006.
Habían muchas cosas que Jimin no comprendía de este mundo. La primera era como los pulpos se aparean (una pregunta que se hacia sí mismo cada vez que su mente divagaba), otra sería por qué el cielo es azul y el pasto verde... Algo idiota pero que le formaba dudas. También se preguntaba cada día por qué todo junto se escribe separado mientras que separado se escribe todo junto. Muchas dudas pero nunca pensó que su mente llegaría a formular aquella...
¿Por qué Jungkook no estaba excitado?
Ya, tenía que hacer un resumen de lo que había pasado durante la hora que estuvieron juntos en su habitación después de preguntarle al castaño si alguna vez había visto porno.
– ¡Claro que no! –había gritado Jungkook– ¿por qué lo haría?
– Porque eres un adolescente normal con hormonas –le respondió Jimin sonriendo lascivamente– pero me alegra saber que te acompañaré en tu primera vez.
Si, aquello lo había dicho con doble sentido pero Jungkook parecía solo estar preocupado por hecho de que Jimin ya se encontraba buscando enlaces de alguna película que pudiesen ver.
– No entiendo de que me sirve ver pornografía contigo –soltó casi enojado y Jimin revoloteo los ojos.
– Me hubiese gustado a mí mismo enseñarte, pero no tengo vagina.
Jungkook se ruboriza en el mismo momento en que Jimin hace click en un video y este comienza a reproducirse.
Jimin estaba atento a cada movimiento que Jungkook pudiese hacer, quería saber que cosas le gustaría hacer al castaño y así cuando tuviese la oportunidad le demostraría a Jungkook que un hombre podía complacer igual de bien a otro como lo haría una mujer. Jimin era bastante inteligente y eso le ayudaba cada vez que quería andar de zorra.
El problema de su plan es que en ningún momento Jungkook se excito.
La película que había puesto se trataba de un repartidor de pizza el cual llegaba a la casa del pedido y la mujer que lo atiende dice que no tiene dinero para pagarle, pero que podría hacerlo de otra manera. Jimin rodó los ojos por el argumento cliché pero pensó que funcionaría ya que Jungkook nunca había visto esas películas y no le diría nada por la mala actuación.
Ya cuando el filme comenzaba a subir de tono pudo oír cómo Jungkook tragaba saliva así que fue directo a mirar sus pantalones para ver si alguna erección se asomaba, pero no, todo seguía igual.
La película siguió su transcurso y Jungkook parecía aburrido. Ahí Jimin comenzó a preocuparse, hasta el estaba un poco excitado al ver al actor. Era normal que todos los hombres se excitaban de forma fácil pero parecía que Jungkook no quería cooperar.
– ¿Quieres que ponga otra? –le preguntó Jimin, quizá el argumento cliché no le había gustado a Jungkook.
– Está bien.
Nuevamente busco una película y esta vez un tanto fetichista. Cuando la nueva porno comenzó Jungkook parecía más incomodo de lo normal, y entre cerraba los ojos cuando el tipo le proporcionaba una nalgada a su co-estrella. Jimin no podía creer que la inocencia o infantilidad de Jungkook llegaba hasta ese nivel, el chico tenía dieciséis años y no se le paraba con una porno de buena calidad.
Rendido pauso el video para luego mirar a un sonrojado pero incómodo Jungkook.
– ¿Aprendiste algo? –le interrogó.
– ¿A las mujeres les gustan las nalgadas?
– Es un juego tipo dominante y sumiso, no a todas les gusta pero si lo haces de forma correcta sirve para que las cosas sean más interesantes.
– ¿Tú haces eso?
– ¿A alguien?, no –Jimin se ríe– pero si he dejado que lo hagan conmigo.
– ¿¡Dejas que te golpeen?! –la pregunta de Jungkook fue un grito que solo logró que la risa de Jimin se transforma en una carcajada.
– No funciona así, Jungkook, enserio.
– Yo lo vi... El tipo golpeaba a la mujer.
– Y ella lo disfrutaba, ¿viste esa parte?
Jungkook frunció el ceño más no dijo nada, mientras que Jimin se preguntaba a sí mismo en que se había metido y es que no entendía como el castaño podía estar tan desinteresado por la vida sexual. ¿Acaso sufría de disfunción eréctil?, no creía ya que se le había parado cuando Jimin restregó su trasero contra su entrepierna.
En el cerebro de Jimin se iluminó una ampolleta.
– Veremos el último, ¿ya?
– No quiero, Jimin...
– Este te gustará, lo prometo.
Y sin escuchar las demás protestas del chico salió de la página en que se encontraba para buscar una que él conocía bastante bien. Sabía exactamente que video elegiría, estaba seguro de que a Jungkook se le pararía con este.
Jimin dio click y el video comenzó. La verdad es que no había una historia en concreto como en el primero, tan solo mostrabas como dos chicos se encontraban en una cabaña y luego comenzaban a dejarse llevar por la lujuria.
Ajá, puso porno gay.
– ¿Jimin? –escucho el llamado de Jungkook pero no le contesto.
A decir verdad el video que había puesto era una de las mejores pornos que conocía. No era tan sucia como se pensaría pero si era jodidamente excitante. Cuando vino la parte en que los actores se restregaban desnudos el uno contra el otro vio de reojo a Jungkook quien tenía las mejillas muy rojas y el labio semi abierto, esa era una buena señal así que fue bajando la vista hasta sus pantalones donde encontró lo que había estado buscando.
A Jungkook se le había parado.
Y verlo ahí tan tímido, con sus ojos sin poder despegarse la pantalla hicieron que la zorra que Jimin llevaba dentro despertara como si hubiese dormido durante años. Sin controlar sus movimientos se acercó al cuello de Jungkook para empezar a dejar pequeños besos húmedos en este.
Pudo sentir como la respiración del chico se aceleró.
Los gemidos del video estaban de fondo y Jimin sonrió mientras seguía con su trabajo. Mientras más lento movía sus labios podía ver cómo la ereccion que tenía Jungkook en sus pantalones iba creciendo. Jimin ladeó la cabeza para así lograr pasar esta vez su lengua sobre la piel sensible del chico. Jungkook tenía los ojos cerrados y eso solo lo hacia verse mucho más inocente de lo que ya era.
Ambos estaban sentados en la cama y Jimin fue quien empezó a empujar suavemente para que se recostaran pero cuando lo hizo Jungkook se hizo a un lado bruscamente.
– ¿Qué haces?
Jimin se muerde el labio.
– Tratando de quitarte un poco de inocencia.
Jungkook lo miro sin decir nada, tan solo se limitó a asentir de forma tímida dándole permiso a Jimin para que siguiese con lo que estaba haciendo. El mayor sonrió gustoso.
Lo primero que hizo fue poner una mano en el pecho de Jungkook y empujarlo suavemente hasta que quedara acostado en la cama. Ahí se puso sobre sus rodillas para lograr tener una mejor vista del chico. Jungkook parecía asustado pero las venas que en su cuello se marcaban más el bulto en sus pantalones demostraban que además de eso estaba igual de caliente que Jimin. El mayor se aprovechó eso y con cuidado comenzó a quitar la camiseta que Jungkook traía ese día. Apenas vio lo que escondía ese pedazo de tela su pulso se aceleró y abrió sus ojos de par en par.
¿COMO ERA QUE UN CHIQUILLO PODÍA OCULTAR UN CUERPO TAN TONIFICADO Y UNOS ABS QUE HARÍAS QUE LA REINA DE INGLATERRA SE DESMAYARA?
Jimin se había sacado el premio mayor.
– ¿Ejercitas? –le preguntó a Jungkook.
– Juego basquetbol....
Claro, el chiquillo era deportista, con razón podía tener semejante cuerpo. Y pensar que Jimin tenía que estar ejercitándose constantemente para poder mantener el suyo, no podía evitar tenerle un poquito de envidia al castaño.
Trató de alejar esos pensamientos de su cabeza y siguió con lo que estaba haciendo.
Beso nuevamente el cuello de Jungkook para luego ir bajando con suavidad por su clavícula hasta su abdomen. El castaño solo suspiraba y se movía gracias a el placer que estaba sintiendo de parte de los labios de Jimin. El mayor se sentía victorioso al ver a Jungkook así, a pesar de que parecía un chiquillo de trece que se masturbaba por primera vez, no podía dejar de ser atractivo.
Jimin siguió su camino y cuando llego más allá del ombligo de forma experta desabrocho los pantalones que Jungkook llevaba para ver los bóxers azules que este se había puesto. Tuvo que morderse el labio para no llegar y atacar el miembro del chico, si quería que soy funcionará debía hacer todo más lento o si no el menor se espantaría. Así que lo primero que hizo fue acariciar la hombría de Jungkook por sobre la tela.
El castaño tenso sus músculos.
– Relájate –susurró Jimin– te va a gustar.
Con esa frase metió su mano por debajo de la tela y llevó su pulgar hasta el glande del menor para comenzar a masajearlo suavemente logrando que Jungkook estirara su cuello hacia atrás gracias a las sensaciones que le provocaba aquel tacto.
Se veía muy apetitoso desde donde Jimin estaba.
Envolvió sus dedos en el miembro de Jungkook para comenzar a estimularlo de arriba hacia abajo. Al principio empezó con un ritmo lento, casi tortuoso para el castaño quien estaba mordiéndose el labio como si evitará los gemidos, eso a Jimin no le gusto ni un poco porque quería que Jungkook le rogase que empezara a hacerlo más rápido.
– Jimin... –escucho que decía mientras el seguía moviendo su mano lentamente.
– ¿Jungkook?
El chico le mira y se muerde el interior de la boca de forma nerviosa.
– ¿Po-podrías... Ir más rápido?
No sabía si fueron los ojos de perrito que Jungkook puso o si fue la voz de animal herido, pero Jimin se volvió loco con aquella tierna escena y comenzó a masajear el miembro de Jungkook mucho más rápido. Su mano subía y bajaba haciendo pequeñas pausas para estirar el cuero totalmente hacia atrás, ganándose temblores del placer de parte del menor. Ver al chico así de entregado hizo que Jimin pensara en hacerle algo más que un simple handjob.
Así que sin previo aviso metió el miembro de Jungkook en su boca.
– ¡Ah! –gritó de placer el castaño al sentir la húmeda lengua de Jimin en contacto directo con su hombría.
Jimin sonrió y comenzó estimular el glande de Jungkook con su lengua sin dejar de mirar las caras este ponía. De verdad que Jungkook llegaba a enfermar de lo tierno que era, aunque estuviese con la boca abierta y con el sudor corriendo por su frente se veía igual de inocente que siempre.
Jungkook estaba respirando de forma entrecortada antes de que Jimin comenzara a simular embestidas contra su propia garganta haciendo que el castaño perdiese la última gota de cordura que le quedaba en el cuerpo. Jimin se sentía muy caliente, el hecho de ver a Jungkook convertido en un desastre gracias al placer que le brindaba era algo impagable.
– Ah... Jimin –le llamo el menor y este lo miro– Creo... creo que...
Lo que Jungkook trataba de decir era que se iba a correr en cualquier minuto, lástima que Jimin no le entendió y que tampoco podría hacerlo.
– ¡Llegue a casa, Minnie! –se escucho que decían desde el primer piso. Jimin sacó el miembro de Jungkook de su boca y ambos se miraron sin saber qué hacer.
Por dentro el mayor no podía hacer otra cosa que maldecir a su hermana por llegar en el momento más inapropiado de la historia.
{ ♡ }
Nota: Me iré al infierno por escribir estas cosas... Así que las veo allá, yo llevo las patitas 😈
Gracias por el apoyo hacia este ff que según algunas es aburrido pero de todas formas escriben críticas de ella y me siguen para estar atentas a las actualizaciones (?) ajdkskkaa, sorry, debía decirlo.
Próxima actualización el sábado, pequeñines. Eso es todo, un beso💖
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro