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007.

– Perdón, perdón, perdón.

Jimin estaba sentado en la cama de Iseul mientras esta última caminaba nerviosa de un lado a otro pidiendo disculpas por su horrible interrupción. A decir verdad más que enojado Jimin se sentía divertido con la reacción de su hermana mayor.

– Debería ahorcarte por interrumpir una de las mejores mamadas que he dado en mi vida.

Iseul se tapa la cara con las manos, ella era más reservada con esos temas, de los dos hermanos Park pareciera que Jimin se llevo toda la personalidad.

– Lo siento, enserio –seguía repitiendo Iseul– puedo irme a dar una vuelta si quieres.

– No te preocupes, ya hiciste que entrara en pánico. Aunque te fueras no va a querer hacer nada.

– ¿Acaso tiene trece? –Iseul alzó una ceja.

– Dieciséis –corrigió Jimin– pero es bastante... Demasiado... Tímido.

– Jamás pensé que te gustarían los callados, la ciudad te esta cambiando.

Jimin sonrío y se acerco a brindarle un suave empujón. Le gustaba llevarse de esa manera con su hermana, al fin y al cabo, era su única familia.

– Pediré una pizza, ¿por qué no invitas a tu amigo para que se quede a comer?

– Nunca los invito a comer, lo sabes.

– Tampoco te gustaban los callados, podrías empezar a hacer cosas nuevas.

Diciendo eso su hermana salió de la habitación dejando solo a Jimin con sus pensamientos. Quizá Iseul tenía razón, quizá debería empezar a hacer cosas distintas... Aunque tendría que ignorar el hecho de lo caliente que estaba después de su encuentro con Jungkook.

Hablando de eso lo tenía solo en su habitación.

Se levantó perezosamente de la cama para luego caminar hasta la otra recámara. Cuando abrió la puerta pudo ver a un Jungkook perdido mirando el techo como si el secreto de la vida estuviese ahí. Toco tres veces para llamar su atención, Jungkook alzó la mirada y sus mejillas cambiaron de color (cosa que era muy común en el).

– ¿Tú madre está molesta porque estoy aquí? –le pregunta en un susurro.

– Es mi hermana mayor y no, a ella no le importan estas cosas.

– ¿Ósea que sabe? –Jungkook palideció haciendo pensar a Jimin que se desmayaría en cualquier momento

– Mi cara de "estoy cachondo y me interrumpiste" me delató, lo siento.

Jungkook tomó una de las almohadas que Jimin tenía en la cama y se la puso sobre la cara para ocultar lo avergonzado que se sentía. Por su parte Jimin lo observaba desde una esquina diciéndose a sí mismo que tenía mucho trabajo por delante con ese chico.

– Creo que debo irme –dijo Jungkook con su voz siendo bloqueada gracias a la tela del objeto.

– Mi hermana está pidiendo una pizza así que tendrás que quedarte.

Jimin avanza hasta el escritorio donde toma la silla para sentarse al revés sin despegar la mirada del menor. Jungkook era todo un enigma para el, con aquella inocencia desbordando por su cuerpo no le hacía las cosas fáciles para lograr su objetivo.

– ¿A ella no le molestara?

– Ella me dijo que te invitara.

Jungkook asiente y se levanta de la cama dejando en su lugar la almohada que había tomado.

– ¿Donde está el baño?

– En el pasillo, la única puerta en la derecha.

Jungkook asiente y sale de la habitación. Apenas la puerta se cierra Jimin saca su teléfono del bolsillo para poner los números "69" como marcación rápida y esperar hasta que se escucho una voz al otro lado de la línea.

– Dime que llamaste porque ya follaron y me contaras todos los detalles –la voz de Yoongi se escuchaba un tanto adormilada, Jimin revoloteo los ojos cuando recordó que su mejor amigo era un flojo de primera.

– Le di una mamada y ni siquiera pude terminarla porque Iseul llego a la casa.

– Al menos tuviste la decencia de detenerte, estoy orgulloso de ti, eres una zorra con modales después de todo.

– Cállate y dame un consejo.

– Te escucho.

– ¿Como puedo acelerar las cosas? El chico me está costando un poco más de lo que creí.

– Jamás pensé que la reina de las zorras me pediría consejos a mí un simple plebeyo... ¿Ya intentaste restregarte y mostrarle los encantos de tu trasero?

– En el baño y se espantó.

– ¿Qué le pasa a ese chico?, cualquier hombre con pene se dejaría llevar por las hormonas.

– El es muy distinto... Demasiado y para colmo está enamorado.

– Ay no, Jimin. No me digas que estás haciendo lo que creo que estás haciendo.

Yup, no quería decirle a Yoongi que trataba de ayudar a Jungkook con su conquista para tener un pretexto y engatusarlo.

– ¡Es una buena idea!

– Es una pésima idea y lo sabes. ¡El chico va a estar pensando en alguien más cuando esté contigo! Seremos zorras pero no llegamos a ese nivel.

– Está muy bueno...

– ¡No importa si está bueno! –gritó Yoongi– Aborta la misión.

En ese minuto la voz de su amigo es interrumpida por Jungkook que entra a la habitación sonriendo así que Jimin alejo el teléfono de su oreja.

– Tú hermana dice que ya llegó la pizza.

– Baja tú primero, debo terminar esta llamada.

El chico asintió y volvió a cerrar la puerta. Jimin no pudo evitar pensar que se veía muy tierno con su cara mojada que seguramente estaba así porque trató de de que sus mejillas coloradas volvieran a su estado normal. Acercó el teléfono de nuevo a su oreja.

– Debo irme, llegó la pizza.

– ¡Lo escuché! –Yoongi volvió a chillar– ¡Aborta esta misión suicida!

– Te hablo más tarde.

– Jimin...

Pero corto la llamada para no seguir escuchando. No era la gran cosa, Jimin solo quería demostrarle a Jungkook que el podía complacerlo mucho mejor que aquella virgencita de la escuela.

Bajo las escaleras para encontrar a Jungkook conversando animadamente con su hermana en la mesa de la cocina.

– Hasta que bajaste, Minnie –habló Iseul– te estuvimos esperando para empezar.

– Estaba hablando con Yoongi –contestó el rubio sentándose entre ambos– y veo que no es necesario presentarlos.

– Jungkook ya lo hizo el mismo, es un caballero.

El nombrado sonreía enternecido mirando hacia abajo. Si Jimin pudiera se lo llevaría de vuelta a la habitación en ese instante para terminar lo que habían empezado hace unas horas.

– ¿Van en la misma clase? –interrogó su hermana.

– Compartimos Historia solamente –responde Jungkook bajito.

– Eso es genial. Esa es la asignatura favorita de Minnie, en su otra escuela tenía las calificaciones más altas.

Jimin enserio quería desaparecer del planeta en ese instante mientras la mirada sorprendida de Jungkook estaba sobre el. Al parecer su jueguito de necesitar un tutor no le duró lo que esperaba.

– No exageres, Iseul –dijo tratando de disipar el comentario de su hermana.

– No seas modesto, ¡adoro que mi hermano sea un cerebro yo en Historia!

Enserio quería ahorcar a su hermana en ese minuto, ¿alguien sabe cómo ocultar un cuerpo?

– Iseul...

No sabe si fue cosa del destino pero en ese instante el teléfono de su hermana comenzó a sonar.

– Es de la oficina –dijo apenas vio la pantalla– debo contestar. Ustedes sigan comiendo no sé cuánto tardaré.

Iseul se fue y Jimin deseo con todo su corazón convertirse en una cucaracha para salir corriendo de ahí sin ser visto. Para su mala suerte Jungkook estaba ahí con sus dos cejas alzadas en forma desaprobación.

– ¿Así que no tienes problemas en Historia?

– Fue una mentirita piadosa.

Jungkook lo miro negando la cabeza, a leguas se podía notar que estaba enojado.

– Entonces todo fue un juego, tú no querías ayudarme –susurra el castaño– mejor me iré.

Jungkook se levantó y con ello se iba a ir la oportunidad de Jimin de en algún momento acostarse con el. Si no actuaba rápido el chico tierno de la clase se iría para nunca volver a hablarle. Rápidamente se levantó para bloquear su puerta de entrada.

– No te vayas, Jungkook –dice– puedo explicarlo... Tengo una razón.

– ¿Y cuál sería esa?

Jungkook estaba cruzado de brazos frente a él y Jimin sabía que si decía lo que tenía pensado no habría marcha atrás.

– Porque me gustas –mintió descaradamente.

Jungkook abrió los ojos sorprendido y aunque ya había visto varias veces esa expresión desde que lo conoció a Jimin no podía dejar de parecerle tierno.

– ¿Enserio?

El rubio sabía que era cruel jugar con eso pero no iba a preocuparse ya que Jungkook estaba enamorado de la hija del Director. Al menos con su declaración todavía tendría la oportunidad de conseguir lo que quería.

– Ajá –contestó– y quería pasar tiempo contigo pero no se me ocurría como.

Trató de no mirarlo de forma directa a los ojos, si lo hacía de seguro se daría cuenta de que estaba mintiendo descaradamente.

– Pero yo... Lo siento, Jimin. No soy gay.

– ¡Lo sé! Y no quiero molestarte, por eso no había dicho nada.

– Pero dijiste que sólo querías tener... –bajo la voz– sexo conmigo.

– Solo era una pantalla para que así no te dieras cuenta de mis sentimientos...

Jungkook dio un paso hacia atrás como si estuviese pensando en que decir. La verdad es que Jimin no pensó que le caería tan mal a noticia por lo que se sintió algo ofendido.

– No puedo corresponderte... Lo siento.

La voz de Jungkook era queda mientras daba la vuelta por el lado de Jimin y tomaba la perilla de la puerta con su mano derecha.

– Jungkook –le llamo Jimin haciendo que este girará la cabeza– se que no eres gay, lo tengo claro. Pero quiero compensarte por hacerte perder tu tiempo como tutor.

– No tienes que hacerlo...

– Pero yo quiero hacerlo. Eres un buen chico, deberías estar con la persona que te gusta.

– ¿De qué hablas?

– Quiero seguir con nuestro acuerdo para ayudarte a conquistar a Hani.

Sí, Jimin se estaba ahogando a sí mismo en una enorme mentira pero parecía estar dispuesto a todo con tal de conseguir lo que quería.

– No sé si sea buena idea...

– Por favor, Jungkook. Enserio me gustaría verte feliz.

Y fue ahí que dio cuenta de que Jungkook estaba considerando la posibilidad. Jimin se mordió el labio tratando de que no se le formará una sonrisa ladina en el rostro.

– ¿Estás seguro...? –le preguntó el menor.

– Claro que sí. Seguiremos el plan, te enseñaré todo para que la chica caiga a tus pies y si me permites... Te enseñaré todo los trucos que se.

No sabía si Jungkook entendería lo que trataba de decir pero no se apuraría en aclararlo.

– Yo... Quizá necesite tu ayuda.

Por dentro Jimin saltaba de felicidad porque sus planes no se habían arruinado y podría seguir con su estrategia para conseguir que Jungkook pasase por su cama... O algún sofá, quien sabe.

– Gracias, Jungkook. Ya verás que todo saldrá bien y Hani será tuya.

– ¿Tú crees?

– Te lo podría dar hasta firmado si quieres.

Jungkook sonrió ante la frase. Jimin estaba seguro de que lo único que te le faltaba a ese chico con sonrisa de conejo era más confianza en sí mismo.

– De todas formas... Debo irme –susurró el menor.

– Entonces te veo en la escuela...

Jungkook sonrió y abrió la puerta mientras Jimin lo miraba atento. Ahora sí que tenía que usar todas sus estrategias de zorra para que el menor cayera en sus brazos... O en su culo.

– Claro.

Y antes de que Jungkook saliera este se dio vuelta para depositar un casto beso en los labios de Jimin.

Eso no se lo esperaba.

– Eres lindo, Jimin... Pero me gusta Hani... Espero que seamos amigos.

No dijo nada más, tan solo se fue dejando a Jimin paralizado en la entrada.

Cuando Iseul vio a su hermano viendo hacia la nada con la puerta abierta se asusto y pensó que le había pasado algo.

– ¿Qué tienes, Jimin?

El rubio la miro porque no sabía cómo explicar lo que había pasado hace tan solo unos segundos y tampoco quería admitir en voz alta que le había afectado.

– Me dio un beso... Uno de esos que se dan los niños pequeños donde apenas rozan los labios.

Dijo eso y subió a su habitación dejando a Iseul más confundida que nunca.

Jimin estaba jugando con fuego e iba a quemarse.

{ ♡ }

Nota: LO SIENTO POR DEMORARME PERO AÚN ES SÁBADO SJDKSJ ya, hoy fue un día de locos y hasta tuve una entrevista de trabajo;-; ajsksk bueno, eso, la próxima actualización será el martes/miércoles, el tiempo no está de mi lado últimamente:( Ah, mañana hay maratón de Sr. Payaso por Halloween🌚 Eso un beso y haga la próxima actualización

Alabemos a nuestra pasiva:

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