Capítulo 4
-Está bien...- Dijo norte, con seriedad.
-En serio? – incrédulo, veía a su hermana.
- Claro, además yo también tengo la culpa, pero hermano...-Centro observo a los ojos de su hermana – Pero, si no funciona, piensa en mi idea, si, a veces hay que tomar en cuenta otros aspectos.
Centro suspiro pesadamente, el realmente no quiere meter a otros países en este asunto, que es lo que pensarían, a que llegarían.
Centro solo pensaba lo peor de los demás, o los posibles causantes de una mala reputación, si México es un mal país, aún más de lo que lo han manchado, ya los otros sexenios, no desea que por las acciones de su hermano, terminen por hacer este país un hueco vacío, o peor, vetarlo de todo, y abandonar a aquellos que no tienen la culpa.
Centro temía volver al inicio, que todo el mundo lo mirara sobre sus hombros, y se rieran de sus hermanos. El no sabría en quien confiar, ni en España, no importa que él diga que ayudara porque su hija está aquí, el realmente es solo palabras ante situaciones riesgosas para apoyar a su antigua ''colonia''.
Y que pensar de los demás latinos, si como el no tiene poder en sus tierras, solamente bajarían la cabeza, y harían como si nada está pasando.
No le importa quien sea, no quiere que otros países, lo vean débil ante una situación que no controla, Centro simplemente no puede permitir que otros se aprovechen de nuevo de la amabilidad o la ingenuidad de sus hermanos.
-Y centro...-Centro levanto el rostro -prométeme que un día pasaremos los tres juntos en algún lugar.
Centro levanto las cejas ante el comentario de su hermana, desde que volvió, solo se llenó de trabajos y problemas, y tal vez, hace que Norte se preocupe o que se siente abandonada, y los tres siempre han estado juntos en muchas cosas.
Centro lo pensaba, tal vez en algún momento podría tomar unas vacaciones, ir con sus dos hermanos y con alguno que otro de sus hijos, y divertirse...
-*divertirme..., yo nunca he salido del país, y nunca he salido a divertirme, solo he hablado con otros y reído, pero realmente no he pasado por un momento de relajamiento o risas sin parar.*-En los pensamientos de centro hablaba con ironía, un mexicano que no se divertía, que no hacia fiesta por todo, y que nunca se arriesgaría por el simple hecho de mantener su imagen.
Esa imagen fría y calculadora, la cual todos le temen, lo odian o lo respetan.
-Entonces?- Norte saco de sus pensamientos a Centro, él la vio pensando su respuesta.
-No quiero prometerte nada – Norte bajo la mirada – Pero, si ustedes salen en algún momento, no durare en ir con ustedes esta vez.- Las palabras de Centro sacaron una sonrisa a Norte.
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Los hermanos mexicanos, hablaron sobre posibles soluciones, se metieron en la política y hablaron sobre sus apuestas hacia el nuevo presidente, los dos no espera mucho, pero tenían confianza en solamente que hiciera algo importante.
A unos instantes en sus pláticas, escuchaban el rugir de sus estómagos, por lo cual Centro invito a su hermana a comer algo, antes de ir a sacar a su escandaloso hermano de la prisión.
-No comes en restaurantes caros, hermanito- Decía Norte con sarcasmo- Muchos dicen que te gastas el dinero en complacer idiotas jijiji.
-Wow, tan rápido ya dicen tonterías- Ambos salían del Zócalo, saludando cortésmente a los dos soldados militares que protegían y vigilaban la puerta. Centro empezó a observar a gente haciendo reportes al lado del Zócalo, le parecía divertido ver a otras personas hacer nombramiento a través de las redes.
Ambos hermanos caminaron rodeando un poco el Zócalo, dirigiéndose a un puesto de carnitas que estaba dándole la vuelva al lugar, viendo a una mujer y a su hija sirviéndolo a la gente que les pedía alimentos.
-Buenos tardes, mi señorita Marisol – Decía Centro con un tono cantarín y coqueto. Norte lo observo riéndose, le recordaba al pasado, su hermano siempre traía pegue ante las mexicanas.
-Hey...mi Eduardo, ya tan temprano vienes a echar perros – Dijo la señora con tranquilidad, jugando al mismo juego que el mexicano.- ¡Ho!, buenas tardes, usted debe ser la señorita María –la señora se quitó el tapabocas, y saludo a norte de beso en ambas mejillas, haciendo que la mexicana hiciera lo mismo. – Señorita, dígale a su hermano, que no me venga con chingaderas, soy casada y este me tienta a hacerle de comer a él.- Ante el comentario de la señora, Norte no puedo evitar reírse, haciendo que centro se pusiera indignado, de manera juguetona.
-Pero como crees, hermana yo vengo a todo normal, al menos que usted no quiera que le hablen bonito – Se justificaba centro, jugando al indignado, poniendo su mano sobre su cabeza y girando su mirada hacia otro lado. Las tres chicas presentes no podían evitar reírse ante la actitud del mexicano,
-HA! Chinga, no me venga con eso, como si no le hablara así a todas las viejas, yo sé que me engaño, la otra vez que se fue a los puestos de tortas cerca de la torre del ángel, he, a mí no me venga con mentiras, usted me perdió.
-Pero si ese día ni puso el puesto, por favor, ya le pedí disculpas, pero tenía que comer algo – Centro reía, para Norte, ver a esa persona, que siempre tienen una mirada fría, una postura recta, alejado de todo, reía, reía con sus ciudadanos, estaba vivo, y no era el robot que todos quieren. – Hermana ayúdame, por favor, me esta haciendo quedar mal.
Norte se acercó a la señora y le tomo de las manos.
-Señorita Marisol, no se...no se la chinga que se puso usted por soportar a mi hermano, debe ser una batalle no? – Centro frunció el ceño, diciendo en su propia mente * no me ayudes comadre* mientras su hermana y la taquera asentían diciendo males de Centro, mas Norte pues lo conocía, y la otra afirmaba todo, como si hicieran una lista de los defectos del mexicano allí presenta.
La señora Marisol, empezó a atender a los hermanos, ambos hermanos hablaban entre sí, contando momentos graciosos, y recordando algunas locuras que llegaron a hacer los tres hermanos, quien era el ganador en todas, obviamente era el sureño, quien tenía el carácter y las acciones de volver loco a cualquiera, comieron y hablaron, puesto que su presencia atrajo a más personas, y la gente empezaba a hablar con ellos de manera normal.
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Ambos hermanos pasaron a retirarse, como era de costumbre, a señora Marisol, le regalaba a Centro un poco más de carne, por si algún motivo se le antojaba su comida en la noche. Ambos mexicanos se despedían y caminaban para acercarse de nuevo a las puertas del Zócalo.
-Jajajaja no sabía que ganabas amigas tan simpáticas, antiguamente muchas se te acercaban por dinero – En el pasado, Centro fue conocido por tener mujeres a su alrededor, todas queriendo ser la próxima esposa del mexicano y obtener las ''riquezas'' que guardaba este hombre tan serio y misterioso.
-Awww, estas celosa de que te roben a tu hermano, no te preocupes Norte, no pienso casarme de nuevo – Le dio codazos Centro a Norte, haciendo que la contraria hiciera un puchero.
-No digo que no te cases, y que no consigas amigas, solo no quiero que sufras como lo que paso con tus antiguas esposas. Y lo digo por las incorrectas que elegiste, las demás eran encantadoras, la última fue un amor de mujer, de verdad. – Norte la recordaba, con calidez.
- Lo sé, y no creo que haya alguien que la supere- Norte observo a su hermano, en verdad ella era una mujer encantadora, y tal vez es la razón por lo cual Centro intenta cambiar su actitud hacia los demás países, de demostrar intimidación a mostrarles bienvenida.
-Bien ya va haciendo hora de ir por nuestro pequeño hermano- Centro roso sus ojos un poco.- Apostaría que si lo dejamos más tiempo, haría un caos en la estación de policía o huiría.
-Ambas parecen probables- Norte rio- Pero apuesto a que hizo un caos en la prisión.
-Conociéndolo, cualquier cosa es probable, solo espero y no haya liberado presos.
-Eso si, te aseguro que no hará.
Ambos caminaron de vuelta al Zócalo, para que de allí, irían a la estación de policía en Ciudad de México.
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La escena que observaban ambos mexicanos era tan absurda, que no podían creer que estaban presenciándolo en vivo. El joven sureño se encontraba en la espalda de policía federal, con una cuerda en su boca, en la mano izquierda de sur sostenía una porra mientras que PF estaba en cuatro.
-Hola, miren atrape una vaca – Ambos hermanos observaban la escena incrédulos, sudando con una gota fría recorriendo sus frentes.
-Hermano, creo que has visto demasiadas películas prohibidas – Decía centro con seriedad.
-Claro que no – Negó rápidamente el más pequeño – Solo he visto imágenes, no tengo para ver películas.
-Hermano, por favor, que le haces al inútil de PF – El México más alto, apunto al policía que se encontraba arrodillado, diciendo entre muchos murmullos, que lo salvara.
-Pues mira, déjame y te cuento...- Sur salto de la espalda de PF, hacia donde estaban sus dos hermanos – Resulta que uno de los inquilinos de esta sweet – dijo con ironía – Empezó a gritarme mierdas sin sentido, así que lo asuste un poco, después de eso, resulta que accidentalmente destruí la silla de la vaca aquí presente – apuntando a PG que se liberaba de las cuerdas, que le puso el sureño- entonces, ante su ira, mientras yo regresaba a mi hermosa habitación con tranquilidad, esta vaca intento golpearme – Ante ese comentario la mirada de Centro se volvió asesina, mientras que PF giraba la mirada a otro lado – Así que decidí ponerlo en su lugar, y entre sus cosas, encontré esta cuerda -Dijo – Que la verdad, no tengo ni idea del porque tiene esto, no sé si es masoquista o lo utiliza para someter a los prisioneros – susurro.
-Pero hermano, porque rompiste la silla? Acaso viste algo? – Cuestiono norte
-No realmente, solo lo típico, espíritus y esas cosas, ya sabes que casi no diferencio a los muertos de los vivos, creí que era otro policía- Explico Sur.
-Tanto como para destruirlo? – Cetro se acercó a la silla rota, y tocaba algunas áreas del mueble.
-Si por su puesto.
Centro y norte intercambiaron miradas de preocupación, su hermano menor lo decía en serio, pero para ellos no les cuadraba la situación, destruirlo por un espíritu, si el mismo sabe que no los puede alcanzar, Centro y norte no sabían que pensar.
-Bueno, como sea, al final le quite la porra, puse la cuerda en su boca y lo obligue a ponerse en cuatro haciendo un pequeño movimiento en su espalda, y golpeando un poco sus rodillas.
-De acuerdo, confirmo que dejarte solo es aún peor, que dejarte acompañado- Declaro centro con una mirada seria.
-jejeje y que esperabas, que me quedara quieto después de dos días, pff... por favor.
-Bueno, por lo menos no está todo fuera de control, como habíamos creído- norte acaricio la cabeza de su gemelo, haciendo que este mirara a otro lado mientras le salía un pequeño sonrojo – Buen chico – ante la acción, al final norte formo un puño con su mano y empezó a sobar la cabeza de su hermano con más fuerza
-HAAA! DEJAME! NO SOY UN PERRO- Gritaba sur, intentando quitar el puño de su hermana de su cabeza. Causando en Centro una mini risa, mientras ayudaba a PF a levantarse.
-Y tú, deberían saber que si no hay una fuerza que ejerza un contrario, no deberías TÚ ejercer fuerza, quedo claro- Amenazo Centro mirando a los ojos de PF, mientras este asentía, mientras un dolor recorría su cuerpo.-Perfecto, bien tórtolos vayámonos, que tu Sur tenemos que hablar.
-De nuevo...-se amargo un poco la actitud el sureño, estos últimos días, sus hermanos lo presionaban mucho, por lo cual ya estaba muy cansado y arto de ello.
-Si de nuevo, pero esta vez no es cómo crees.- Sur, solamente levanto una ceja incrédulo, pero decidió no poner peros y camino junto a sus hermanos, abandonando la comisaria.
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-Me niego!!-recrimina Sur.
Los hermanos mexicanos llegaron al Zócalo, centro explico la situación a Sur, pero al final a él no le parece una buena idea, haciendo que ambos empezaran a discutir.
-Estás loco o que, no pienso ir al norte – Se cruzó de brazos Sur.
-Pero no iras a cualquier lugar, iras con tu hermana, y pasaran ambos tiempo de calidad hasta saber qué hacer con tu temperamento. – Declaro Centro.
-Huta, tantito peor, acaso no sabes cuantas veces nos peleamos – Sur levanto las manos, hasta que centro puso su dedo en su nariz.
-Tú te peleas con ella, por meterte en asuntos que no te convienen, sabiendo a riendas que arriesgas más que protegerlo – Con eso ultimo centro golpeo un poco a Sur en la frente.
-Hump...
-Eh...-Norte solo veía la situación sin poder calmar a sus hermanos. - *Creo que debería interferir*-Norte se colocó en medio de los dos mexicanos, haciendo que ambos se sorprendieran.- Muy bien chicos, creo que es hora de relajarnos, que les parece si hago un poco de café, y discutimos esto de una vez, con tranquilidad, por favor...
Ambos hermanos se vieron de reojo y solo suspiraron a la petición de su hermana. En unas cuantos minutos, los tres hermanos, por fin estaban sentados juntos en una sala, Sur se quedaba viendo la taza de Té que al final le pidió a su hermana.
-Hermano- Hablo por fin un tranquilo Centro- no se cuales sean las razones de tu propio silencio, pero de verdad, te pido que aceptes esto.
-Pero, no le veo lo increíble, o cual es la solución a sus alucinaciones. – Respondió agresivo el sureño.-Siempre he sido así, no sé porque ahora se preocupan tanto.
-Porque, te hemos visto muy alterado, no solo nosotros, los demás latinos también lo notan hermanito. Y solo queremos saber si tienes una...- fue interrumpida.
-Yo no estoy enfermo...
-No queremos decir que lo estas, pero si tienes algo que no es común en ti...
-Y ustedes que saben que es común en mí?...-El silencio rondo entre la habitación, mientras que el ojo rojo de sur se veía tan intenso y brillante, como si de un rubí se tratase. – No es como que me ganara el nombre del representante olvidado por nada... como sabrían ustedes que es lo malo con migo, o mejor dicho, como saben que realmente esto no es normal en mí.
-Sur...yo – Norte iba a decir algo, pero Sur continuo.
-No digas nada más, aceptare, pero no voy a aceptar que me pongan cosas que yo no tengo.
Firme en sus palabras, los otros dos mexicanos suspiraron pesadamente, mientras que el sureño bebía su té de pocos tragos.
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Los tres hermanos después de todo lo sucedido, por fin hablaron y discutían de un modo más ''tranquilo''.
-Abecés hermano, pones las cosas muy intensas sabes- Decía un Centro que se deslizaba por el sofá, mientras inhalaba y exhalaba por la nariz- si ibas a aceptar, porque tanto escándalo?
-Es para ponerle sabor a tu vida centro, además lo estuve pensando y me gustaría ver a Coahuila y a las bajas californias, apuesto que Baja california, querrá pescar conmigo. Y que Coahuila me ayudara a molestar al inútil de USA.
-Por favor no molestes a los gringos, que ya tengo problemas con la fuerza fronteriza de USA...-Decía Norte con una gota de sudor frió en su cabeza.
-Pero aun si no hago algo, la fuerza fronteriza se mete con nosotros... ya viste lo que nos pasó la semana pasada, el gringo anda mas alterado que antes...
-¡Todos andan alterados! –Se quejó Centro - ¡Que en Brasil hay represión, que en Chile cortaron comunicación, que en Argentina todos andan en protestas! ¡Que Colombia necesita ayuda, Venezuela lo quiere matar USA, y toda Centroamérica anda mudándose a Estados unidos! – Pone sus manos en su rostro – Ya tengo suficiente con nosotros, y ahora la gente espera que YO sea el que repare las tuberías rotas de toda Latino américa.
-Pues claro hermano, eres México centro, la leyenda nombrada como la perfección de México, aunque claro, de perfecto no tienes ni una pizca, jajajajajaja. –hablo crudamente Sur, mientras reía en su sillón.
-¡Hagg, cállate!- Centro ponía una sonrisa aterradora ante el comentario de su hermano, quien seguía riendo.
-Es que hermano, admítelo, a pesar de que tú no le agradas a nadie, lograste lo que los buenos no lograron, ser literalmente el ''centro'' de atención – El comentario de Norte hizo reír aún más al pequeño Sur, quien ya se había acomodado en los brazos del sillón.
-Tú no te metas hermana jajaja – los hermanos reían, las risas se contagiaban, hasta PM quien estaba afuera, intentaba no reírse, junto con el otro soldado que se reía en silencio.
Los soldados solo vieron arriba de la ventana, donde la luz se veía, y las risas se escuchaban.
-Se nota que cuando los tres están tranquilos, se puede pasar bien con ellos – Decía el joven soldado.
-Claro, pero como vez, solo un Mexicano, entiende a otro, a pesar de su forma de llevar, siempre terminan riendo de algo o alguien, también puede ser porque son hermanos, o por el simple hecho de que se llevan mucho tiempo conociendo.
-Je, obviamente, - el soldado vio su reloj - deberíamos hablar con el señor centro, está oscureciendo y es la hora de guardad la bandera y retirarnos a la base. –PM asintió las palabras de su compañero y fue a la sala donde estaban tan tranquilos los tres hermanos.
PM solo hizo un pequeño aviso a Centro, quien interrumpió las raras conversaciones de sus otros dos hermanos, los tres hermanos se levantaron mientras que una de las trabajadoras se llevaba los platos, pero observo uno de las tazas que aún tenía el contenido adentro.
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Centro convenció a sus hermanos de dormir en el Zócalo, mientras todo están preparándolo para cerrarlo el día de hoy.
-Y donde esta CDMX? – Pregunto consternada Norte. En todo el día CDMX no hizo ni un acto de presencia, ni siquiera para dar algún saludo a sus dos familiares que llegaron o salieron el día de hoy.
-...Él no está aquí ahora – respondió Centro sereno.
-Y va a volver?, ya que todo está a punto de cerrar, y nosotros tres nos quedaremos aquí. – Prosiguió a la cuestión la joven norteña.
-Él no duerme aquí, tiene otro lugar donde vivir – Respondió Centro mientras abría una habitación.
-Hump... que bueno, no quiero ver su asqueroso rostro – Dijo Sur. Ante lo dicho Norte le da un codazo a Sur, haciéndolo entender que no comenzara otra discusión con Centro.
-Si, tal vez es lo mejor, no lo culpo de no querer vivir aquí ya, desde luego el presidente quiere mudarse aquí, en su sexenio, así que ya no será tan grande como se hace ver el zócalo. Luego dando algunas remodelaciones, puesto que algunas habitaciones en tan desordenadas.-Abrió la puerta de su habitación, para luego hacer entrar a sus dos hermanos.
-wow, tan pulcro como siempre hermano – dijo Sur al ver la habitación de Centro. Centro siempre es limpio en todo tipo de cosas, su cuerpo, su ambiente, su trabajo, ya muchos quisieran que los que trabajan para el fuera igual de implacables que Centro.
-Bueno ya me conoces, no me importa que tanto trabajo tenga, en algún momento tengo que limpiar, porque si no, no puedo ni trabajar.-explico centro.-Lamento que tengan que dormir aquí, algunas cosas están siendo limpiadas, y remodeladas, es como si hicieran fiestas a cada dos por tres, y no las limpiaran, y solo se iban a otra habitación.
-Qué asco – dijo norte.
-Lo sé – Término centro – Así que estaremos apretados aquí, espero y no les moleste.
-Como si no hubiéramos dormidos en camas compartidas antes, no te preocupes. – aclaro norte para calmar la tensión de su hermano.
-Yo no pienso dormir en la cama, prefiero dormir en la ventana, allí hay una mini sillón incomoda, perfecto para mí. – Dijo Sur sentándose cerca de la ventana. Centro lo miro por un segundo y le aventó una almohada y una cobija, haciendo que el sueño se quejase del almohadazo que le dieron.
-Mejor para mí, así no tengo que oler tu sudor- dijo centro mientras reía de la cara de Sur.
-Pero si me bañe – Gritaba Sur ante la sonrisa malévola de Centro.
-Y eso cuando fue, antes de encerrarte? Porque para mí hueles a cemento y sudor. – Norte reía, mientras se cambiaba su atuendo, mientras Sur solo gruñía.
Ante la noche en Ciudad de México, los tres hermanos se despedían para dormir, mientras una luna Cuarto menguante daba su pequeña luz en la ventana, donde los ojos agotados los hizo caer en un sueño profundo.
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Dónde estoy? Porque todo esta tan oscuro? Intento moverme pero no puedo.
De pronto ciento como mis manos se levantan, mis manos tiemblan mientras sostienen un arma, pero no cualquier, una que me deshice no hace mucho. Un arma con una calavera.
Mi cuerpo empieza a moverse lentamente, mientras escucho gritos, gritos de dos personas, un hombre y una mujer.
Alguien se ríe. Ríe malévolamente mientras empiezo a ver a las dos personas que suplican.
Hermano...Hermana...? Que está pasando? Porque no puedo detenerme... basta cuerpo, basta.
Oigo más profundo la risa, mientras mi mano se levanta y empieza a pasar ese filo en el pecho de mis hermanos, ellos no se defienden de mí, no puedo oírlos más, solo esa risa. Acaso...es mi risa... Yo no... yo no quiero esto.
Mi cuerpo se detiene, se levanta y se aleja de los cuerpos de mis hermanos... los veo sangrar, veo sus sangre en mí, dirigí mi mirada hacia arriba, miraba unos hilos finos en todo mi cuerpo, y lo veo a él... elevando mis manos, para luego...
Yo mismo matarme.
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-HA! – abrí los ojos, estaba tirado del sillón cerca de la ventana de mi hermano centro, frote mi mano en mi cabeza, intentando sanar el micro dolor que sentía, en mis pensares pasaban las palabras ''otra vez'' recordando las 13 vez que tenía una pesadilla, sin contar las veces que no dormía, me levante del suelo y dirigí mi mirada a mis hermanos.
Y un golpe de nostalgia me atrajo hacia ellos, podía ver como Centro abrazaba a Norte, mientras mi hermana dormía tan pacíficamente. Este auto reflejo de Centro ya era normal para mí, desde que lo conocemos ha hecho eso siempre, abrazarnos...como si sintiera que fuéramos a desaparecer si no lo hace.
Mientras que a mí y a norte no nos importaba, más bien nos hacía sentir seguros con él. En ese tiempo, teníamos miedo de España, en esta guerra que comenzamos nosotros para ser ''libres''. Centro nos trasmitía seguridad ante esas acciones, y aunque no lo quiera admitir, me hacia sonreír. Tal vez dormir pegados los tres juntos no sea tan mala idea.
Y con esas palabras en mi mente, me dirigí a la cama donde estaban mis hermanos, acomodándome, y como siempre, ese reflejo de centro llegaba tan bien recibido como siempre, haciéndome sentir tranquilo.
Estaba a punto de cerrar mis ojos, hasta que siento algo en la cama, la oscuridad no me daba ver tan bien, pero allí estaban, algo estaba en frente de la cama, algo malvado, que solo me hizo sostener la mano de mi hermano y el brazo de mi hermana por si acaso.
Podía ver que se susurraban, decían algo y luego se reían.
-*De que se ríen malditas cosas* -pensé. *váyanse ya y déjenos tranquilos*
Mientras cada vez más acercaban sus manos a nosotros, no quiero dormir con esas cosas aquí...
No si ellos están en peligro.
Continuara.
Haaaaa....
Que día, hoy mi pobre ayudante no pudo ayudarme a la hora de escribir la historia(mas bien correcciones de palabras, acentos y signos) TvT puesto que su computadora no servia y al principio le dije que esperare a que funcione, pero ya no se pudo por mas tiempo, y ella prefirió que lo escribiera, aunque me salga culera XD (ok no )
Espero y lo disfruten, por mientras ella sigue con su problema, tal vez vean algunos errores TvT a la hora para mi de escribir.
Eso es todo, muchas gracias por leer ^^
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