Capítulo 5
Breana Cooper.
¿Quién se creía esa estupida?.
Es increíble como me enfrentó de esa manera tan osada.
Sonrio al imaginar lo que podría llegar a hacerle.
¿Sin embargo que se hace cuando los súbditos se revelan? Se aplastan hasta que estas seguro de que no volverán a levantarse. Como cucarachas se pisan, se pulverizan.
Comienzas investigando todo de esa persona, analizandola y encontrando sus puntos débiles, su talón de aquiles, esperas, asechas como león hasta que tu presa este confiada. ¡Zas! La atrapas en un solo movimiento justo en la cabeza.
Aunque en el momento solo eran palabras, mi plan lo ejecutaría con minuciosidad y precisión, así que mientras tanto solo estaría en mi habitación escuchando a Ed Sheeran.
La hora en la que esos retardados se fueron de mi propiedad no importa, lo único era el echo de que tendría en ingeniárselas para ganarme la confianza de cada uno de ellos y eso sería difícil, ya qué la imagen que tenían de mi era justo lo que me complicaba las cosas, por lo tanto lo mas fácil sería acercarme al mas manipulable de todos: Jamie Morris.
El cómo me acercaría, era lo que me puso a pensar, pues sabía que él era muy inteligente y muy poco crédulo, no obstante había notado que es el mas débil de voluntad y si hacía los movimientos correctos terminaría logrando mi cometido.
Con la pordiosera esa de Risos y la fenómeno, sería mas complicado teniendo en cuenta la renuencia manifestada por ellas y el odio contenido.
¿Porqué todos y no solo la energúmena?.
A ellos no les iba hacer nada, todo esto era parte de mi plan para seguir en la cima. Estaba segura del echo de que habían muchos que querían mi puesto y otros como Elliot querían acabar con el legado de varias generaciones, sin embargo por más increíble que pareciera tampoco me importaba, solo el echo de que si mis notas bajaban mis padres me quitarían todo apoyo económico y eso significaba que estaba sola, ya que en este circulo social lo que más importaba er el echo de que contabas con dinero y que tus padres te respaldaran con cualquier cosa que hicieras, y si bien mi madre se encargaba de esto, mi padre jamás me ayudaría.
—Mi niña —escucho la inconfundible voz de mi nana en la puerta—. ¿puedo pasar?
—Si nana —respondo mientras veo mi Instagran.
—Breana aquí dejo el jugo —comentó mientras dejaba la bandeja en la mesita de noche.
—De acuerdo —respondo con una sonrisa en mi rostro—. Ten por seguro que no lo olvidaré.
—Ya me enteré que estuvieron tus compañeros aquí —revela con los brazos cruzados.
Seguro que la chismosa de Liliana le había dicho.
—Terminamos rápido, por lo tanto no tuve tiempo de presentartelos. —excuso viendo el techo de la habitación.
Nana solo sonrió y hizo un asentamiento de cabeza.
—Otro día será, y no te olvides de tus tareas —dice cerrando la puerta.
Claro que no lo olvidaría, estaba en juego mi reputación y mi futuro; aunque no lo crean si me importaba, sin embargo no soy muy aplicada.
La mejor opción en este momento para conseguir lo que quiero se llama: Jamie Morris, así que solo tengo que contactarlo y ya está.
Chantajeo a unos pocos y en quince minutos ya e conseguido su numero telefónico y su dirección. Voy a tener que cambiar los planes que había echo para este chico.
¡Es afortunado!.
Cojo las llaves del auto y mi bolso Channel y salgo de mi habitación, recorro el pasillo blanco con cuadros de adorno, jarrones muy caros y mesas de madera de ébano entre otros, bajo las perfectas y muy limpias escaleras también de madera, atravieso el vestíbulo a grandes pasos.
—Mi niña no te olvides de tus tareas —vuelve a recordarme.
—Tranquila justo iba a hacer eso. —respondo aproximandome a ella y dándole un beso en la frente.
—Cuidate y no llegues tan tarde.
—Ok —grito saliendo de la casa lo mas rápido posible y subiendo al auto que mi hermano me regaló: un convertible rojo, sé que no es mi estilo, pero mi padre no quiso darme un auto por mis notas.
Él es lo contrario a mi madre que es vanidosa, no está mucho en casa, mas cuando lo está no me presta mucha atención, y aunque es un alguien que es muy pacífico y permisivo con otros, conmigo no, irónico.
Recorro las calles de aquel barrio de estrato medio en el que alguna casas están separadas por cercas otras solo por barreras invisibles, en los jardines hay niños jugando y en las calles personas regresando de sus patéticos trabajos. Algunos voltean a admirar el auto; obvio no se ven estas bellezas por aquí.
Busco la casa del Nerd hasta que doy con ella. Es una casa común y corriente como cualquier otra, con una banca en la parte izquierda, y varias materas colgantes, el olor de las flores invade el aire y sonrió, me encantan las flores.
Bajo de mi lindo auto activando la alarma de seguridad y me encamino hacia la entrada, subo un peldaño y toco la puerta de madera, pasan algunos minutos para que abran, en el transcurso de ello se escuchan algunas voces hasta que una señora de cabello castaño oscuro y ojos marrones, con zapatos horribles de estar en casa, unas gafas espantosas como las del Nerd y traje de oficina, abre la puerta. Me inspecciona un momento y sonríe.
—Buenas tardes —saludo haciendo acopio de mis modales y extiendo mi mano—. Mi nombre es Breana Cooper, soy una compañera de Jamie.
—Buenas tardes querida —habla ella con entusiasmo— Dime ¿en qué te puedo ayudar?
—Verá, es que Jamie quedó en prestarme unos apuntes, ya que no pude asistir a algunas clases —expresé.
Ella asiente y sonríe.
—Pero donde quedan mis modales, pasa, es tu casa —exclama haciéndose a un lado para que pueda pasar.
—Muchas gracias señora —Entro a la casa y lo primero que veo es una horrible decoración, muebles mal puestos y colores mal combinados, entonces sonrio—. Muy linda su casa señora.
—Muchas gracias, enseguida llamo a Jamie.
La veo subir al segundo piso y en cuanto lo hace pongo mi cara de disgusto.
Me volteo al escuchar la voz de una niña.
—¿Quién eres tu? —pregunta la infante con los brazos cruzados esperando una respuesta.
Enarco una ceja divertida ante el acto de esa chiquilla, me pongo a su altura, ya qué es muy bajita.
—Soy Breana, una compañera de estudios de Jamie.
—¿Quién te dejó pasar? —cuestiona de manera brusca con los ojos entrecerrados.
—Emma no seas grosera —regaña la señora Morris bajando las escaleras—Vete a tu cuarto.
Sonrió de manera maliciosa, mientras la chiquilla rubia y de ojos azulados se va refunfuñando.
—Lo siento —Se disculpa con una mueca—. Por cierto linda toma asiento ya no se tarda en bajar Jimmy.
—Tranquila, espero aquí.—sonrio con dulzura, mientras observo las fotos y retratos familiares colgados en la pared.
En casi todos se ven como una muy linda y empalagosa familia y en otras muestran mucha felicidad. Lo que logra captar mi atención es que en ninguna fingen, las sonrisas son espontáneas. Dirijo mi mirada hacia una foto en la qué aparece el Nerd con tan solo aproximadamente unos doce años, en la que tiene brakets y junto a él hay una niña con ojos azules y cabello rubio quien supongo que es la chiquilla esa de hace un rato.
—Mamá ¿quién me buscaba? —cuestiona el Nerd mientras baja las escaleras, es obvio que no se a percatado de que estoy en su casa.
Entonces volteo, su rostro es épico está mas que sorprendido, pestañea varias veces tratando de enfocarme mientras cierra su boca lentamente. Sonrió diabólicamente y me acerco.
—Hola Jamie, vine por los apuntes que me quedaste de prestar para estar al dia. —informo mientras le advierto moviendo mis labios que me siga la corriente o lo lamentará.
Su boca se abre y cierra nuevamente, pasa su mirada color café de su madre a mi.
—Cla... Claro —responde haciendo el amago de ir por los dichosos apuntes.
—Recuerda que también es el de Literatura. —Digo mientras él va de espaldas.
Es gracioso desde aquí puedo notar su nerviosismo.
—Cariño ¿quieres quedarte a comer con nosotros?
—Si no es molestia. —respondo afirmativamente ante la amabilidad de esta señora tan poco sofisticada.
—Claro que no. —niega ella dirigiendose al comedor para que la siga.
—Tiene una linda Familia. —comento.
Soy una muy buena actriz lo sé.
—Muchas gracias, amo mucho a mis hijos, aunque su padre dice que los mimo mucho ¿puedes creer?.
—La verdad no lo sé —afirmo con una risita.
—Jamie se parece a mi, o eso es lo que dicen.
"Que no le quepa duda"
—Mientras que Emma se parece a su padre, ella es mas fuerte y empoderada que su hermano, aunque has podido notar que Jimmy es mas afable y tímido ¡Oh! Pero te estoy aburriendo con mis comentarios.
"La verdad nisiquiera la escuché ".
—No se preocupe señora Morris, es agradable escucharla. —ella sonríe ante el alago.
En este momento me encuentro en una sala en la que está el comedor y se pueden apreciar unos tulipanes amarillos encima de la mesa de madera con tallado en vidrio.
"Que horroroso color". Pues me gustan las flores pero odio el amarillo.
Por lo demás la casa es muy hogareña.
—Voy a revisar la comida y ya vuelvo.
—Descuide no me iré a ninguna parte.
Ella asiente y se dirige hacia la cocina que no queda a mas de cuatro metros de distancia. Debo admitir que lo que esté preparando huele delicioso.
—Familia ya llegué ¿alguien sabe de quién es ese auto que está estacionado al frente de nuestro patio? — interroga entrando a la cocina un señor rubio de ojos verdes azulados y alto.
En verdad era muy atractivo rondaba entre los cuarenta y algo: Portaba un traje negro y corbata azul y unos zapatos negros de marca, en su mano llevaba un maletín igual a mi padre, seguramente era abogado.
—Bienvenido —se apresura a saludar la mujer.
Él la abraza y le da un sonoro beso y entonces se percata de mi presencia.
—¿Y quién es la señorita que nos acompaña? —inquiere alzando una ceja un poco mas oscura que el color de su cabello.
—Mucho gusto —Extiendo mi mano saludando de manera formal— Me llamo Breana Cooper y soy una compañera de su hijo Jamie.
—¡Vaya! Así que eres la dueña del auto.
—¿Cómo lo supo?
—Por tu ropa de marca y ese aire adinerado que portas —responde con una sonrisa en su rostro—. Tienes la mirada de niña mimada a la cual le dan todo lo que quiere.
Este señor es sin pelos en la lengua igual a su hija menor.
—Albert Morris deja de molestar a nuestra invitada —refunfuña la mujer bajita dando a entender quien mandaba en ese lugar— y luego te preguntas el porque de que nuestro hijo no traiga a una chica.
Eso si qué me incomodó un poco ¿A esta gente qué le pasa? Ni un millón de años me fijaría en el Nerd.
El mencionado entra y saluda a su padre y luego extiende unas hojas.
—Aquí están los apuntes —murmura el castaño con mirada esquiva.
—Muchas gracias Jimmy —digo observando su semblante al pronunciar el apodo que no me pasó desapercibido cuando lo fue a llamar su madre.
Sus cejas se fruncieron y tuve que esforzarme en no reirme
Seguramente estaba rogando que me fuera. Pobre chico.
—Jimmy tu amiga se quedará a comer —afirma su madre.
Su rostro se contrae y una mueca de disgusto adorna su cara mientras maldice por lo bajo.
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