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Capítulo 8

Alexia West.

Definitivamente Elliot se ganó algo de mi respeto, enfrentar de esa manera tan osada a Jacob Sanin y sobre todo darle un puñetazo es de bárbaros, por cierto la chica tiene una buena izquierda.

Cuando traté de sacar algo de información sobre lo sucedido Elliot solo me ignoró, por esto avancé hacía Jamie para indagar en este echo.

—Oye, creo que esto te servirá —dije pasandole  unas toallitas húmedas

—Mu...muchas gracias. —mencionó sonrosado.

—Si quieres te puedo ayudar —me ofrecí poniéndome a su altura de puntitas, si el chico hace rato estaba sonrosado, en este momento en el que le quitaba  un pedazo escurridizo de comida en su cabello estaba rojo  como un tomate.

Contuve una carcajada y me aparte rápidamente.

—¿Y bien? —formulé.

—¿A qué te refieres?.—dice rápidamente dándome una mirada.

—¿Cómo es que el estudiante mas aplicado del instituto terminó en dirección y oliendo a comida?

Parece que lo cogió de sorpresa mi pregunta. Eso hace que quiera saber  sobre el asunto.

—Lo siento, pero es algo  personal —afirma evadiendo mi mirada.

Y esa señoras y señores fue la forma en la que te dicen que no seas metiche.

—Tranquilo lo entiendo. —respondo con una sonrisa en mi rostro—. Te veo en la biblioteca.

El chico parece aliviado por mi declinar.

—Ok.

Me doy la vuelta y camino hacía la salida, en eso mi amiga Lisa viene acompañada con sara y Roy.

—¿En donde estabas  a caso  me estabas engañando?. —exclama Roy con una mano en el pecho y mirada melancólica.

—Callate Roy no ves que la aturdes     —dice sara y tiene toda mi aprobación —. La volverás mas tonta.

—¡Auch!.

—Eso te lo mereces.

—Paren parecen niños. —reprocha Liza.

¡Ay! Mamá  Liza ya habló.

—A todas estas, mira que Elliot si se pasó un poco con lo que hizo.              —menciona  sara.

—Ese chico se merecía eso y mucho mas. —contradigo.

—Estoy totalmente de  acuerdo            —reflexiona Liza, dado que ella es la compañera de trabajo de Jacob—. Un tipo que se da ínfulas de mandón y bullinista  merece que bajen sus pies sobre la tierra.

Que Liza diga eso me sorprende, ella casi nunca opina sobre ese tipo de temas, ya que es una persona reservada. De seguro hizo algo para ganarse el desprecio de Liza, para que ella no tuviera reparos en  expresar su descontento sobre el asunto.

—Eso es cierto, tu lo dices solo por que te gusta ese chico con tan horrible personalidad, además sabes que no tienes posibilidades con un sujeto como él. —sugiere Roy a sara.

Ella se queda por un momento sería sin decir nada.

—Dejemos el tema, y mejor porque no  nos cuentas que hacías con el nerd.

—Sara no le digas de esa forma él se llama Jamie. —defiendo.

—Y hasta lo defiendes —suena indignado el moreno.

—Es mi compañero de trabajo, además no me gusta calificar a las personas por lo que hacen, nunca, es muy prejuicioso y ustedes no deberían hacerlo. —regaño.

—A mí ni me mires, que yo no e dicho nada. —se defiende Liza.

Luego de la mini pelea centramos nuestra atención en temas sin sentido, hasta que cada uno se tuvo que quedar   en sus casas, cuando llego a la mía mis padres no se encuentran, me han dejado un mensaje con el portero del edificio. Noto que no dejaron preparado el almuerzo, ya que salieron temprano, por ende no deben de tardar en llegar.

Rasco mi nariz pensando en que puedo hacer   de almuerzo. Al final de tanto pensar solo hice un sándwich  y  Jugo de guanábana en leche.

Subo a mi habitación y me cambio de ropa, escojo algo sencillo; unos vaqueros gastados una blusa de Marvel  y unos tenis.

Salgo de casa algo a trazada hacía la biblioteca, prácticamente corro toda la calle hasta el paradero de bus, cuando llego a la biblioteca afortunadamente solo ha llegado Jamie.

—Hola ¿como estas?. —saludo de manera efusiva.

—Hola —Solo se limita a contestar.

Él lleva un suéter negro y debajo una camisa blanca, su cabello castaño  luce húmedo y tiene una linea de sudor en su frente. Él parece darse cuenta de mi escrutinio y rápidamente sube las escalinatas del gran edificio antiguo.Yo solo me limito a seguirlo de cerca.

El edificio es grande y antiguo, probablemente tenga tres plantas, el piso es impoluto y  las columnas  me hacen recordar a Grecia. El vestíbulo es grande y tiene una decoración muy sobria, en el se encuentra  una barra grande y del otro lado una señora madura, es igual a todas la bibliotecarias a excepción de las gafas y que ella no es fea ni amargada, destila un aire de seguridad y  profesionalismo.

—Bienvenidos  —saluda educadamente con una sonrisa.

—Buenas tardes —digo—. Quiero hacer  un trabajo con unos compañeros que no se tardan en venir, por lo tanto como es la primera vez que vengo, quisiera  que me hiciera el grande favor de indicarme donde puedo encontrar una mesa para realizar el trabajo.

—Claro linda, sigueme.

—Por cierto soy Alexia. —sonrio presentándome.

—Que lindo nombre, mucho gusto Alexia me llamo Charlotte.

—¿Y usted hace mucho trabaja en este lugar? —pregunto con curiosidad.

—Solo hace algunos años, la verdad me encanta este trabajo, me gustan mucho los libros, sabes  en este lugar hay algo mágico, cada libro y pagina hacen que te trasportes a muchos lugares, es tan emocionante cuando sientes lo que lees, hace que te sientas viva esa es la labor de las emociones.

—Wow, es emocionante escuchar hablar alguien así, sabe muy pocos se expresan de esa manera tan apasionada por lo que hacen.

—Lo que pasa mi niña es que se lo toman como si solo fuera su trabajo, sin embargo es algo mas, sabes hay que disfrutar en todo momento lo que haces, amarlo, porque si no lo haces entonces de nada a servido todo lo que has echo, con el tiempo perdemos ese amor  por todo lo que pasamos como seres humanos, nuestra visión no es la misma como cuando estabas joven, el anhelo no es el mismo y las razones tampoco.

—Eso es cierto, muchas personas viven amargadas por que no era  lo que esperaban —reflexiono—. Es triste  que con los años y el tiempo  una persona  se deje influenciar  y cambie.

—En fin, hemos llegado. —anuncia Charlotte.

—Me gustaría algún día de estos seguir conversando. —señalo.

—Bueno a sido una buena charla, no vemos luego. —agrega despidiéndose.

La veo alejarse y pongo rumbo a donde se encuentra Jamie quién se ha adelantado. La sala es enorme hay muchas mesas, las estanterías están todas repletas de libros  e increíblemente todos están organizados  demanera casi perfecta, en la sala no hay ruido creo que si un cabello se cae de seguro se  escucharía, ya que no había mas  de nueve personas de diferentes edades, todos se ven muy  concentrados en lo que hacen. Jamie tiene un libro en sus manos, desde mi posición no alcanzo a mirar el titulo, se ve muy  concentrado, por instinto alza  con su índice las gafas que se le deslizan por  su nariz.

—¿De qué trata?. —indago.

Él levanta la mirada y solo me observa con sus labios apretados.

—Debe ser bueno para que  que estés lejos de este mundo —aseguro.

—Si es sorprendente. —se limita a contestar.

—¿Cómo se llama? —formulo, el  chico es muy reservado y tímido,  de seguro no le gusta hablar mucho.

—El verano del lobo rojo.

—Bueno, queda agendado en mi lista de posibles lecturas —expreso—. Por cierto compré el libro que nos toca resumir, estuve leyéndolo sin embargo, no entendí mucho, además utiliza un lenguaje muy estilizado y ambiguo. —informo  pasando una mano por mi pelo.

—No es complicado es solo que, puede ser algo pesado si no le pones la relevancia adecuada. —menciona.

—Suena tan fácil. —expreso con un puchero.

—El problema es que lo lees porque es tu deber, pero no porque te guste, mira el lado bueno y entenderás lo que digo.

—Wow hablaste mas de lo normal      —informo dando pequeños aplausos.

No dijo nada, solo sonrió.

—Vaya, parecen una pereja de novios muy pegajosa, —opina Elliot al llegar, quien  llevaba un atuendo algo extraño, unas botas color marrones tierra, unos jeens negros y un blusón manga corta de color vino.

El comentario me produjo cierta gracia, por lo tanto me ríe de boca cerrada. En cambio Jamie estaba rojo de la vergüenza,  y no puede resistirme a desordenarle el cabello con la mano.

—Ya, es solo un comentario. —aseguro con burla.

—Claro. —dice escueto.

—Ok, no viene para ver como ustedes dos se manosean . —Expresa sentándose a mi derecha.

—¡Oye! —exclamo ofendida.

—Por favor baja la voz. —me reprocha Morris.

Claro había olvidado el echo de que estábamos en una biblioteca.

—¡Ay! Eres tan predecible. —se burla Elliot.

¿A qué se refiere?.

—Bueno, bueno, comencemos.            —Expreso harta de sus burlas.

—¿Trajeron sus apuntes?. —indago.

Todos sacamos nuestros apuntes.comenzamos sin Breana por que sabíamos que no iba a venir, lo había dicho cuando nisiquiera nos miró.

—Como le comentaba a Jamie la verdad casi no entendí el libro, ya que está escrito en un lenguaje  muy ambiguo.

—En otras palabras el libro es de época. —interfiere Jamie.

—Bueno la verdad le eché un ojo cuando venía, pero me dio dolor de cabeza. —expresa Eris con una mueca de mal genio.

—Tienen razón, es complejo por que  casi nunca leen. —comenta Jamie.— Si me permiten esplicarles.

Las dos asentimos.

—Como ustedes ya saben, el protagonista del libro, es un tanto curioso, él quiere saber de donde viene y se embarca en una aventura con muchas trabas en el que cada día va perdiendo el norte al enterarse de la verdad, saben —hace una pausa—.  La verdad algunas veces es preferible no desenterrarla.

—sinceramente no sé que es lo que quiere el protagonista, parece que el saber de donde viene hacer que olvide quién es. —suelto depronto.

—Lo que creo es que solo necesitaba una escusa para irse de donde vivía con sus tíos y tener su ansiada libertad, pero el estupido no prevé que esto le traerá consecuencias, ya que  no es lo mismo, se siente solo y perturbado, por lo tanto quiere seguir su busqueda para no sentirse un fracasado  ante  a sus tíos. Lo que busca es ser aceptado, pero sabes si no se acepta como él es, entonces cuando descubra la verdad, ahí entenderá que solo fue un berrinche de niño inmaduro buscando encajar, sin embargo ya habrá perdido lo que tenía. —analiza Elliot.

Para ser alguien que no lee está muy buena su observación, parece que es una total caja de sorpresas.

—Tienes razón. —apoya Morris.

—Dijiste que no lo entendiste.               —menciono.

—Nunca dije eso, solo que me dio dolor de cabeza, por esto no pude continuar leyendo.

¡Ay, por  Dios! Esta chica por lo general nunca especifica ¿Cómo se supone que lo iba a notar si dio a entender todo lo contrario?.

—Al perecer la única perdida soy yo.   —exclamo con la boca fruncida y las cejas levantadas.

—Lo mejor es que tomes las palabras que no entiendes y busques su significado, para así poder avanzar. —sugiere Jamie.

—Ok, entonces como a mí me tocó entregar el resumen la clase pasada ¿quién lo entregará  la próxima clase?. —cuestiono.

—Yo lo haré. —responde Jamie con aparente voluntad.

—Bueno, ahora será mejor que resolvamos las preguntas y así te las entregamos para que las pases en computador. —sugiero con una sonrisa una vez solucionado todo.

El resto de tiempo la pasamos enfocados en el tema, Elliot solo se levantó y se fue sin dar explicaciones a nadie, supongo que esa es su personalidad y no hay nada que pueda  hacer. Así que solo quedamos nosotros dos.

—Jamie necesito que me hagas un favor. —ruego con un puchero mientras  salimos de la biblioteca

—Si puedo —aclara y guarda sus manos en los bolsillos del pantalón.

Siempre  tan hablador.

—Me puedes ayudar con la lectura del  libro. —expreso y veo que su cara se trasforma a una de desconcierto —. Lo que quiero decir es que lo podemos leer juntos para que me expliques, en realidad quiero hacer las cosas bien, por esto te pido por favor que me ayudes, y si tienes un problema puedo ir a tu casa, enserio me quedaré callada, solo por favor di que  si.

Creo que mis manos juntas y mi cara de suplica hizo su parte. Jamie  parece pensarlo.

—Esta bien —accede.

—Gracias  —digo efusiva, añadiendo aplausos y saltitos mi entras abrazo a Jamie en plena calle.

Él parece incomodo y lo noto, por esto me calmo y le regalo una gran sonrisa.

—Entonces nos vemos mañana             —recuerdo.

—Nos vemos. —se despide.

—Ok.




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