Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Corazón delator


He aquí el capítulo más hilarante hasta el momento.

Feliz 2020.

. . . . .


El demonio abrió sus ojos de golpe en pequeñas pupilas y de sus enormes colmillos salió un jadeó estupefacto, como si hubiese salido del agua luego de un larguísimo ahogamiento, agitadísimo y babeando por la boca aún, con toda la sangre dirigida a sus mejillas.

Las luces de las máquinas parpadearon hasta prenderse por completo apenas su vista se ajustó del despertar, evidenciando que estaba en la camilla improvisada de su subordinado. Y no... ni siquiera estaba pensando en que dijo el nombre de-- ahm, ni siquiera que era su segunda vez que--...mientras se tocaba y- BUENO pero era una perversión y ya, ¡tenía otras cosas de qué preocuparse!.

Su corazón le seguía latiendo fuerte y su pecho se movía de arriba a abajo en su fuerte respiración, sudando.

"Oh no...."

Oh, si.

Al parecer se había venido mucho, y en todas las sábanas de su lacayo.


Sus dos manos se limpiaron la boca y presionaron ambos lados de la cama, y con ello se semi-incorporó, todas sus extremidades temblando de nervios. Se sintió como un miedoso ratón de caricatura apunto de asomarse por la ventana.

Miró abajo y su primera reacción fue llevarse un zape a la cara, levantando la mirada dramáticamente. Confirmó que se había corrido en las sabanas, pues habían dos manchones de su esencia blanca salpicada encima del print de nebulosa.

¡¡Si seré IDIOTA!!susurró fuerte, levantandose de la cama lo más pronto posible, tropezando y cayendo al suelo para al instante levantarse erguido como si alguien lo fuese a ver.

"¡¿QUÉ CARAJOS?!" sacudió su bata con sus manos y una mueca, había caído pisando un borde de la sabana. Miró a ambos lados y, felizmente, nadie vio nada ni nadie lo escuchó.... Solo quedaba desaparecer la evidencia, como buen villano que era.

Se llevó un dedo a la barbilla y un puño a la cintura, ¿qué haría el villano más despiadado del mundo ahora? simplemente quemaría la evidencia. Pero, lamentablemente, recordó que tendría que justificarse con un recorrido de los hechos y pensó; "¿qué haría el villano más inteligente y despiadado del mundo ahora?..no...Flug no...no pienses en Flug...NO pienses en Flug, no pieNSES EN--¡¡NO AYUDA DECIR SU NOMBRE EN TU MENTE, TREMENDO IMBÉCIL!!"

Se pegó en la parte del sombrero que cubría su frente. "¡¡CONCENTRATE!!".

Y empezó a caminar en círculos. Pensó, pensó... se había levantado de la cama sintiéndose de maravilla, iba a empezar a pensar en algo tonto cuando--

¡¡AAJA!!. ¡Esa era la respuesta, se sentía de MARAVILLA!, no solo era porque se había echado el polvo más fantástico de la vida y tocado a su príncipeEEoooooO LO QUE SEA-- era que ya no tenía congestión nasal, raspón en su garganta, apretones en su estómago ni calentura en su eh--en su frente.

Si sus malévolos cálculos eran correctos, se había curado y no necesitaba estar allí para ser medicado o quedarse en la camilla y ser examinado de nuevo, ¡EXCELENTE!. ¡Ya no tendría que estar junto a Flug todo el día de nuevo y--!.

...

Oh.

¡BUENO, TAL VEZ SUS PODERES FUNCIONARÍAN AHORA!, ¿verdad?. Chasqueó para limpiar lo evidenciado y... no. Sacudió su cabeza y gruñó. "¡¿Pero si besé a mi--...?! A LA MIERDA, NO ME DIGAS QUE ERA DAR UN BESO EN---." Tomó la almohada, gritó en ella arqueando su espalda hasta abajo, descargando toda su frustración, y la dejó en su lugar luego de medio minuto, como si nada suspirando.

Bueno, daba igual, tomó la colcha y se dirigió a la estación de los bots, pues no sabía a dónde llevar esa cosa a lavar.

Pero al abrir solo un poco la puerta y asomarse, lo que vió fue perturbador.

Eran varias parejas de Hat-Bots bailando lento con una canción bien boba y de amor, bajo una bolsa de disco e iluminación del fucsia que le gustaba a Demencia por toda la sala robótica.

https://youtu.be/7cQLOpeHG68

Sus siempre fruncidos ojos se entrecerraron en una mueca asqueada, sacudiéndose del disgusto—¡IUGH, PERO QUÉ REPUGNANTE!.........bueno lavenme esta cosa mugriennn--nO LO EXAMINEN.—, musitó gritando al final, tirándole rápido la colcha a un HatBot-Sentinel que se encontraba justo allí en la puerta y no haciendo lo que su contraparte pequeña y tal vez más tonta hacía.

El enorme bot le dió un saludo militar y se fue para una puerta que llevaba al cuarto de lavado, así que Black Hat no hizo más que cerrar la puerta y hacer como si no vió nada, sacudiéndose las manos con palmadas como si ya hubiese realizado todo un trabajo.

'I've hungered for your touch, a long, lonely time - He deseado tanto tus caricias, durante un largo, solitario tiempo,''

Por alguna razón que él desconocía, la música seguía sonando fuera de la puerta, y cuando volteó con fastidio, lo primero que captó su vista fue a su lacayo, allí haciéndose el tonto caminando de puntillas como si fuese a hacer siquiera ruido con sus pantuflas.

'And time goes by, so slowly - Y el tiempo puede pasar, tan lentamente. '

Miradas se dirigieron, ojos se encontraron el uno al otro, las cejas de ambos se alzaron bien arriba al verse y las cuatro pupilas que se observaban eran pequeños puntos. Se quedaron totalmente helados por unos buenos 10 segundos, entre la suavidad de la música y ambos latidos en sincronía.

'And time can do so much. Are you...? - Y el tiempo puede hacer tantas cosas. ¿Tú eres...?'

Hasta que Black Hat abrió la habitación de los bots y se encerró más rápido que volando.

Con su jefe ya fuera de vista, Flug corrió y se llevó su piano a su cuarto con la misma velocidad con la que llegó a su objetivo. Se encerró pegado a la puerta con un respiro de aire exageradamente hondo, igual que el de su jefe en la estación de recarga.

'...still mine? - ¿..mio aún?'

El demonio desde allí escuchó la puerta de la otra habitación cerrarse y al fin pudo salir..... a correr desesperado hasta SU propio cuarto. Se encerró y fue directo a la enorme cama que poseía para arroparse en las sabanas escarlata y morir de la vergüenza. Había vuelto al mismo estado jadeante y sudoroso del que estaba cuando despertó, y con toda su sangre en las mejillas.

'I need your love. God, speed your love... - Necesito tu amor. Dios, acelera tu amor...''

Sí, la maldita música sonaba en su habitación también, y el demonio no tuvo más que hacer que gruñir frustrado y fruncir su entrecejo punzante mientras se tapaba la cara con sus sábanas carmesí. Su respiración y sus latidos aún agitados, echando humo por el cuello.

'...To me - ...Hacia mi'

La canción seguía, ahora estaba hablaba del cochino amor como el agua, ríos solitarios, mares de sentimientos. Sentía que se ahogaba en agitación, respiraba como si hubiese salido del agua...mar...se encontraba, abrazando-- ¿a los brazos abiertos del mar...?. Qué canción tan ridícula...inevitablemente pensó en moluscos, en el rostro descubierto de--.

Cerró los ojos rendido en un fuerte quejido y suspiró hondo, decidió apretar sus almohadas para ocultar su audición siquiera parcialmente y no atender la letra.

Se puso a pensar en el argumento que estaba pensando para justificar la lavada de colcha; "Ya no necesito estar allí porque estoy curado y la puse a lavar para devolverla." parecía demasiado educado de su parte, "BUENO, es que... vomité encima y ya me siento mejor y no la necesito.", no funcionaba porque su vómito era ácido las últimas veces, hm... "Simplemente me vine en tu colcha pensando en ti al finali--¡¡¡OYE YA BASTA!!!".

Se dió una bofetada en la cara. Infiernos, ¡¿hasta cuándo SU PROPIA MENTE DIABÓLICA le seguiría fastidiando de ESA forma tan malvada?!....por Lucifer.

"Ya estoy curado, no te necesito y los bots insistieron en dejar todo limpio así que ahora largo y no me hables." Sí, mucho mejor. Podría agregar un insulto, tal vez... no. ¡Sí! No. ¡¿POR QUÉ--?!... ¡¡MaldiCIÓN!!.

¡¡¡APAGUEN ESA TONTERÍA QUE VOY A DORMIR!!!dijo débil de tanto respirar agitado, pero no hacía falta, pues la canción ya estaba a segundos de culminar. Su corazón le latía como si hubiese corrido, bueno sí había corrido, pero no tanto como para estar así.

+

Flug suspiró al abrir un poco su puerta y evidenciar que su jefe no estaba, estaba tan incómodo. No sabía qué pensar siquiera ahora pues mucho había sucedido en tan poco tiempo, ¿por dónde empezar siquiera?.

En fín, tenía que concentrarse en el trabajo para desviar su mente de nuevo, así que fue rápido a la sala de sus bots con su invento y sus planos, y lo que vio dentro lo dejó confundido. Eran Hat-bots repartiéndose Hat-coins y jugando al poker de nuevo, con una bola de disco que iluminaba todo con un filtro fuscia como los de Demencia encima.

Parpadeó —Eeeeh, luego pregunto. —, cerró la puerta y se dirigió hacia ellos mientras hablaba —Tengo este invento y necesito que lo copien y empiecen el traba-... —. Con una velocidad que no había visto nunca de ellos, tomaron sus cosas y se pusieron a trabajar como elfos para Santa Claus, trajeron de quién sabía donde un montón de madera y herramientas, un grupo se puso a soldar las piezas de metal y otros a cortar las maderas con sus propias garras de ataque. .....-jo?.

Oh bueno, el doctor se sintió seguro y orgulloso, pero también estaba cansado, así que se encogió de hombros en un "Jum." de satisfacción y se retiró sobándose los ojos hasta su habitación, mirando al suelo con la espalda curvada del sueño. Hace un rato se había despertado de golpe al recordar que había dejado el piano allí donde su jefe y podía abrir preguntas... entre muchas otras cosas embarazosas.

No quería pensar en eso, solo en lo bien que se sentía estar en su cuarto de nuevo, presionar el botón actualizando el catálogo, sentarse en su cama y cerrar los ojos, echándose lentamente hasta que su cabeza se apoye en su almohada y descanse al fin.


Su jefe, en la otra habitación, se envolvió como oruga en sus sábanas carmesí, cerró sus ojos, y lamentó que no era lo mismo que estar en-- oh al carajo cómo chingaba todo, joder.

Se durmió al poco rato pero bien fastidiado y rechinando los colmillos, ni siquiera soñó con nada ni nadie y se despertó con el teléfono que no paraba de sonar. ¿Qué putas horas eran para que esté sonando ya?.

Sacó sus sábanas de encima como empujando a un estorbo y se levantó enfurecido, su teléfono caminante estaba temblando en su mesa de noche y saltó despavorido cuando las garras del jefe de la mansión tomaron su contestador y le pegó un grito a este.

—¡¡DIME LA HORA Y MÁS VALE QUE ME ATURDAS POR UNA BUENA RAZÓN, INMUNDA SABANDIJA!!.— escupió al teléfono, siendo contestado por una voz tranquila y femenina.

—Seis de la mañana, y quería agradecerle señ--.

—De nada. —colgó y se recostó de nuevo. Literalmente al INSTANTE sonó el teléfono de nuevo.—¡¿QUÉ CARAJOS QUIERES?!.

Sonó otra voz, masculia. —¡Lord Black Hat! Gracias por--.

—DE NADA. —colgó con furia, se quedó quieto un segundo pues sonó de nuevo y lo levantó. —¡¡JODER PERO CÓMO CHINGAN!!.

—Buen día, señor Black Hat. —esta vez la voz era familiar, era la del tarado del Doctor Venenoso. Al segundo el jerarca se levantó de su cama y apretando un puño se prendió en llamas.

—O cuelgas o te matas antes de que vaya allí y lo haga yo. —le respondió rápido y fulminante, iba a colgar, pero el atrevido le respondió veloz.

—¿No puede teletransportarse aún ah...?—las llamas de Black Hat ascendieron al doble, gruñendo como una fiera salvaje.

—¿No me va a agradecer, señor Black Hat?. —la mirada indignada del jefe era un poema, echaba llamas por todos lados.

—¡¿¡AGRADECERTE POR MALDECIRME, INFELIZ ESPERPENTO!?!

—¡No eh, que yo no le maldije!, esos sentimientos solo fueron detonados, ya estaban en usted y no es eso de lo que debería agradecerme ahora.— Black Hat literalmente temblaba de ira ante el teléfono, caminando hacia su armario quemando el piso con su recorrido.

—Tu discurso da lástima. —sacó uno de sus atuendos limpios y ya se iba a disponer a soltar el teléfono, pero le hablaron rápido de nuevo.

—Avisé a todos mis colegas la maravilla del invento de su científico, se pasaron la voz apenas lo vieron en su catálogo ¡y ahora es viral!.— el ente maligno se cansó y soltó el teléfono al piso por detrás, refunfuñó sin siquiera saber lo que significaba "viral" y menos le importaba, con tal que no fuese otro estúpido virus hacia su persona daba igual.

No se iba a poner a analizar el por qué de su estado saludable ahora, ni las palabras que le había dicho ese ex-héroe descarriado de púrpura, y tampoco iba a pensar que ya había confesado sentimientos hacia alguien. Negó con la cabeza mientras tiraba su bata de seda negra al piso y se empezó a vestir entre gruñidos. Necesitaba alistarse para atender a los clientes que tanto insistían en llamar.

+

El inventor se había levantado por labor de los bots, que tocaron su puerta insistente a eso de las 3 de la mañana. Parecía que no solo Black Hat trabajaba a esa hora a atormentar a la humanidad, pues varios clientes ya habían visto el nuevo artefacto malvado en el catálogo y lo habían pedido sin importarle la carencia de video promocional.

Así que Flug se sobó los ojos y se fue al baño, poniéndose una nueva bolsa y gafas antes de ir para la puerta y abrir, y se tuvo que sobar los ojos de nuevo para evidenciar la exhilarate conmoción. Uno de sus Hat-Bots tenía la pantalla de su catálogo en su tableta digital con varias decenas de pedidos, y la cifra aumentaba lentamente.

Al instante el científico jadeó estresado y cerró la puerta para vestirse en tiempo record, saliendo en menos de un minuto mientras se ponía su bata blanca torpemente —¿Ya tienen los pedidos sellados?. —, el bot le asintió. — ¡Pues qué esperan para envia-! Oh, me necesitan.

Por suerte, los envíos actuales eran para dos 'territorios' distintos y solo bastaba con movilizarlos en unas dos naves Hat, las que usaban para transportarse a las misiones e invasiones, y utilizar los transportadores universales para dirigirlos a esos dos lugares con las decenas de envios. Flug no esperó que los territorios aumentaran pero ya en una hora eran 6, y ya casi llegaban a los 1000 pedidos enviados en tan poco tiempo, marcando un tiempo record para la organización.

El científico supervisó a los bots bien, caminaba por el laboratorio erguido con orgullo de sus tropas robóticas y en su tableta virtual confirmaba que todas las cajas musicales fueran recibidas sin interrupción ni inconveniente, era un trabajo perfecto como era usual en los artefactos de maldad que enviaban. Pero como a cualquier otro ser mitad humano, llegó el momento en que sus ojos le pesaban demasiado, bostezó y se sentó en el primer lugar que vio. Y eso fue la camilla que utilizó para cuidar a su jefe.

Decidió ignorar sus sentimientos y tampoco le dio vuelta al asunto de que la cama no contaba con sus sábanas de galaxia, solo se echó y se puso cómodo en la almohada que seguía con el envoltorio y el aroma de su jefe. Inconscientemente cerró sus ojos y se durmió abrazándolo, hasta las 6 y algo de la mañana, pues el teléfono andante le tocaba desesperado la puerta.

+

Como era su rutina de lunes por las mañanas, Black Hat se la pasó gritando a un montón de personas. Pero esta vez, por primera vez en todos los años que trabajó con su inventor, no fue por fuerza de la incompetencia de una sabandija que torpemente no sabía usar los artefactos, o por alguno de sus incompetentes subordinados. Eran, pues, todas las llamadas felicitaciones a la organización por arreglarles sus miserables vidas.

Villanos nuevos habían sido creados en el trayecto del uso de la invención, la melodía había funcionado impecablemente y en muchos universos ya estaban tratando de conseguir una cura para la epidemia de héroes que se convertían en malechores. No solo eso, el aumento de villanos significó un enorme salto en las ventas de todos los otros productos del catálogo. Tiempo no cabía para atender a tanta gente y se divirtió bastante negando a varios parásitos la oportunidad de entrevistar a la organización o escribir algún artículo del gran logro en la compañía.

Pero claro, no todo iba a ser maldad y felicidad, llegó un momento en el que uno de sus clientes antiguos tuvo que cometer el descaro de mencionar el nombre del subordinado responsable de aquel invento, en vez de solo felicitar a la organización y ya.

Uno de los pocos villanos de los cuales podía conversar amenamente, invitar a eventos y guardar algo de respeto, pues a pesar de su inofensiva apariencia ovípara, jamás fue encerrado con éxito. Por supuesto que igual lo criticaba, lucía un bigote falso para sentirse parte del montón y ser fácilmente recordado entre los otros malhechores franceses de su tipo, como un pájaro que seguía a la bandada en el aire; El Dr. Le Quack, especialista en amnesia.

—¡Jou-jou-jou, le maître Black Hat!, solo a su Doctor se le ocurriría algo así de... si maléfique.— rió la voz grave del pato, luego de lo que antes fue una interesante y muy amena conversación de los efectos de la caja musical en su molesto y asustadizo rival perruno. Genial, el primer instinto del ente maligno fue hacerse el idiota.

Black Hat rió nervioso, encogiéndose en su silla escarlata y tocando la mesa con sus garras como tic nervioso.—Nnnooo sé a qué te refieres, o a quién.

—¡Oh-oui! ¿despiste, o pérdida de memoria esporádica? déjeme refrescarle la memoria a l'homme.— el demonio rodó sus ojos, ya escuchaba en su mente la firma de soundtrack maligno del pato en la distancia, mientras este enroscaba su negro bigote en sus dedos de pluma.—Ese descaro de manipular la mente, esfumar memorias e infligir confusión, ¡Ah, FORMIDABLE! ¡recuerdos de mis días de gloire!, le monsieur Kenning Slys, Flug Sly--..

Le colgó con un quejido —¡Ups! Se desconectó la línea. —, y miró fulminante con su característica sonrisa malévola al teléfono robot, quien entendió el mensaje y salió corriendo despavorido.

Apenas este salió pudo relajar todos sus músculos, aflojar su corbata un poco y... pensar en algún plan para desviar su mente del maldito.. eso de nuevo.

Sus zapatos eran lo único que sonaba en la enorme habitación ahora. Tan solitaria, enorme como su ego, escarlata como... la calidez que recibían mejillas aprisionadas en un sentimiento tan diabólicamente incontrolable que era irresistible.

Decidió que no se iba a afligir ahora que se encontraba observando fijo su tocadiscos. Las ventanas cortadas reflejaban la luz por todos lados como vitral en iglesia y el viento que pasaba por allí, silbando entre los vidrios, meciendo las puntas de su gabardina, era lo único que le daba siquiera sonido al lugar. Bueno, eso...y su corazón latiendo. Su cejo se punzó más y su boca se frunció en una mueca de asco, siseando como serpiente.

De tanto mirar su tocadiscos decidió que se apresuraría a ir al laboratorio, evitar a su subordinado y escabulliste uno de los vinilos, pues recordaba uno que deseaba y no tenía en su posesión. Así de simple.

+

—¿Qué demon--..?—Flug abrió los ojos aturdido por el sonido de toques fuertes de metales, se dió cuenta de lo que abrazaba, se sonrojó y lo tiró al lado, levantándose rápido para abrir la puerta y ver a su pequeño robot teléfono temblando —¡Chiquitín! ¿qué pashó?—, lo levantó como a un niño en sus brazos y cerró la puerta, contestando el llamado. —¿Black Hat Organization?

—¡Doctor Flug! Qué gusto escucharlo, todos hablan de usted. —no reconoció la voz del villano, ¿era nuevo? —Solo quería agradecerle, ¡pues hoy abrí mis ojos a la maldad!.—. Oooh...era por eso. Iba a responderle pero ya le había colgado el nuevo cliente, así que se encogió de hombros y colgó sorprendido pero contento.

Se dispuso a dirigirse a su habitación, pues el lugar estaba repleto de bots ahora. No paró de caminar cuando el teléfono sonó de nuevo y mensajes similares fueron contestados; "Señor Flug, es usted el científico loco más grande de la historia.", "Dr. Flug, ¡su invento funcionó con todos los héroes con los que lo usé, y ahora tengo novia!", "¡La organización se lució con este invento! ¡le agradezco tanto en especial a usted, doctor!", "Siempre supe que el amo Black Hat elegiría al mejor inventor de la historia para sus fechorías."

No paraba de reír avergonzado de felicidad, sus ojos evidenciaban tanto goce que estaba ahora más que feliz de trabajar allí, todos lo reconocían y... esperaba que su jefe también lo hiciese. Sí, incluso si seguía fastidiado con él... oh, bueno, ahora se llenó de recuerdos que le revolvieron el estómago.

Llegó a su habitación y se encerró allí para seguir contestando varios llamados más, muchos de villanos que ya conocía y algunos de villanos nuevos. Le pareció de lo más...

—...Fascinante. —murmuró el jefe de la mansión al abrir la puerta del laboratorio, evidenciando a decenas de bots marchando con cajas directo a 10 portales que habían sido instalados junto a la estación de los bots, todo el lugar estaba lleno de bots trabajando en las cajas musicales, pues ya no había espacio dentro de su estación electrónica.

Cruzó sus brazos por detrás y caminó para analizar un poco la escena, todo... lo abrumaba en buena manera, no sabía cómo sentirse, pero sabía que ya le estaba fastidiando que hubiesen tantos robots.

—Paren todo y quiten el invento del catálogo, que quiero verlos a todos fuera. —dijo al aire como rugiendo desganado, y como si fuese lo más simple del mundo. Algunos bots lo escucharon y se voltearon aturdidos y con muecas de sorpresa, pero la gran mayoría ni había escuchado.

Black Hat aspiró aire cansado, puso su espalda bien erguida y gritó con su voz endemoniada

—DIIIIJEEEE ¡¡¡QUE PAREN TODO Y QUITEN EL INVENTO DEL CATÁLOGO, QUE QUIERO QUE SE LARGUEN!!!—gritó a los cuatro vientos, todos los bots volaron en el aire por la tremenda fuerza de su grito, todos incluyendo Flug y el bot teléfono que estaba en su habitación.

La felicidad de Flug se le desvaneció por un buen segundo, cambiandolo por decepción, tristeza, y culminando en enojo. Estaba colmado, había estado muy feliz hace un rato y--... abrió la puerta con una mirada fulminante y dirigió su vista a Black Hat, quien yacía tarareando mientras sonreía como un niño mirando uno de sus vinilos, sus manos abandonaron sus guantes en la camilla y ahora tocaban el portador del vinilo elegido con mucho cuidado para que conservara bien su estado. Incluso le dió un beso rápido al vinilo al descubrirlo antes de ponerlo en el tocadiscos que había traído un bot, sus dedos delicadamente posicionandolo para que empiece.

https://youtu.be/r30D3SW4OVw

"Ay, a la mierda. No le voy a gritar si se ve así de tierno ahora." Flug se sintió bien tarado pero dejó el teléfono dentro de su habitación para que siga sonando y no atenderlo, cerrando la puerta con un piesito.

"No...no lo hagas...que no" Sacó su tableta digital y quitó el producto del catálogo con solo unas tocadas. "¡VAYA, que estas bien idiota ahora sí, Flug!."

Decidió que estaba bien si ayudaba un poco y comandaba a los bots a que se retiren, tomó aire y se puso a desalojar a los que estaban creando nuevas cajas musicales, a los que traían herramientas y solo dejó a los repartidores para que terminen su trabajo. Mientras hacía aquello, Black Hat ya estaba contento con la canción de fondo y se había puesto a ordenar a los bots a desalojar la maquinaria médica--ESPERA ¿QUÉ?.

Se dirigió allí a pasos lentos, con un sentimiento de...una mezcla de nostalgia, añoranza, melancolía y, decepción. Él y su jefe intercambiaron miradas accidentalmente y por tan solo un segundo, desviando miradas al piso con una tragada de saliva que sonó en unísono. Sin siquiera permitir a Flug tener un segundo para pensar en formular su pregunta, ya el demonio le respondió.

—No te necesito. —dijo en seco con un sabor mil veces más amargo que el beber de veneno en nochebuena. Flug alzó ambas cejas como si hubiesen tomado la daga que estaba en su pecho ayer, y arremetido.

Le respondió con un nudo en la garganta. —¿J-jef--..?

—¡¡QUE YO NO TE--!! —pensó en terminar la frase, decirle algo, en serio que sí, pero no salió y tampoco se le ocurría nada por unos buenos segundos. Ni se acordaba del pequeño discurso para justificar la carencia de su sábana, simplemente apretó sus ojos y se llevó las manos a la cara con un gruñido de frustración. —¡YA ME CURÉ, NO ME ERES ÚTIL YA, ASÍ QUE LARGO!.

Flug se sintió totalmente insignificante y más tonto que nunca, y no en el buen sentido como cuando está tonto de amor. Por impulso de idiotez volteó a ver el lugar donde había pasado tantos momentos buenos con su jefe y le entró un dolor tan-- Oh...¡OH--!..."¡AJÁ!." celebró su descubrimiento en su malvada mente.

Todos los cálculos que se le vinieron a la mente de Flug ahora, contrastaron las pocas neuronas que le funcionaban a Black Hat en ese momento, quien yacía retirándose del lugar con un gruñido y los pies ardiendo en llamas.

El científico se llevó dos puños a la cadera, concluyendo varias cosas; una, que si Black Hat estaba curado solo significada que efectivamente él ya había confesado su cariño real el día de ayer, a alguien que en verdad quería en su corazón. ¿Ouch y más ouch?. Dos, que cabía una posibilidad que ese alguien haya sido él, pues se lo dijo a él en persona aunque ni lo haya sabido, trató de aferrarse a esa idea absolutamente loca... Tres, que la cama carecía de sus sabanas, lo cual era o sospechoso, o señal de cortesía departe de su jefe, también algo bastante caballeroso y atractivo de su parte. Cuatro, que estaba...inmensamente, agobiado de sentimientos en ese momento y no sabía si sentirse feliz o triste.

Giró su vista para ver como todos los bots se hacían cada vez más pocos, recordando que su jefe había parado la producción, ni le había felicitado por su buen trabajo como todos los otros villanos habían hecho. Giró de vuelta para ver la camilla, el vacío en donde la maquinaria médica estaba, tampoco estaba la mesa o la silla ya, solo la camilla que le había preparado con tanto cariño, y solo una almohada en ella.

Sus cejas se fruncieron en tristeza, muchas memorias se le vinieron a la mente en donde estaba él y su jefe en los momentos más felices que haya experimentado junto a alguien, alguien que amaba mucho más que a la ciencia misma. La memoria de la vez que le leyó el Necronomicón, en donde casi se le confesaba, le entró como estrella fugaz... y con ello también un profundo deseo de llorar...

que se tragó por solo un segundo, pues no pudo más y estrujó los ojos, encogiéndose de hombros para finalmente soltar un sollozo agudo. Decepción encapsulada en lágrimas, melancolía pura en su garganta.

Se abrazó el pecho con el dolor de su corazón, pensando en lo poco que había recibido de aprecio departe de su jefe ese día, o cualquier otro siquiera. Agachó su mirada al suelo y gotas grandes empezaron a rodar de sus lentes, empezó a llorar pero fuerte esta vez, sintiéndose tan indefenso y solo que simplemente se sentó en la camilla y mojó su bolsa de papel con todo el lamento que escapaba de sus brillosos ojos. Se desdichó en pensar que nunca sentiría cariño genuino departe de su jefe, y sus jadeos de dolor huyeron de su cuerpo junto a sus lágrimas.

Nunca había sentido tal--- oh, Cam-bot había llegado de la nada al frente suyo y dado un tremendo bofetón en la cara con una revista enrollada.

—¡¡¿DISCULPA?!!. —Le gritó como nunca le había gritado a ninguno de sus bots, se puso a borronear y secar sus lágrimas con las mangas blancas de su bata todo apuradamente indignado antes de echar el grito de nuevo. —¡¡¡ÓYEME ESCUINCLE MALFUNCIONADO, TREMENDA SABANDIJA DE HOJALATA OXIDADA ME SALISTE, QUE YA TENGO SUFICIENTE DOLOR CON M---!!! —, Cam-bot lo sacudió interrumpiendolo, miles de beeps salían de su sistema mientras lo observaba con los lentes entrecerrados y rojos, Flug estaba seguro que estaba grabandolo como si fuese una escena de Kill Bill en batalla, y también entendía que le estaba hablando en clave morse pero MUY rápido.

—¡YA YA, HABLA MÁS LENTITO QUE NO ESTOY DE BUEN HUMOR, NI TE ENTIENDO, Y ME VOY A DESQUITAR CON QUIEN SEA!. —su inventor lo empujó, varios bots de la nada entraron y lo atraparon en un abrazo por todo su cuerpo, confundiendo aún más al pobre científico. Cam-bot desplegó el proyector y se puso a su lado para proyectar....

.

Oh sí.

Flug no se había puesto así de rojo nunca antes, bueno, hasta ahora. Al principio pensó que estaban exponiendo a su jefe para extorsionarlo y vengarse junto a él, o que era una broma de mal gusto y muy sucia de paso... pero no se quejó por obvias razones.

Era una grabación del huequillo de separación en la puerta del baño del laboratorio en donde solo se veía una pierna de su jefe sacudiendose mientras este gemía de lo lindo. El inventor malvado trató de salirse de allí pero los bots lo impidieron y, en verdad, les tuvo que agradecer muchísimo.

Pues lo que escuchó casi al culminar, seguido de bastante de líquido blanco volando en el aire, lo dejó tan tieso como la polla de su jefe en ese momento;

Era SU nombre el mencionado.... FLUG. ¡¡NO OTRO!!. SU NOMBRE.

El sonido que salió del ilusionadísimo, afortunadísimo, excitadísimo lacayo solo puede ser descrito por la misma escena en la que su jefe se despierta luego de gemir, por segunda vez, su nombre: abrió sus ojos de golpe en pequeñas pupilas y de su boca salió un jadeó estupefacto, como si hubiese salido del agua luego de un larguísimo ahogamiento, agitadísimo y babeando por la boca, con toda la sangre dirigida a sus mejillas.


Y eso no era todo.



—¡¿"NO ME ERES ÚTIL YA, ASÍ QUE LARGO"?! ¿¡¿LUEGO DE ENVIAR A MÁS DE 2000 CLIENTES EL MEJOR INVENTO DE LA HISTORIA, NO SE ME PUDO OCURRIR ALGO MENOS ESTÚPIDO?!?— Se gritó al espejo, sacudiendolo y finalmente aventandolo al piso en un estruendo de mil pedazos. Estaba dentro de un círculo en llamas que lo encarcelaban en su propia ira, gruñía fuerte, se sentía terrible y ni sabía por qué o cómo parar ese sentimiento. Caminó por un lugar sin sentido mientras respiraba agitado y su corazón le latía fuerte, estaba dando vueltas y trotando desesperado por cualquier sitio, esperando que esa agitación o siquiera ese maldito LATIR baje.

Carecía de juicio alguno en ese momento, solo actuó por impulso. Se fue a su baño y se metió a la ducha con todo y ropa para aventarse un montón de agua helada y esfumar todas sus llamas, pensó que era un plan brillante para ser impulsivo, y en verdad le funcionó. Dejó de estar encendido en fuego... pero ahora no tenía distracción para ese algo que pasaba en su ser.

Y era el mismisimo sentimiento de culpa intensa, un arrepentimiento que no conoció nunca antes, ni reconocía el nombre de esta emoción en ese instante. Solo sabía que era algo carcomiendo su malévola alma de una forma nunca antes vista en su larguísima vida como villano.

Muchas cosas le pasaron por la cabeza, ninguna malévola. Ni siquiera pudo empezar, eran todos los recuerdos en que trató mal a su doctor alguna vez, y se sentía más horrible que... pues, se sentía como siempre se sintió antes de conocer a Flug más a fondo; Se sentía el ser más despiadado y diabólicamente insensible en el multiverso.

Que nada le daba gracia o emoción alguna, que no compartía gustos con alguien pues todos les aburría, que no se conmovía con imágenes en pantallas, que reía solo y exclusivamente con el sufrimiento o humillación de otros y no de situaciones tan chistosas como vomitar ácido en una bolsa de papel. Que nunca antes sintió la caricia de una toalla secando una herida en su piel, o el tocar su cuello para evidenciar su pulso y fiebre, el recibir tantos halagos genuinos, o la preocupación de alguien por auto-medicarse.

Y el pensar que nunca tendría una caricia o cuidado así de nuevo, fue lo más despiadadamente horrible que sintió en su larga vida inmortal. No supo describir el sentimiento que era, pues no lo había sentido nunca antes. Solo sabía que su corazón no paraba de latirle fuerte, y que sentía agua caer por debajo de sus globos oculares, gimoteando sorprendido.

Sus dos guantes negros limpiaron debajo de sus ojos con el entrecejo apretado a sus siniestros parpados, sus colmillos rechinando entre sollozos. Analizó lo que sentía mientras miraba sus manos mojadas, y no era que había quitado su cualidad de desear el mal a otros y de adorar ser diabolicamente insensible, o ser el ente más temible y atroz de la historia y de todos los universos existentes, no, seguía odiando la cochina humanidad y ser el demonio más increiblemente estupendo, atractivo y poderoso.

Simplemente, dejó de sentir agradable mostrar esas cualidades enteramente malignas hacia una persona. Y ese era, por supuesto, el doctor Flug.

—¡¡OH, PUES BIEN!!.— Gritó al cielo, apuntando sus garras al aire. Todo su cuerpo empezó a humear como tetera caliente, y con ello sus lagrimas se esfumaron en vapor. Ya sabía.. almenos ADMITÍA que sentía algo hacia su subordinado. Asi que no tuvo más remedio que ir a su oficina, caminar hacia su librero y agarrar el diccionario más grueso y enorme de todos y estamparselo en la cara varias veces y con fuerza hasta dejarlo viendo estrellas.

Su espalda se deslizó por la madera de su librero en cámara lenta y con dirección al suelo, tirando el libro a un lado y tapandose los ojos con el sombrero. De su boca salía el gruñido más largo y grave que pudo emitir su demoníaco ser, hasta chocar con el piso. Se sentía horrible y ya ni sabía qué hacer, más que intentar hacer un discurso para.... disculparse... VAYA INFIERNO, lo que sea que fuese ese sentimiento, ¡era la tortura más despiadada de todas las que nunca antes haya conocido en sus centenares años de vida!.

Y en eso, vino como relámpago la idea de que esa emoción hacia su subordinado fuese--- oh, no, no no y más--.

—CLARO QUE NO. ¡¡ES-ESE--E-ESO SOLO ES HACIA MI PRÍNCIPE!!........

........

...

Miró a un punto en blanco en un largo silencio, entrecerrando sus ojos mientras su mente procesaba sus memorias como internet en inicios de los 2000.

Alzó una ceja en su ceño bien fruncido, llevándose la mano al mentón como haciéndose el intelectual el tremendo bastardo imbécil.

....Nunca le llegó a preguntar a Flug si este le había leído el Necronomicón....

Hmmmmmm, ah ya.



Tenía que ir no solo a disculparse con su lacayo, sino también a comprobar si este era el príncipe con el que ha estado soñando todo ese tiempo.



Se llevó una mano al corazón, seguía latiendo fuerte y, en un suspiró hondo, cerró sus ojos despacio. Vencido.


Levantó su mano contraria, hizo puño y se metió una puteada en el estómago tan enorme que lo hizo jadear con los ojos bien abiertos y retorcerse de dolor, gimotear y morderse el labio. Se quedó sin aire por unos buenos segundos, cayendo al piso con un grito asfixiado, estrujando sus ojos.

—¡¡¡PPPPPPOOOOORRRRLAREVERENDACONCHADELA---!!!

Terrible idea, pues seguía teniendo una fuerza inmensa incluso sin sus poderes. Bien, almenos no intentó mandarse ese desmadre en su región baja como tenía pensado otras veces.



Bueno, luego de un rato lamentándose el golpe se hizo el grandecito y se paró, se palmeó el atuendo con sus manos y aclaró su garganta erguido como si nada hubiese pasado. Tomó aire mientras se ajustó la corbata y pegó un grito como el de siempre para llamar a su...

¡¡¡¡FFLUUUUUUUUG!!!

El corazón del doctor le iba a mil por hora, su mano sobaba su pecho para calmarse y de paso evidenciar todo el alboroto en su corazón, sus ojos lagrimosos de felicidad mientras reía de esa forma tan tierna, como él siempre lo hacia en momentos bonitos junto a su jefe. Sus pies se mecían en el aire mientras seguía allí sentado con los otros bots, todos mirando una grabación en donde uno de sus bots llevaba la contabilización en una pizarra de supuestos en cosas que iban a pasar entre Flug y su jefe, un montón de beeps sonando haciendo votaciones mientras en la distancia se escuchaba a los dos muchachos gemir en la cama. En la pizarra los supuestos que tenían más votos eran "xxx", "mordidas" y "toqueteos íntimos".

Todos los robots se quedaron en pulcro silencio cuando llegó la parte en donde el científico empezó a gritarle a BH, los pequeños bots presionando sus cabezas al borde de la puerta, y desesperandose para apostar sus Hat-Coins como en Wall Street al momento en que su jefe se empezó a tocar.

El doctor se encogió de hombros de la pena, ya tenía las dos manos en el corazón mientras reía suave y adorable, nervioso y desviando la mirada hacia el piso para solo prestar atención a lo que decía su amado mientras lo imaginaba.

'—Te deseo tanto...' un beso '—...te quiero...' otro beso '—...tu piel es tan suave...' y uno más. Sentía un cosquilleo casi tan parecido como el besar de su demonio en su cuerpo. Ladrón siempre fue el ente maligno, pero ni sabía que ya estaba robándole el suspiro de amor número cien a su lacayo.

'—...quiero tocarte y que tus manos me toquen--' ...mas Flug se moría de vergüenza. Disfrutaba muchísimo el audio, pero ehm...estaba acompañado y no había programado a los bots con la capacidad de sentirse abochornados, o muy poca al parecer.

Flug estaba lleno de cariño, nervios, vergüenza porque... obviamente porque estaban escuchando los gemidos de su jefe ahora y sin que éste supiese, pero también porque no estaba 100% seguro de que--OOOOHHHHH TOMA YAAAAAAAAAAAA QUE BLACK HAT DIJO SU NOMBRE DE NUEVO.

El emocionado doctor nisiquiera abrió la boca, ni emitió un ruido, pues al instante que escuchó su nombre en ese gemido, su instinto fue empujar a sus robots y correr COMO NUNCA hasta la puerta de salida, abrirla desesperado, seguir corriendoooohasta que Cam-Bot lo toma por detras del collar de su bata y lo levanta, devolviendolo al laboratorio como un gato a su cria.

—A VER A VER ¡¿OYE QUÉ NO MIRAS QUE NECESITO IR A COMPLACER A MI AMORTZ?!—gesticuló con los brazos, luchando al aire y al agarre. Su bot negó con la cabeza enojado y le habló en clave morse, indignado.

'Él no sabe que yo lo grabé así, y me puede destrozar.' —¡¡PPFFT ya!!, ni que fuera para-...b-bueno sí es, es para tanto.— Flug respondió más calmado y culminando dando toques avergonzados entre sus dedos. —P-pero es que quiero.. q-que me-...

El bot rodó su toma cansado. 'Sí, bueno, igual lo puedes espantar si actúas como Demencia urgida.' Al fín su jefe doctor le asintió, sonrojándose mucho de nuevo —¡NONOnonoNOO eso nunca! ¡¡gracias por-AHm!!...p-por todo. —, desvió su mirada al piso y siguió jugando con sus manos. Los Hat-bots rieron de ternura.

Cam-bot soltó despacio al muchacho, y este le dio un abrazo a sus brazos robóticos, incluso si este no sentía ese afecto. —¡¡Juro ayudarte en toooodos tus proyectos personales de ahora en adelante, mi chiquito grandotote!!.— El robot le rodó los ojos de nuevo, dándole palmadas y pensando que ya era puta hora que tomaran su arte y trabajo en serio, incluso si hubiese sido, pues, una comedia romántica con contenido para mayores de 18 como la suya.

Los Hat-bot aplaudieron el bonito descenlace- bueno, de tan solo parte del descenlace de la película, pues faltaba...la voz atemorizante de su jefe llamando a su lacayo. Y allí estaba, produciendo emoción y alegría en vez de miedo en la persona que fue llamada.

—¡YA VOYYY mi jefecito chulo de mi vida adoradoo~!.— Flug cantó dando una vuelta de 90 grados con su talon, sus brazos arriba y en puño como un esposo cargando sus maletines de vuelta a casa, y su bata blanca flotaba en el aire en lo que se dirigía rápido y feliz directo a la salida y afuera. Sonó un pegote fuerte de metales en unísono, pero el único bot que se echó un manaso en la cara fue Cam-bot, pues todos los otros se habían chocado las manos entre si.

El alegre doctor silbó hasta llegar donde estaba su amado, quien ya por coincidencia le abrió la puerta justo cuando estaba por tocar, haciendo que el lacayo salte de la sorpresa. AY AMORRR-DIDO M-mi,.. M-MeMuerdoLaLengüaParaEstarCalladito.— Musitó rápido al final, a su jefe simplemente se le alzó una ceja.

—Sí...entra.— Black Hat le habló bastante común, grave y con tono de exigencia, pero luego de tanta agitación y los audios, pues, Flug no pudo evitar sonrojarse y sentir que se iba a hacer un manojo de nervios. Su jefe no notó su expresión ni sonrojo pues apenas terminó su oración se entró ansioso y le hizo un ademan con las manos para que lo siga, sus pisadas eran fuego y el muchacho también estaba demasiado ocupado para notar aquello, sus ojos andaban curiosos mirando por todo el lugar. Era la habitación de Black Hat y no su oficina.

Ver el espejo roto le hizo preocuparse un poco, recordando que habían tenido una de sus primeras conversaciones lindas juntos, en donde hablaron de la belleza humana y de criaturas míticas y terroríficas comparadas con la de su demonio. Oh, su corazón no paraba de latirle en nostalgia y cariño.

Siguió caminando viendo los libros, algunos revueltos pues había ojeado varios y tirado uno, se acordaba de cuando le leyó a su jefe el Necronomicón y no pudo evitar aspirar de felicidad. Le entró la inmensa curiosidad de ver con detenimiento los libros que estaban a su campo de vista y....oh por todos los santísimos dioses.

Bueno, el autor que miró le aterró tan terriblemente que soltó un jadeo.

—¡¿M-M-MA-MA-MA-MA-MARQUÉS DE--?!— Le interrumpió un estruendo de risa, departe de su jefe.

Joder, NO y más no. Sabía que Black Hat era un ser endemoniado y despiadado, pero nunca lo hubiese imaginado de gustos tan fuera de lo moral y correcto. Ya a Flug se le habían quitado las ganas de siquiera estar en el mismo cuarto con él cuando--

—¡¡EL DEGENERADO, ENFERMO MENTAL Y PEDÓFILO DE MARQUIS DE SADE!!— Bien, su acento francés lo hubiese excitado ahora si no estuviesen hablando de semejante libro: Los 120 días de Sodoma.

Black Hat tomó la copia como si sus garras fuesen pinzas tocando algo inmundo, y se lo dio asqueado a Flug. Solo eso le alivió el susto bastante, pues para nada tomó el libro con la gracia que tenían las largas y suaves manos de su demonio al tomar sus relatos amados...o al tocar su cuerpo. —Anda, ábrelo que te tengo algo que contar.

—¡¿....?! — Flug alzó una ceja y lo abrió en cualquier página. Páginas en negro, negro absolutamente todo. Sus ojos se abrieron en dos cejas al aire, volteó la página, más hojas negras, lo dejó caer al viento, todo igual de manchado en negro. Todo estaba en un negro tan abismal como un agujero en donde la luz nunca chocaba.

—Lancé un maleficio a todo perturbado sexual que lo haya disfrutado.

Uff, mi señorón es el puto amo.— Flug musitó sin siquiera pensarlo, recibiendo una risa más suave del demonio. Alzó la mirada...y al carajo, que no cabía en su cuerpo la forma en que se podía enamorar de la misma persona mil veces de nuevo con tan solo escuchar una risa.

—¡¿Qué, me creías DEGENERADO?! ¡POR FAVOR! —le dedicó una sonrisa fina seguida de su misma risa calurosa, el demonio empezó a caminar y hacer gestos de indignación mientras hablaba y Flug se quedó abochornado, encogiéndose de hombros ante la preciosa criatura.—¡La gentuza que habla de pedofília y violación me hacen querer DESGARRAR sus órganos y venderlos como baratijas! Asco. ¡Ceguera es lo que se merecen!, este libro fue un regalo de un villano sin cerebro.

¡Fiuu!, el científico se quedó más que admirado, sintió que sus hombros se deshacían de un peso muy grande; su jefe contaba con buenos principios en la cama. Y así, el demonio prosiguió. —Ni recuerdo el nombre del idiota ese, se me insinuó de lo más repulsivo y me dio un asco tremendo, y para colmarla me contó el resumen del libro cuando este salió a la luz. Y pues, para MI leer una novela así posiblemente me haría querer reventarme los ojos, ¿sabes?. Así que dije, ¿por qué no, que cause algo similar en las personas que alaben esta asquerosidad?.

Flug no sabía si ponerse a alabar a su jefe ahora o hacer una mención a la insinuación que le habían hecho a su jefe, pero se arriesgó ahora que el otro se mostraba distraído mirando su librero. —Así que...en base a esa insinuación jefecito, ¿le interesó tal vez ehm-estar con alguien decente alguna vez, o........hm?

—¿"Hm"...?.— Black Hat le preguntó desinteresado y alzando una ceja, estaba su vista ahora concentrada en buscar un libro en particular.

—El, hm...ya sabe.— susurró casi riendo suave y agachando la mirada.

—¡PFFT, ah eso! No. Qué asco. Nunca me interesó ningún adefesio viviente o de otro tipo, ni tengo preferencia en mi repulsión. —negó con la cabeza, una de sus manos en su espalda en puño y la otra acariciaba libros con las llemas de sus dedos mientras caminaba. Flug lo siguió jugando con sus propias manos en ansiosa felicidad, atento a su jefe. —El afecto siempre me fue repugnante, igual el... esa cochinnnN-NO LO MENCIONES. —hizo una pausa en su recorrido para voltearse en su última palabra, mirando fulminante y con un dedo acusatorio directo hacia el corazón del muchacho.

Su enternecido subordinado tuvo que morderse la lengua para no soltarse una risa, solo negando con la cabeza ante lo ridículo que su cariño le trataba de mostrar repulsión al afecto. Luego de tantos besos que le dio en el cuello, o sus palabras, ¡pfft!. Había notado, al fin, el sonrojo encima de su jefe. Sabía bastante bien lo que pasaba ahora y le encantaba.

No solo eso, pues ya el ente despiadado le había dicho implícitamente que era igual de virgen y nada experimentado como él, ni tenía preferencia alguna por algo o... bueno, sí de ÉL y nadie más... Ahh, ay de su vida, ay de la insuperable e infinita maravilla que se ganó con tremendo semental acaballerado de hombre, ¡por la diosa Venus... iban a ser los dos, los primeros en darse amor y muchísimo más a sí mismos!.

Ahora, como buen villano que era, solo faltaban unas pequeñeces para cumplir su objetivo; tener un plan bonito, decir todas las palabras adecuadas en un discurso digno de la altura de su jefe, y esperar la oportunidad perfecta de dar ese movimiento que diera justo al corazón.

La mente del científico intentó trabajar ahora, pero estaba bien distraído notando cada pequeñez en su jefe. Este se encontraba nervioso buscando un libro, sus movimientos eran torpes y agitados entre gruñidos mientras él solo se mecía de lado a lado con ternura, tarareando bajito y jugando con sus manos por detrás. Lucifer...cómo estaba encantado por su jefe.

—¿Le ayudo, jefecito chulo?.—murmuró suave y meloso, recibiendo una sacudida en "no" departe de su desesperado demonio.

—No, no...no lo encuentro. Mi Necronomicón estaba por aquí yyyyYYYYYYYYYYY--... —Black Hat volteó y lo que vió lo dejó lelo, pronunciando la última vocal por ese minuto entero que se quedó observando a la

estupidamente hermosa

malditamente tierna

insondablemente perfecta figura en frente suyo.

Sin saber cómo ni cuándo, las puntas en la bolsa de Flug masajeaban, junto a dos felices ojos, las hojas de su copia del libro...hojas que flotaban en el aire como un cisne chapoteando en lago.

Sabía que la copia era suya, pues estaba más descuidada que el que tenía el subordinado en su propia posesión.


Y la sostenía así... y ÉL era así, como lo fue una vez. En su sueño...


Tenía ahora el libro acunado en sus brazos con tanta delicadeza, sus finas manos enguantadas buscando una página en particular mientras sus preciosos párpados abrazaban suave la mitad de sus ojos encarcelados en gafas. Solo allí pudo notar toda la angelical nobleza de su alrededor, su ventanal alumbrando destellos de sol alrededor de su príncipe. Rebotando en una de sus lunas con la precisión de una escena atemorizante, como el espejo de una espada, para luego reflejar la inmensa sorpresa en el rostro del demonio en la pequeña cárcel de un vidrio de google. Sintiendo que esa propia fuerza...le creó el nudo en la garganta que le seguía en la consonante "y".

Los ojos de la bestia maligna lo miraban tan atontado, y tan exhaltado como su boca abierta ya botando un hilo de saliva.

Cómo olvidar esta bella obra, jefecito, si se la leí luego de mi primera vez sincerándole-... —sus manos pasaban de página con delicadeza, sus perlas de pupilas acariciando imaginariamente las letras.

"No-"

—...-lo mucho que me gusta trabajar aquí con usted, que nada es interesante sin mi señor comandando con su exactitud, incluso si me fastidia o me quedo con poco sueño... —, su dedo acarició una hoja, deslizandose dentro de la punta inferior mientras reía suave en sus palabras.

"PUEDE-"

...no me importaba, pues usted me gustaba mucho fisicamente. Hm, pero ahora es... —, y lo observó de frente, con esos ojos tan hermosos, cristalinos y embellecidos diez veces más con su afinidad y tacto al hablar.

"SER."

...que estoy en frente del demonio del que me enamoré exponencialmente en estos días.





Black Hat, en el instante del final de la oración, aspiró la bocanada de aire más grande de la historia y se dispuso a salir de la habitación como si su inmortalidad estuviese en juego.

No era posible, no, no le bastaba a su terquedad infeRNALNECESITABAPRUEBAS.


—CAM-BOTCAM-BOTCAM-BOTCAM-BOTCAM-BOTCAM-B-- —repitió sin parar ni un segundo para respirar, corriendo tan desesperado como su subordinado al descubrir sus cintas. Aventó la puerta del laboratorio con una patada, aún repitiendo el nombre de su bot, quien estaba en la ahora solitaria oscuridad esperando paciente en la silla giratoria de su subordinado, cual villano acusador con una taza de cafe que dejó en el piso luego de girarse en su silla.

La única iluminación fue la que llegaba de la puerta abierta, creando la sombra agitada del demonio y su sombrero de copa, jadeando como si hubiese corrido una maratón, desesperado como si su fortuna se le fuera a desaparecer.

La cámara y luz de filmación parpadeante y dirigida a su superior fue, para el ser supremo de maldad, casi tan estremecedoramente amenazante como su lacayo sosteniendo su libro. De tal inventor, tal creación al parecer.


El pensamiento de toda la confabulación que revelaría sus más profundos sentimientos lo hizo temblar con una mezcla de miedo, emoción, y orgullo. Era lo más maligno que jamás haya experimentado o visto en todos sus centenares de años en vida.


—LA--..—nisiquiera tuvo que decir una palabra más, su bot sacó el proyector y empezó,

por el primer momento en que su inventor le pidió que grabase al jerarca maligno inconsciente.



Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro