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Capítulo 1

Jamie Morris.

"La adolecencia es una etapa donde conoces, disfrutas y vives nuevas experiencias" o eso es lo que dicen los padres.

Lo que saben, pero ignoran; es que la mayoria de los estudiantes ambiciona ser popular dentro de esa jerarquía que durante generaciones se a mantenido viva, por ende los llamados grupos sociales marcan una diferencia entre los estudiantes.

Están los populares a quienes le pertenece la cima de la pirámide y en donde todos quieren acceder.

El resto no importa, y dentro del "resto" estoy.

Soy de los estudiantes que tienen un nivel intelectual mas avanzado y de los cuales , la responsabilidad es una de sus virtudes, en otras palabras me califican como"Nerd".

Avanzaba entre la multitud de adolescentes que se aglomeraban en los pasillos dialogando emocionados por reencontrarse: Contando a todos donde fueron y como les fué en sus vacaciones. La mayoría presumiendo eso está claro.

Si hablara de las mías no tengo mucho para contar, solo me quedé en casa leyendo libros y viendo todas las temporadas de "Criminal minds", ya que es obvio que no tengo amigos, pues la mayoría prefiere pasar de sus responsabilidades y hablar de cosas simples y sin sentido alguno, como si su no pudieran hablar de cosas emocionantes o inteligentes; no es que ellos no tengan inteligencia, no obstante pasan de ella tan desinteresadamente, que sus cerebros han involucionado y los han convertido en mediocres sólo les interesa aprobar, pero no dan lo mejor de sí, hasta es gracioso como en los exámenes ven al techo como si ahí estuviera la respuesta o fortuitamente esperaran a que estas se escribieran solas, por lo tanto no me interesa entablar el llamado beneficio mutuo, ya que la mayoría de veces en la que lo han intentado siempre buscan en mi, lo que ellos pudiendo hacer no hicieron , simplemente por que no quisieron, y eso me frustra.

En realidad no buscan una amistad, sino una conveniencia, pero eso es lo que no quiero.

"Quiero un amigo real ". Desafortunadamente la cruda realidad golpea cada vez que la fe hace su aparición.

Sigo avanzando sigilosamente hacia mi casillero, para no llamar la atención de nadie, pero de repente siento un empujón. Sin las manos desocupadas no pude agarrarme de algo, por lo tanto caí al suelo con todos mis libros y cuadernos.

No supe quien era el responsable, solo que una voz de mujer dijo "Lo siento" y se marchó.

"Como si disculparse fuera suficiente"

Con mis labios apretados recorrí el lugar, mas alparecer nadie se había dado cuenta.

Me reprimí internamente, pues si lo hubieran echo: ¡Adios tranquilidad!.

Si hay algo  que he echo bien en esta vida es el echo de pasar desapercibido a los ojos de mis queridos compañeros con capacidad adquisitiva, nótese el sarcasmo.

¿Qué como lo he logrado?.

No fue fácil, al entrar al instituto lo único que tenía que hacer era no destacar mucho, llevar un buen promedio, pero no uno excelente, o ese era mi plan hasta este último año, de no ser porque necesito un puntaje perfecto. Eso me complicó las cosas, así que decidí comenzar a salir de manera lenta y no apresurada, para que cuando lo notaran ya no tuvieran oportunidad.

Al llegar al salón de clases, pude notar que nadie había ingresado, así que me dirigí hacia mi puesto: el último de todos, y de mi bolso saqué todo lo necesario para la clase de literatura.

Todos los alumnos fueron ingresando, puesto que la profesora willians tenia la manía de quedarse en la puerta hasta el último minuto.Ella era implacable, no hacía excepciones con nadie fuera quien fuera.

El principio de la clase fué interesante, no dejaba de tomar nota en mi libreta de las cosas importantes que leía la profesora, pues estaba seguro que haría preguntas sobre aquello, aunque me molestaba que una de las tres saboteara la clase. Ese ruidito que hacía con su voz me irritaba demasiado, chasque la lengua molesto.

De un momento a otro la señora Willians había dejado de leer y se había puesto frente a una de las chicas que se creía dueña de este lugar.

—Señorita Arrintong describame al detective que lleva la investigación en el libro. —Lanzó la primera daga para confundir a los que no prestaron atención.

Arel Arrintong la barbie plástica, tenía una expresión de terror en su cara.

—Es alguien que mm...

—Me queda claro que no prestó ni la mas mínima atención, porque era mas interesante otras cosas —Regañó mientras le lanzaba una mirada de lo mas aterradora—. Retirese de mi clase antes de que la reporte en dirección.

Que no la reportara es un privilegio que solo los hijos de los mayores inversores de esta institución tenían.

—Pero...—debatió.

—¡Ahora! —exclamó ella señalando la puerta—. De ahora en adelante el que intente sabotear mi clase se irá a hacer companía a la señorita Arrintog, ¿quedó claro?.

Todos asentimos ninguno se atrevió a discutir aquella decisión, y Arel Arrintong se fue furiosa dando un portazo a la puerta.

—Bien —suspiró la profesora Willians—. Quiero para mañana el resumen completo del primer capítulo del libro "Entre las sombras", la opinión acerca del protagonista y lo que ustedes creen acerca del asesinato.

—Profesora —Llamó la atención una alumna—. ¿Dónde puedo comprar el libro?

Toda mi atención también estaba en su respuesta, pues al salir de clase lo compraría directamente.

—Eso no se podrá —respondio ella con una sonrisa en la cara.

"¿Cómo?"

—Éste libro es de mí autoría y no a sido publicado así que solo lo tengo yo.

Todos nos quedamos callados.

La profesora Georgiana Willians era también escritora, había publicado dos libros, con muchas críticas a su favor.

—¿Entonces como vamos a poder realizar lo que usted nos pide? —indagó Lisa Hope.

—Sencillo —aclaró—. Señor Morris resuma el primer capítulo leído hoy.

—Por-por  supuesto —respondí casi sin objeciones, dado que estos pequeños detalles estropeaban mi plan.

—El primer capítulo habla sobre un posible homicidio, en la que se ve relacionada la hija de un importante empresario, la mujer fue encontrada en estado de descomposición en la orilla de un lago por una persona que pasaba por aquel lugar, James el detective encargado de esclarecer los echos comienza a investigar, varias hipótesis se toman en cuenta, pero en realidad no hay algo seguro, solo una pista que le puede ayudar a esclarecer este caso.El protagonista de esta historia es el detective que decide investigar este homicidio, ya que tiene la leve sospecha de que el asesinato no esclarecido de su esposa hace 2 años está ligado con este homicidio.              —Finalizo el resumen.

—Lo ven, si él fue capaz de dar un resumen con los apuntes tomados en clase fue porque prestó atención          —señaló la maestra—. Lo que ustedes no hicieron.

Incomodo me hago un ovillo en mi asiento, pues sentia la mirada de algunos compañeros.

—Asi que sugiere que la única manera de que tengamos una nota es prestar atención en clase. —Opina una demis compañeras  y por el tono de su voz desde la parte de   atrás me doy cuenta de que es la chica mas popular del instituto: Breana Cooper la líder de las tres o la triada como algunos llamaban a este grupo de chicas populares.

—Tienes razón, no es una opción, y para que no me hagan trampa pidiendoles los apuntes a sus compañeros, preguntaré al azar a cualquiera de ustedes —notificó la maestra—. Si no me contestan adecuadamente es porque no prestan atención.

—Es injusto —Exclamó una de las versiones de las plásticas, esta chica no era del grupo de las tres, pero si que tenía  un poco de influencia.

A mi percepción no  era injusto, dado que me sería fácil hacer lo que la profesora pedía y era totalmente justo que ella quisiera que le prestaran atención, y había que darle mucho crédito pues era un método muy singular, pero que sin dudas iba a poner a mover a los estudiantes.

—Claro que no, este es mi método de estudio, si quieren pueden irse a quejar con el director, aunque les aseguro que no voy a cambiar nada, dado qué él mismo estuvo de acuerdo con esto—. Y así la educadora calló a todos.

Las primeras horas pasaron rapido. En la hora del receso esperé a que todos los alumnos salieran y rápidamente recogí mis cosas y salí directo hacía el patio a estudiar para el examen de historia. El receso pasó rápido, recoji mis cosas y me dirigí hacía la clase con la cabeza gacha para que nadie pudiera notar mi presencia, al cruzar la esquina choqué con alguien y me desestabilice un poco y no pude ayudar a la persona que calló de bruses en el pasillo. Cuadernos y papeles entre otras cosas de esa persona estaban en el suelo, mas no pude mover ni un solo músculo. La torpeza era definitivamente mi sello.

La cabellera rubia cobriza impedía que lograra ver el rostro que se escondía detrás de ese cabello ondulado y brillante hasta que se levantó y me miró.

En ese momento supe que ya nada iba a ser igual, pues incluso sin verla, reconoceria ese color de cabello, ni hablar de su caro perfume y el aura que emanaba.

—¿Que esperas para recojerlos?           —exclamó la chica mas popular  del instituto señalando las hojas en el suelo.

—Lo... Siento —logré decir, mientras me acuclillaba para recoger las dichosas hojas.

Derrepente me encontré rezando a todos los dioses habidos y por haber para que me libraran de ésta. Apesar de mi torpeza hubo algo que pude reconocer, y eran los apuntes para el examen.

—Apurate inutil. —exigió echa una furia mientras daba golpes con su zapato derecho en el suelo.

Solo logré asentir, ella rodó los ojos y extendió su mano, con el ceño fruncido la mire interrogativo.

—Mis cosas. —dijo fastidiada.

Nunca había estado tan cerca de la mismísima Breana Cooper, y el inusual hecho me dio la oportunidad de observar lo que las malas lenguas decían, pero esta vez tenían razón: Sus ojos si se veían lilas. Sabía que aunque era azules la carencia de melanina y otros pigmentos, hacían que el azul y el color de la sangre que pasaba por los vasos sanguineos se mezclara y se pudiera observar como si fueran lilas, por este caso tan poco visto en las personas no albinas, me había quedado mirándola mas de lo debido, hasta que reaccioné, debido al instinto mas primitivo de todos.

—Cla... Claro. —le extendí lo que tenía en mis manos con cautela.

¿Qué me pasaba? Tenía sus apuntes en mis manos y nisiquiera me acordaba de ellos.

—Ésta me la debes. —aseguró mientras se alejaba.

"Definitivamente había llegado la hora".

Debía actuar rápido o todo iría a la borda.

¿Quién quiere ser asediado todo el día?

¡Nadie!

Entré anticipadamente al salón buscando el ultimo puesto, cuando ya habia logrado tranquilizarme me percaté que todo este tiempo había apretado los mis manos en puños.

Minutos después entraron un grupo de chicas ruidosas que al ver qué estaba estudiando, me analizaron y murmuraron entre ellas.

—No tienen por que ser tan molestas  —regañó una de las chicas.

—Si no es así...

Dejé de escuchar todo esto, pues me molestaban las personas de doble moral.

Ya terminado el examen de la clase de historia estuve deambulando por los pasillos, hasta el cambio para la ultima hora: matemáticas, cuando ésta acabó esperé nuevamente a que todos salieran primero, y me dispuse a recoger mis cosas despacio como la rutina me lo exigía.

—Señor Morris —llamó el profesor de matemáticas retardando mi salida—.¿Puede esperar un momento?.

—Claro —accedí con curiosidad—. ¿En que le puedo ayudar señor Richards?.

—Usted es un estudiante muy capaz —halagó—. Por lo tanto se ha ganado el respeto de muchos de mis colegas—. dijo, mientras con impaciencia esperaba que fuera al grano.

—Quisiera que usted, les ayudara a ciertos alumnos que quieren reforzar su conocimiento en el área —concluyó.

—Señor Richards, me temo que no le podré ayudar con esto, dado que tengo muchos compromisos, pero sin lugar a dudas otra persona estarían dispuestas de poder participar en este proyecto. —expresé invadido de pánico, dado que sabía que esa clase se la daría nada mas y nada menos que a los estudiantes a quienes repelía.

—La verdad no veo a otra persona mas acta para dictar las clases de refuerzo —contraatacó el profesor— y tenga en cuenta que esto le ayudará, pues si dicta las clases, además de tener una excelente nota en mi materia, éste instituto puede otorgarle una beca completa en la que decida estudiar.

Esto último me puso seriamente a pensar, en realidad sería una muy buena oportunidad, pero no podía tirar años de esfuerzo, solo por dictarles unas clases justamente a los que me harían la vida imposible.

Estaba decidido, si antes no contaba con esta propuesta y tenía grandes probabilidades de entrar a la universidad, de seguro podría darme el lujo de rechazar tan tentadora propuesta.

—Me es imposible sacar algún espacio para dictar estas clases, así que sería mejor que buscara a otra persona para esto. —recomendé y con las manos sudadas y el corazón en la mano pedía al cielo que no insistiera.

—Es una pena —opinó peinanandose el casi inexistente cabello que tenia—. Pero ya que no puede buscaré a otra persona para el puesto.

—Si eso es todo me retiro. —sonrei aliviado.

—Bien, si cambia de opinión tiene hasta este fin de semana. —insistió.

"Le aseguro que no cambiaré de parecer"

—Lo pensaré. —respondí con seriedad.

¡Hola a todos!.

Estoy muy feliz con este nuevo proyecto, gracias infinitas por darle esta oportunidad a mi libro, crean me no los defraudaré.

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