Capítulo 2
Breana Cooper.
—¡Mamá!, Mía estubo en mi cuarto y se llevó mi labial rosa. —exclamé enojada.
¿Cómo es posible que esa chica sin clase se haya llevado mi labial?
"Era de marca y sobretodo mi preferido, pero me las pagará"
Rápidamente baje las escaleras.
"¿Donde está esa ladrona?", busqué por todos los lados más no la encontré.
Maldije el día en que mi madre trajo a su sobrina a esta casa.
¡Peliteñida! Nisiquiera era rubia natural, le debe su fortuna a su querida madre quien tiene el cabello color castaño oscuro.
—Mamá ¿Donde está Mía?—pregunté al entrar a la cosina y ver cómo mi nana hacia el desayuno.
—¿Ummmm?—escuche, mientras ella leía la revista.
—¿Que donde está Mía?—repeti
—¿Mía?¿Que pasa con ella?—preguntó mi madre mientras estiraba la mano y contemplaba sus uñas.
Es de esperarse, nunca me escuchaba siempre tan metida en su mundo.
—Olvídalo—exclamo encolerizada saliendo del lugar.
—Quedate ahí Breanna. —ordenó.
—¿Ahora que pasó?
—¿Vas a ir así a estudiar?—indagó.
—¿Porqué? ¿Que tiene de malo? —expresé revisandome
—Y todavía preguntas —masculla obvia tocando su cabello rubio al cual amaba mas que a su hija— ¿Acaso no te has visto?.
Rápidamente me eché una mirada, me repasé desde los pies a la cabeza.
¡Alto¡ nuevamente volví hacia mi blusa, me percate de que está no llevaba el broche del club de porristas.
—¡El broche!. —declaro.
¿Como se me podía olvidar? Era prácticamente sacrilegio.
—Niña te falta maquillaje, esa cara es un desastre —asegura.
Esta aclaración me recordaba lo terrible que era vivir con una ex-empresaria especializada diseño de modas.
—Ve, date prisa —ordenó mientras tomaba un té.
—Ok,ok, ya voy. —manifesté subiendo las escaleras y recorriendo el conocido pasillo hasta llegar a la última puerta.
El lila y el blanco me dieron la bienvenida, observé el reloj en mi muñeca, más faltaba varios minutos para ir al instituto. Mi vista recorrió todo el maquillaje, era segura que tardaría varios minutos, sin embargo tampoco me gustaba llevar tanto.
Al terminar el procedimiento tan minucioso, que es el arte de saber cómo maquillarse, me aplique loción y sonreí en el espejo, reluciendo el labial con mis dientes blancos. Me sentí satisfecha.
Mi prima me la va a pagar, de seguro ya se había ido a su casa como cual rata ladrona.
—Mi niña, la esperan sus amigas en la puerta. —Entró a mi cuarto la mujer que me ha cuidado toda una vida.
—Gracias nana.
Cogí mi bolso y salí deprisa mientras mi nana me seguía detrás.
—Nos vemos —Me despedí de mi nana en la entrada.
—Luego me cuentas cómo te fue. —comentó dándome un beso en la frente.
Incómoda por la demostración de afecto de ella frente a mis amigas, de manera estética le sonreí a mi nana. Ellas burlonamente me miraron.
—Amigas.
—Primor —saludaron Lú y Arel entre risitas, sabían que no me gustaba ese apodo, mas solo lo hacían por verme molesta y no les iba a dar la satisfacción.
A Luciana Moretti y Arel Arrintong las conocía desde la secundaria: En el momento en que las vi supe que ellas me convenían y ellas también lo supieron de eso estoy segura.
—¿Crees que me veo bien?. —preguntó Arel derrepente, mientras se acomodaba todo el uniforme para que le ayudara a mostrar mas su figura.
La chica en si era muy hermosa físicamente, su cabello rubio natural era de un color muy común, sin embargo sus ojos turquesa profundo le daban ese toque único, sin embargo lo que tenía de hermosa lo tenía de caprichosa.
—Estás fabulosa, ¿Porqué la pregunta? —formulé.
—Es que quiero verme hermosa para Samuel. —respondió con una mano en su pecho en donde se podía visualizar una uñas perfectamente arregladas de color rosa y de delicados diseños.
—Seguro que al profesor le da un infarto cuando te vea. —insinuó Lú con sonrisa sugerente por medio del espejo mostrando sus perfectos dientes blancos en él.
—¿Crees que si nuestro más, me pondría mas atención?. —preguntó la rubia viendo su escote.
—No ¡acuerdate que ellos van detras nuestro! —reprendí—. Los chicos nos buscan, no nosotras a ellos —aseguré utilizando mi lema.
—Por eso nos envidian. —añadió Lú estacionándo el auto en el instituto.
—Todos quieren estar en nuestra piel, pero no todos tienen el privilegio. —confirmó Arel animandose, mientras nos bajábamos del auto.
—Esa es la actitud. —Remarque alzando la barbilla.
Estaba segura de que la charla había echo efecto, pues no me interesan estúpidas que no saben comportarse, ni guardar la imagen.
—Ya Vi a nuestra primera víctima de hoy. —comentó con sonrisa macabra la sádica peliroja al salir del auto.
A unos metros considerables delante de Lú, guiandome por su mirada, apresurado por recoger sus libros; un escuálido chico con gafas era nuestro próximo entrenamiento.
—¿Es nuevo? No lo había visto. —observé al castaño por unos pocos segundos.
—No —respondió Arel—. Él comparte varias asignaturas con nosotras, es el "nerd".
Levante una ceja y consideré el echo de que ellas no se detendrían hasta aburrirse de él, sobre todo Luciana, entre mas inocentes y Frikis mejor.
—¿Y que importa si es nuevo o no lo es? ¡Quiero diversión!. —confirmó Lú.
Con una sonrisa de lado miré a Luciana y a Arel asintiendoles, muchos pensamientos llegaron a mi mente diciéndome la forma en que nos divertiríamos con él.
"Hora de la función"
—Arel, encárgate de Averiguar cuál es su casillero.
—¡Si, señor!. —exclamó colocando su mano derecha en la cien.
Esto me produjo cierta gracia.
—Lú, quiero que te encargues de llamar a nuestros contactos —ordené mientras miraba su iluminada sonrisa—. Diles que necesitamos los juguetes "es hora de la cazeria".
Horas mas tarde caminaba con mis amigas rumbo a la cafetería todo el mundo se hacía a un lado al vernos pasar, nuestros rostros eran de suficiencia y altivez.
—¡No lo puedo creer, me humilló enfrente de la clase!. —expresó furiosa Arel.
—Calmate, no actúes de esa manera, nos están mirando. —recomendé entredientes por lo bajo.
—A ti no te preguntaron, mas a mí me pusieron a describir a uno de los personajes mas complicados del libro. —se quejó Arel al llegar a la mesa.
"No sé ni como su hueca cabeza llegó a es conclusión"
—Sabes que nisiquiera escuchabas. —remarqué mientras ella solo sonreia como si fuera su mayor logro.
—Chicos —saludé con una sonrisa ensayada al llegar al comedor.
Ellos devolvieron el saludo e hicieron espacio. Los chicos parecían muy a gusto con nuestra llegada.
—Mira como esas ratas se sumergen en esos libros estudiando. —dijo Luciana levantándose de la mesa en la que nos encontrábamos.
De seguro le quitaría sus apuntes a ese chico de cabellos desordenados que estaba al otro lado de la cafetería en una mesa apartada de todo tipo de seres humanos, y eso no me importaba, por que yo haría lo mismo, por esto me levanté para ir a buscar a quien seria mi pase.
—Te veo en él examen —le hable a Arel.
—Nos vemos. —se despidió ella entretenida con los otros miembros de la mesa.
—¿Y mi beso? —exigió Jacod.
Jacob Sanin un tarado en todo el sentido de la palabra y el capitán del equipo de fútbol, de mirada calculadora y ojos azulados, piel bronceada, complexión atlética. Lo que toda chica adolescente quiere, sin embargo no caigo antes sus encantos, tenía algunos años de conocerle, y puedo asegurar que su personalidad tiende a ser retorcida a veces, pero sobre todo y aunque sea muy contradictorio no me gustan los rubios, y tampoco hando con el mismo chico mas de una o dos veces.
Todos han sido pasajeros, y quiero que así se mantenga.
Rodé los ojos con hastío y con una sonrisa forzada le di un beso en la boca, pero éste quiso mas, los silbidos y vitores no se dejaron esperar alabando la gran azaña de su lider, así los dos entramos en una competencia por tener el control, hasta que le mordí el labio y tuvo qué separarse de mi.
—Ya está, ahora me voy. —Sonreí triunfante a todos en la mesa.
"El beso de judas" Tenía una reputación el cual cuidar y ninguno me la quitaría, costara lo que costara.
Con la cabeza en alto, mirada arrogante y postura recta caminé por entre los pasillos de aquel lugar logrando mi cometido, los murmullos se expandieron, los hombres me miraban como si fuera inalcanzable, y si que lo era. Las chicas con admiración, todos querían que fuera su amiga, mas era prácticamente imposible, porque yo escojo con quién y cuando hablo, y ellos no se merecían ni que los mirara, son unos gusanos intentando encajar en un mundo que no les pertenece, patético.
Tengo todo lo que quiero tener: estatus social, amigos y unos padres que no me niegan ni el mayor de los caprichos.
Sé porque lo hacen: quieren llenar el vacío emocional con dinero.
Ya no me importa, antes lo hacía ahora no. El único que nunca se comportó así fue mi hermano.
Los demás piensan que solo soy un rostro lindo y de eso me valgo, que tengo un cuerpo perfecto y saco el mayor provecho de ello ¿qué soy una zorra astuta? Lo soy y no me avergüenza.
En resumen; yo tengo el control y todo eso lo verifico cada vez que esos arrastrados me lo demuestran, como por ejemplo mi asistente personal aquien llamo Trensitas, algo nada original, lo sé.
Esa chica es de mediana estatura y muy asustadiza. Lo que me hace el trabajo mas fácil, recorro todo el pasillo, pero no se encuentra.
"¿Dónde estas nerd?, ¿Dónde estas?pensé con voz cantarina"
¡Claro! En la biblioteca.
Redirigo mi camino hacía la biblioteca, no quería admitirlo, pero necesitaba esos apuntes e iba a hacer todo lo que estuviera en mis manos para obtenerlos.
El olor a libros viejos y nuevos llegó a mi ¡que horrible olor! Sin embargo lo aguanto, recorro varias estanterías y al final en una mesa apartada de todo encontré a Trensitas.
Carraspeo para llamar su atención.
Ella alza su mirada inocente y me observó nerviosa, cierra el libro qué estaba leyendo y se apresura a sacar los apuntes para el examen de historia.
¡Chica inteligente!.
Los tomé en mis manos y los examiné: Tresitas tenía su cabello castaño recojido en dos trenzas campesinas, usaba una playera de hombre, tenía unos pantalones muy holgados y unas zapatillas viejas, gracias a Dios no tenía gafas. Ella se removió por mi escrutinio y mi cara de asco.
—Ven aquí. —ordené como si a un perrito se tratara.
Trensitas muy indecisa y temblorosa llegó hasta donde le indiqué.
Eso es, obedece.
—Te lo voy a decir por última vez.
—hablé con voz fría—. Tu eres mi asistente, así que debes estar pendiente de lo que necesite, no me hagas buscarte, ésta es la ultima vez que te advierto, no me gusta dar oportunidades, recuerdalo.
Ella solo logró asentir, esa chiquilla estaba muerta del miedo, así que sabía que había entendido muy bien mis palabras.
Triunfante y con los apuntes en mis manos salgo de aquella sofocante y para nada divertida biblioteca, para no arruinar mi buen humor.
Eché una ojeada al los apuntes, no necesitaba estudiarlos hasta grabarmelos, porque tenía una memoria impecable. Caminaba por entre los pasillos cuando de un momento a otro algún estupido despistado chocó conmigo, haciendo que en el acto me desestabilice y ponga mi mano Izquierda en la pared, los apuntes cayeron en el suelo y mi día no podía ser peor.
Nadie vio aquel bochornoso momento por fortuna, ya que muy pocos estudiantes pasaban por aquellos pasillos.
El inutil nisiquiera se movió para recoger las hojas, el enojo dio paso a la indignación.
—¿Qué esperas para recogerlos?. —indagué observando a un chico de cabello castaño oscuro, unas horribles gafas negras, ojos cafés y hasta ahí vi, pues mis ojos iban a sangrar en cualquier momento.
Sabía que era el mismo de esta mañana: nuestro próximo entretenimiento.
—Lo...lo siento—tartamudeó agachandose.
—Apurate inutil. —expresé enojada.
El chico cuando terminó me quedó viendo mas de lo debido, esto me enojaba aun mas como se atrevía a observarme así, como si nunca me hubiera visto ¿acaso no sabía quién era? Imposible.
—Mis cosas. —reclamé extendiendo mis manos hacía su dirección.
Frunció el ceño y entonces la lucidez se reflejó en su rostro y pasó a ser un manojo de nervios.
—Cla-claro—silabeo al pasar los minutos.
—Ésta me la debes. —amenacé con la poca paciencia que me quedaba al obtener los dichosos apuntes.
Le di la espalda, y caminé recta hacía el baño, para arreglarme un poco el maquillaje.
Lo voy a hacer sufrir de eso estaba segura.
Dentro de poco público otros capítulos. Saludos.
Att: Maira.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro