Capítulo 91
—¡Si no puedes soportar un solo golpe cómo esperas salvar a todos! —regañó mi madre, luego que el hielo en mi brazo se hubiera roto por un golpe con un bate, haciendo que, por consecuencia, mi brazo también se rompiera, pues entonces no sabía congelar solo mi piel— ¡Vamos, ponte de pie y sana rápido! A los villanos no les importará que estés llena de sangre.
Entre lágrimas y sollozos acomodé el hueso de mi brazo y esperé que mi factor de regeneración se encargara del resto.
—¡Piensa rápido!
Congelé mis piernas, pero el bate igual las rompió, haciendo que gritara y llorara con fuerza, mordiendo el piso para no llamar la atención de mis vecinos, quiénes cómo sea eran demasiado desinteresados para siquiera preguntar si me encontraba bien o al menos llamar a la policía informando que me encontraba siendo vilmente maltratada.
Esa noche se reproducía en el televisor un especial de la fallecida Shimura Nana, una heroína famosa de los 60 s y 70s que dio su último aliento para enfrentarse a una fuerza maligna que puso todo Japón en peligro. Extendí mi mano sana y apagué el aparato.
—Héroes asquerosos —murmuré, frunciendo el ceño y observando el hielo de mi brazo, el cual permanece ahí mientras mi hueso sana. No había forma que mi madre me llevara al médico, sabía que eso podría meterla en problemas.
Siempre me pregunté por qué la vida de todas esas personas debería valer más que la mía, me pregunté por qué debía arriesgar mi puta vida por su patética existencia. Y me lo preguntaba una y otra vez cada que mi madre me golpeaba hasta romperme los huesos. Una y otra vez, con el rostro en el piso y las mejillas empapadas de lágrimas me pregunta por qué debería ser yo quien salvara a todas esas personas inútiles, que seguramente eran infelices y en algún momento desearon morir.
Yo deseaba morir.
A mí no me importaba morir de forma trágica en un accidente peligroso donde un héroe debía decidir si poner su vida en riesgo por la mía. En dicha situación, el héroe decidía que mi vida no era tan valiosa y entonces todos entenderían que un héroe no tiene por qué arriesgarse.
Estos sujetos siempre han sido unos hipócritas de mierda. Mi madre decía que arriesgaría su puto culo para salvar patéticas personas que quizás ni siquiera querían vivir, pero luego llegaba a casa y me golpeaba hasta romper mis huesos sin compasión alguna. ¿Qué clase de héroe es esa? Esos no son actos buenos, no son actos heroícos, son actos villanescos. Todos los putos héroes son así de mierda, y si todos son así, ¿qué los diferencía de los villanos? Al final ambos lados son igual, es solo que los villanos pelean por lo que realmente quieren, se ponen a ellos por sobre los demás y dejan a un lado la hipocrecia y lo moralmente correcto.
Lo entendí luego de graduarme. E hice entender eso mismo a Ryū y Kurai. Intenté hacer lo mismo con todos los que pude, pero se limitaron a tacharme de loca y extremista, algunos hasta se burlaron.
Veremos quién se ríe ahora.
¡Veremos quién se ríe ahora que he destruido desde dentro el orgullo del heroísmo! ¡La U.A! Aun si no los acabamos totalmente, lo que hemos hecho bastará para hacerlos cerrar y que la gente deje de confiar en los héroes tal como solían hacer. ¡Estarán acabados! ¡Y yo pasaré a la historia! ¡Todo es perfecto! ¡Esto no pudo resultar mejor!
Cuando esto termine voy a darme un festín con todos sus cuerpo, quiero ver quién siquiera intenta detenerme.
—¡Ryōsoku-sama! ¡No lo haga, por favor!
Detuve mi ataque al oír la voz de Eri. Me paralicé al verla correr hacia mí.
—¡Eri! ¡No te acerques! —advierte Shōta, pero ella de todas formas de acerca a mí y se abraza tercamente a mi pierna, cuya temperatura regulo de inmediato para que no sienta el frío aterrador.
Sonará hasta ridículo, pero los niños son mi debilidad. Me veo incapaz de atacarlos. Son puros, no hay maldad en su corazón, mucho menos en el de esta niña, que fue abusada física y psicológicamente... como yo. Con suerte no crecerá para ser como yo.
—Eri… —murmuro, frunciendo los labios, intento apartar cuidadosamente, pero ella se aferra con terquedad. Veo a mi alrededor y espero que mi punto débil no haya sido descubierto.
—¡Por favor, deténgase! —exclama sollozando— ¡No puede hacerles esto! ¡¡Deténganse, por favor!! ¡Usted es mi héroe! ¡Los héroes no hacen esto!
Tomo un fuerte respiro y nos rodeo con un domo de hielo, me acurruco frente a ella y aumento levemente la temperatura de mi cuerpo para que no sienta abrumada por el frío. Ella me mira con sollozantes ojos.
—Eri, no soy una héroe como tú crees —suspiro, apartando un mechón de su cabello—. Soy una mujer mala que hace cosas malas, cosas muy malas.
—Pero usted me salvó.
—Olvida que en algún momento hice eso, Eri. De verdad, soy una mujer mala, una mujer que ayudó a Overhaul, una mujer que ayudó a la Liga a infiltrarse a este lugar. He dañanado mucha gente buena, así que, por favor, no confies en mí de esa forma. No quiero dañarte a ti también.
—¡Ryōsoku-sama!
—Cuando abra el domo, corre lejos de aquí. Ponte a salvo. Vete con uno de mis dos compañeros y te pondrán a salvo.
Ella asiente y se limpia las lágrimas. Aparto el domo, pero ella permanece sujeta a mi pierna.
—Eri…
—Lo siento… lo siento mucho, Ryōsoku-sama.
—¿Qué?
—¡Smash!
Torpemente congelo mis brazos y detengo el golpe. Me aferro al piso de forma torpe, mandando todo mi peso hacia el frente para no caer y lastimar a Eri. La fuerza de impacto es tal que el hielo se fisura.
—Tú… —murmuro, la fisura es más y más y más grande, hasta que el hielo se rompe. Mi brazo arde, después de todo lo congelado era piel, tecnicamente me arrancó la piel. Él se aleja— ¡Fue todo una trampa!
—¡Lo siento mucho, Ryōsoku-sama!
—No hay otra forma de detenerla —gruñe Deku, yo sujeto mi brazo y concentro toda mi energía en mi regeneración—. ¡Mientras Eri se sujete a su pierna, usted no puede hacer nada a menos que quiera lastimarla! ¡No tiene escape!
Río bajito y exhalo montones de aire frío.
—Héroes de mierda.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro