su captor.
− ¡Si te mueves te volaré la cabeza de un tiro! −Le amenaza Youngsoo aún sosteniendo el arma.
Jungkook toma la mano de Jimin intentando que se calmara. Ambos podían ver el cuerpo de Yoongi en medio y aunque querían acercarse aún tenían al enfermo de Youngsoo sosteniendo la pistola justo delante de ellos. Jimin temblaba mientras se aferra a la palma del castaño con fuerza.
− Que lindo, que lindo −susurra Youngsoo con voz lúgubre−. Casi se ven como una pareja, ¿no es maravilloso?
El ex profesor de Jimin ardía en celos. El debía ser quien tomará la mano del chico, no aquel mocoso que había aparecido de la nada para arruinar su plan. Debía llevarse a Jimin lo antes posible, alejarlo de ese tal Jungkook para que por fin fuese solo suyo. Y si tenía que deshacerse para siempre de él, que así fuera.
− ¡Debes detener esto, Youngsoo! −Grita Jimin con las lagrimas cayendo como cascadas por sus ojos− ¡Lo nuestro se acabó, yo no te amo!
− Tu me necesitas, Jimin. Sabes que me necesitas.
− ¡Jamás te necesite! Hiciste que pensara que así era, pero no. Lograste que me hundiera más en la angustia, fuiste lo peor que pudo haberme sucedido.
Youngsoo comenzó a negar con la cabeza y mientras sudaba. Jungkook pudo notar como le afectaba las palabras de Jimin logrando que se viera más débil. Si lograba desconcentrarlo lo suficiente tendría una oportunidad para derribarlo y quitarle el arma.
− Mientes −decía Youngsoo−, mientes. ¡Tu me amabas!
− Nunca lo hice −responde Jimin−, y nunca lo haré.
− ¿Acaso es por el mocoso? ¿Por ese idiota estas alejándote de mí?
Jimin sabe que se refiere a Jungkook y quiere gritar que sí. Que a quien amaba, por quien sufriría hasta lo más horrible y quien le quitaba el aliento era ese chico. Pero tenía miedo, no dudaba que Youngsoo podría desquitarse con él castaño y no iba a dejar que eso pasara.
− Jamás te amaré, Youngsoo. Jamás.
− Estamos echos el uno para el otro, Jimin −insistía su ex profesor con la voz temblorosa−. Debes darte cuenta de eso.
− ¡Deja de hablar idioteces!
Jungkook había gritado y Youngsoo le mira de reojo. El chiquillo seguía parado frente a Jimin como un escudo humano, dispuesto a protegerlo a toda costa. Quiso reírse fuerte, era un verdadero idiota.
− ¿Tu también estas enamorado de él? −Le pregunta Youngsoo haciendo una mueca− Pues no vale la pena, cuando se aburra de ti correrá a los brazos de otro. Así es Jimin, no le importan los sentimientos de los demás y te abandonara. Pisoteara tu corazón como lo hizo con el mío.
− Tu eres un maldito enfermo −le contesta Jungkook−, ese es tu problema.
− Jimin me enfermó y así te pasará a ti. ¿Crees que vale la pena arriesgarte por un chico que después se va a deshacer de ti cuando ya se canse de estar a tu lado?
La mente de Jungkook viajó hasta el principio de todo, cuando había conocido a Jimin. La verdad era que aquel día cuando entró por la puerta el notó de inmediato al chico nuevo sentado en la parte de atrás del salón. Sus miradas se habían conectado unos segundos logrando que sintiese una extraña sensación en el estomago que tomo como un simple malestar. Desde el principio se había sentido atraído hacia el rubio como si la fuerza de un poderoso imán estuviese sobre ambos y aunque lo negó por mucho tiempo ahora sabía que de a poco había caído por Jimin.
Después de hacer el amor por primera vez Jungkook había sentido una pesadez en el pecho porque las palabras de Jimin diciendo que follar no era algo importante vagaban por su cabeza haciendo estragos. Sintió miedo porque ahora si que su corazón latía desbocado por el chico y no hubiese sido capaz de aceptar un rechazo de su parte. Por eso se levantó por la noche, saliendo de allí antes de que todo terminara de verdad. Siempre se arrepentiría de su actuar.
Pero ahora estaba allí. Enfrentándose a un enfermo para salvar al chico que amaba. Las circunstancias que le habían llevado hasta allí eran todo menos normales y sin embargo sabía que si el destino le hiciera elegir cambiar algo de lo que habían vivido juntos el contestaría con un rotundo no. Sea como sea ya estaban allí y Jungkook no quería ser más el cobarde que corrió asustado de sus sentimientos.
− Una y mil veces −le responde a Youngsoo sin dudar.
Jimin siente el pecho llenarse de algo cálido. Aún tenía miedo pero ahí con Jungkook ya nada parecía estar perdido. Era impresionante como una persona podía llenarle de esperanzas con tan solo unas palabras.
− Eres un idiota −habla Youngsoo respirando entrecortadamente−. No voy a dejar que salgan de aquí, voy a llevarme a Jimin.
Escuchan el arma cargarse una segunda vez y el rubio intenta ponerse por delante pero Jungkook se lo impide. Nuevamente se encuentran siendo apuntados aunque esta vez Youngsoo parece aún más enojado.
− Última vez que te lo digo. Aléjate de Jimin y no te disparo. Tienes diez segundos.
Jungkook mira hacia a un costado donde Jimin estaba con el labio morado y tembloroso. El rubio hace lo mismo logrando que sus miradas se conectaran tal y como lo habían echo el primer día que Jimin llegó a la ciudad. Ambos sabían que ninguno se movería, no iban a alejarse nunca más. Entonces aprietan sus manos entrelazadas intentando transmitir todo el amor que sentían el uno por el otro.
− Te amo −susurra Jungkook.
− Te amo −le responde Jimin de vuelta.
Youngsoo ve la escena asqueado y sostiene el arma listo para disparar. Ya no existía una oportunidad pero al menos estaban juntos en esto.
− Son unos...
Y la puerta se abre de golpe.
En ese momento dos oficiales entran a la habitación de hotel gritándole a Youngsoo que soltara el arma. Todo sucedió demasiado rápido y Jimin apenas pudo distinguir todos los sonidos que se acumularon en el lugar. Había gritos, muchos gritos. Youngsoo seguía con el el arma en mano apuntando hacia ellos mientras que los policías le amenazaban diciendo que lo derribarían. Más gritos se escuchaban hasta que todo se quedó quieto y Jimin soltó un chillido aterrador.
Un disparo había salido de la pistola de Youngsoo.
Luego otro salió de una de las pistolas de la policía.
Jimin vio el momento en que la bala del oficial perforaba el pecho de Youngsoo haciendo que este cayera directamente de espaldas al suelo mientras que el sentía que se iba a desmayar. Se quedó como una estatua cuando la policía comenzó a reducir a su ex profesor y luego de unos segundos levantó la mirada viendo a su hermana entrar por la puerta gritando su nombre. Al cerciorarse de que Youngsoo en el suelo respiró. La pesadilla había acabado, habían logrado escapar de las manos de aquel sádico.
Iba a correr a ver a Yoongi pero antes mira a Jungkook para besarle y decirle que ahora todo estaría bien. Cuando su cabeza gira conectando sus ojos con los de su chico Jimin sonríe, se habían salvado después de todo. Jungkook le mira también con el rostro pálido y pone la mano derecha sobre su mejilla. Parecía que todo estaba bien, que ya nada malo pasaría.
Pero luego la vista de Jimin bajó hasta la camiseta de Jungkook que estaba cubierta de sangre.
Y el castaño se desvaneció mientras Jimin gritaba su nombre.
( ✧ )
Nota: Y llegamos al final de esta historia. Último capítulo y mañana el epílogo que se dividirá en dos. Damn, no puedo creerlo. Muchas gracias a todas las personas que leyeron esta ff, ustedes son la mejor parte de escribir. Los amo como no tienen idea.
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