Capítulo 4
Eris Elliot.
¡Que tontería!.
Estaba obligada a tener compañeros de trabajo, esos estúpidos: un sabelotodo, una chica muy estresante y para rematar la chica mas popular de instituto.
Se supone que en algunos minutos debo salir de casa para llegar puntual a la de esa plastica; ¡ay!, como la detesto a ella y a su séquito, pero bueno todo sea para no reprobar.
Estoy en mi cuarto, lo único que pongo en mi mochila es un cuaderno un lápiz, un taja lapiz, un lapicero y mi teléfono, así nada mas.
Salgo de mi habitación y me encamino hacia las escaleras, en eso escucho los gritos de mi madre, que deseguro debe estar hablando con el que la ayudó a crearme; nisiquiera le importo a ella para que ahora a él si.
"Vaya que es una egoista"
Precisamente por esto pienso que las acciones de las personas son muy contradictorias, hace que nisiquiera nosotros mismos nos entendamos, en otras palabras los humanos somos complejos.
Valoras tu vida, pero no valoras la de los demás, en caso contrario quieres a otras personas, sin embargo no te quieres a ti, quieres que te respeten pero no respetas, infundes valores y principios cuando actuamos con doble moral, estas son las cosas que hacen de la existencia humana algo contradictorio, somos como sanguijuelas alimentandonos de los demás para poder existir.
Podría dar muchas razones del porque no me interesa los problemas de los demas; Sí, soy egoísta y tampoco me interesa la opinión que otras personas tengan de mi, mientras el concepto que tenga de mi no mengüe: Todo está bien.
Camino aproximadamente una cuadra para llegar a la parada del autobús, Afortunadamente no tuve que esperar mucho, solo unos cuantos minutos, una vez en el asiento saco mi teléfono, me coloco los audífonos para escuchar musica, mas no me pasa desapercibido el echo de que las pocas personas que hay me miran como si fuera un extraterrestre.
¿Es que nunca han visto una chica vestida de negro y con pircins?.
Lamentable todavía existen ese tipo de personas, pero bueno no se puede hacer nada ante una mente cerrada.
Espero algunos minutos hasta llegar a la próxima parada, una vez en ella me dirijo hacía el vecindario privado en el qué vive la barbie andante.
Al llegar a la mansión de esa chica me anuncio por la pantalla que está en una de las grandes columnas del portón ¿qué como lo sé llegar a su casa? Fácil todo el mundo sabe en donde vive, ya que sus padres son muy reconocidos por ser de las altas esferas sociales.
Tomo unos minutos admirando la vista, es una mansión muy grande de color crema, estilo moderno, tres plantas por lo menos, con grandes ventanas de vidrio y balcones, con decoraciones casi minimalistas.
Se tardan algunos minutos y luego el portón automáticamente se abre, aunque desde afuera hubiera visto la gran mansión, estar en ese lugar desde adentro y ver el hermoso jardín que se extendia por todo el terreno, era otra cosa.
Saludo al vigilante y me encamino hacia las escalinatas de la mansion, pero a tan solo unos metros de distancia, una muchacha de aproximadamente unos veinticinco años; de cabello negro, ojos marrones claros y piel morena, abre la puerta, la chica me regala una sonrisa con entusiasmo, pero yo solo asiento, ella hace una seña para que la siga y bordea la casa.
Mi indignación se hace presente; el echo de que nisiquiera me hayan dejado entrar al interior de la mansion me hace pensar en los quisquillosos que son los ricos.
-Señorita en unos minutos la señorita Cooper estará con usted. -comunica con amabilidad.
¡Ay! ¡Por Dios!, tanto formalismo me da jaqueca.
-Gracias. -expresé escueta admirando el patio trasero en donde se podía visualizar una piscina.
Desgarbadamente me tiré sobre una silla. De mi mochila saqué mi celular, chequé la hora y había pasado quince minutos esperando.
Estúpidos impuntuales.
Que ni se les ocurra llegar tarde o no llegar, porque me encargaré de qué jamas hayan querido conocerme, odio esperar.
-Hola. -saluda la chica de cabello rizado junto con el chico de gafas, veo hacia otro lado y trato de ignorarlos.
-Hola. -respondo seria.
Ellos se sientan en las sillas que están cerca de la mesa donde me encuentro, sacan sus cosas y sonríen de manera tensa.
No me había sido desapercibido el echo de que llegaron juntos, sin embargo es desconocido si vinieron juntos.
"Mmm" Tal vez estoy pensando de más.
Aunque no me estraña su actitud. Nadie quiere estar aquí, no, mejor dicho ninguno queremos tenernos como compañeros. La tensión es muy palpable, por lo tanto carraspeo y miro a la chica, quien inmediatamente entiende mi indirecta.
-Bueno chicos estamos aquí por el trabajo que la señorita Willians nos a dejado para trabajar en grupo y el libro que debemos analizar para la siguiente semana, por lo tanto me di a la tarea de conseguir el libro llamado Orígenes, en el que se narra la vida de un chico que busca las respuestas a las miles de dudas existenciales que sean forjado en él durante mucho tiempo, llevándolo a embarcarse en un viaje de aventura y aprendizaje. -comentó la chica tomando aire en sus pulmones.
De todo lo que dijo, solo me importó lo del libro que teníamos que leer.
-Yo también lo conseguí. -informó el chico con voz endeble que había comenzado en un tono bajo y luego fue reduciéndolo poco a poco hasta convertirse solo un sonido casi imperceptible, que si no fuera por mi buena audición, no lo hubiera escuchado.
-Comenzaron sin mi. -afirmó una voz con tono acusador que sin duda era la de nuestra anfitriona.
Esto es totalmente ridículo ¿Quién en su sano juicio llega tarde a una reunión en su propia casa?.
La plástica esa era la única.
-¡Ay! ¡Por Dios!. -exclamé rodando los ojos y con una mano en la frente.
-No hemos comenzado todavía a hacer los trabajos. -informó la chica de los risos.
-¡Como sea! -dijo indiferente la rubia.
-Ya que estamos todos, entonces comencemos -mencionó sería-. Para mañana debemos entregar el resumen del capítulo dos del libro Entre sombras, por lo tanto es lo mas importante en este momento, reuniremos los apuntes tomados en clase y haremos el resumen, por otro lado el libro Orígenes debemos resumirlo y analizarlo, por esto para que sea mas factible propongo que dividamos el trabajo en partes, pero eso no significa que no debamos leer el libro completo ¿están de acuerdo?.
-Haber niña genio, digamos que aceptamos hacer el trabajo tal y como planteas, pero y si Willians le pregunta a cualquiera algo que hizo alguno de nosotros y no sabe responder, estaríamos en un gran problema. -señalo pausadamente.
-Estoy de acuerdo con está...-La barbie me apunta con el menton y parece pensar un momento-. Bueno con lo que sea.
Solo la miro mal.
-Un día antes de la entrega reunimos todo el material, lo organizamos y lo lemos -índica la chica en cuestion-. De esa manera estaremos preparados para posibles eventos.
-Sí es así, no hay problema. -expreso.
-Estoy de acuerdo -menciona Breana Cooper-. Así que hagan lo que tengan que hacer, me envían el trabajo y todo arreglado.
-¿Hagan?. -recalco enojada.
-Además de tarada sorda -Señala la muy...muy estúpida.
Rubia oxigenada tenía que ser.
-La profesora Willians dijo que todos teníamos que trabajar. -informa Alexia.
-Mira estropajo, me importa lo que diga esa profesora lo mismo que me importas tú.-escupe la muy desgraciada, haciendo que Alexia se enerve.
-¡Haber! media neurona, si no trabajas entonces le diré a Willians que no nos ayudaste y imagina lo que pasará. -amenacé.
-¿Y tu quién te crees? -preguntó levantando el mentón-. Solo eres un gusano despresiable, lamentaras haberme retado, cuando estés de rodillas pidiéndome que te tenga clemencia, no tendré ninguna consideración.
Todas esas palabras me enfurecieron hasta el punto de querer torturarla, sacarle los ojos, la lengua y luego arrancarle las tripas mientras aun estuviera viva.
-Vale, si puedes adelante. -contrataque de manera pausada y fría con los brazos abiertos.
Una expresión de desconcierto pasó por la cara de Alexia y de Morris, pero la expresión de la chica "soy mejor que todos", fue todo un poema, pues cualquiera hubiera pensado que le arrancaría la cabeza literalmente en ese mismo instante en el que el ego y orgullo de esa (...) salió a flote.
-No vale la pena que siquiera te preste atención. -argumetó ella dirigiéndose hacia su casa.
Entonces solo elevé la comisura derecha de mi labio y senté como si nada hubiera pasado.
-¿Y bien?¿En qué íbamos?. -cuestioné con la sonrisa más amigable posible que pude hacer.
Los dos chicos se quedaron callados, Alexia que se había parado para calmarnos pestañeo varias veces, abrió ligeramente sus labios y se sentó.
-Retomando lo anterior quiero saber si todos estamos de acuerdo con lo dicho. -indagó.
-Ya sabes mi respuesta. -informe.
Así que solo faltaba Morris, quién tenía las cejas levemente fruncidas y la mirada ida. Innegable es; que no le gustó mucho la propuesta.
-Si no estas de acuerdo, solo dilo. -anima la castaña.
Él chico se retrae en su puesto y mira hacía todos los lados y se encoje de hombros tímido en señal de afirmación.
¿Y a este que le pasa? Ni que fuéramos tan intimidantes.
-Bien, ya qué todos estamos de acuerdo -habla nuestra posible lider de nuevo-. Pasen sus apuntes.
Si aguanto esto es simplemente porque no quiero reprobar, entonces saco el cuaderno y lo pongo en la mesa.
-Ahora vamos a leer todo esto y haremos el mejor resumen de la clase. -exclama la chica positiva.
Y así pasamos toda una tarde concretando todo lo que haríamos.
Lo mas indignante es que nisiquiera nos llevaron algo de tomar prácticamente después de que Breana Cooper se fue, era como si no existiéramos.
La conclusión fue que la bruja esa, no permitió que nos atendieran como invitados, ya que al salir de ese lugar la muchacha nos miró con cara de avergüenza.
Obviamente nisiquiera la miré y me fui por mi cuenta adelantandome lo mas rápido posible de ellos.
En la salida me encontré con una señora de semblante amable, quien traía unas bolsas, ella me saludó con una sonrisa, la miré y también le saludé contagiada de su imprevista alegría, metros más adelante me dí cuenta de esto y sacudí mi cabeza para quitar aquellas vibras tan exasperantes.
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