Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

026.

Miedo. Eso era lo único que Jimin podía sentir en ese minuto mientras sentía el agarre de Youngsoo en su muñeca. El terror le consumía al igual que los recuerdos. ¿No se suponía que su pesadilla ya había acabado?

– No sabes cuanto te extrañe –susurra su ex Profesor con malicia.

No importaba si se empeñaba en ocultar su pasado, ahora se daba cuenta de que huir de sus problemas no era una solución. Tener a Youngsoo tan cerca le hacía sentir de nuevo como el chiquillo infeliz que era, soportando las peores humillaciones por un par de palabras bonitas que se habían vuelto su droga.

– ¿Cómo... Cómo me encontraste?  

Youngsoo esboza una sonrisa socarrona y Jimin siente que va a vomitar. Tanto tiempo gastado en olvidar aquellos días tristes y ahora se encontraba frente a frente con el peligro echo persona. Porque sí, Jimin tenía claro que Youngsoo podía ser un tipo peligroso cuando se lo proponía.

– Fue fácil seguirle la pista a tu amiguito cuando fue a pedirle permiso al Director para irse de viaje... Creo que debería agradecerle porque me llevo hasta ti.  

Sintió la mano de Youngsoo acariciándole la cara y de manera instintiva se hizo hacia atrás chocando con la pared del callejón. No quería sentir el tacto de ese hombre nunca más en su vida.

– Pórtate bien, Jimin –le amenaza su ex Profesor mientras aprieta más el agarre logrando que Jimin soltará un gritito–. Tu sabes que no me gusta cuando no me haces caso.

En ese momento se escucha la voz de una tercera persona en el callejón. Jimin mira hacia el piso dándose cuenta de que su teléfono yacía en el piso con la pantalla rota pero sin haber cortado la conversación que tenía con Jungkook.

– ¿¡Jimin!? –gritaba el castaño– ¿¡Jimin, qué esta pasando!?

El rubio iba a gritar pero Youngsoo fue más rápido y le tapó la boca mientras que con un pie pisaba el celular hasta que la pantalla dejó de brillar. Jimin le mordió la mano y aunque sirvió para que su opresor lo soltará de inmediato se gano un puñetazo en el estomago que lo dejó sin poder respirar por unos segundos. 

– ¿Acaso no aprendiste nada? –Le pregunta Youngsoo– Eres mío y ahora si que jamás te dejaré ir.

Jimin pidió ayuda con todo el aire que tenía en los pulmones pero el sonido ensordecedor que se escapaba del club acallaba cualquier oportunidad para que alguien detuviera a Youngsoo. Gritó el nombre de Yoongi pero no hubo caso, nadie lo escuchaba y su voz solo se terminaba perdiéndose en medio de la fría noche.

Youngsoo volvió a taparle la boca y contra su voluntad fue arrastrado por el callejón ganándose varios golpes que lo dejaron totalmente mareado, sin poder defenderse. Llegaron hasta un automóvil viejo en donde Youngsoo abrió la puerta trasera para luego empujarlo contra el asiento.

Jamás en su vida había luchado tanto. Pateó, lanzó puños al aire y hasta trato de morderlo pero todo quedo en nada cuando su ex Profesor tomó una llave de apriete que yacía olvidada bajo el asiento del conductor y le golpeó en la cabeza. Si antes Jimin estaba mareado ahora ni siquiera podía seguir con los ojos abiertos. Youngsoo aprovechó el momento para atarlo de manos y pies, y ponerle una mordaza en la boca silenciandolo.

– No debiste haberte ido –dijo mientras lo amarraba–. No sabes cuanto me hiciste sufrir y ahora pagaras por ello.

Con el miedo aún corriendo por sus venas Jimin termino desmayándose.    


  • • • 


Cerró la puerta del baño y fue directo a mirarse al espejo para retocarse el maquillaje. Yoongi estaba derritiéndose con el calor del club y temía verse espantoso gracias al sudor que comenzaba a correr por su frente.

Esparció polvo por sus mejillas y bebió un poco de agua. Ahora si estaba mejor, listo para seguir la animosa charla que estaba teniendo con Jung Hoseok. Definitivamente el chico era guapo y Yoongi sacaría sus mejores armas para que esa noche sucediera algo más interesante que compartir algunos tragos. 

Salió del baño y comenzó a caminar entre el mar de gente tratando de evitar los empujones. Debía llegar hasta la barra donde Hoseok lo estaba esperando con una enorme sonrisa. El problema fue que no llevaba ni diez pasos cuando en medio de su trayecto sintió que alguien lo tomaba fuertemente del brazo. Si había algo que Yoongi no soportaba era cuando se iba de fiesta y algún tipo se pasaba de listo sin su consentimiento, así que se dio media vuelta listo para insultar al idiota que osara en molestarlo... 

Pero se quedo con los ojos bien abiertos cuando vio a Hyesun.

– ¡Jungkook quiere hablar contigo! –Grita la chica por encima de la música y estirándole el celular– ¡Dice que es urgente!

Yoongi estaba confundido por varias cosas. Primero por ver a Hyesun en el club, segundo porque esta traía de la mano a Hani y tercero porque el cara de rata lo estaba llamando por teléfono. Muchas preguntas que seguro lograrían que su cerebro explotara.

Ya se encargaría de interrogar a Hyesun pero primero tomo el celular que la chica le ofrecía y se coloco el auricular en la oreja.

– Hola, cara de rata –saluda animadamente.

– ¿Dónde esta Jimin? –Interroga de inmediato Jungkook casi gritando.

– ¿Ah? Esta aquí en el club, ¿por qué?

– ¿Esta contigo? –la voz de Jungkook temblaba y eso confundía a Yoongi– Dime que esta contigo...

– No esta conmigo. ¿A qué viene todo esto?

– Dios, Yoongi. Encuentralo, creo que algo le pasó.  

– ¿Qué te fumaste, Jungkook?

– ¡Nada, mierda! –Grita exasperado dejando a Yoongi con la boca abierta– ¡Estaba hablando con él por teléfono y creo que lo han asaltado! Apenas pude escuchar pero un tipo le estaba diciendo cosas, no entendí muy bien.

A Yoongi se le aceleró el pulso.

– ¿Qué? –cuestiona– Joder, ¿y qué oíste?

– Solo ruidos, las voces eran lejanas... Pero Jimin le hablo por su nombre al tipo... Creo que era Young... Young...

En ese momento a Yoongi se le corta la respiración. No podía cierto, era imposible que aquel malnacido hubiese encontrado a Jimin en esta ciudad.

– ¿Youngsoo? –Pregunta con miedo.

– ¡Sí! Aquel idiota le estaba diciendo cosas extrañas y luego se cortó la llamada. Por favor encuentralo, Yoongi. Yo voy para allá.

Ni siquiera se despidió de Jungkook tan solo empezó a gritarle a Hani preguntando donde había visto a Jimin por última vez y luego salió corriendo al callejón que estaba al lado del club. De todas maneras no importo cuanto corriera ni a cuantas personas empujara para llegar más rápido. Cuando salió del lugar buscó por cada rincón pero no había rastros de Jimin por ningún lado. Las chicas se encargaron de buscar en el club pero tampoco había señales de su mejor amigo.

– ¡Maldito hijo de puta! –Grita hacia al cielo totalmente frustrado.

Lo primero que hizo fue llamar a Iseul y esta se encargó de llamar a la policía. Luego le pidió a Hani el número de Jungkook y espero en la línea hasta que este contesto.

– ¿Lo encontraste? –Pregunta de inmediato el castaño.

– No –Responde Yoongi con un hilo de voz–. Se lo llevo.

– ¿Se lo llevo? No entiendo.     

– No vengas al club, ve a casa de Jimin. Allí hablaremos y te contaré todo.

Jungkook se asustó y Yoongi rogaba al cielo para que su mejor amigo estuviese sano y salvo.


    • • • 


Se despertó por lo estaban meciendo de forma brusca. Al abrir los ojos no supo donde estaba pero fue llevado a la realidad apenas vio a Youngsoo apuntándole directamente al pecho con un arma. Parecía que el alma se le había escapado del pecho solo del terror.

– Escúchame bien, Jimin –habla Youngsoo apretando el arma contra su abdomen–. Vamos a entrar al hotel y tu no dirás nada o juro que te dispararé sin pensarlo.

Ni siquiera iba a dudar de su palabra, tan solo asintió tratando de proteger su vida la cual estaba en manos de un desquiciado. Youngsoo lo levanto del asiento y se deshizo de sus amarras sin dejar de apuntarlo en ningún momento. El solo hecho de tener un arma tan cerca suyo le hacía no querer respirar.

– Muy bien. Lo estas haciendo muy bien, Jimin.

Lo hizo bajar del auto y se dio cuenta de que estaban en un estacionamiento. Youngsoo paso la mano con el arma por debajo de su chaqueta como si estuviese abrazándolo y ocultando perfectamente bien sus verdaderas intenciones. Jimin tragó saliva sonoramente y lo siguió sin chistar hasta un ascensor viejo que estaba en medio del lugar.

Estaban en un hotel que Jimin jamás había visto. Parecía ser un lugar clandestino, con todo punto de derrumbarse. Miró hacia todos lados sintiéndose desolado, con un solo movimiento en falso Youngsoo podía acabar con su vida.

Bajaron del ascensor y saludaron al conserje quien parecía estar muy ocupado como para pedirles algún tipo de identificación. Youngsoo sonreía como si nada pasara mientras que Jimin estaba aguantando las ganas de gritar. En ese momento se sentía perdido y el tacto del arma en su espalda lograba hacerlo temblar.

Subieron tres escaleras y se detuvieron en una habitación con el número 34 colgado en ella. Jimin seguía buscando algún alma noble que pudiese ayudarlo, pero el pasillo estaba vacío dejándolo sin esperanzas. Youngsoo saco la llave de su bolsillo y abrió la puerta metiendo a Jimin de inmediato dentro del lugar.

– Te felicito, bebé –dice su ex Profesor cerrando la puerta con llave–. Te haz portado muy bien.

– Por favor, Youngsoo –le pide–. Deja esto.

– ¿Por qué debería? Tu me abandonaste.

– Youngsoo, por favor. Déjame ir. Ya deben saber que algo me ha pasado.

– Me da igual –contesta riendo al final–. De todas formas jamás volverás a tu casa.

La última frase congelo por completo a Jimin. Las palabras de Youngsoo parecían ser la amenaza más horrible que se pudiera escuchar.

– No puedes hacer eso –susurro–. No me hagas esto, por favor.

– Muy tarde, Jimin. Te quiero solo para mí y si así debo hacer las cosas para cumplirlo, pues, no me queda de otra.

Youngsoo se le acerca y el rubio retrocede de forma instantánea. Su captor le toma por el mentón con fuerza excesiva y cuando Jimin se queja este le da otro golpe en el estomago para acallarlo de una vez. En medio de la agonía sus manos son amarradas de nuevo y la mordaza es puesta en su boca otra vez.

– Camina –le ordena Youngsoo guiándolo del brazo.

Entran al cuarto que había en el lugar y Youngsoo sienta a Jimin en la cama. Le amarra los pies inmovilizándolo por completo para luego sonreír satisfecho y dejar un beso en la frente de Jimin sin ternura alguna.

– Buenas noches, bebé. Descansa que mañana hay mucho por hacer.  

Cuando su ex Profesor sale del cuarto cerrando la puerta Jimin comienza a llorar estrepitosamente. Todo estaba mal y ni siquiera sabía si podría volver a ver a su hermana, a su mejor amigo... O a Jungkook.

Debió haber aprovechado las oportunidades que tuvo. Fue idiota y ahora que su vida corría peligro comenzaba a darse cuenta de lo mucho que deseaba estar en los brazos de Jungkook, sintiendo esa paz que solo el sabía entregarle. Con el a su lado seguro tendría las fuerzas suficientes para salir de esto pero ahora que lo tenía lejos parecía que dentro de su cuerpo no había otra cosa que miedo absoluto.

Quizá no se lo merecía. Estar con Jungkook, un chico tan atento y que enserio lo hacía sentir bien, parecía ser algo que estaba prohibido en su vida. El lo hubiese hundido, era un mar de problemas y Jungkook necesitaba alguien que pudiese hacerlo feliz sin drama de por medio.

Aún así no podía evitar desear verlo una última vez.



      ( ✧ )   



Nota: Tercer día actualizando, FIREEEEEEEEE OOEEEOOOO. Okno, pero un fin de semana sin tener que estudiar (aunque igual lo hice) se celebra escribiendo. Eso, disfruten el capítulo y los amo mucho, baaai.  

  

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro