Encuentro
Pequeña referencia a la gripe malvada, de los primeros cortos de Villanos (2012).
. . . . .
Flug entró a su laboratorio sintiendo su corazón latir a mil por hora, ojeó el sitio antes de entrar y se alivió mucho de no ver a Black Hat de regreso del baño del laboratorio (el más pulcro de la mansión puesto que cuenta con un sistema de desinfección automático para no contaminar con bacterias de los experimentos ni a los experimentos).
Se dirigió a la cama del paciente junto con la maquinaria médica y puso la bandeja de desayuno en la mesa, luego tendió la cama concentrado en mantener sus pensamientos fríos.
-¡Vaya, hasta que por fin apareces! - La ronca voz de su jefe lo sacó de su concentración, había aparecido detras suyo haciendo que el doctor emita un grito de medio segundo y se voltee a verlo firmemente. El ser tenebroso se había quedado largo rato frente al espejo pensando y analizando su sueño hasta concluír que aquello era nada más que una fantasía, por lo que se sentía muy fastidiado en ese momento.
-¡JEFECI--! - Fue interrumpido por aquellas toses roncas, cubiertas por la gabardina negra del otro mientras este se dirigía a su costado, haciendo que las señales de su maquinaria entren en un glitch por unos segundos para luego volver a la normalidad, el curioso genio miró de reojo aquello con fascinación. Le parecía enormemente interesante las peculiaridades sobrehumanas del demonio, incluso sin que este se esforzara en mostrarlas.
-¿Se puede saber qué has estado haciendo? Te demoraste mucho y necesito una explicación del por qué de tu labor médica hacia mi persona. - Su jefe tomó uno de los tocinos que tenía su plato de comida mientras le hablaba lo más serio posible, le dio un mordisco amenazante a su alimento con la vista fija hacia su subordinado. - ¡No te ordené que fueras mi médico cuando te contraté! ¿cuál es tu objetivo analizando? -Señaló los files médicos de la mesa con su meñique, terminando de comer y llevándose a la boca otro tocino, esta vez mordiendolo con furia, agitándo lo que quedaba frente al rostro del doctor de manera amenazante. - ¿Tú qué tramas? ¡Hasta me preparaste el desayuno! ¿Quieres un aumento de sueldo? Ni CREAS que te lo voy a dar.
-N-no..jefecito, no lo podía dejar así nomás en manos de un médico que se aproveche de su poder. - Rió, aunque no tan nerviosamente luego de ver al otro usar su comida para señalarlo. Recibió una mirada atenta de su jefe y se acarició el brazo para seguir.- ..Es decir ahm--imagínese qué hubiese pasado si lo dejara tirado e inconsciente, sin saber qué pasaba con su salud, ¡o llevarlo a un doctor para villanos!, nadie me garantiza que no quieran experimentar con usted y sus poderes, amenazarlo por su fortuna y compañía o incluso matarlo.
El demonio estaba por un momento reflexivo y serio, pero levantó una ceja a lo último que dijo, con una risa. - Pero si eres idiota, no me puedo morir, y si lo intentan me regenero. -Mencionó dirigiéndose a la cama y sentándose, tomó su plato de comida y con las manos empezó a comer de forma salvaje. El doctor, aliviado de zafarse de algún dato comprometedor suspiró y se sentó en su silla giratoria, adecuadamente usando sus cubiertos y comiendo su desayuno en la mesa.
-No me dijiste por qué me hiciste esos análisis. ¿No preferirías que siguiera sin salud? Te hago la vida imposible a diario ¿o acaso no? -Le preguntó el demonio en tono de burla y sin quitarle la vista a su comida para meterse un mordisco de sus panqueques quemados.
-Es que si me importa su salud, jefecito. -Respondió el médico de forma un poco nerviosa pero sincera e igualmente sin quitarle la mirada a su propia comida. El otro giró los ojos incrédulo, no le creía al 100% pero detectaba que estaba diciendo la verdad, más su egocentrismo le impedía darle las gracias a su cuidador.
Tosió con incomodidad y siguió el tema. -¿Y esta estúpida cama?
-E-es..es mía, no tenía otra cosa que darle. - El menor cerró sus ojos con vergüenza, agachando la mirada al piso. Black Hat sin querer se sonrojó con la misma intensidad de vergüenza y desvió la mirada. Ni esperaba que estuviera en la misma cama que usaba el científico por las noches, eso le ponía algo... pero ¿en qué estaba pensando? Era una cama acolchada, olía bien, estaba limpia. Se sentía cómodo sentándose en ella, quería arroparse en ella, en ella había soñado cosas muy dulces y quería volver a hacerlo. Era una cama bastante suave y de su gusto y con agradables decoraciones, le recordaba a los planetas que había conquistado en el espacio, no estaba nada mal y eso lo hacía sentirse extraño internamente.
-¿Detectaste algo interesante de mi salud? - Interrogó desviando el tema, a lo que el doctor se puso la mano al pecho en alivio de no recibir respuesta a lo anterior y se volteó a ver a su jefe con una expresión más tranquila.
-No mucho señor, solo su alergia y al parecer sigue con malestares, pero sus órganos se encuentran bien... si me permite lo puedo revisar para ver si amaneció mejor hoy, ayer a veces su corazón se le aceleraba un poquitín. - El genio científico cruzó sus dedos encogiéndose de hombros esperando la respuesta de su jefe.
-Pues adelante, debo saber qué has estado haciendo mientras estaba inconsciente. Despertarse con el cinturón afuera supongo que fue para tomarme rayos-x, ¿o no es así? - Black Hat solo sabía un poco de medicina por sus años de vida como malechor, no quería malpensar de las intenciones de su...cobarde, y tonto doctor. Miró amenazante al pobre muchacho que se encontraba al frente temblando de nervios y sonrojado debajo de su bolsa, su médico rápidamente le dio todos los papeles con información de los análisis que había hecho.
-Interesante.. - Exclamó el jerarca sosteniendo los archivos y viéndolos detenidamente, no había admirado su fantasmal interior y órganos nunca, ni cuando tuvo su gripe malvada de hace años, en esa enfermedad se encontraba consciente y por lo tanto Flug ni se le acercó a analizarlo como lo hizo ahora, tampoco había doctor que lo hubiese tratado anteriormente por el claro riesgo de vida al cual tenían miedo, y no era de juzgar, tratar con un ser tan peligroso como lo era Black Hat en un examen médico que involucre varios artefactos puntiagudos era una sentencia de muerte para cualquiera menos para el fiel genio malvado.
El demonio se acomodó para echarse en la improvisada cama mirando sus files y se quitó los zapatos con los pies para estar más cómodo. Esperaba quedarse allí para saber más y divertirse un rato. -Hoy no vas a trabajar en ningún invento, solo te ocuparás a atenderme. Y la verdad.. también necesito algo que me calme este dolor de garganta. -Mencionó dejando los archivos en la mesa y cruzándose de brazos para mirar al doctor.
-Si me permite puedo revisarlo...señor. -Musitó el doctor, acariciando su propio cuello en señal de nervios mientras lo miraba de vuelta.
-Revisar ¿QUÉ? - Le respondió con una mueca asqueada al imaginarse al otro revisándolo debajo de su ropa, simplemente sería humillante e incómodo tener que dejarse ver de una forma tan vulnerable y débil, y no se imaginaba nada "triple x", con imaginarse mostrando sus pectorales y plano estómago, de los cuales sí se sentía cómodo consigo mismo pero nunca deseó mostrar, ya era demasiado repugnante que ni elaboró a más pensamientos.
-M-me refiero a..descubrirse su frente o cuello un poco, para tomarle la temperatura y dar un diagnóstico médico. - Flug en este momento estaba casi seguro de que el otro había malpensado lo dicho anteriormente, se cruzó de piernas y agachó su mirada tímidamente, no con desdicha pero si con frustración...íntima.
-¿Vas a confirmar mi pulso? No seas ridículo ¡soy Black Hat! no soy ninguna miserable criatura mortal como t- ¡¿qué?! - El ente sintió un punzaso en su cabeza al emitir esas últimas palabras, mientras hablaba se imaginaba a Flug cuidarlo y revisarlo con amabilidad y calidez, un pensamiento nada malvado ni profesional, no había explicación y para Black Hat aquello era sumamente extraño. Su cabeza le fastidiaba, y mucho. - ..¿Pero qué..? mi cabeza, me esta matando. Y a mi NUNCA me duele nada.
-Por favor recuéstese. - Rápidamente Flug se levantó de su sitio, genuinamente preocupado tomó al otro de los hombros y suavemente lo hizo echarse. ¿Cómo? Pues facil, Black Hat se hizo atrás para no ser tocado pero inevitablemente lo fue, pestañeaba confundido y se quejaba de su dolor y de las acciones del otro, pero no se sentía enojado de que el otro lo atendiera.
-Bien pero no toques mi sombrero o te voy--. - Dijo amenazantemente, recostándose por completo mientras se quejaba, cerró sus ojos con fastidio y también para no ver al otro y abochornarse más de lo que ya estaba.
-Si si, lo se. - Le interrumpió su doctor en tono de burla. Cielos...¿desde cuándo su jefe era tan...adorable?. Flug trató de componer su afecto hacia el otro y concentrarse en su labor de médico aunque fuera difícil. Se quitó los guantes y los puso en su mesa, en eso Black Hat abrió los ojos solo un poco para ver lo que hacía, se percató de las pecas en la pálida mano de su acompañante, eran...
-¡¿Q-QUE HACES!? - Sus pensamientos fueron interrumpidos al notar una de las manos del otro acercarse hacia su cuello, con sorpresa y bochorno en el rostro retrocedió. Las manos ajenas eran demasiado delicadas, eran ¿hermosas? y eso hacía que de su espalda recorra un hormigueo. Black Hat tan solo había visto las manos del otro unas cuantas veces, pero nunca con detenimiento. Las vio de cerca y aunque solo haya sido un instante pudo notar esa piel, una pecas como de acuarelas sacudidas en papel lo hacían ver como una hermosa pintura encima de su bella 'cobertura' humana, casi tan pálida como la de un muerto, una piel de porcelana que no competía con ninguna muñeca de porcelana poseida que él jamás haya visto. Y sí, tal vez estos pensamientos no suenen para nada románticos para ningún mortal, pero sí que lo eran para el maestro de la villanía y el mal. Aún así, tal vez necesitaba sentirlo para cambiar su fantasía maléfica, notar que aquellas manos no eran frías como un muerto y más bien, cálidas.
-Jefecito, no le haré daño - Anunció calmadamente, notar el aspecto nervioso del otro lo hizo sentirse más seguro y seguir adelante hasta tocar su yugular con la yema de sus dedos para luego tocarlo con todos ellos, después de todo ya lo había hecho anteriormente y no le fue difícil esta vez. Flug percibió la misma ternura de la otra vez y al igual provocó que el pulso cardiaco de su paciente suba. Su jefe sintió cómo un cosquilleo recorría su cuerpo entero al sentir las acogedoras manos del científico, se sentía como un suave rayo de sol acariciar su cuello, era manos tan llenas de vida, tan buenas, y eso lo ponía nervioso y fascinado.
-Solo verifico su pulso y temperatura, ¿le sucede algo? Su corazón- o lo que fuese que traslade la sangre por su cuerpo, evidencia que está muy agitado. - Flug verdaderamente estaba desconcertado y lo preocupaba que el otro muestre ese tipo de reacciones ante el contacto, dudando, no quería enfermarlo peor.
-¡¡Pues claro que lo estoy!! - Murmuró Black Hat, fastidiado y sorprendido también, nunca se había cuestionado de que tal vez los sonidos de latidos fuertes que sentía de vez en cuando provenían de él mismo y no de las almas con las que se alimentaba o capturaba en objetos de adorno.- ..Esto es, demasiado raro, pensé que mi corazón no daba pulsos tangibles o siquiera estables. Hasta juraba que era inexistente.
-No se que sea, pero sí parece tener latidos.. y son fuertes, jefecito. - Musitó acercandosele más y retirando sus mano del cuello ajeno, Black Hat por un segundo lo miró interrogante y con preocupación por su nuevo descrubrimiento, pero por una extraña razón se le quedó mirando. Flug atentamente lo miraba a los ojos y por un buen rato se quedaron en silencio, solo mirándose. No sabían que sentir en ese momento pero sí que sentían sus corazones latir con ganas, el doctor miraba al demonio dócilmente y con dos brillantes pupilas debajo de sus cansados párpados quienes se iban abajo lentamente, la mirada del contrario cada vez se veía más tranquila y su cuerpo menos tenso, sin notarlo se acercaban el uno al otro para verse con mayor detenimiento. Ambos no sabían lo que pasaba pero se sentían bien, estaban cómodos sintiendo sus pechos revolotear con sensaciones acogedoras que nunca antes habían sentido, ni siquiera deseaban cuestionar lo que estaba pasando.
-Flug...yo. - Black Hat cortó el silencio, sin dejar de mirar los cálidos ojos de su acompañante, se sentía bastante extraño y eso era nuevo. Sentía que de su estómago se movían pajarillos tratando de salir volando, de su pecho sentía como una especie de llama calentar su frío cuerpo, nada de lo que sentía era doloroso, solo raro y tan nuevo que era difícil de explicar. Por primera vez en su larga vida se sentía de esa forma tan peculiar, se sentía mareado, tonto y nervioso. Ver las blancas pupilas de su subordinado lo hacía pensar de maneras ridículas, le fascinaba verlo, como ver la luna más hermosa en esos dos oscuros ojos. Esa mirada era la noche más oscura y penumbrosa, encantadora, llena de misterio que Black Hat ansiaba descubrir, como si la forma de ser tan intrigante del doctor no fuese suficiente ahora hasta sus ojos lo hacían caer en un hoyo de sentimientos que no podía traducir. - Yo.. creo que-
-Si, mi amo y señor. - Le respondió a su jefe suavemente y sin pensarlo, aunque ya lo hayase llamado de esa forma antes, esta vez era de una forma muy cariñosa. Flug estaba más perdido que un pirata sin mapa, sus pensamientos nadaban y nadaban por doquier sin dirección, de su mente se le venían canciones y poemas de amor, su imaginación era un mar y Black Hat era la tormentosa lluvia acariciandolo y llenándolo de interrogantes y exclamaciones, el ser diabólico controlaba su océano mental y lo sacudía a su antojo como era de costumbre, pero esta vez de una forma pacífica. Se seguían mirando y el demonio no respondía con nada más que una mirada que cada vez parecía más brillante, como si pequeñas estrellas reflejaran en su ojo. Se veía nervioso y algo preocupado, su doctor no pudo evitar cruzar sus brazos e inhalar aire con fuerza para luego suspirar de la forma más melosa posible, recostando su embolsada cabeza en su pecosa mano.
Aquello para el científico lector era una escena de sus cuentos más románticos, en donde dos amores se encuentran al fin, se habían encontrado pero ni lo querían admitir. Black Hat levantó sus cejas maravillado de la hermosa mirada frente suyo, se sonrojó bastante en ese momento y nerviosamente desvió su vista, sintió cómo su estómago se revolvía con sensaciones que no conocía.
-Flug, en serio.. creo que.... creo que voy a vomitar. -Dijo cerrando los ojos y tapando su sonrojado rostro con su gabardina, de verdad se sentía con algo muy parecido a náuseas para él, emitió tosidos fingidos para ser más convincente y funcionaron bien en el otro, quien respondió levantándose rápidamente con un preocupado respiro.
-Voy a traer un balde, y trapeador por si las-.. -El científico nerviosamente empezó a retroceder casi tropezando en el piso con su silla, su jefe gruñó deseando que se retirara más rápido.
-¿QUÉ NO TIENES ESO EN TU LABORATORIO? ¡TRAELOS YA! -Gritó tapándose el rostro y ojos con sus manos.
-¡¡SÍ JEFECITO!! - Le respondió sin más, apresurandose a la puerta de salida y realizar lo prometido.
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