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018.

El sexo era como hacer ejercicio. Si te gustaba hacer sentadillas tendrías un punto a favor cuando llegase el momento y eso era lo que Jimin estaba usando.

No sabía cuanto tiempo había pasado, apenas tenía claro que seguía siendo el mismo quien recibía las estocadas de Jungkook a ritmo tortuoso. Este era el tercer round y parecía que ninguno de los dos estaba dispuesto a levantar la bandera blanca para detenerse.

Ya no estaban en la cama como habían empezado. Ahora estaban en la silla del escritorio, con la espalda de Jimin pegada al pecho de Jungkook y las manos de este último aferradas a sus caderas como si su vida dependiese de ello. El rubio movía su pelvis en círculos mientras se ganaba gemidos sucios de parte del menor, le encantaba saber que el era capaz de volver loco a Jungkook.

Solo había una problema saliendo a flote entre ellos y era que sin importar lo caliente de la situación o lo sucias que eran las intenciones de sus palabras, lo que estaban teniendo no era un maratón de sexo desenfrenado, al menos no para Jimin.

Lo podía notar en los labios de Jungkook besando su espalda con suavidad, también cuando el mismo buscaba contacto y el menor siempre estaba dispuesto a mimarlo con caricias aunque el momento fuese caliente. Sabía que estaba firmando su sentencia de muerte, Jimin podría hacerse adicto al tacto de Jungkook si no tuviese aquella sensación pesada en el pecho diciéndole que al final todo era una ilusión y las cosas eran muy distintas a lo que el imaginaba. 

Trataba de hacer la sensación a un lado para disfrutar de todo el placer que le inundaba. Su culo ardía pero a la vez deseaba mucho más contacto, sobre todo cuando Jungkook lograba tocar su punto sensible. De la boca de Jimin se escapaban los jadeos más sucios que se podrían escuchar y a veces, cuando las sensaciones lo abrumaban era capaz de gritar el nombre de Jungkook sin importarle si sus vecinos lograban escucharlo.

Las estocadas eran más certeras y Jimin sabía que no duraría mucho más en esa situación al igual que Jungkook. Movió sus caderas con más decisión, sacando fuerza de donde no tenía a pesar que las piernas le temblaran y no tuviera donde sostenerse.

Al parecer Jungkook lo notó y entrelazo sus dedos para darle un pequeño soporte.

Eran detalles tan pequeños como ese que lograban que el corazón de Jimin se acelerase de forma tan estrepitosa haciéndole pensar que en cualquier momento le vendría un ataque cardíaco. No tenía idea de si Jungkook era consciente de lo que ese pequeño tacto podía lograr en el, pero si así era no entendía por qué deseaba verlo tan débil y expuesto. Porque sin importar lo zorra que fuese, sin importar su maldito pasado y sin importar nada en realidad, Jimin jamás se había sentido tan descubierto como allí, en los brazos de Jungkook.

– Jiminnie...

No sabía de donde había salido aquel apoyo cariñoso. Pero durante su intenso jugueteo a Jungkook se le había escapado de la garganta un par de veces. A Jimin le encantaba, es más, se esforzaba en llevar al menor al límite para escuchar ese apodo solamente. Era roconfortante y le hacía sentir como un chico bonito.

El orgasmo comenzaba a abrazar a Jimin de forma desesperada haciéndole perder la cordura. Apretó con fuerza la mano de Jungkook mientras este hacía lo mismo pero con su cadera. Juntos entre jadeos y falta de aire se corrieron, dando por finalizado el tercer round. 

Definitivamente había sido un empate.

Jimin cerró los ojos disfrutando de sus músculos entumecidos y la agradable paz que traía consigo el exquisito orgasmo. Seguían con sus manos entrelazadas mientras Jungkook le hacía cariño en los nudillos. Fue allí cuando Jimin pensó que si quería olvidar a Jungkook después de eso sería como atravesar el mismísimo infierno.

A pesar de que estaban exhaustos Jimin hizo el ultimo esfuerzo para levantarse y sacar el miembro de Jungkook de su ser. El semen escurrió entre sus piernas y sin importarle menos se subió a su cama con la cara pegada a la almohada. Estaba tan exhausto que apenas podía recordar su nombre.

Luego de unos cinco minutos Jungkook le acompaño, poniendo cuidado de no molestarlo se recostó a su lado con respiración tranquila y una mano posada en la espalda de Jimin. El mayor no era capaz de levantar la mirada, su mente estaba demasiado confundida como para poder enfrentar a Jungkook ahora, así que siguió en su posición tratando de olvidar que tenía a un mocoso desnudo a su lado.

Era en ese momento en que Jimin se sentía perdido sin entender como habían llegado hasta allí. Le gustaba sentir a Jungkook suyo, pero en sus pensamientos estaba la idea vibrante que quizá esas caricias no le pertenecían, tan solo eran prestadas. Porque Jimin no podía dejar de imaginar que en la mente de Jungkook estuviese la imagen de Hani en vez de la suya. Y eso, señores, le dolía como una daga clavada justo en los sentimientos.

Fue idiota por haber llegado hasta ese punto. Había empezado a creer que después de que se acostara con Jungkook perdería el interés de inmediato, que no sería algo tan fabuloso como el pensaba. Pero al parecer el remedio fue peor que la enfermedad, porque ahora Jimin no quería separase del menor.

Se sentía muy idiota.

– ¿En qué piensas? –Pregunta Jungkook sacándolo de sus pensamientos como un balde de agua fría.

– En que eres un virgencito con mucho aguante.

Quería que la broma aligerara el ambiente pero eso solo le ayudo a dejar ver la angustia que sentía en ese minuto a través de su voz. Jungkook comenzó a acariciarle la espalda, dejando en claro que no podía engañarlo aunque se esforzara pero guardando silencio. Jimin le agradeció en su mente porque enserio no quería enfrentarse a los cuestionamientos del menor.

No tenía idea de cuanto tiempo estuvieron así, pero de a poco pudo sentir como la respiración de Jungkook se calmaba avisando que se quedaría dormido.

Jimin sentía miedo ahora, de lo que pasaría una vez que el despertara o cuando el nuevo día llegara. No sabría si sería capaz de soportar ver a Jungkook marcharse cerrando de forma definitiva las puertas que decían "¿Qué hubiese pasado sí?"

Estuvo a punto de ponerse a llorar cuando un somnoliento Jungkook estiro sus brazos atrayendolo como un imán. Jimin, quien estaba con la cara hundida en la almohada, ahora miraba los ojos cerrados del chico, aguantando las lagrimas que amenazaban de forma incesante empapar su cara.

– Lo siento, Jiminnie.

El mayor quiso preguntar a que se refería pero no pudo al ser apresado por los labios de Jungkook que se movían suavemente sobre los propios. Era difícil concentrarse cuando hacía eso, Jimin podía olvidar todo si Jungkook le besaba constantemente.

Esta vez las cosas fueron lentas, tan delicadas como el pétalo de una flor. Jungkook se posiciono sobre Jimin pero más que buscar el acto sexual se dedico a repartir besos desde la cara del mayor hasta sus clavículas. Jimin mordió su labio inferior porque si antes sentía que iba a llorar ahora el corazón se le estaba rompiendo porque quería más de Jungkook, más de lo que el chico podía ofrecerle.

Jimin tomo con sus manos la cara de Jungkook deteniendo sus caricias.

– Una última vez –le rogó–, por favor.

Un asentimiento por parte del menor y el proceso comenzó nuevamente pero esta vez de manera tan dulce que Jimin se sentía el ser más indefenso del universo. Jungkook le beso hasta la sombra, lo abrazo y preparo con ternura. Sus miradas mantuvieron conectadas tanto tiempo que Jimin llego a pensar que quedaría ciego por la intensidad. Había tanto atrapado en su garganta y en su pecho que enserio se volvería loco.

Besos, caricias, dolor y gemidos. Cuando Jimin sintió que Jungkook lo penetraba dejo que su alma se saliera de su cuerpo, disfrutando por última vez la unión que compartían en ese minuto. Jungkook escondió su cara entre el hombro y el cuello del mayor mientras comenzaba con las embestidas tortuosas, no quería mostrar todo lo que sentía en ese minuto y Jimin tampoco era capaz de mirarlo.

Tomarse de las manos se había vuelto en el soporte más seguro que tenían y Jimin lo buscaba a cada momento. Sus manos eran pequeñas en comparación a las de Jungkook y cuanto las entrelazaban los dedos del menor podían cubrir los suyos por completo. Le gustaba porque Jimin estaba acostumbrado a ser el dueño de la situación siempre, se negaba a mostrarse débil frente a la gente pero por primera vez encontró consuelo en dejarse cuidar por alguien más. Jungkook parecía querer cuidarlo o eso era lo que Jimin deseaba ver tan fervientemente.

Estocada directo a la próstata y el grito del mayor escapando de su propia garganta.

– ¡Jungkook!

Ardía pero no solamente lo físico. Ardía el hecho de que era una especie de despedida y Jimin no era lo suficientemente fuerte para soportarlo. Ardía porque había descubierto sus sentimientos por Jungkook pero no tenía oportunidad con el. Ardía porque el chico estaba enamorado de alguien más y el fue muy idiota como insistir de todas formas.

En un momento se miraron, cuando supieron que ya quedaba poco. Los ojos oscuros de Jungkook se mezclaron con los de Jimin como un torbellino, el ritmo aumentaba y el orgasmo se acercaba peligroso.

– Dime algo –pide Jungkook.

Jimin no tenía idea a que se refería pero en ese momento... Lo único que quería decirle era que lo quería y mucho. Sabía que era una locura pero eso era lo que su corazón gritaba desde que abrió la puerta ese día y era lo único que aún no había salido de sus labios.

– Yo...

En ese momento Jungkook propina una estocada tan certera que Jimin se deshace en un orgasmo mucho más grande que los anteriores, liberándose en el abdomen de Jungkook. Aunque abrió la boca para gritar muy fuerte "Te quiero" fue como si las palabras se le atascaran en la garganta gracias al miedo.

Simplemente no pudo.

Jungkook también llego al orgasmo en silencio para luego recostarse a su lado, haciéndolo sentir vacío nuevamente. Tan solo deseaba que todo fuese diferente y que Jungkook pudiese corresponder a sus sentimientos, pero no, no era así.

Se durmieron con un aire de tristeza rodeándolos en la habitación.

• • • 

Esa noche no se despertó gracias a un ruido fuerte o porque el frío le molestaba. Se despertó porque el cuerpo que dormía a su lado se había levantado y empezado a vestirse en silencio, rompiéndole el corazón.

Jimin no abrió los ojos pero podía escuchar como Jungkook buscaba sus cosas dispuesto a irse y eso le hacía querer llorar. Sabía que lo que sea que había pasado entre ellos se terminaría cayendo la noche y hubiese preferido estar durmiendo cuando eso sucediera en vez de fingir hacerlo. Dentro de si mismo no podía evitar desear con todas sus fuerzas que algo le hiciera entrar en razón para que se quedase a su lado.

"Quédate, quédate, quédate."  Rogaba en su mente sin ser capaz de abrir los ojos y decirlo en voz alta.

Sintió como Jungkook estaba listo y se quedaba quieto quizá mirándolo. Por un segundo Jimin pensó que se había arrepentido, que se quedaría con el. Pero la alegría le duro muy poco porque sin un beso de despedida Jungkook abrió la puerta de la habitación abandonándolo para siempre.

Cuando la puerta de entrada se cerro Jimin comenzó a llorar.

  • • • 

Se sentía fatal pero se obligó a si mismo a levantarse de la cama para darse una ducha porque tenía el olor impregnado de Jungkook desde la noche anterior. El agua deslizándose por su piel lo calmo un poco pero no lo suficiente como para quitarle el dolor que le llegaba a entumecer los huesos. Jamás le habían roto el corazón de forma tan profunda y le tomaría un tiempo acostumbrarse a la angustia comprimida en su pecho.

Cuando salió del baño con unos pantalones cortos tipo deportivos y una camiseta holgada escucho a su hermana gritar:

– ¡Jimin, están tocando la puerta, abre tu que estoy ocupada!

Su corazón se le aceleró pensando que quizá podía ser Jungkook así que bajo corriendo hasta la entrada principal abriendo la puerta de par en par. Para su mala suerte el que estaba parado allí no era el menor como quería Jimin, pero eso no impidió que casi de desmayara del asombro.

¡GUESS WHO'S BACK, BACK AGAIN, YOONGI IS BACK, TELL A FRIEND! –canturreaba su mejor amigo con una enorme mochila en su hombro.

Definitivamente esa perra llegaba cuando más lo necesitaba.



[ ♡ ]



Nota: LLEGÓ LA PASIVA DE YOONGI A SOLUCIONAR LAS COSAS, BABES. Aquí les dejo un Lemon bien triste, espero que no me odien por eso. A todo esto...

¡MUCHAS GRACIAS POR LOS 50k! Dios, esto es demasiado, más de lo que merezco.

Esta historia crece de forma impresionante y no me lo puedo creer. Muchas gracias por todo el apoyo que me dan y las palabras bonitas que me dejan en los comentarios, porque sí, los leo todos.

Los amo mucho, gracias por todo esto. Hasta la próxima actualización.

Un gif de mi pasiva fav para ustedes como regalo:

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